La distancia que hay de un jesuita a otro jesuita
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Tener fe no ha de querer decir, solamente, sentirse parte de una comunidad sino tratar, sobre todo, de no trastornar el espíritu de la misma.
Y, ahora, el artículo de hoy.
Hay desnortamientos que son difíciles de entender. Esto pasa mucho dentro de las órdenes religiosas porque en muchas de ellas algunos de sus miembros dicen lo que no deben decir.
Esto pasa, por ejemplo, con los jesuitas en el seno de los cuales hay algunos a los que hay que dar de comer aparte, como es el caso del P. Alfonso Llano Escobar, S. J., sacerdote jesuita colombiano que ha dicho, y se ha quedado tan ancho, que la concepción de Jesús no es sobrenatural y que María, la Virgen, tuvo muchos, pero que muchos hijos más.
El artículo que ha producido el jesuita citado se titula “La infancia de Jesús” y dice lo siguiente:
Así se titula el tercer volumen de la trilogía sobre Jesús de Nazaret del teólogo Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI. Ha sido editado en nueve idiomas, entre ellos el español, y sale con una primera edición global de un millón de ejemplares.
Con una serie de artículos de prensa y de entrevistas por radio y televisión, quiero orientar a los lectores de este libro del Papa, que ofrece una dificultad especial, la virginidad de María, que va a dar mucho que hablar a los teólogos y a los medios.
Para empezar, estos últimos se preguntan: ¿por qué vuelve el Papa sobre un punto que parecía ya superado, a saber, la virginidad de María?
Respondo: por tres razones, una obvia, y es que el teólogo Ratzinger se propuso escribir una trilogía sobre Jesús de Nazaret. Ya se había ocupado de la vida pública de Jesús y de su Pasión, muerte y Resurrección. Le faltaba este tercer volumen, ya anunciado, sobre la infancia de Jesús. Y ahora lo hace, tema que lo lleva a hablar necesariamente de la virginidad de María. Segunda, porque Jesús es el personaje central de la fe católica, y es deber del Papa predicar a Jesús opportune et importune, a tiempo y a destiempo, como aconseja san Pablo a Timoteo (II Tim 4,2). Tercera: porque el tema de la virginidad de María está siendo revisado por algunos teólogos católicos y requiere aclaración.
Hablar de Jesús no es fácil, porque es un misterio, el misterio central de la fe católica, que confiesa que Jesús es verdadero (hijo del) hombre y verdadero (hijo de) Dios. Esta doble realidad supone un doble nacimiento. San Pablo, en la carta a los filipenses 2,6 nos dice que Jesús fue un hombre común y corriente (Fil 2,7). San Mateo, el mismo que nos habla de la concepción divina de Jesús (1,26), nos presenta a Jesús como el hijo de María y de José ( 13,53 y ss.) y con varios hermanos hombres y varias mujeres. Conviene aclarar que, a juicio del biblista católico norteamericano John Meier, quien estudia a fondo el problema, en los cuatro Evangelios se trata de verdaderos hermanos carnales de Jesús (Un Judío Marginal, I, 341). Es hora de dejar el cuento de que son primos hermanos de Jesús. Tal supuesto se aducía para poner a salvo la virginidad corporal de María. El Papa cita varias veces en su trilogía la obra de este gran biblista, sin oponerse a su interpretación de la no virginidad corporal de María.
Para que se entienda la posición del Papa en este volumen tercero, conviene tener en cuenta que en teología hay dos maneras complementarias de acceder a Jesús: una vía descendente, que es la que sigue el Papa, y siguieron los cuatro primeros concilios, que se apoya en san Juan I,14: "El Verbo se hizo hombre", vía que hace énfasis en la divinidad de Jesús, como lo hace el Papa, y la otra vía que es ascendente, que fue la histórica, que comienza con el hombre Jesús y termina con su exaltación como Hijo de Dios, según la cual María tuvo una familia numerosa.
Resumiendo: el lector de esta obra de Ratzinger se va a encontrar con la afirmación de la virginidad de María. Dado que el Papa sigue en esta obra la vía descendente, hace énfasis en su divinidad, que da pie a la virginidad teológica de María (Mt 1,26) y silencia su humanidad, cuyo origen no es virginal (Mt 13,53 y ss.). En otras palabras: María engendra al Hijo de Dios virginalmente, en sentido teológico, sin la intervención de José, tal como lo relata Mateo 1,26, por obra y gracia del Espíritu Santo. En cambio, como madre del hombre Jesús, igual a nosotros, lo engendra con un acto de amor con su legítimo esposo, José, del cual tuvo cuatro hijos varones y varias mujeres (Mt 13,53 y ss.).
