¿Y si nos quedamos sin cierto tipo de energía?
Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.
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Enlace a Libros y otros textos.
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No crea nadie que se me ha ido de la chaveta (que me haya vuelto loco) ni que esté haciendo de profeta. Sólo voy a tratar de ver qué es lo que pasaría si…
Vivimos en una sociedad que es, tecnológicamente, muy avanzada. Al menos en occidente tenemos una dependencia muy grande de determinadas realidades físicas sin las cuales, sencillamente, nuestro mundo y nuestra vida serían otro mundo y otra vida.
Así, por ejemplo, imaginemos que, de repente y por un periodo muy extenso de tiempo la energía eléctrica desaparece de nuestro mundo y no hay, por así decirlo, alternativa a tal situación.
Los problemas no serían, precisamente, escasos o poco profundos.
Hagamos un recorrido de lo que no se podría hacer y veremos si, en primer lugar, dependemos en exceso de eso y, en segundo lugar, si las consecuencias serían graves.
Quien tenga por costumbre poner en funcionamiento un despertador eléctrico no podría hacerlo. Se puede decir que también hay que funcionen con pilas pero es probable que se encarecieran mucho cuando todos quisiéramos hacer lo mismo y, con el tiempo, tampoco tendríamos el remedio de la normal, alcalina o extraduradera. Levantarse a determinada hora empezaría a ser un problema y las consecuencias derivadas de tal realidad otro muy grande.
Luego, quien tenga, para su uso, una cocina eléctrica que sólo tenga tal sistema, dejaría, de forma automática de poder desayunar nada caliente. Tampoco se podría hacer unas tostadas quien haga uso de tostador eléctrico…
Quizá alguien pueda pensar que todo esto no es más que algo material y que se pueden hacer otras cosas y de otra forma pero si, en verdad, se para a pensar en el mundo en el que vive dejará de creer que otras cosas a lo mejor no son tan posibles.
Pero sigamos con la andadura diaria de muchas personas.
Quien, por ejemplo, no tenga vehículo particular y, es un decir, tenga que desplazarse al lugar de trabajo mediante el metro o transporte subterráneo podría ir pensando en otra forma de recorrer, es otro decir, los 10, 15 o 20 Km. que separan su casa del lugar donde gana el dinero que necesita para vivir. Seguro que podría desplazarse mediante otro transporte público como, por ejemplo, el autobús o el taxi. Sin embargo, como tampoco funcionarían los semáforos ni otras señales por el estilo no hay que decir que el caos sería lo que reinaría en las calles. Llegar, así, al sitio donde se trabaja sería casi imposible si el mismo distara algunos kilómetros de la vivienda de cada cual.
Pensemos, por ejemplo, que ha podido llegar, es un decir, a la oficina o al colegio o al supermercado… ¿Qué haría allí si tampoco ningún aparato funcionara a causa del apagón general? Algunos trabajos sería, simplemente, imposible llevarlos a cabo. Retrocederíamos no años sino siglos en el tiempo con todo lo que eso supondría.
Y quien, al regresar del lugar de trabajo (en caso de que fuera manual y de que no hiciera uso de nada eléctrico) quisiera relajarse escuchando música o haciendo lo propio con algún programa preferido de su emisora de cabecera (recomendablemente religiosa y católica) y el reproductor o aparato de radio no funcionara a pilas (arriba ya hemos dicho lo que pasaría con las mismas en muy poco tiempo) se quedaría fastidiado y sin relajo…
Y si alguien piensa que esto no es más que un capricho y que se puede vivir sin tales cosas, que vaya pensando en su misma vida y que luego opine lo que crea conveniente.
Y así podríamos seguir un buen rato con todo aquello que dejaría de ser como era si por un periodo largo, muy largo (de años o para siempre) la energía eléctrica dejara de estar al alcance de cualquiera.
Pues, exactamente, pasa igual en materia espiritual. Pero peor…
Somos personas que nos decimos creyentes y, por eso mismo, nos apoyamos, en nuestra vida y para la misma, en la energía que, como poder o virtud para obrar Dios nos dona y nos entrega como si fuera nuestra aún siendo suya y creación de su corazón y a la que bien podemos llamar luz de Dios.
Con la luz de Dios caminamos en la seguridad de que es la única forma de hacer lo que nos corresponde como sus hijos y de que sin ella nuestra vida no sólo permanecería en la oscuridad sino que, simplemente, dejaría de tener sentido de cara a nuestra salvación eterna.
Por otra parte, la luz de Dios nos es entregada en el momento de nuestra formación como seres humanos o, por decirlo con otros términos, en el momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide que es, exactamente, cuando otra vida, la nuestra en este caso, ha venido a formarse. Y esa luz nos acompaña siempre aunque, a veces, la abandonemos o le demos de lado por intereses, siempre, egoístas.
Sin la luz de Dios perderíamos la razón de ser espiritualmente hablando y nos quedaríamos sin lo que ilumina nuestra vida y hace de la misma un proyecto acompañado por la savia del Creador. Volveríamos a tiempos espirituales propios en los que no contaba para nada Dios y nada el Creador porque no era nada para nosotros. Aún sería peor si lo teníamos como Dios y como Creador porque aún se trastocaría más nuestra vida espiritual porque donde estaba Quien todo lo creó y mantiene quedaría, exactamente, la nada y seríamos candidatos a ser unas de las personas de las que, muy atinadamente escribe Chesterton, atribuye creer en cualquier cosa cuando dejan de creer en Dios y, por lo tanto, en su luz.
