Sobre lo obvio aunque pueda no parecerlo

Tener fe o no tenerla

Rubén Esquivel Benites es una persona que tuvo a bien comentar un artículo que, hace tiempo ya, publiqué sobre un blog de los que se alojan en Religión Digital de título “Humanismo sin credos”. Lo que entonces dije allí, allí esta dicho y no voy a repetirme para no parecer, en exceso, pesado. Y pongo aquí su nombre, cosa que no hago nunca por salvaguardar la privacidad de la persona, porque me ha autorizado expresamente a poder hacerlo.

Pero bueno, lo que Rubén escribió es la mar de interesante. Lo es porque muestra el pensamiento que muchas personas, a lo mejor alejadas de la fe, pueden tener pero también es posible que haya creyentes que piensen lo mismo aunque no se den cuenta de eso.

Bueno, lo que decía era esto:

Leo ambos blogs y son comunes en algo: los veo demasiado sectarios y poco librepensadores o de mente abierta, entre esas posiciones no se convive. Personalmente respeto el derecho de opinión, de Dios tenemos representaciones, simbología, luego podemos pensarlo pero no afirmar su existencia (excepto por la fe), si vemos el desarrollo del hombre y la sociedad yo no encajo algo divino en esta “creación", si el creador representado como omniscente, omnipresente, tan lleno de sabiduría no pudo preveer las consecuencias de su creación se deslegitimiza, por otra parte me intriga la infalibilidad de la naturaleza (los animales y las plantas), quizás fue un error dar el salto del instinto a la razón. Un abrazo; si alguien quieren contestarme, rebatirme, criticarme.

Pues eso, le contestó, le rebato y, en lo que sea capaz este que escribe, lo critico sabiendo que lo que aquí se trata no es cuestión puramente personal sino que afecta, ni más ni menos, que a todo ser humano y, aún más, al ser humano creyente y, aún más, al ser humano creyente católico.

Evidencias de la existencia de Dios

Sobre esto Santo Tomás de Aquino lo dice de una manera clara y determinante. Es un texto muy conocido pero a lo mejor no está mal traerlo otra vez (Suma teológica - Parte Ia - Cuestión 2, artículo 3). Dice esto:

“La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas.

1) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios.

2) La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.

3) La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.

4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género algo sea lo máximo, se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.

5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios.”

Se podría decir que para aceptar esto dicho por el Aquinate hace falta fe pero no es menos cierto que las, digamos, “pruebas” de la existencia de Dios trasciende a la propia fe y van más allá de la misma porque aportan elementos puramente materiales o, mejor dicho, de lo que pasa en la realidad de las cosas. Y, aunque este tema ha ocasionado, ocasiona y ocasionará fuertes debates filosóficos acerca del sentido de lo dicho por Santo Tomás de Aquino, digamos que para pequeños en la fe es más que suficiente como para creer que, en efecto, Dios Existe y que no se trata, en exclusiva, de una cuestión de “creer” (por fe) que existe.

Además, cualquiera puede darse cuenta de que el suceder de la propia naturaleza y, en general, digamos que de la creación, no puede darse, ni se pudo dar, por pura casualidad ni por la combinación de determinados elementos venidos desde otros lugares del espacio exterior y caídos a la Tierra, etc., sino que en todo esto, en todo lo que vivimos y existimos, en todos los que vivimos y existimos, se nota la huella de una inteligencia superior que todo lo ha hecho. No se trata, ya, de cuestión, aquí tampoco, de fe, sino de constatar que todo funciona con “demasiada” perfección como para que funcione porque sí o por simple casualidad. Aquí sí hay, es evidente (que se mire cualquier realidad, cualquiera, natural) algo “divino” que sólo puede proceder de Dios que creó y, ahora mismo, mantiene la creación, su Creación.

Ahora bien, lo otro también es importante.

Cuando Dios hizo, creó al ser humano, es bien cierto que se dio, como se comenta, un salto desde el instinto a la razón. Y esto también cabe explicarlo porque de lo que se explique y se entienda se comprenderá que era muy importante que se diera tal salto.

Tenemos por aceptado lo que dicen las Sagradas Escrituras acerca de la creación del ser humano. Por otra parte, las cosas no son, siempre, como podemos apreciar sino como, en efecto son.

Pero, por otro lado, las teorías “evolucionistas” no pueden entender que Dios creara al hombre sino que, por evolución somos lo que somos.

