Ahora resulta que Hans Küng y Benedicto XVI deberían ser iguales, igualitos

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”Son duros, constantes y con una inteligencia descomunal. Germanos de pura cepa, que se resisten a tirar la toalla”.

Esto lo reproduce, en Religión Digital, alguien de su Redacción en un artículo laudatorio (preguntas y respuestas incluidas) hacia el teólogo Hans Küng que ha publicado Isabel Urrutia en el Diario Vasco. Se refiere al citado teólogo y a Benedicto XVI. Y los quiere poner al mismo nivel según parece porque en ellos concurren unas circunstancias que debería llevarlos de la mano. Y ya se pueden imaginar ustedes quién creen que aquí es el malo…. ¡Exacto¡.

Pero luego, a lo largo de la entrevista que se reproduce en el artículo se ve, se nota, se palpa hasta un punto descomunal, que las diferencias entre una persona y otra son muy, pero que muy grandes.

En algunos momentos dice Hans Küng dice esto:

“Ya es hora de que el Vaticano abandone un sistema absolutista que data del siglo XI. Fue entonces cuando los Papas se hicieron con todo el poder e impusieron el clericalismo, es decir, la preponderancia de los curas que margina a los laicos. ¡Eso no puede ser!», reflexiona en voz alta, con la convicción de «un miembro fiel de Ia Iglesia, que cree en Dios y en Cristo, pero no en la Iglesia..

No creo yo que Küng olvida la famosa frase de San Cipriano cuando acertó a decir que

“Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre”

En realidad, lo que dice, y tantas veces escribe, Hans Küng es que él, a lo mejor es cristiano, pero católico, lo que se dice católico, no lo es. Por eso duda de la Iglesia católica como madre. En realidad, no la tiene como madre porque no es su madre y eso lo deja claro siempre que deja salir, por su boca, lo que siente su corazón.

Como es propio de alguien que de católico tiene bien poco, cuando le preguntan acerca de lo que la entrevistadora llama “movimientos conservadores (Opus Dei, Legionarios, Camino Neocatecumenal, Focolares, etc.) el disidente teólogo dice que

Me consta que en España se habla mucho de ellos. Y no dudo que habrá quienes depositen toda su confianza en ellos… Pero yo no. ¡La sociedad va en otra dirección! Si se apuesta solo por la línea conservadora, todos saldremos perdiendo.

No sé yo en qué dirección va la sociedad aunque parece que no muy buena según podemos ver y apreciar en según qué temas. Seguramente tiene razón Küng cuano dice que va por otra dirección. El caso es que la Iglesia católica no tiene obligación alguna, antes al contrario, que ir al paso que marque el mundo con sus mundanidades. Por eso el teólogo entrevistado no está de acuerdo con tales movimientos y por eso le molestan tanto: él está a favor del mundo y de lo que representa en cuanto relativismo rampante.

Y ahora lo que siempre toca decir a un personaje con Hans Küng porque cuando de por medio sale el actual Santo Padre, es obvio que le pregunten acerca de su parecer al respecto. No se hace esperar

Me hacía ilusiones, pero ahora tengo claro que el cambio no vendrá de la mano de Ratzinger.

Quiere un cambio. Quiere decir que la pérdida de la Iglesia católica en el comportamiento blando y adaptable al mundo no puede esperarse de parte de Benedicto XVI que sabe, a la perfección, qué ha de hacer el Vicario de Cristo y es, justamente, lo contrario de lo que dice su antiguo amigo.

Y, ya por último, cuando la entrevistadora, queriendo parecer feminista, le pregunta que por qué Dios es Padre y no Madre, Hans Küng sale por los cerros de Úbeda (que, para quien no conozca esta expresión quiere decir que no fue a lo que debía sino que miró para otro lado) y dice (pareciendo como disgustado)

No, no, Dios está más allá de la identidad sexual. En las Sagradas Escrituras hay metáforas tanto masculinas como femeninas. En fin, ya ve, es una de tantas confusiones que han ido arraigando a lo largo de la historia.

Parece que Hans Küng no ha llegado a entender algo que, al parecer, tal sabio, no acierta ver. En realidad, Dios es Padre y es Madre. Eso no quiere decir que al Creador se le relacione con determinada identidad sexual (digamos, como representación humana) sino que Dios es Padre que nos cuida como una Madre. Lo que pasa es que el propio Küng rechaza el sentido de Padre de Dios cuando no quiere atribuirle alguna identidad sexual que, no teniéndola, se significa como tal. Se trata, pues, del Amor de Dios que, como Padre y Madre, nos acoge (“Aunque mi padre y mi madre me abandonen, Tú me acogerás”, según dice el Salmo 27,10).

En fin… como puede verse Hans Küng tiene en común con Benedicto XVI, como mucho, el hecho de ser teólogos. Sin embargo, dudo mucho que lo sean de la misma religión.

Y es que según qué cosas se digan contra la Iglesia católica y, más, contra Benedicto XVI, en según qué sitios están encantados de darles brillo.

Eleuterio Fernández Guzmán

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