Un amigo de Lolo – Dios es la Verdad

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

Dios es la Verdad

“Las colinas y personajes de la vieja Palestina, las palabras eternas del amado Hijo mío, la esperanza nacida de su vuelo de ángel, están en el eje de vuestras avenidas con la misma capacidad de salvación, si os empeñáis en descubrirlas. Yo ando por vuestro asfalto, me acerco a tomar gasolina, monto en los ascensores y aparco a la vez que vosotros, si de cada circunstancia hacéis un encuentro con la verdad, porque en toda verdad me represento palpablemente. Sed y actuad como debéis de ser, como realmente sois: el espejo de Dios que os ha creado.” (Reportajes desde la cumbre, p. 48).

Para que se comprendan bien las palabras aquí traídas de este libro del Beato Lolo, decir que las mismas son dichas o, mejor, puestas en la boca de Dios. Es decir, los reportajes que, desde la cumbre, transmite este libro son un, a modo, de expresión divina. Por eso se habla como se habla y se dicen las cosas como se dicen.

Pues bien, una vez aclarado esto (que, seguramente, debía haber sido aclaro mucho antes) digamos que en las palabras dichas por el Todopoderoso se encuentra algo que, por misterioso que es, es muchas veces difícil de entender: dónde está Dios… que Dios está y que no nos ha abandonado a nuestro libre albedrío aunque también nos entregara el mismo.

Primero Cristo; luego Dios y, para finalizar… ambos en el devenir nuestro de cada día.

Queremos decir que, en primer lugar, Dios expresa que “si” nos empeñamos podemos darnos cuenta de la presencia de su Hijo entre nosotros. Y es que todo lo que ha acontecido a su respecto (su vida, su Pasión… su muerte por nosotros) ha dejado una clara huella en el mundo que, si es nuestra voluntad, podemos apreciar, agradecer gozar. Y ahí está el Mesías, enviado por Dios para cumplir una misión de salvación, una gracia dada por el Todopoderoso para bien de su semejanza.

Y, por otra parte, el mismo Dios que, como decimos, está aquí, aquí mismo.

La presencia de Dios la concreta nuestro Creador en una serie de realidades. No es que ellas sean Dios (como creen equivocadamente los panteístas) sino que está en ellas en el sentido de haber sido creadas por Quien todo lo puede. Y está en lo más ordinario, en lo más sencillo, en aquello que, en general, todo ser humano gusta (o disgusta) pero que no puede tener por bueno que Dios no está. Por eso nos pone ejemplos que alguien podría denominar de comunes. Y es que, en efecto, lo son, pero ahora revestidos con la presencia de nuestro Creador.

Pero, de nuevo, el “si” condicional. Ahora al respecto, dice Dios, de aquello en lo que podemos verlo, en todo lo que muestra que existe, que es, que está. Y, entonces, de aceptar tal presencia, somos capaces de ejercer nuestra libertad de forma correcta, sin alejamientos de Quien tanto ha hecho por nosotros que hasta entregó a su Hijo en manos de impíos para que cumpliesen con lo escrito.

Y, por último, un consejo que vale todo su peso en vida eterna: debemos hacer como lo que somos: semejanza de Dios Padre Todopoderoso y, en concreto, como su espejo o, lo que es lo mismo, como expresa su santa voluntad.

En realidad, se diga lo que se diga, es la única forma que debemos actuar aquellos que nos consideramos hijos de Dios y hermanos del Hijo. 

Eleuterio Fernández Guzmán

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Por la libertad de Asia Bibi. 
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Por el respeto a la libertad religiosa 
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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber que Dios está en la verdad, que es la Verdad.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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