A lo mejor se pueden decir mejor las cosas...
Siempre ha sido fácil entender que lo que es sencillo y no tiene doblez está al alcance de cualquiera. Así, por ejemplo, con todo el conocimiento que atesora en su inteligencia y en su corazón el Papa emérito Benedicto XVI a la hora de escribir y de explicar las cosas lo hace de una manera profunda pero, a la vez (¡sobre todo!) sencilla y fácil de aceptar por cualquiera. Además, nadie puede dudar de que es ortodoxo en cuanto a la fe católica y que, en cuanto a la doctrina de la Esposa de Cristo, no tiene duda alguna y no la siembra.
Esto es, así dicho, una de las “generales de la ley” católica: ser sencillo y no sembrar cizaña.
Sin embargo no podemos decir que siempre sea, tal forma de actuar, la común.
Digo, antes de empezar, que, como buen español que soy no puedo evitar entrar al toro, a este toro especial, con ganas.
Bueno. Sigamos con la cosa.
“No es este el lugar para hacer una revisión histórica, quiero solamente decir cuál camino me parece la salida de esta triste situación sobre María. Tal camino pasa por un sincero reconocimiento por parte de nosotros los católicos por el hecho de que muchas veces, en los últimos siglos, hemos contribuido a volver a María inaceptable a los hermanos protestantes, honrándola a veces de manera exagerada y desconsiderada, y sobre todo no colocando tal devoción dentro de un cuadro bíblico bien claro que dejara ver su rol subordinado respecto a la Palabra de Dios, al Espíritu Santo y al mismo Jesús. La mariología en los últimos siglos se había vuelto una fábrica continua de nuevos títulos, nuevas devociones, muchas veces en polémica con los protestantes usando a veces a María -¡nuestra madre común!- como un arma contra ellos.”
Esto es lo que ha dicho recientemente el P. Raniero Cantalamessa, a la sazón Predicador de la Casa Pontificia.
Sobre este texto, a causa del mismo, se ha producido una polémica que, en realidad no ha lugar. Y no ha lugar porque o bien quien eso ha dicho la querido decir lo que ha dicho o no ha querido. Sabemos, por eso, que quien calla otorga pero como aquí no ha habido silencio sino expresión concreta de lo que se cree verdad (lo aquí traído) no podemos decir que podamos equivocarnos: lo dicho, o escrito (como diría Pilato) escrito está.
Por otra parte, “Cogitationes poenam nemo patitur” que significa, dicho pronto y rápido, que el pensamiento no delinque. Y aquí ha habido expresión de un pensamiento luego, es posible, que haya incurrido en alguna imprudencia quien lo ha dicho: ha hablado y, por tanto, ha sobrepasado el simple pensamiento porque cada cual puede pensar lo que le venga en gana pero si lo expresa… a lo mejor le cae el peso de la ley. Este, claro no es el caso (a tal nivel, queremos decir) pero, al menos, alguna amonestación sí le debe caer.
Decimos que ha sido polémica esta predicación del P. Raniero porque encierra algo que no puede ser aceptado por ningún católico.
Ciertamente, ha habido quien enseguida se ha dado cuenta de lo que, con eso se ha querido decir; otros, sin embargo, han querido manifestar que se habían dado cuenta pero que, en realidad, se trataba de un error ajeno cuando, en realidad, tenían más que razón al expresar lo que expresaron aunque, claro está, estaban en su derecho de pedir disculpas por lo que creían habían cometido.
Bueno, sobre esto, cada cual es libre de decir lo que le venga en gana. Por eso, el que esto escribe va a hacer lo mismo.
Cuando alguien quiere hacer seguidismo de lo que se puede tener por bueno hace todo lo posible para que se note. Y eso es lo que hace el P. Raniero. Pero en este tema, que es muy sensible a la creencia católica, se ha pasado unos cuantos pueblos.
Para un católico (no digo menos sino más para un católico español) a la Madre no se la puede tocar en sentido de minusvalorarla. Y es lo que hace el Predicador de la Casa Pontificia. Lo hace, eso quiere pretender, de una forma disimulada, como quien no quiere la cosa pero hasta la persona creyente más sencilla entiende esto a la perfección:
“Tal camino pasa por un sincero reconocimiento por parte de nosotros los católicos por el hecho de que muchas veces, en los últimos siglos, hemos contribuido a volver a María inaceptable a los hermanos protestantes, honrándola a veces de manera exagerada y desconsiderada”.