Esperemos el libro y hablaremos con mayor conocimiento de causa.
Vemos, pues, lo que se puede llegar a decir cuando se tiene una fe sólo regular o, simplemente, cuando no se tiene nada de nada de fe católica.
Sin embargo, como hay de todo en la Comapañía de Jesús, también abunda lo bueno como es el caso del P. Jorge Loring.
El P. Jorge Loring, jesuita, escribe en su Para Salvarte lo siguiente:
30.- DECIMOS QUE LA VIRGEN MARÍA ES MADRE DE DIOS, PORQUE DE ELLA NACIÓ JESUCRISTO QUE ES VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE.
30,1. María es la Madre de Jesucristo, pues ella le dio un cuerpo humano. Pero como Jesucristo, además de ser Hombre, es Dios, María Santísima es también Madre de Dios. María es madre de un hombre que tiene Persona Divina.
Ocurre lo mismo que si a uno le hacen alcalde. Su madre sería la madre del alcalde. Ella no le ha dado la alcaldía, pero por haberle dado el cuerpo es su madre; y al ser su madre es madre de todo lo que él es:
madre del alcalde.
Pero María Santísima es Madre de Dios todavía con más razón; porque Jesucristo es Dios desde el momento de su concepción, por lo tanto la Persona que nace de María es Dios, y por lo mismo María es Madre de Dios. Dice San Pablo: «Al llegar la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo nacido de una mujer» 267.
Que María es Madre de Dios es dogma de fe. Fue definido por el Concilio de Éfeso en el año 431. 268.
Jesús fue concebido, no por obra de varón, sino milagrosamente, por virtud del Espíritu Santo.
Dice San Mateo: «El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: desposada María con José, sin haber estado juntos, se halló que ella había concebido por obra del Espíritu Santo» 269.
Los desposorios entre los judíos equivalían a nuestra boda, aunque no eran nupcias definitivas. Si después de los desposorios ella era infiel a su marido se la consideraba adúltera, y si éste moría, a ella se la consideraba viuda.
Los desposorios judíos suponían un compromiso tan real que al prometido se llamaba "marido".
Aunque María no vivía todavía con San José, ya era su legítima esposa. Por eso el ángel llama a María esposa: «José, no temas aceptar a María, tu esposa» 270.
San Lucas dice: «Lo que nacerá de ti se llamará Hijo de Dios» 271.
Jesús fue concebido, no por obra de varón, sino milagrosamente, por virtud del Espíritu Santo.
Dice San Mateo: El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
desposada María con José, sin haber estado juntos, se halló que ella había concebido por obra del Espíritu Santo.
El teólogo protestante de fama internacional Max Thurian dice que los que niegan la concepción virginal de Cristo no son fieles a la Biblia:
«La virginidad de María constituye un indudable dato objetivo del texto del Nuevo Testamento» 272.
Max Thurian murió, a los 75 años, el 15 de Agosto de 1996, en Ginebra, su ciudad natal. Se convirtió al catolicismo en 1987. Sus estudios bíblicos le llevaron a descubrir el papel de María en la Iglesia.
Dios formó en las entrañas purísimas de María Santísima un cuerpo como el nuestro y creó un alma como la nuestra. A este Ser Humano, en el instante de su concepción, se unió el Hijo de Dios, es decir, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, y así el que era Hijo de Dios quedó hecho Hombre sin dejar de ser Dios. Éste es el misterio de la Encarnación.
En la genealogía del Evangelio de San Mateo se dice siempre: Fulano engendró a Zutano. Y al llegar a José, no dice que engendró a Jesús, como en los casos anteriores, sino que dice: «Jacob engendró a José, esposo de María, de la que nació Jesús» 273, dando a entender que José no engendró a Jesús, sino que su concepción fue virginal. Y San Lucas dice de Jesús «que se pensaba que era hijo de José» 274, dando a entender que en la realidad no lo era en el sentido que la gente creía. Dice San Mateo: «Sin que José hubiera tenido relación con María, ella dio a luz un hijo» 275.