Perder la luz de Dios es, por decirlo pronto, una manera perjudicial para nuestra vida y nuestra existencia. La única diferencia entre tal luz y la otra a la que hemos hecho referencia arriba es que el caso concreto de la pérdida de la segunda no sería culpa de ninguno de sus usuarios pero la que sería perdida de la de Dios sería atribuible, con casi toda seguridad, al devenir propio de cada cual. Y eso, se diga lo que se diga, es bastante triste y muestra el errado sentido que toma, muchas veces, nuestra vida.
Eleuterio Fernández Guzmán
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8 comentarios
La electricidad es un fenómeno físico ampliamente explicado y demostrado.
Dios, es todo lo contrario.
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EFG
Pues a mí me parece que la existencia de Dios está más que demostrada. Y una prueba es nuestra propia existencia, todo lo que nos rodea y lo que no conocemos que no nos rodea pero que existe.
En todo caso, lo que digo es que si nos falta Dios aún es peor que si nos falta tal energía eléctrica a la que tanta importancia le damos...
Esta frase es difícilmente compatible con los principios elementales de la fe católica.
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EFG
Demostrada no el sentido científico de hacerlo en un laboratorio o algo así.No me parece a mí que los principios elementales de la fe católica estén en contra de decir que en cada realidad que percibimos se demuestra que Dios existe (luego está más que demostrado), que mirándonos a nosotros mismos y al simple funcionamiento de nuestro cuerpo (por la perfección del mismo) se demuestra que Dios existe y que a través de un diseño inteligente se nos ha creado... y así podríamos estar un buen rato.
31 Creado a imagen de Dios, llamado a conocer y amar a Dios, el hombre que busca a Dios descubre ciertas "vías" para acceder al conocimiento de Dios. Se las llama también "pruebas de la existencia de Dios", no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias naturales, sino en el sentido de "argumentos convergentes y convincentes" que permiten llegar a verdaderas certezas.
No existen, pues, pruebas en el sentido científico del término. La palabra que emplea "demostrada" es la empleada en el ámbito científico; eso no es posible en el ámbito de la fe. Sería además perjudicial, porque convertiríamos a Dios en un objeto de investigación susceptible de demostración y falsación, pretenderíamos "apoderarnos" de Él científicamente hablando y eso es imposible, porque se trata de una realidad que nos trasciende y que no está al albur de nuestros experimetos y verificaciones.
Cosa distinta son las vías de acceso a Dios descritas en el propio catecismo y la fe.
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EFG
Mi vale el comentario que he hecho arriba.
Pero también "demostración" es "Prueba de algo, partiendo de verdades universales y evidentes" y esto sí se atiene a lo que nos referimos al respecto de Dios.
Nuestra propia existencia no es prueba DE NADA, salvo de nuestra propia existencia. ¿Cómo pudes decir que en cada realidad que percibimos se demuestra que Dios existe? ¿Dónde está el dato que relaciona la realidad con la existencia de Dios? ¿Puedes darnos ese dato y demostrarlo? ¿No ves que esa frase no es más que otro acto de pura fe? Los creyentes pueden estar seguros de que Dios existe, pero la certeza de la existencia de Dios no viene por demostración, sino por convicción. Decir que viene por demostración es un signo de horrible arrogancia.
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EFG
Es que las personas que estamos más que seguras de que Dios existe estamos en una seguridad tan grande que es, en todo caso, una arrogancia santa. Es más, estoy convencido que es demostrable que Dios existe.Algo dijo Santo Tomás de Aquino al respecto.
Como, a lo mejor, la cosa sigue por el tema de la existencia de Dios que es realidad previa a poder prescindir de Él en nuestras vidas, traigo aquí un texto que es más que conocido y que pertenece a Santo Tomás de Aquino. Lo digo por eso de demostrar o probar su existencia.
Summa Theologica
“Parte 1ª. Cuestión 2. Artículo 3.
La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas.
1) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios.
2) La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.
3) La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.
4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género algo sea lo máximo, se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.
5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios."
Y yo no tengo nada más que decir.
Para la inmensa mayoria de nuestros antepasados y para el conjunto de las culturas que han existido sobre la tierra,....la existencia de DIOS era obvia.
Porque les parecia evidente...se sentian rodeados de los signos de LA PRESENCIA Y DE LA ACCIÓN DE DIOS.
HOY MUCHOS SE LA PLANTEAN LA EXISTENCIA DE DIOS........ OTROS....SE CONFORMAN CON PERMANECER EN LA DUDA.
Santo Tomás de Aquino, y muchos otros teólogos....Explican que"" DIOS está donde Actúa""
Pero ....sobre todo " a DIOS, se le encuentra en la intimidad del Espíritu humano"
DIOS está presente en lo que la Biblia llama " Corazón del hombre "...en el centro del hombre, en el núcleo de su intimidad.......
Por lo que " CON UNOS OJOS DEMASEADO MATERIALISTAS ES DIFÍCIL VER LA BELLEZA Y ES MÁS DIFICIL VER A DIOS "
esa es la cuestión....... DIOS está en otro plano de la realidad......
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