La Palabra del Domingo - 24 de agosto de 2014
Mt 16, 13-20.
“13 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?’ 14 Ellos dijeron: ‘Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas.’ 15 Díceles él: ‘Y vosotros ¿quién decís que soy yo?’ 16 Simón Pedro contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.’ 17 Replicando Jesús le dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.’ 20 Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo.”
COMENTARIO
El que en otro tiempo era llamado Cefas
Jesús era la mar de curioso. Le gustaba saber lo que pensaban de Él. Se quiere decir que le gustaba escucharlo en boca de otros porque saberlo, por ser Dios, lo sabía.
Pero este texto del evangelio de san Mateo resulta curioso porque es circular. Resulta que empieza y acaba de la misma forma que no es otra que diciendo Jesucristo que era el Enviado de Dios, el Mesías… el Cristo. Al menos tiene tal espíritu.
Así les pregunta a sus discípulos que qué decía la gente al respecto del Hijo del hombre que es una forma de decir, a tenor del profeta Daniel (7, 14), que sería quien Dios enviaría, en la plenitud de los tiempos, para salvar a la humanidad. Y luego, al final de las palabras recogidas por el que fuera recaudador de impuestos, el mismo Jesús manda a los discípulos que no digan que era, precisamente, el Cristo.
Esto ha de querer decir, en primer lugar, que Jesús sabía, a la perfección, que era, en efecto, el Enviado de Dios, el Mesías… el Cristo o, lo que es lo mismo, que no fue una invención de sus discípulos que, tras la muerte, quisieran dar importancia al Maestro que habían conocido y que había muerte en la Cruz de infamante muerte.
Pero, en segundo lugar, y no es poco importante, el hecho de que tuviera conciencia de su ser divino tenía que querer decir que no podía quedarse su vida entre sus semejantes como la que lo hubiera sido de alguien importante sin más objetivo en la vida que ser, eso, importante entre los suyos y, como mucho, entre los más alejados que pudieran conocerlo. Tenía, por lo tanto, que nombrar a alguien para que fuera, digamos, su representante en la Tierra, su Vicario.
Y escogió a Pedro. Podía haber escogido a otro de los doce pero decidió escoger a Cefas a pesar de conocer lo que luego pasaría entre los dos en la noche de su Pasión (que si te seguiré a todas partes, que si el gallo que iba a cantar, que si luego pasó eso…). Bueno, seguramente, por eso mismo.
El Espíritu Santo había soplado en el oído y en el corazón de Pedro para que dijera que Jesús era el “Hijo de Dios vivo” y que, por eso mismo, los demás ignoraban, en realidad, que tenían ante sí a quien Dios había enviado para la salvación de una humanidad desviada del camino que el Creador había trazado para ella desde la eternidad y que había tratado de enderezar suscitando, de entre su pueblo elegido, a muchos que cumpliera la tuvieran el don de profecía y hablasen lo que Dios les sugería al corazón.
¿Para qué escogió, entonces, Jesús a Pedro?
Lo dice Él mismo: ser piedra sobre la que edificar su Iglesia. Para ello le da, además, las llaves de la misma.
Sabemos que con unas llaves se abre y se cierra una puerta y que, por eso mismo, quien la tiene podemos decir que tiene el poder de dejar entrar a la casa o invitar a salir a quien esté fuera de la misma o dentro de ella. Pues algo así quiso hacer Jesucristo con la persona misma de Pedro.
Jesús dio el poder a Pedro de mucho: atar y desatar. Pero no sólo lo hizo en el sentido según el cual quedaría atado o desatado en la tierra y que aquí se quedaba. No. Hizo mucho más el Hijo de Dios porque, siendo el Creador hecho hombre, bien podía hacer lo que hizo y que no era otra cosa que vincular el reino que había venido a fundar con el definitivo de Dios en la vida eterna.
Así, lo que Pedro entendiese que era bueno para la Iglesia, luego llamada católica, sería bueno en el cielo y lo que entendiese que era malo para la Iglesia, sería malo en el cielo y no tenido por bueno. Y el poder de atar y desatar quería decir, y quiere decir, de atar y desatar, sin más preámbulos ni innecesarias explicaciones. Se entiende a la perfección.
Ataba, por lo tanto y, también, desataba pero no por capricho o porque quisiera su conveniencia. Muy al contrario tenía que hacer porque la Iglesia fundada por Cristo no se la entregó a Pedro para que fuera suya sino, en todo caso, para que la transmitiera a su sucesor y éste al suyo y, así, hasta hoy mismo cuando es el Papa Francisco el que ocupa la bien llamada, por eso mismo, silla de Pedro y tenemos, además, a un Papa Emérito, Benedicto XVI.