Tenemos, por lo tanto, dos “teorías” que no son inconciliables sino que pueden tener más relación de la que, en principio se piensa.

El que esto escribe ha escuchado, en algunas ocasiones, decir al Padre Jorge Loring, S.J. algo que no es descabellado sino que, en efecto, puede haberse producido por voluntad de Dios.

Cuando el Génesis habla de que Dios creó “del barro” al ser humano, no podemos imaginar que eso fuera así en el sentido estricto de la expresión sino que ha de ser cierto la verdad de lo que eso significa.

¿Qué queremos decir con esto?

Queremos decir que al hablar de “barro” se entiende que creó a partir de algo ya existente. Nadie, pues, puede negar que Dios infundiera el alma a un homínido y que, a partir de tal momento, se diera tal salto del instinto a la razón. Eso no desdice, para nada, lo contenido en las Sagradas Escrituras sino que trata de dar a conocer lo cierto y verdad de las mismas fuera de la explicación que, cuando se escribieron, el autor inspirado por Dios, puso en su lenguaje.

Pero, para más abundancia acerca de la Creación y, vamos, lo que hay en el mundo (incluido el ser humano, creación más perfecta de Dios) remito al libro “Para salvarte” del citado arriba P. Jorge Loring donde quedará más que satisfecho, quien quiera, con lo que allí se dice. Y es muy fácil pues puede descargarse gratuitamente en Internet.

Por lo tanto, y a tal respecto del salto del instinto a la razón (que prueba, por cierto, que, en efecto, pudo haber Dios infundido el alma en un animal puramente instintivo) no podemos negar las gracias que debemos dar al Creador por haber hecho eso pues, de otra forma, nada de lo que ahora existe, existiría y esto que aquí hacemos no podría tener lugar. Gracias, por tanto, a Dios, podemos razonar que es razonable su existencia y, por sus frutos los conocerías, su creación. Y eso es fácil deducir del hecho de que Dios “nunca” se equivoca. Pero, nunca, nunca, y sabe más que bien lo que hace.

En fin, espero haber contestado (más mal que bien) a lo dicho por el comentarista de aquel artículo sobre “Humanismo sin credos”, blog que malmete todo lo que puede contra Dios y contra el hecho mismo de creer en el Creador porque no todo es igual ni todos, por supuesto, somos sectarios.

Agradezco, por otra parte, el que se haya suscitado este tema. Siempre está bien ayudar a que se abran ojos y corazón del ser humano (si eso Dios lo quiere). Eso siempre viene bien pues no podemos negar, incluso aunque queramos, que lo obvio es, exactamente, obvio.

Eleuterio Fernández Guzmán

Ha salido el recopilatorio de “El Pensador”

El Pensador

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Está muy bien presentar dudas de fe pero, lo mejor, es corregirlas para mejor de nuestro espíritu.

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4 comentarios

  
Paco
Eleuterio, hijo mio. Si las cinco vías fuesen tan válidas e irrefutables como te crees, ¿no te parece que la ciencia (y los científicos) las aceptarían sin problema?.

PD: me vas a responder que algunos científicos creen en Dios, ¿verdad?. Venga, hazlo.


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EFG


A mí me parece muy bien que haya científicos que no crean en las cinco vías de Santo Tomás de Aquino. Vamos, me parece bien y me importa bien poco porque lo que dicen las cinco vías es tan claro que necesita poca demostración más de lo que dice. Ahora que alguien se empeña en liarla con las cinco vías... pues muy bien, puede hacerlo.

Y, claro, que hay científicos que creen en Dios. ¿Es que sólo va a valer lo que digan los científicos que no creen en Dios?

De todas formas, en InfoCatólica hay personas mucho más preparadas que yo para defender las vías del Aquinate. Pero a mi, para mí, con esto me basta y me sobra y si no es suficiente para usted o para quien sea mírese un poco a sí mismo y diga si es posible que su cuerpo, el que le sostiene, pudo haber aparecido por el paso de los millones de años por simple casualidad. Eso es tan posible como que una persona tirara hacia arriba millones de letras del abecedario y, al caer al suelo, saliera escrito El Quijote, por decir algo.

