Ventana a la Tierra Media – Libros sobre Tolkien y su obra: "El Derecho en Tolkien"
Es bien cierto y verdad que en el artículo del pasado 26 de enero ya hacíamos referencia al libro que hoy traemos aquí. Sin embargo, como aquello era sólo un apunte, una referencia, a la existencia de un algo que, sobre J.R.R. Tolkien, hay escrito, ahora lo hacemos en más profundidad, como merece, al autor del mismo.
Es, también, cierto, que resulta de todo punto original darse cuenta de que en la obra del profesor existe, aún sin habérselo propuesto el mismo, un alto contenido jurídico. Y eso, es verdad, sólo puede hacerlo quien tiene tal campo como vida propia y, además, tiene una predilección especial por la fantástica obra escrita de J.R.R. Tolkien. Y tal es el caso del autor de este libro, José María Miranda Boto.
¿Qué es esto?
Es, en primer lugar, una clara visión de las cosas que pasan debajo de las cosas que pasan. Es decir, es darse cuenta de una realidad, la jurídica, que no siempre resulta evidente porque no se ha querido plasmar así en la letra explícita.
Es decir, creemos que en ningún lugar ha escrito Tolkien algo así:
“La Ley cuatro de La Comarca dice esto o lo otro…”
Sin embargo, cuando se hurga (para bien) en un texto (aquí en varios, claro está) es posible que se localicen principios, comportamientos, costumbres, etc. que pueden dar forma, sí, a un, digamos, “Derecho”. Y es lo que ha sido capaz de hacer nuestro autor.
Pero, en segundo lugar, es la fijación por escrito de todo un tratado de Derecho. Y no podemos decir que no haya tenido dificultades en hacer tal cosa porque, como decimos arriba y cualquiera puede apreciar al leer a Tolkien, y así lo recoge nada más empezar la Introducción:
“En ninguna parte consta que J.R.R. Tolkien tuviera el menor vínculo profesional o académico con el mundo del Derecho, ni en su vida real ni en su vida literaria”.
Eso nos debería hacer pensar que el trabajo aquí traído tiene unas dificultades añadidas porque, por ejemplo, cualquiera (relativamente, claro) puede hablar de las costumbres culinarias de los Hobbits porque se ven perfectamente reflejadas en los textos pero hacerlo de algo a lo que el autor de los mismos no ha querido prestar más atención que lo que puede encontrarse en la escritura… en fin, que resulta más que importante la labor realizada en este aspecto.
De todas formas, una vez establecida la dificultad que tiene esto y, teniendo en cuenta que no puede resultar fácil ordenar, darle forma y sustancia a lo que se puede encontrar desperdigado por miles de páginas, digamos que José María Miranda Boto ha tocado, digamos, todos los palos en esto del Derecho que pueda encontrarse en las páginas escritas por J.R.R. Tolkien y se la ocupado de todos los sectores, de todos los actores que interviene en las obras a las que se refiere su trabajo.
Decimos eso de todos los sectores porque se ocupa, el autor de este libro, de lo siguiente:
La Ley y la justicia en los Ainur
El Derecho entre los Elfos
El Derecho de la Tierra de la Estrella
Arnor y Gondor
La Marca de los jinetes y otras culturas humanas
Los Enanos
Los Hobbits
Es más, para más abundancia, y aunque pudiera parecer exagerada tal pretensión, hasta ha estudiado el posible Derecho que pudiera existir en Mordor porque, al parecer, sí, también eso puede ser así por mucho que pueda sorprendernos que el Mal se conduzca por algún tipo de normas o leyes.
Desde aquí decimos que es posible que se crea que un libro de un tal jaez pudiera resultar tan aburrido como puede llegar a serlo uno que trate, exclusivamente, del mundo del Derecho que, tantas veces, es árido o infumable. Pero aquí la cosa cambia porque la materia objeto de estudio va más allá (estando más acá, sin embargo) de la propia norma. Y es queda implicado todo un mundo, toda una realidad que amamos quienes estamos seguros de que debe ser amada. Y eso hace que las cosas tengan un cariz distinto a lo primero dicho y que se tenga más en cuenta en trabajo realizado en tal sentido.
Nosotros creemos que el autor de este libro ha querido acercanos más aún a la Tierra Media. Y creemos eso porque si bien cuando se leen las obras de Tolkien uno queda admirado de lo que lee por muchas cosas que ahora no vamos a decir aquí (cada cual puede aportar las que crea oportunas), lo bien cierto es que darse cuenta de que hay algo que “conduce” el comportamiento de unos personajes que tan bien dichos y explicados por el profesor inglés y universal están… en fin, a uno no le deja de sorprender la profundidad a la que llegó nuestro autor cuando escribió aquellas obras tan conocidas y tan amadas, a la vez. Y eso, sin haberse planteado (a lo mejor sí, en realidad, no lo sabemos, pero todo apunta a que no fue así) el tema del Derecho como crucial en su obra. Algo, pues, de inspiración del Espíritu Santo podemos ver aquí los que creemos en tal posibilidad pues no se puede negar que algo tan profundo, incluso sin ser así preparado, va más allá de la misma creación (aquí subcreación) del ser humano escritor.
J.R.R. Tolkien, visto así por el autor de “El Derecho en Tolkien”, no deja de sorprendernos porque es bien cierto que su obra, así dicha, la que es, es algo más que fantástica, si, además, la vemos desde el punto de vista jurídico (sí, habrá a quien esto pueda aburrir…) no podemos negar que es miel sobre hojuelas, que se diría en la Sagrada Escritura o, como se diría “cuanto más azúcar, más dulce”.
De todas formas, les rogamos se introduzcan en cuanto puedan en las páginas de este libro porque van a descubrir muchas realidades que no siempre saltan a la vista pero que dan forma, nos hacen comprender, lo que pasa a lo largo de la obra de Tolkien. Y es, además, una forma de conocer mejor lo que en la Tierra Media sucede porque nada pasa por casualidad.
Esto, de todas formas, no ha pretendido ser una recensión de un libro que tenemos por muy importante sino, en realidad, una forma de agradecer el trabajo llevado a cabo por José María Miranda Boto. Y es que nada mejor que hacer ver lo que no se ve para comprender mejor lo que se ve.
Y esto último no es ningún acertijo que Gollum le hubiera presentado a Bilbo para intentar ganar el anillo perdido ni nada por el estilo sino, exactamente, la verdad de las cosas.
Gracias, don José María. Dadas, están, faltaría más
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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