Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro" – Otra oportunidad para la criatura de Dios

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Resultado de imagen de El sillón de ruedas

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Otra oportunidad para la criatura de Dios

 

El primer vagido el Pesebre recuerda a esas viviendas en las que se ceba una catástrofe y se aprovecha la oportunidad para dar paso a una nueva edificación, que cubre airosamente todas las necesidades de los inquilinos.” (El sillón de ruedas, p. 103-104)

 

Era, sin duda, una nueva oportunidad que Dios daba al hombre.

Es conocida, y más que conocida, la historia del ser humano desde que sabe que existe un Creador y que el mismo mira por él. Pongamos, por ejemplo, desde que nuestro padre en la fe, Abrahám, dijo sí a un Dios a quien no veía pero escuchaba y cuyo nombre era no fácil de transmitir. Sin embargo, quiso dejarlo todo porque tuvo confianza y, en fin, porque tuvo ve y creyó.

Decimos, pues, que es más que conocido qué pasó con el ser humano. Y tal fue así que hasta Dios tuvo que intervenir más de una ocasión para sacar las castañas del fuego a una criatura que, como el hombre que, al cabo de unos siglos pareció separarse de su Creador sin importarle lo más mínimo hacer eso y poner en su lugar a dioses falsos…

Dios, sin embargo, y como ha demostrado a lo largo de la historia, es Bueno y Misericordioso. Y decir eso supone tanto que, tenerlo como algo que no es verdad es, más bien, estar ciego y más que ciego.

Dios, decimos, es todo bondad. Y por eso, en un momento determinado de la historia de la humanidad hizo algo que, a lo mejor, era lo único que cabía hacer si es que el ser humano quería salvarse. Y lo que hizo fue enviar a su único hijo no engendrado. Y lo envió a un lugar determinado para que viniese al mundo, dentro de un pueblo (el judío) que había escogido hacía muchos siglos para que fuera “su” pueblo.

Y en este momento, el Beato Manuel Lozano Garrido, que esto lo debía conocer más que bien, introduce una expresión feliz que nos muestra que sí, que en aquel momento y en aquel Pesebre muchas cosas cambiaron.

Se refiere, sin duda alguna, al nacimiento del Hijo de Dios en Belén, de aquella forma nada casual (estaba escrito en las Sagradas Escrituras judías que nacería allí el Mesías). Y es que para nada se va a improvisar un Plan de Salvación del hombre.

Todo, en este texto de su Sillón de ruedas nos muestra un “antes” y un “después”.

En lo referido al “antes”, es bien cierto, como hemos dicho arriba, que el ser humano se había decantado por el mal camino. Y aquí hablamos del creyente y no de quien no lo fuera. Sin embargo, es cierto y verdad que todo era una catástrofe y, a modo de símil, aquella casa de la fe judía estaba casi en estado de ruina. Algo, pues, se debía hacer. Y sólo podía hacerlo Quien todo lo puede porque es Todopoderoso.

Y, entonces, nace un Niño. Y lo hace de la forma más pobre que uno se pueda imaginar: en uno de aquellos refugios que los pastores utilizaban en sus caminatas por el campo, en un Pesebre.

Todo, en aquel preciso instante cambia y todo está dispuesto para que cambie. Desde este momento, todo es “después”.

Decimos que todo ha de cambiar porque todo, a partir de aquel momento es nuevo. Hay, pues, una “nueva edificación” como nos dice el Beato de Linares (Jaén, España) y la misma se apoya en la Roca firma que es Jesucristo, quien acaba de nacer en Belén.

Y, es más, no sólo el edificio es nuevo sino que, como nos dice nuestro hermano en la fetodas las necesidades espirituales de los que allí viven (todos nosotros, creyentes en el Mesías enviado por Dios en un momento determinado de la historia del hombre) quedan cubiertas porque sólo Quien todo puede abarcarlo todo. Y eso es lo que pasa con Aquel que nació, bajo un determinado poder y en unas determinadas circunstancias, porque Dios quería que el hombre se salvase y, ¡debemos decirlo!, porque quería abrir el Cielo. Y eso, como sabemos, pasó, pero años después cuando aquel, que vino al mundo en la más estricta pobreza, dio su vida por sus amigos.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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