Yo esto no lo puedo callar

Existen unas normas de estilo para escribir en InfoCatólica que determinan, entre otras cosas, que no se puede dar paso a los comentarios que sean claramente ofensivos contra la Iglesia católica porque una cosa es una cosa y otra, otra. Es decir, que una cosa es disentir y otra, muy distinta, ofender o aprovechar la ocasión para pasarse de la raya o, como se dice popularmente dos o tres pueblos.

Ahora, sin embargo, me tengo que saltar tal norma porque, como dice el título del artículo de hoy, esto no lo puedo callar.

Hay formas de decir las cosas y formas de maldecir las cosas. Es más, hay formas de manifestar un odio que, hoy día, no es comprensible ni se puede comprender ni permitir pero sí decir para que sirva de aviso.

Pues voy al caso.

Hace tiempo escribí un artículo dedicado al Arzobispo de Valencia y a la poco comprensible aparición de documentos suyos en un portal religioso como es Religión Digital. Pues bien, hace unos días recibí dos comentarios en mi correo electrónico (que hace de criba en evitación de males mayores) en el que se decían cosas contra un determinado sacerdote, con nombre y apellidos.

Sin embargo, el problema no es lo que se dijera contra tal persona porque, entre otras cosas, no puedo comprobar si es, o no cierto. Lo que importa es otra cosa. Y es lo que sigue.

Como diría César Vidal, “en un momento determinado” del comentario dice lo siguiente (copio literalmente o ad pedem litterae):

“predicando que marquemos 1 cruz en la declaracion de la renta a favor de la iglesia catolica y ellos haciendose buenas mariscadas en los restaurantes de lujo de la zona con empresarios votantes del P.P. partido popular y predicando en contra de los trabajadores de izquierdas psoe, bloc compromis e izquierda unida. hay que fusilar a los sacerdotes como la guerra civil que paguen con su dinero la iglesia catolica o fusilados los curas del partido popular”.

Las faltas de ortografía no las voy, siquiera, a corregir porque así es fácil darse cuenta del nivel, Maribel, que exhiben algunas personas y, claro, a lo mejor explica lo que luego viene que es lo peor.

El odio, a veces, se manifiesta de una forma terrible. No se le ocurre más que decir, a la persona que trató que su comentario colara o, al menos, que yo supiera lo que, según ella, pasaba, que finiquitar su comentario con el impresentable “hay que fusilar a los sacerdotes como la guerra civil que paguen con su dinero la iglesia catolica o fusilados los curas del partido popular”.

Es decir que para según qué pensamientos, lo mejor es volver a tiempos pasados donde el odio se manifestaba matando, de forma indiscriminada, a los sacerdotes de la Iglesia católica porque el odio no dejaba vivir a según qué personas. Pero es que, además, este comentarista discrimina entre unos sacerdotes y otros.

Esto lo digo porque dice “o fusilados los curas del partido popular” que, más o menos, querrá decir que los que no “sean” de tal partido político pueden vivir tranquilamente. Es decir, los conservadores, al hoyo y los progres, al bollo. No me negarán que se trata de un fino pensamiento expresado en un momento histórico en el cual se está sembrando, por parte del poder establecido, un soterrado ataque a la Iglesia católica de muchas y diversas formas.

Por eso decía que no podía callar lo que había escrito esta persona porque, a lo mejor, hasta es posible que sirva de vacuna contra determinadas formas de pensar y de llevar a cabo algunos planes contrarios a la razón y al buen entendimiento.

Aunque esto, a lo mejor, es pedir peras al olmo.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Para el Evangelio de cada día.
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