¿Saben ustedes la diferencia que hay entre ser sincero y ser franco? Pues yo se lo digo: ser sincero supone decir lo que otro quiere oír escondiendo lo que, verdaderamente, se piensa; ser franco supone decir todo lo que se piensa aunque eso traiga malas consecuencias. Es decir la segunda postura es hacer real aquel “donde es sí es sí y donde es no, es no” dicho (más o menos) por Jesucristo; la primera postura no lo es.
Creemos, humildemente, que el P. Raniero se ha abonado a la primera de tales posiciones: dice lo que piensa porque cree que eso puede convenir a los que le escuchan que no son, como pudiera creerse, los católicos sino los protestantes a los que tanta importancia otorga con relación a la Virgen María a la que, por cierto, no tienen mucho aprecio.
Cree, el buen hombre, que hace tiempo que los católicos honramos a María más de la cuenta o, como dice él mismo, de una manera “exagerada y desconsiderada”.
¿Exagerada con respecto a Quién? ¿Desconsiderara para quién?
Los católicos sabemos perfectamente que el amor que tenemos por María nunca puede ser exagerado porque sería como pretender que a la madre de uno no se la pudiera amar por encima de tal nivel de amor… Y eso es mezquino además de irrefutablemente falso. Es más, todo será poco (para disgusto, al parecer, del P. Cantalamessa)
Pero, además, ¿a quién no consideramos lo suficiente cuando honramos a María de forma exagerada?
No traten ustedes de averiguar a quién se debe referir el Predicador porque, sin duda alguna, sólo se puede referir a los que él considera como agraviados: los protestantes.
Por cierto, escribe el mismo religioso en el mismo texto que hay protestantes que sí tienen en buena consideración a la Madre de Dios. Por eso, a lo mejor, cree el P. Raniero que los católicos no hacemos bien honrando “tanto” a María. Entonces, ¿podemos decir lo mismo de los musulmanes que, en algunas partes del Corán manifiestan cierta consideración por la Madre de Cristo? ¿También actuamos desconsideradamente con los seguidores de Mahoma o debemos mantener nuestro comportamiento con María?
En fin…
Parece, además, que al P. Raniero le molestan algunas devociones de la Virgen María. Cree que hay muchas porque (“¿en los últimos siglos?”) hemos creído conveniente llamar a María según las naciones y los diversos lugares han entendido a bien llamar. Sabemos que es Madre de Dios pero también sabemos que María, precisamente, se ha aparecido muchas veces (reconocidas por la Iglesia católica) adoptando, digamos, la tez y faz propias de lugar donde se ha aparecido (Fátima, Guadalupe en México, etc.) ¿Qué, pues, hay de malo y de perturbador en el hecho de que haya muchas devociones?
¡Y es que, además, cree que basta nombrar la polémica con los protestantes para sostener que los católicos actuamos mal!
Pero, vamos a ver, ¿quién salió de la Iglesia católica?
Exactamente: los protestantes fueron los que salieron de la Iglesia católica. Y ahora ¿somos los católicos los que polemizamos con ellos? ¿No son los protestantes los que se han separado de una creencia y una fe común?
Francamente lo digo, al que esto escribe le importa un comino lo que, al respecto de la Virgen María puedan creer o pensar los protestantes. De eso y de otros temas o asuntos teológicos. Nuestra fe católica es nuestra católica fe y no van a venir unos herejes a que cambiemos lo que creemos.
Es más, sabemos perfectamente que cuando el hijo pródigo se fue de casa del padre volvió a la casa del padre sin pedir que el padre se adaptara a sus gustos sino, precisamente, arrepentido y queriendo ser tratado como a unos de los siervos de su padre. ¿Va a venir ahora el Predicador a pedirnos que nos avengamos con los protestantes que se fueron de nuestra casa?
¡Anda ya!
Eleuterio Fernández Guzmán
…………………………..
Por la libertad de Asia Bibi.
……………………..
Por el respeto a la libertad religiosa.
……………………..
Enlace a Libros y otros textos.
……………………..
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Con la palabra se puede clarificar muchas cosas pero también se pueden liar otras y muchas más.
…………………………….
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
…………………………….
InfoCatólica necesita vuestra ayuda.
Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7), y haz click aquí.
12 comentarios
La discusión va escalando y uno dice "no, porque mi papá es policía", y el otro contesta "y el mío es luchador de la WWE", "el mío es Batman" y "el mío es Supermán".
Extienda esa discusión durante 200 años y a la hora que los papás van a traer a los críos lo menos que espera es ver a Gokú haciendo un kamehameha, cuando en realidad los señores son dos personas de lo más normal, con la única gracia de ser papás de los chicos; que no es poca cosa y sin duda supera toda imaginación infantil, pero no es de lo que los niños estuvieron hablando todo el tiempo.