¡Dos regalos del Espíritu Santo! ¡Cómo se nota que Dios nos quiere”
PRECES
Por todos aquellos que no confían en la divinidad de Cristo.
Roguemos al Señor.
Por todos aquellos que no siguen el Magisterio Papal.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a tener en cuenta que Cristo es Hijo de Dios y que está vivo entre nosotros.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
Eleuterio Fernández Guzmán
La Editorial Stella Maris convoca el I Premio de Ensayo REVISTA EL PENSADOR.
Las bases son las que siguen:
1.- Editorial Stella Maris convoca el I Premio de Ensayo REVISTA EL PENSADOR, conforme a las presentes bases.2.- Podrán concurrir al Premio cualesquiera obras inéditas de ensayo, en lengua castellana, cuya temática verse sobre “De Franco a hoy: evolución de España desde 1975 a 2013″ desde el punto de vista social, cultural y/o moral. Esta temática podrá ser abordada en conjunto o desde cualquier aspecto concreto.
3.- Las obras tendrán una extensión mínima de 150 páginas y máxima de 300. La tipografía a utilizar será el Times New Roman, tamaño 12, espaciada a 1,5. Se presentarán dos copias impresas en papel y se adjuntará una copia en formato word.
4.- Los autores, que podrán ser de cualquier nacionalidad, entregarán sus obras firmadas con nombre y apellidos, o con pseudónimo.
En el caso de que la obra venga firmada con nombre y apellidos, es obliga-torio incluir fotocopia del documento oficial de identidad, una hoja con los datos personales (nombre y apellidos, dirección postal, teléfono y email), un currículum vitae detallado del autor, así como un certificado firmado en donde se haga constar que la misma es propiedad del autor, que no tiene derechos cedidos a o comprometidos con terceros y que es inédita.
En el caso de que la obra sea presentada bajo pseudónimo, se incorporará una plica (con el título de la obra y el pseudónimo utilizado), en cuyo interior se incluirá la documentación referida en el párrafo anterior. Las plicas sólo serán abiertas en el caso de que la obra fuera premiada. En caso contrario serán destruidas junto a los originales presentados.
5.- Se admite la presentación de obras colectivas, pero en este caso el premio se repartirá a prorrata entre los autores. Y la documentación exigida en la cláusula anterior regirá por cada uno de ellos.
6.- Las obras presentadas al Premio no podrán ser editadas, reproducidas, cedidas o comprometidas con terceros, hasta el fallo definitivo. El ganador y, en su caso, los accésits ceden, por el mismo acto del fallo y de manera inmediata, los derechos exclusivos y universales de edición durante quince años a favor de Stella Maris.
Ninguna obra presentada al Premio podrá ser retirada del concurso hasta el fallo del Jurado.
7.- El Premio consistirá en:
* 6.000 euros en concepto de anticipos de derechos de autor.
* Publicación de la obra en una de las colecciones de Stella Maris.
* El 7% sobre las ventas, en concepto de derechos de autor.8.- El Premio puede ser declarado desierto. Asimismo puede otorgarse un Accésit por cada una de las siguientes modalidades: Ciencias Sociales, Cultura y Filosofía.
El premio de cada accésit será un diploma acreditativo. Stella Maris se reservará el derecho de publicación de cada accésit y, en este caso, el otorgamiento de un 7% sobre ventas en concepto de derechos de autor.
9.- El plazo máximo de presentación de obras que opten al Premio comienza el 1 de febrero y finaliza el 29 de diciembre de 2014 a las 24 horas.
Las obras deberán presentarse por correo certificado a la siguiente dirección:Stella Maris
(PREMIO “REVISTA EL PENSADOR")
c/. Rosario 47-49
08007 Barcelona10.- El Jurado estará compuesto por cinco profesores universitarios e intelectuales de reconocido prestigio, designados por Stella Maris. La composición del Jurado se hará pública al mismo tiempo que el fallo del Premio.
11.- El premio será fallado el 27 de febrero de 2015 y será publicado al día siguiente, comunicándose directamente además al ganador y accésits. El fallo del jurado será inapelable.
Las obras no premiadas serán automáticamente destruidas y no se devolverán en ningún caso a sus autores. Stella Maris no están obligados a mantener correspondencia con ninguno de los aspirantes al Premio.
12.- La concurrencia al Premio implica la aceptación expresa de las presentes bases de convocatoria.
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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.
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Enlace a Libros y otros textos.
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Confiar siempre en Cristo y no dudar nunca.
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Para leer Fe y Obras.
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