Ad pedem litterae – P. Pablo Cabellos Llorente
Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.
En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.
Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente
Presentación del artículo del P. Pablo Cabellos .
No se puede negar que la sociedad actual se ha alejado de Dios todo lo que ha podido y que los adalides de la modernidad estiman importante difundir que la fe, la creencia en el Todopoderoso, tiene poco que ver con la sociedad.
El autor del artículo, a tal respecto, cree que es bien cierto y verdad que hay quienes sostienen que la fe se ha de vivir en lo privado y que, sobre todo, no es conveniente que se viva en público. Y esto, con ser más que verdad (que eso se sostenga) no es poco cierto que es una aberración.
Y es que una cosa que la conciencia, como dice el P. Pablo Cabellos, “es el sagrario íntimo e inviolable donde el hombre escucha la voz de Dios” pero eso es una cosa y otra, muy distinta, que se pretenda que de ahí no salga a ninguna parte.
Pero lo más curioso es que, en efecto, en estos tiempos donde la palabra “libertad” se usa y abusa para tanto, sea precisamente el teme religioso, y el católico a más señas, el que deba ser acallado.
¿Qué libertada es eso? Pues es la libertad de los ciegos y sordos.
Y, ahora, el artículo del P. Pablo Cabellos Llorente.
¿No puede ser pública la fe?
Alguien nos ha marcado un golazo por la escuadra. Alguien nos ha convencido de que la fe puede vivirse privadamente, siempre que no se manifieste en público. No piense el amable lector que me refiero a las procesiones –que también-, sino a escribirlo en un medio de comunicación –al menos en algunos-, a exponerla en una red social o incluso en una reunión de amigos. Te aseguran que ese no es el lugar apropiado, aunque cada uno puede pensar como quiera, etc. Luego, en correo privado, aseguran que son católicos, pero que la religión queda para la propia intimidad. Hay lugares en los que decir adiós es incorrecto.
Los que piensan así son los guardametas que han encajado el gol. Porque se puede opinar de política, de fútbol, de pintura, de todo, incluso exhibiendo posturas descabelladas, pintorescas y hasta lamentables. De eso, sí, pero de religión, no. El primer interrogante que surge es el que haría cualquier niño en esa etapa de su vida en que pregunta los porqués de las cosas, aún no comprendiendo bien la respuesta que se le dé? ¿Por qué es incorrecto hablar de lo relativo a Dios? Hay quienes le otorgan hasta una aparente carga de respeto: es algo íntimo, y las intimidades no se exhiben. Ya. ¿Y por qué pueden exhibirse todo tipo de asuntos aparentemente recónditos de las vidas del llamado famoseo?
De religión nada, pero estamos al día de los amoríos de todo el mundo, de la tercera boda del otro, de la foto del niño con padres notorios, de una sonada unión gay, de los supuestos cohechos filtrados por no se sabe nunca quién y sin que nadie haya sido imputado, de las peleas familiares, de los líos de herencias y de un sinfín de asuntos. Todo eso ha de ser transparente. Esa etiqueta siempre resulta válida. Pero Dios ha de mantenerse opaco, escondido en la intimidad de la propia conciencia. Es bien cierto que la propia conciencia es el sagrario íntimo e inviolable donde el hombre escucha la voz de Dios. Pero la escucha para vivirla. Y si la vive, se ve. Ni se puede ocultar, ni se debe alardear. Es un Bien para vivir con naturalidad y para ofertarlo del mismo modo.
Paradójicamente, en muchos medios en los que se ha introducido ese insano laicismo –existe una sana laicidad- tratan mucho del tema religioso, naturalmente para vituperarlo, aprovechar la mínima ocasión para tergiversar al Papa o a los obispos, en fin para dar cancha a la anti-religiosidad. O al menos, a la llamada disidencia con el catolicismo custodiado por la jerarquía de la Iglesia. Claro, eso no es intimidad, a menos que el sectarismo le pertenezca. He escrito que existe una sana laicidad, que tiene muchas consecuencias: evitar todo clericalismo, saber que los asuntos de orden temporal tienen sus propias reglas y su autonomía –que no significa independencia de Dios-, a que el cristiano sea responsable de sus actos sin representar para nada a la Iglesia, al respeto a la libertad religiosa y a la que gozan los católicos en materias opinables. Si se oponen a la Ley de Dios, ya se lo dirán sus obispos, no el Congreso de los Diputados.
Cuando menos, es curioso que en estos tiempos de libertad –cada vez menor-, puedan existir todo tipo de opciones, excepto la de mostrar la propia fe sin ambages. Pero nos han colado el gol. Y hay que sacar el balón de la propia meta y colocarlo en la otra. Puede no ser tarea fácil, también porque ciertos cristianos lo han enterrado en su portería por preferir alguna gabela de este mundo antes que a Dios, lo que también supone falta de amor a este mundo: Dios no quita nada, lo da todo, también sentido a todas las tareas humanas. Siempre que sean honestas. Tal vez quienes han optado por no sacar el balón de la propia meta no procuran faenas tan decentes.
