La Palabra del Domingo - 24 de julio de 2011 - Importa el Reino de Dios; lo demás, no
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Mt 13, 44-52. Vende todo lo que tiene y compra el campo.
44 «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.» 45 «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, 46 y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra. 47 «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; 48 y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos.49 Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 51 «¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí.» 52 Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»
COMENTARIO
Importa el Reino de Dios; lo demás, no
Para un cristiano, aquí católico, hay verdades que tiene en cuenta en su vida y que le deben llevar por el camino recto hacia el definitivo Reino de Dios. Lo que, por lo tanto, le debe importar es, precisamente, el Reino de Dios y no otra cosa mundana y dada, más, a hacerle perder tal camino.
El tesoro y las perlas finas
Dice Jesús que cuando alguien encuentra un tesoro deja todo lo que tiene y, lógicamente, va a hacerse con el mismo porque le parece muy importante para su vida.
El Reino de Dios, el Amor del Creador y lo que supone para cada creyente, ha de ser muy importante para el mismo. Por eso cuando lo encuentra, bien por haberlo buscado, bien porque Dios se le acercó y lo llamó al oído del corazón, lo ha dejar todo (todo lo antiguo que ha quedado viejo) y no ha de abandonar, nunca, tal camino. Ha de ser lo más importante, lo que le conduzca en su vida y, por eso mismo, se queda para sí tal gozo y tal amor de parte de Dios dados.
Pero también, el Reino de Dios es, en efecto, como lo que es de gran valor que, habiéndolo encontrado no puede ser abandonado porque supondría gran pérdida para quien se ha hecho con ello. Es de tal importancia para su existencia que ya no lo deja jamás.
Discernir lo bueno de lo malo
Pero hay algo que es muy importante y que los católicos no deberíamos olvidar nunca: según lo que ahora hagamos así se tendrá en cuenta en la vida eterna lo que, en esencia quiere decir es que si escogemos el camino equivocado y erramos en la vida que llevamos aquí en este valle de lágrimas las consecuencias no serán buenas para nosotros.
Se suele decir que la vida eterna ya la tenemos ganada gracias a la sangre de Cristo entregada en la cruz. Eso, en sí mismo, es bien cierto. Sin embargo, si sabemos que Dios es bueno también sabemos que también es justo y, por eso mismo, no puede dar lo mismo lo que no puede dar lo mismo. Ahí tenemos como ejemplo el caso del rico Epulón y el pobre Lázaro que muertos uno y otro el primero fue al infierno y el segundo al seno de Abrahán.
Esto quiere decir que nuestra libertad no es una falsa ilusión sino que todos compareceremos ante el tribunal de Dios y, por eso mismo, muy en cuenta tenemos que tener en cuenta, repito, que vale la pena pensar antes de hacer y, por ejemplo, preguntarse qué quiere Dios de nosotros en cada cosa que hagamos. Además, según vivamos, por lo tanto, nuestra vida, será la que lo sea eterna para nosotros. Es, por eso mismo, nuestro gran negocio pues no se trata de nada ocioso sino, en todo caso, de un trabajo esforzado que determina que no es igual saber y hacer lo bueno que saber y hacer lo malo. No puede ser igual.
PRECES
Por todos aquellos que no reconocen la importancia, en sus vidas, del Reino de Dios.
Roguemos al Señor.
Por todos aquellos que no quieren enderezar su camino.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a saber discernir lo bueno de lo malo para que se nos tenga en cuenta en tu tribunal.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Para el Evangelio de cada día.
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7 comentarios
El Reino de Dios no es otro que el cumplimiento integro de las profecias de la Torah, las cuales el cristianismo no ha cumplido ni una. El Reino de Dios es un mundo nuevo que pronto vendra, un mundo donde el lobo y el cordero puedan convivir juntos, un mundo donde nos pinchen y no sangremos, un mundo donde la muerte y el dolor sean cosas del pasado.
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EFG
Estimado Carlo. Comprendemos que Ud. es judío. Por eso no le tengo en cuenta lo que dice porque comprendo su punto de vista. De todas formas, comprenderá que no esté de acuerdo con lo que dice aunque lo respete.
-Un hombre encuentra un tesoro sí. Pero solo un hombre, no todos los hombres ni cualquier hombre. Un solo hombre que no todos los moradores del planeta Tierra son hombres, ni descienden de la herencia de hombres. De aquí el "Hijo del hombre" y su legítima herencia genética.
Y lo encuentra en un campo. ¿será este campo el Universo? Y si está tan escondido que solo un hombre ha podido encontrar el tesoro. ¿no será porque éste está tan profundo, preso y escondido que está en lo más profundo del medio centro Universo. Es decir en el infierno?
Y va y compra el campo. -¿Y a quién compra el campo?: Al principe de la tinieblas quizas? ¿Es éste el dueño del campo?
Y esconde el tesoso, -¿mas dónde lo esconde, lo deja allí hasta que vuelva para llevarselo,...?
-¡Ven Señor no tardes!
-Pronto el camino, la Tierra en su tierra estará preparada, aplanada. Y todas las aguas juntas en un solo mar. Mas antes habrá la tribulación
de los tiempos difíciles.
-Perla fina y piedra preciosa son semejantes a este tesoro. La naturaleza habla por sí sola. Toda perla, -ojo por donde entra la luz y se traduce en vida- tiene una piedra que en catarata blanca esconde la vida. Allí está el tesoro.
Y para verlo en todo su explendor hay que dividir la perla de entre buenos y malos.
«Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»... Y separa lo nuevo de lo viejo.
Los rabinos de todo el mundo buscan un hombre joven de entre 30 a 40 años, del linaje de David, que sea el Mesias esperado. Un hombre, no para hacer de el un fetiche sino para que traiga un mundo nuevo, un tiempo nuevo, esa Nueva Alianza. Esa epoca nueva que aun no conocemos.
-¡Toma ya! Carlos.
-Diles a tus rabinos que el hombre, cuyo nombre es hijo de otro que firma "Yo el Hombre". No es un solo hobre sino que son dos. Y que el menor hijo del mayor tiene como unos 52 años. Y que sí junto a su padre, no como hijo pródigo, sino como hijo mayor en aparente ilegitimidad genética: ya muy pronto bruscamente aparecerá y cambiarán todo lo que haya que cambiar. Y sobre todo diles a tus rabinos que ambos, descendientes de David son, están íntimamente comprometidos con el llamado Jesús el Cristo, -el Mesías de todos los mesías.- (ver.Ap.2-9;3-9)
Y sobre todo -Carlo- diles a tus rabinos que estos tienen la potestad enprincipio causa de decir: Quién es o quién no es judío.
Rastri, habla que Dios escucha...Deleitate en Dios, Dios es verdadero y el hombre tambien es verdadero, lo de la "religion verdadera" se usa para manipulacion ideologica excluyente con los demas.
Dios es incluyente, no excluyente.
Dios es incluyente, no excluyente.
24/07/11 6:36 PM
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-Lo viejo excluye a lo nuevo y viceversa. Lo bueno excluye a lo malo y viceversa. Y así hasta cuando quieras.
- Y Dios excluye a quien no cree en Él. Y quien como tú excluyes a Dios porque en Él no crees, también tú de tu ser excluyes a Dios.
Como los verdaderos judíos, los que creen en Jesús el Mesías Cristo, excluyen a los falsos judíos; Y viceversa.
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