Algo muy parecido a pasado con la Santísima Virgen y no de mano de la jerarquía eclesiástica, pero sí con su consentimiento tácito.
Ponga usted de caso las imágenes encontradas en los ojos de la Virgen de Guadalupe, donde no falta quien ya ha identificado con claridad siete personas y tampoco falta quién ha visto otros reflejos en los ojos de estas personas.
Si a esto le sumamos fenómenos como Medjugorje y otros menos famosos como la Virgen del Panal de aquí y Nuestra Señora del Pan Tostado de allá, llega el punto que hasta a un devoto católico se siente un poco incómodo si no es capaz de identificar una aparición en cada mancha de humedad de la pared.
Yo pienso que a eso se refiere el P. Cantalamessa cuando dice que "la hemos hecho inaceptable" y yo diría que no solo para los protestantes sino también para un grupo de católicos menos tendientes a las pareidolias.
Súmele usted a esto las canciones, piropos, gritos e interminables letanías que cada día le inventan un nuevo título y poder a Nuestra Señora y dígame honestamente si no ya llegó el tiempo de ponerle un coto a tanto desmán.
Ya bastante tendríamos con eso, si no existiera todavía la ofensa mayor, que es "usarla como arma" contra los hermanos separados. Porque uno puede con calma platicar de lo que quiera, pero cosa distinta es lanzarle al oponente pedazos de pan tostado afilados con la esperanza que se desintegren en una nube de azufre.
Pues sí, a mí me parece que hay un exceso de devoción mal entendida. Y si la jerarquía pusiera los ojos sobre ella, diría lo mismo. De hecho, lo dice constantemente, desaprobando a diestra y siniestra una miríada de falsas apariciones, pero con una voz tan suave que jamás supera los reportes de prensa que exageran las peregrinaciones a cada nuevo árbol y estatua del planeta.
Esa señora que le estamos presentando al mundo ya no es la Virgen. Hace mucho que dejó de serlo.
---
EFG
Me parece que usted está mezclado churras con merinas porque hay realidades demostradas como lo que dice sobre los ojos de la Virgen de Guadalupe (y otras muchas cosas más que usted no dice) con el exceso que pueda haber en intentos de querer que se reconozcan apariciones de la Virgen María. Y es que una cosa es lo que alguien pretenda y otra lo que la Iglesia católica reconozca. Lo último sí es válido.
A mí lo que me parece, francamente lo digo, es que el Predicador de la Casa Pontifica quiere ponerse de lado de lo que cree que, ahora, es lo que va con los tiempos.
Pax
Las palabras del Padre Cantalamessa no tienen sentido. Además, son asuntos que la Iglesia ya ha dilucidado desde antiguo. Me niego a aceptar que la Virgen, la Purísima, la Madre de Dios, sea un simple instrumento que Dios usa para que el Verbo se encarne. No, todo católico sabe que María es muchísimo más que eso. Para ser breve diré lo siguiente y en esta frase se resume mi parecer sobre la Santísima Virgen María: todo loor que se le haga es poco.
Ut in omnibus glorificetur Deus.
Y como ya lo ha dicho alguien, si se trata de algunos fieles que se han "desviado" de la verdadera devoción, entiéndase como consecuencia de la "faliblidad" del ser humano tan connatural y cotidiano que no requiere más comentarios.
Pienso en los mismos protestantes que si están donde están y como están es por la resistencia a la acción de la gracia, porque Nuestro Señor Jesucristo vino para que todos se salven. Y aquí ya no estamos hablando de una simple "devoción desviada" sino algo mucho más grave.
"Y es que una cosa es lo que alguien pretenda y otra lo que la Iglesia católica reconozca."
---
Para no visitar a la Virgen del Volcán -dele un vistazo a Google y sorpréndase de cuantas devociones a la diosa Pelee existen disfrazadas de Virgen María-, consideremos apenas a Medjugorge.
Ya van 35 años de una aparición que tiene todas las luces de ser falsa, y la Iglesia sigue sin pronunciarse. Con peregrinaciones masivas, lideradas por sacerdotes y obispos, mensajes semanales y ola tras ola de merchandising.
Ya el Papa dijo que esta vez sí va a decir qué pasa con Medjugorge, pero el día que lo haga, ocupará dos líneas en el diario y al día siguiente pasará al olvido, con aquéllo de la conciencia individual y los frutos de conversión -que sin duda existen, pero son independientes de la supuesta aparición-.