Mas hay que decir también algo a los que han marcado el penalti injusto: yo volvería a la pregunta infantil: ¿por qué? Si los cristianos hemos de dar razón de nuestra esperanza, el goleador tramposo debería dar explicación de la suya. Sí, ya sé que dirán que la democracia es imposible sin su elección de vida, pero estamos viendo a diario que no es así, que la libertad es cristiana, un don profundamente cristiano. Quizá por eso emplean mucho las palabras democracia y ciudadano, y hablan poco de libertad y persona. La razón es bien sencilla: libertad y persona expresan algo aún más hondo y más exigente, tanto que, sin libertad y sin personas, no hay democracia ni ciudadanos, sino un conjunto de mansurrones bailando al son que tocan.
El reconocimiento de Dios no se opone de ningún modo a la dignidad del hombre, ya que esta dignidad se funda y se perfecciona en el mismo Dios. La negación del Creador y de toda dependencia de Él va en detrimento de la criatura que somos cada uno. ¿En qué se basan los Derechos Humanos si no hay Dios?
P. Pablo Cabellos Llorente
Publicado originalmente en Las Provincias y traído a InfoCatólica con permiso expreso del autor.
La Editorial Stella Maris convoca el I Premio de Ensayo REVISTA EL PENSADOR.
Las bases son las que siguen:
1.- Editorial Stella Maris convoca el I Premio de Ensayo REVISTA EL PENSADOR, conforme a las presentes bases.2.- Podrán concurrir al Premio cualesquiera obras inéditas de ensayo, en lengua castellana, cuya temática verse sobre “De Franco a hoy: evolución de España desde 1975 a 2013″ desde el punto de vista social, cultural y/o moral. Esta temática podrá ser abordada en conjunto o desde cualquier aspecto concreto.
3.- Las obras tendrán una extensión mínima de 150 páginas y máxima de 300. La tipografía a utilizar será el Times New Roman, tamaño 12, espaciada a 1,5. Se presentarán dos copias impresas en papel y se adjuntará una copia en formato word.
4.- Los autores, que podrán ser de cualquier nacionalidad, entregarán sus obras firmadas con nombre y apellidos, o con pseudónimo.
En el caso de que la obra venga firmada con nombre y apellidos, es obliga-torio incluir fotocopia del documento oficial de identidad, una hoja con los datos personales (nombre y apellidos, dirección postal, teléfono y email), un currículum vitae detallado del autor, así como un certificado firmado en donde se haga constar que la misma es propiedad del autor, que no tiene derechos cedidos a o comprometidos con terceros y que es inédita.
En el caso de que la obra sea presentada bajo pseudónimo, se incorporará una plica (con el título de la obra y el pseudónimo utilizado), en cuyo interior se incluirá la documentación referida en el párrafo anterior. Las plicas sólo serán abiertas en el caso de que la obra fuera premiada. En caso contrario serán destruidas junto a los originales presentados.
5.- Se admite la presentación de obras colectivas, pero en este caso el premio se repartirá a prorrata entre los autores. Y la documentación exigida en la cláusula anterior regirá por cada uno de ellos.
6.- Las obras presentadas al Premio no podrán ser editadas, reproducidas, cedidas o comprometidas con terceros, hasta el fallo definitivo. El ganador y, en su caso, los accésits ceden, por el mismo acto del fallo y de manera inmediata, los derechos exclusivos y universales de edición durante quince años a favor de Stella Maris.
Ninguna obra presentada al Premio podrá ser retirada del concurso hasta el fallo del Jurado.
7.- El Premio consistirá en:
* 6.000 euros en concepto de anticipos de derechos de autor.
* Publicación de la obra en una de las colecciones de Stella Maris.
* El 7% sobre las ventas, en concepto de derechos de autor.8.- El Premio puede ser declarado desierto. Asimismo puede otorgarse un Accésit por cada una de las siguientes modalidades: Ciencias Sociales, Cultura y Filosofía.
El premio de cada accésit será un diploma acreditativo. Stella Maris se reservará el derecho de publicación de cada accésit y, en este caso, el otorgamiento de un 7% sobre ventas en concepto de derechos de autor.
9.- El plazo máximo de presentación de obras que opten al Premio comienza el 1 de febrero y finaliza el 29 de diciembre de 2014 a las 24 horas.
Las obras deberán presentarse por correo certificado a la siguiente dirección:Stella Maris
(PREMIO “REVISTA EL PENSADOR")
c/. Rosario 47-49
08007 Barcelona10.- El Jurado estará compuesto por cinco profesores universitarios e intelectuales de reconocido prestigio, designados por Stella Maris. La composición del Jurado se hará pública al mismo tiempo que el fallo del Premio.
11.- El premio será fallado el 27 de febrero de 2015 y será publicado al día siguiente, comunicándose directamente además al ganador y accesits. El fallo del jurado será inapelable.
Las obras no premiadas serán automáticamente destruidas y no se devolverán en ningún caso a sus autores. Stella Maris no están obligados a mantener correspondencia con ninguno de los aspirantes al Premio.
12.- La concurrencia al Premio implica la aceptación expresa de las presentes bases de convocatoria.
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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa
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Enlace a
Libros y otros textos.
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Los católicos, aunque no seamos del mundo, estamos en el mundo.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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