“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- No denunciar y callar…
Hoy es 11 M y no podemos, por menos, que recordar a las personas que cayeron en manos del Mal hace, ahora, 11 años, en Madrid (España). Dios las acogió, seguro, con Amor y misericordia. Espero que haya perdonado a las personas, aún sin saber sus nombres, que perpetraron aquel demoníaco atentado.
La expresión “Estos son otros tiempos” se utiliza mucho referida a la Iglesia católica. No sin error por parte de quien así lo hace. Sin embargo se argumenta, a partir de ella, acerca de la poca adaptación de la Esposa de Cristo a eso, a los tiempos que corren o, como dirían antiguamente, al “siglo”.
En realidad siempre son otros tiempos porque el hombre, creación de Dios, no se quedó parado ni siquiera cuando fue expulsado del Paraíso. Es más, entonces empezó a caminar, como desterrado, y aun no lo ha dejado de hacer ni lo dejará hasta que descanse en Dios y habite las praderas de su definitivo Reino.
Sin embargo, nos referimos a tal expresión en materia de nuestra fe católica.
¿Son, pues, otros tiempos?
Antes de seguir decimos que Jesús, ante la dificultad que presentaba la pesca para sus más allegados discípulos, les mostró su confianza en una labor gratificada diciéndoles (Lc 5,4)
‘Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.’
Quería decirles Jesús que, a pesar de la situación por la que estaban pasando siempre había posibilidad de mejorar y que confiar en Dios era un remedio ciertamente bueno ante la misma.
El caso es que, como es lógico, las cosas han cambiado mucho, para el ser humano, desde que Jesús dijera aquellas palabras u otras de las que pronunció y quedaron para la historia del creyente católico como Palabra de Dios. Por eso no es del todo extraño que se pueda lanzar la pregunta acerca de si estos son otros tiempos pero, sobre todo, que qué suponen los mismo para el sentido primordial de nuestra fe católica.
Por ejemplo, si de la jerarquía eclesiástica católica se dice esto:
Por ejemplo, de la jerarquía eclesiástica se dice:
Que le asusta la teología feminista.
Que es involucionista.
Que apoya a los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Que participa en manifestaciones de derechas.
Que siempre ataca a los teólogos llamados progres.
Que deslegitima el régimen democrático español.
Que no se “abre” al pueblo cristiano.
Que se encierra en su torre de oro.
Que no se moderniza.
Que no “dialoga” con los sectores progresistas de la sociedad.
Que juega a hacer política.
Que no sabe estar callada.
Que no ve con los ojos del siglo XXI.
Que constituye un partido fundamentalista.
Que está politizada.
Que ha iniciado una nueva cruzada.
Que cada vez está más radicalizada.
Que es reaccionaria.
Y, en general, que es de lo peor que existe.
Lo mismo, exactamente lo mismo, puede decirse que se sostiene sobre la fe católica y sobre el sentido que tiene la misma pues, como los tiempos han cambiado mucho desde que Jesús entregó las llaves de la Iglesia que fundó a Pedro no es menos cierto, eso se sostiene, que también debería cambiar la Esposa de Cristo.
Además, no podemos olvidar el daño terrible que ha hecho el modernismo en el corazón de muchos creyentes católicos.
Por tanto, volvemos a hacer la pregunta: ¿son, éstos, otros tiempos para la Iglesia católica?
“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- No denunciar y callar…
Callar de algo que pasa puede ser aconsejable. Y es que, en determinadas situaciones no podemos decir que venga nada bien airear realidades que podamos conocer por nuestro trabajo, simplemente, por el devenir de nuestra vida. Mantener, entonces, un prudente silencio, puede ser el planteamiento correcto.
Pero no todo silencio es bienvenido de parte del discípulo de Cristo que, aunque no sea de este mundo sí vive en él y no puede hacer como si nada le importase.
Hay cosas sobre las que no podemos callar. El silencio acerca de las mismas seguro que se tiene en cuenta contra nosotros cuando llegue el momento de presentarnos ante el Tribunal de Dios.
Por eso no podemos dejar de denunciar y callar ante:
-El genocidio que se está cometiendo contra los creyentes cristianos por parte de llamado “Estado Islámico”.
-El abandono de parte de nuestra sociedad occidental del Creador y el alejamiento abusivo de su Ley.
-Los errores que podamos observar en el cumplimiento de los principios básicos del cristianismo.
-Las ofensas hechas a Dios y de las que hayamos sido testigos.
-Los egoísmos en los que vemos caer a nuestros hermanos o… a nosotros mismos.
-Aquellos actos contrarios a la liturgia, digamos abusivos, establecida de los que seamos testigos.
-Las necesidades del prójimo.
-Las lagunas doctrinales de aquel católico que conocemos.
-Aquello que pudiera causar dolor o sufrimiento innecesario en nuestro prójimo.
¿Nos damos cuenta que, esto, además, constituye un pecado de omisión?
No, seguramente, no caemos en eso y, por eso mismo, miramos para otro lado para no molestar nuestra miseria humana y no hacerla caer en una responsabilidad de la que no podemos librarnos.
Y es que callar y no denunciar es síntoma claro de tibieza en la fe y, también, de no haber entendido nada de nada lo que supone ser hijo de Dios.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Tiempos de cambios siempre los ha habido pero Cristo sigue siendo el mismo Hijo de Dios que se entregó por nosotros.
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