Para un observador independiente, allí hay un reconocimiento tácito de la Iglesia de un evento con muchas sombras de duda. ¿Con qué cara le respondo a un protestante que ni siquiera ataca sino apenas pregunta qué pasa con Medjugorge?
No me malinterprete que no soy yo quien pueda decir si la aparición es cierta o falsa. Pero si es cierta que se diga y si es falsa que se diga. Así sabemos a qué atenernos. En estos 35 años, miles han vivido y muerto con la incertidumbre y para muchos miles más, una duda lo suficientemente grande como para decir "yo creo que eso es falso".
Y una vez que empezamos con falsedades, el resto va cuesta abajo.
Devoción auténtica la hay, mas el libertinaje anual de borracheras sexualidad, liado con el flamenqueo, ni a nuestra Madre Celestial sin duda agrada.
No sé de Semana Santa en Sevilla, pero sí en Málaga. ¡Es apabullante! si bien la Fe se palpa en muchos rostros, a veces sí que se saltan muchos pueblos. Borrachos por doquier y no digamos “el ligue”. La competición entre cofradías, ridícula; veneración a las imágenes en segundo lugar el “a ver” qué Virgen luce mejor, como carnaval. Parece doña Cuaresma pierde ante don Carnal.
Lustros ha que no vivo Semana Santa en mi tierra pero sí sé del caos que los ´cofrades´ arman. Cristianos y paganos, divorciados y rejuntados jefes de cofradia. Comunistas que dan pregone, a veces Antonio Banderas, que me da igual lo que sea. Y ésta Virgen es´ la ma´ guapa.
Conozco a excatólicos, ahora pentecostales, no uno o dos, que han creído que, en efecto, lo nuestro es idolatría. Corroboran lo que Cantalamessa dice. No creo poder convencerle, mas los hechos son y los obispos permiten. No es culpa de Cantalamessa. Y no son ni churras ni merinas.
¡Ave María Purísima.
Ni tú ni yo-a no ser que seas mexicano-podemos saber si la Virgen está embarazada o no pero ellos sí porque lleva dos tiras negras colgando de las muñecas y el signo de ollin* en el vientre, además de otros muchos más pictogramas, pero la Virgen es un icono al estilo europeo y no corresponde al estilo náhuatl. Sencillamente en 1531 no había pintor en México que pudiera pintar esa Virgen tal como aparece. Y eso para mi es misterioso porque no le encuentro explicación satisfactoria, sólo por eso, y nadie me la ha sabido dar. Si tú puedes, encantada de oírte.
*El signo de ollin es el quinto de los puntos cardinales: norte, sur, este, oeste y centro. Ollin es el centro y significa "movimiento", así que más claro, agua.
Con respecto a la imagen de la Virgen de Guadalupe, no pongo duda pues está reconocida por la Iglesia. Lo que pongo en duda es que alguien haya podido reconocer figuras en las pupilas de las figuras que están en las pupilas de la imagen. Ya bastante difícil es reconocer las primeras, que bien podrían estar allí o quizás no, depende mucho de la imaginación de cada uno, pero cuando dicen haberle visto pupilas a las figuritas y figuras dentro de estas... bueno, yo creo que ya es un poquito pasado de tueste.
De todas maneras, algo que pocos saben es que no se requiere fe ciega en las apariciones, pues no son dogma. Yo puedo libremente no creer en la aparición de Lourdes y no pasa nada, nadie se va al infierno por eso. No puedo creer en algo que está específicamente condenado, eso también es cierto.
Pero la mayoría de la gente, católicos incluidos, sólo ven el bulto, las masas, la irreflexión y los ataques infundados. En mi pueblo se acostumbra poner imágenes de la Virgen en las puertas para rechazar a los visitantes de otras religiones, con mensajes muy poco piadosos. He visto exvotos francamente blasfemos, agradeciéndole a la Virgen y a los santos haber matado a alguien, haberle provocado alguna enfermedad o escondido una infidelidad o una injusticia. Si eso no es "excesiva devoción" no sé qué lo sea.
No es posible que alguien pueda prender la candela de los siete poderes para que al vecino se le llene la casa de cucarachas y que haya otro que diga que "eso está bien, porque nunca se le puede tener mucha devoción a la Virgen".
Admiro al Padre Raniero Cantalamessa . Considero este error como un desliz; el primero que le conozco.
Se le podría escribir pidiéndole una aclaración; me apenan mucho estas palabras , viniendo de él.
Todos cometemos equivocaciones. El P. Raniero no es una excepción.
"Salve Regina, Mater misericordiae..."
Dejar un comentario