Hoy no tengo nada de lo que escribir

A veces pasa esto.

Aunque no quieras que pase acaba llegando el día en el que no tienes tema sobre el que escribir. Y buscas para encontrar alguien que haya metido la extremidad hasta el corvejón y ponerle las peras al cuarto.

Hoy es uno de esos días. Por mucho que busco y rebusco no encuentro nada de lo que escribir. Y es triste porque, seguramente, muchos asuntos se han perdido sin poder hincarles el diente internáutico y se quedarán, para siempre, alejados de la actualidad que, como están los tiempos, corre que se las pela.

A lo mejor es que no se ha levantado algún teólogo progre con ganas de enmendar la plana a Benedicto XVI sobre cualquier asunto que se le pueda ocurrir al perseguidor de turno. Y si hay se me ha escapado.

A lo mejor es que el poder político no ha maquinado una nueva forma de arrinconar a la Iglesia católica con alguna ley, reglamento o norma al uso aunque puede que sí haya maquinado y aún no ha salido a la vista de todos.

A lo mejor es que los insultadores profesionales y escupidores de lindezas contra la religión, preferentemente católica, están durmiendo el sueño de los injustos o que no he tenido ojos para tales personas.

A lo mejor es que no estoy inspirado y nada me parece lo suficientemente grave. A lo mejor es que estoy perdiendo el sentido de la crítica.

El caso es que no tengo tema del que escribir.

Más de uno, ahora mismo, se le debe estar ocurriendo algo sobre lo que escribiría con ganas pero por no tener una tribuna como InfoCatólica se quedará con su idea, escondida, en el cajón de su corazón. Y así pasará con muchas personas que, con gusto, se pondrían a darle al teclado y decir esto o lo otro sobre lo que pasa en el mundo de lo religioso.

Pero yo, que he estado a punto de escribir, por ejemplo, sobre el sentido pornográfico que tienen algunos mandamases socialistas andaluces y que quieren trasladar a la vida educativa… pensé que no valía la pena escribir sobre lo obvio de tal aberración. Bastó suprimir para que se perdiera donde no sé donde del ordenador. Era demasiado burdo el tema como para perder el tiempo con eso.

Tampoco me ha parecido buena cosa escribir sobre lo del Obispo de Oaxaca (México) y sobre su persecución por decir lo que cualquier católico debería decir porque estoy leyendo sobre el fenómeno cristero (para escribir, aquí sí) y todo me suena muy repetido. Ya llegará la hora… ahora no es el momento oportuno.

Incluso tampoco ha sido oportuno (al menos para mí) responder a la pregunta que se ha hecho el Arzobispo de Oviedo, mi admirado Monseñor Jesús Sanz Montes, acerca de si hay un voto católico porque, por desgracia, a lo mejor se responde sola en un sentido bastante negro.

Por eso digo que, entre unas cosas y otras, a mí, lo que es a mí, no se me ocurre nada de nada sobre lo que poner algún punto sobre alguna “i”.

En fin… otro día será porque la inspiración se vuelve, a veces, un poco rácana o también puede ser que mi Ángel Custodio me haya parado los dedos para no escribir ciertas cosas.

Cualquiera de tales causas puede ser posible. O ninguna, no sé.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Para el Evangelio de cada día.
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