Serie ingenieros sociales - Cayo Lara

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Por ingeniero social entendemos aquella persona que trata, en aplicación de su ideología, de manipular de tal forma a la sociedad y a las personas que forman parte de ella que pretenden crear una a su imagen y semejanza y construirla como le viene en gana según su propio albedrío. Los ingenieros sociales se encuentran afectados, la mayoría de las veces, por síntomas totalitarios.

A esta serie van a venir o a ser traídos aquellos individuos que, por su especial talante tergiversador, quieren hacer de su capa un sayo para que todos los demás vistamos con él.

Cayo Lara (máximo exponente de Izquierda Unida)

Como me gusta ser franco tengo que decir, antes de continuar, que a Cayo Lara le quería atribuir el título de Tonto de Capirote y destinarlo a tal categoría porque lo que ahora ha planteado bien merece ser motejado de tal cosa. Sin embargo, a lo mejor resulta más interesante crear una categoría nueva (como ha quedado dicho arriba) y empezar con este individuo al que hay que dar de comer aparte pero muy aparte.

En otros lugares están pretendiendo algo parecido (pero, curiosamente, sobre el mismo tema) y hasta lo consiguen porque, por ejemplo, en Inglaterra han eliminado (en la BBC) el “antes” y “después” de Cristo como forma de indicar que, en efecto, algo ha pasado antes de que naciera el Hijo de Dios o después de que viniera al mundo el hijo de María. Y algo parecido ha sucedido en Australia por contagio de lengua y de forma de ser.

Aquellos que tratan de hacer tales cosas y, en aplicación de lo que piensan ellos mismos con su mecanismo imponen sus estulticias al resto de la población tienen que estar pasándolo bien porque ante la bajada de manos y de corazón de muchos creyentes pueden creer que todo el monte es orégano y no, como es su caso, podrida raíz y nigérrima savia bruta, más bruta que nunca.

Y, sin embargo, individuos como Cayo Lara, comunista (¡hoy día aún hay comunistas!) en activo creen necesario tener que decir lo que su pensamiento les da a entender sin perder la esperanza de que cuele lo que dicen. Y se queda tan ancho el tío.

A eso lo llaman programa electoral o, al menos, que forma parte de uno que pueda así llamarse porque el papel, que es muy sufrido, no puede huir de quien lo mancha con tamaña manifestación de idiocia. Aquí las cosas claras y el chocolate espeso.

El titular de la noticia decía (InfoCatólica dixit) que “IU quiere que desaparezcan los términos Navidad y Semana Santa de las vacaciones escolares”. Ahí es nada al aparato.

No dicen, claro, que quieren que desaparezcan las vacaciones sino que se haga lo propio con el nombre que llevan. Y eso apunta hacia algo más que a un mero cambio estético porque lo hace, exactamente, al establecimiento de una sociedad que no es la que es sino la quieren que sea.

Tratan de imponer su laicismo rampante que supone, como dicen en su programa electoral “la existencia de las condiciones políticas, jurídicas y sociales que permiten garantizar el derecho al pleno ejercicio de la libertad de conciencia en cualquiera de sus manifestaciones y en un plano de igualdad”. Y, claro, como no creen que exista tal igualdad porque dicen que “Hoy no existen tales condiciones porque el carácter aconfesional aludido en la Constitución viene negado con la afirmación del Art. 16.3 de que ‘los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones” proponen, entre otra cosas, que desaparezcan las referencias que el apartado 3 del artículo 16 de la aún Constitución Española hace a las creencias de la población española y, claro, los acuerdos con la Santa Sede y todo lo que tenga que ver con la religión en España… la católica, claro porque aunque disimulen diciendo que meten en el mismo saco a las demás confesiones, aquí todos nos conocemos y sabemos lo que piensan, hicieron en su tiempo y piensan hacer, otra vez, si pueden.

Pretenden negar los derechos religiosos de la población española, contribuyente que es mayoritariamente católica porque no es de su cuerda totalitaria para implantar un sistema que tenemos más que conocido (Unión Soviética, China, Cuba, Venezuela, etc.) y que a los españoles no nos da la santa gana soportar.

Por eso, además de querer que desaparezcan los términos “Navidad” y “Semana Santa” del tiempo en que es, en efecto, Navidad y Semana Santa, también quieren que desaparezcan los símbolos religiosos (ya sabemos cuáles) de los espacios públicos o que la asignatura de Religión católica (cada vez más arrinconada) salga del calendario lectivo y que, en fin, se deje de enseñar en los centros públicos (y es de suponer, concertados, aunque sean católicos los mismos) aberraciones tan grandes como el amor, la comprensión, la entrega por los demás y otros que, en efecto, están muy alejados de una sociedad mundana, hedonista y relativista que es la que difunden personajes como Cayo Lara y su podrida ideología.

Nunca nos deberíamos cansar de poner negro sobre blanco en lo referente a individuos que, como el aquí traído hoy, tratan de imponernos su forma de “pensar” a fuerza de totalitarismo y salvajismo electoral y programático.

Además, ¿los sustituirán por “fiesta de la primavera” y “fiesta del invierno?. Y luego dicen que algunos somos carcas cuando ellos se retrotraen a siglos paganos anteriores al cristianismos para definir tales fechas.

Si es que de donde no hay no se puede sacar. Eso sí es verdad.

Eleuterio Fernández Guzmán

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