Un amigo de Lolo – Comprender la presencia de Dios
Presentación
Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.
Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.
En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.
Comprender la presencia de Dios
“Los libros, los cuadros, los paisajes, todo ese mundo que crean las sensaciones contemplativas y sentimientos, no es sino un anticipo de gloria. Considero que esperarlos, incluso con la conciencia de una futura superación, no es hacer ejercicios sobre la cuerda floja de la esperanza. Como decía Greene, “el Cielo está aquí”, pero profetizado en ellos, dado a saborear reducidamente en ellos, como las muestras de las casas comerciales. A uno se le van estas cosas y no grita, porque, sin saber dónde ni de quién, se encuentra con una sensación de seguridad. Lo que se nos aparta de los ojos es como el “mete tu dedo en mi mano” de Santo Tomás, que uno las toca y ya le queda para siempre el tacto y el recuerdo de aquella mano cuajada de hermosura.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 145)
Cuando el Cristo vino al mundo por primera vez, desde entonces, sabemos que instauró su Reino y que es el del Amor. Pero eso ha de significar mucho para los que consideramos que ser discípulos tuyos tiene muchos beneficios espirituales y, en fin, supone nuestra salvación eterna.
Manuel Lozano Garrido, con una visión de testigo y de santo (mártir diario y divinamente adornado por bienes espirituales) sabe que, en realidad, lo que creemos está en el Cielo (que sí) también lo podemos encontrar en la tierra. También tiene por verdad que basta con aceptar a Dios para darnos cuenta de eso. Aunque sepa que la tal aceptación ha de estar exenta de hipocresía y de falta de manifestación de tal creencia, de tal aceptación.
A este respecto, dice Lolo que el Cielo está profetizado en aquello que vemos, en todo lo que podemos gozar en este mundo y que es regalo y don del Padre Dios.
Todo, pues, no es que sea Dios (eso es panteísmo) sino que muestra a su Creador como un hijo muestra las facciones de sus padres sin ser sus padres, aunque sepa que viene y procede de ellos dos.
Pues bien, estamos seguros que, incluso perdiendo algo de lo que sabemos ha sido donado por el Todopoderoso, ha de proveer Quien todo lo ha hecho y mantiene. Y eso nos da como una seguridad en lo eterno porque comprobamos que estamos protegidos por el Señor.
Hay, sin embargo, una posibilidad en la que, aunque sea mala cosa para los fieles hijos de Dios, podemos caer: no tener en cuenta todo eso y, por consiguiente, tenerlo como si estuviera ahí por cuestiones de azar u otras clases de suertes.
En tal forma de pensar y actuar hay como una especie de duda en la divinidad de Dios y en su poder. Por eso Lolo nos dice que eso supone, más o menos, como el decir del apóstol incrédulo (Tomás) que necesitaba, al parecer, poner sus dedos donde Cristo tenía sus heridas porque no le bastaba con lo dicho por sus compañeros.
Así, es posible dudar, pero, en verdad, es más posible aún salir de las dudas. Al igual que hiciera Tomás cuando Jesús le dijo que metiera, como quería para comprobar la presencia del Maestro, después de muerto, entre ellos, y exclamó aquello de “Señor mío y Dios mío”, nosotros también podemos hacer otro tanto. Y no nos referimos a tener que hacer lo que el mellizo quería hacer. No. A nosotros nos ha de bastar la confianza en Quien nos ha creado y recordar siempre que envió a su Hijo a morir por nosotros.
Así, seguramente, comprenderemos que donde está Dios es que está porque comprenderemos que todo, aquí, de lo bueno, es sólo anticipo de lo mejor que ha de venir, lo por venir.
Eleuterio Fernández Guzmán
……………………….
Por la libertad de Asia Bibi.
……………………..
Por el respeto a la libertad religiosa
……………………..
Enlace a Libros y otros textos.
……………………..
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Si somos capaces de comprender la presencia de Dios en el mundo tenemos mucho ganado de la vida eterna.
…………………………….
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
…………………………….
InfoCatólica necesita vuestra ayuda.
Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7), y haz click aquí.
Todavía no hay comentarios
Dejar un comentario