Es decir, que existe Dios es tan cierto que no sé cómo es posible dudar de tal verdad y de una evidencia que se constata en un ser humano, en una flor, en un átomo.
27/11/13 1:00 PM
  
Paco
Es que mira, Eleuterio: Los científicos, que son esas personas cuyo trabajo se basa en el razonamiento, la investigación y las demostraciones, no aceptan las cinco vías.

No digo que las acepten algunos, digo que no son aceptadas como demostraciones (son refutables), y por lo tanto, no tienen ninguna validez. Así que piensatelo dos veces antes de volver a poner las cinco vías como verdades irrefutables. Porque sencillamente, no lo son.

Y por el contrario, el hecho de que los seres vivos somos producto de la evolución, es un hecho demostrado, que ni el Vaticano se atreve a contradecir.

¿Sigues pensando que sólo con ver a una persona ya es una demostración de que Dios existe?. Ah, no, claro. Que ha sido Dios el que ha comandado todo el proceso evolutivo. Cómo no se me había ocurrido antes...


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EFG


Veo que usted lo tiene todo claro.
27/11/13 1:43 PM
  
Proby

Hasta el propio Voltaire aceptaba que "no hay reloj sin relojero".

Así pues, creer que todo esto que vemos ha sido creado poco menos que por generación espontánea, pues... no cuela.

A mí me parece tan evidente que Dios TIENE que existir que no entiendo el ateísmo.
28/11/13 1:48 PM
  
Rubén Esquivel [email protected]
Agradezco esta publicación que suscito un comentario mio anteriormente, veo su esmero y profundidad en el tema para rebatirme; sin embargo permitame unas observaciones:
1º Toda su refutación se basa en el dogma, hubiera sido más practico citarme el famoso argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury.
2º Su argumento es del Siglo XII, en plena edad media cuando la presencia indiscutida de la Teología era el mayor de todos los saberes, la misma etapa de la historia donde la tierra era un lugar horrible,de pecado y castigo y sus habitantes(en esta parte del mundo) eran sometidos bajo la culpa y el miedo (un método muy efectivo aplicado por la Iglesia).
3ª "El concepto de Dios es mas motivo de esperanza que de saber"(Gustavo Gutierrez)....y sus intenciones y anhelos de trascendencia legislados por el dogma tan bien aprendido veo que conducen su existencia, y hace bien pues al igual que todos tiene unas convicciones que le guían.
4º Mi condición de librepensador/agnóstico no me impide contrastar diferentes ideas, el dogma es una idea impuesta, no admite réplica, su naturaleza puede ser incluso violenta; el razonamiento que se obtiene a partir de la observación y análisis cuando se vuelve teoría es universal(como las leyes fisicas).
5º «Cuando Napoleón pregunto extrañado sobre el porqué de la ausencia de Dios en el Traité de mécanique céleste del célebre físico y astrónomo Laplace, este le respondió: 'Sir, no necesito esa hipótesis'. La ciencia adquiría entonces su mayoría de edad»...desde hace muchos años el razonamiento va ganando terreno; tambien es cierto que el hombre progreso para bien y para mal, por eso reafirmo que dar el salto del instinto a la razón como parte de una creación no fue acertado de parte de un hacedor con tanto conocimiento.
6º Apreciado Eleuterio, considero que creer en Dios es vivir y morir mas acompañado, para quienes siguen diferentes doctrinas y se conducen en el día a día bajo esas normas esta bien si no hacen daño a nadie y viven pacificamente (leer blogs alternativos a los de su linea no lo veo violento),además existen otros ideales, convicciones y creencias; aqui en occidente se impuso el cristianismo debido a su expansión, si estuvieramos en otro punto del orbe el DIOS y la religión serían distintos, la religión en mi opinión es una creación del hombre.
7º Para finalizar desde el respeto y la libertad de expresión aprecio su defensa y conocimiento del tema, yo tengo otra visión no soy dogmático ni anticlerical pero no comparto muchas posiciones de la iglesia donde se comporta de forma inmoral, encubridora y obstruccionista convirtiendose en cómplice de muchas maldades (verdaderos infiernos para las victimas) y decirle como dice el poeta Atahualpa Yupanqui"En este mundo y esta vida hay cosas más importante que Dios, como que un hombre no escupa sangre pa que otro viva mejor"..Un fuerte abrazo y espero al igual de ser digno de un artículo merecedor de una respuesta.
P.D: "De existir Dios no creo sea tan soberbio de no perdonar a los que no creen en él" Bertand Russell.
29/11/13 6:43 AM

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