Las mismas dudas de José confirman la concepción virginal de María, pues cuando él vio las señales externas del embarazo de su mujer, sabiendo que aquello no era suyo, pues él no había hecho nada para dejarla embarazada, le entraron tremendas dudas ante lo que sus ojos le evidenciaban y la virtud que él conocía de María. Al no poder armonizar las dos cosas, estaba en una duda angustiosa hasta que el ángel le tranquilizó afirmándole que lo de su mujer era obra del Espíritu Santo 276.
30,2. La Virgen María tuvo un solo hijo, que fue Jesucristo. Cuando el Evangelio habla de los hermanos de Jesús 277, se refiere a los primos hermanos y parientes, que, entre los judíos, también se llamaban hermanos. En hebreo no había palabra para decir primo. La palabra hermano abarcaba varios grados de parentesco.
Los Testigos de Jehová para hacer creer a la gente que María Santísima no fue virgen, sino que tuvo muchos hijos, enseñan el texto del Evangelio donde dice que Santiago y José eran hermanos de Jesús 278.
Pero aquí, como en otros muchos de sus engaños, presentan el texto que puede complicar, y ocultan el texto que puede aclarar. Efectivamente, el mismo Santo Evangelio dice que al pie de la cruz estaba la Madre de Jesús 279, y junto a ella la madre de Santiago y José 280.
Era la mujer de Cleofás 281, hermano de San José. Cleofás es el mismo nombre en griego que Alfeo en arameo. Son los dos nombres que se daban al hermano mayor de José, esposo de la Virgen. Era el padre de Santiago el Menor 282 y José, y estaba casado con la otra María que estaba al pie de la cruz junto a la Virgen. Se casó con ella después de enviudar de su primer matrimonio del que nacieron Simón y Judas Tadeo.
Luego la madre de Santiago y José es distinta de la madre de Jesús.
Entonces, ¿por qué dice el Evangelio que Santiago y José eran hermanos de Jesús? Porque eran parientes, y éstos entre los hebreos se llamaban hermanos. Efectivamente, sabemos por la Biblia que Abrahán era tío de Lot 283. Sin embargo, Lot y Abrahán se llaman entre sí «hermanos» cinco veces 284. En otro sitio dice que Labán era tío de Jacob 285.
Y después dice que Labán llama «hermano» a Jacob 286.
Si la Virgen María hubiera tenido otros hijos, Jesús en la cruz no se la hubiera encargado a Juan, sino a ellos.
Es decir, María Santísima tuvo un solo hijo: Jesús. Cuando el Evangelio lo llama primogénito afirma que es el primer hijo; pero eso no significa, según el modo de hablar de entonces, que siguieran otros hijos después. Primogénito significa no precedido de otro. Prescinde de la existencia de otros posteriores.
Hace poco se ha descubierto una inscripción sepulcral de una madre joven hebrea que «murió al dar a luz a su hijo primogénito» 287. Es decir, a su hijo primogénito no siguieron otros.
Cuando los Testigos de Jehová van engañando a los incautos que les escuchan diciendo que María tuvo muchos hijos, saben que no es así, pues presumen de conocer la Biblia. Enseñan el texto oscuro que he citado y se callan el texto claro. Esto no es honrado, pero es su modo de proceder.
La virginidad de María es dogma de fe. Fue definido en el año 649, en el Concilio I de Letrán.
La Iglesia enseña, desde el siglo V, que María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto. «La "virginidad en el parto" es fe de toda la Iglesia desde el siglo IV» 288.. Fue confirmada por el Concilio Vaticano II. Por eso la llama siempre Virgen María.
Es de fe que María Santísima permaneció siempre virgen 289.
«La traducción literal de "hasta que" admite en castellano &"después sí". Pero en la Biblia no acepta cambio de situación posterior»290.
Los números (267…) corresponden a las siguientes notas:
267
- SAN PABLO: Carta a los Gálatas, 4:4
268
- DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, nº ordm; 111ss. Ed. Herder. Barcelona
269
- Evangelio de SAN MATEO, 1:18
270
- Evangelio de SAN MATEO, 1:20
271
- Evangelio de SAN LUCAS, 1:35
272
- MAX THURIAN: María, Madre del Señor y Figura de la Iglesia, pgs. 43s. ed. Hechos y Dichos.
273
- Evangelio de SAN MATEO, 1:16
274
- Evangelio de SAN LUCAS, 3:23
275
- Evangelio de SAN MATEO, 1:25
276
- Evangelio de SAN MATEO, 1:20
277
- Evangelio de SAN MATEO, 13:55. Evangelio de San Marcos, 6:3
278
- Evangelio de SAN MATEO, 13:55
279
- Evangelio de SAN JUAN, 19:25
280
- Evangelio de SAN MATEO, 27:56; Evangelio de SAN MARCOS, 6:3; 15:40
281
- Evangelio de SAN JUAN, 19:25
282
- Evangelio de SAN MATEO, 10:3
283
- Génesis, 11:27; 12:5
284
- Génesis, 13:8; 14:14,16, etc
285
- Génesis, 29:10
286
- Génesis, 29:15
287
- JOSÉ ANTONIO DE SOBRINO, S.I.: Así fue Jesús, II, 12, b. Ed. BAC. Madrid, 1984
288
- SANTOS SABUGAL, O.S.A.: Credo, 1ª, II, 2, 3, a. Ed. Monte Casino. Zamora
289
- ANTONIO ROYO MARÍN,O.P.:Teología Moral para Seglares,2ª,2º,VII,nº461,a,2.Ed.BAC.Ma.
290
- CÁNDIDO POZO: María en la Escritura y en la Fe, IV, b. Ed. BAC. Madrid, 1981
Y dice, más de una vez, que es “de fe” creer esto. Si no se cree es que, simplemente, no tiene la fe que se dice tener.
Ahora cada cual puede quedarse con lo que mejor venga a su propia fe aunque teniendo en cuenta que la teoría imaginativa del primer jesuita, P. Alfonso llano se parece tanto a la verdad como un higo a una manzana. Escoger, así, entre el planteamiento que hace este religioso y el que hace el P. Jorge Loring parece bastante sencillo: el primero no es católico y el segundo sí. Así de fácil y de sencillo, sin darle más vueltas teológicas ni otras zarandajas.
En fin… como dijo aquel “¡Vaya fauna!".
Eleuterio Fernández Guzmán
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4 comentarios
Una es con Fe, èsta es un Don. Por lo tanto, cuando una persona estudia los Evangelios con verdadera Fe, èsta, hace que "comprenda" de una manera que podriamos decir, es acorde con lo que Dios quiere y debe coincidir muy aproximadamente con la Iglesia Catòlica.
Otra forma de acceder a la Divina Palabra, es sin Fe, aunque el individuo en cuestiòn, crea que la tiene. En èste caso, el punto de vista es estrictamente cientifico y literario, es decir, material. Entonces lo que ocurre es que no se entiende nada, todo parece un invento, un cuento, como decia un profesor en un periodico regional, " la Biblia es la obra literaria de ficciòn màs famosa del mundo ". Por mucha fuerza que hagas, todo parace repelente, no hay manera de leer durante mucho tiempo sin que tengas que reir de las fantasias que aparecen en èstos Escritos.
Doy fe de mi experiencia. Despues de mi conversiòn, los mismos escritos adquirian un significado distinto, me asombraban màs cuanto màs los penetraba.
¿ Puede ser que haya personas consagradas o no que hagan el recorrido contrario ?, es decir, desde la Fe hasta la perdida de èsta, y pasen de una comprensiòn como Don a una material. No olvidemos que Dios abre los sentidos del alma a quien quiere, principalmente a los pequeños y confunde a los sabios y poderosos.
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EFG
En efecto, muchos de los tenidos como sabios, están más que confundidos. Lo malo es que pretenden confundir a muchos pequeños en la fe.
Lo que no me entra en la cabeza es que a los herejes se les deje estar en la Iglesia y nadie les aparte formalmente de ella.
Parece que el único (que sin ápice heterodoxia como dice el Card. Brandmuller y el mismo Card. Ratzinger) que ha tenido que ser excomulgado fue Mnsr. Lefevbre... pues entiendo ahora que la Iglesia de ahora le tenga excomulgado pues, como a la Compañía de Jesús, a esta Iglesia no la reconoce ni la madre que la parió...
El día que se ponga orden se pondrá del todo...
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