La palabra del Domingo - 13 de febrero de 2011 - La verdadera Ley de Dios

Mt 5, 17-37. Se dijo a los antiguos, pero yo os digo.

17 «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. 18 Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.19 Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. 20 «Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. 21 «Habéis oído que se dijo a los antepasados: = No matarás; = y aquel que mate será reo ante el tribunal. 22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano “imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado", será reo de la gehenna de fuego. 23 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. 25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. 26 Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo. 27 «Habéis oído que se dijo: = No cometerás adulterio. = 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.
31 «También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. = 32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. 33 «Habéis oído también que se dijo a los antepasados: = No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. = 34 Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el = Cielo =, porque es = el trono de Dios, = 35 ni por = la Tierra, = porque es = el escabel de sus pies; = ni por = Jerusalén =, porque es = la ciudad del gran rey. =
36 Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro.
37 Sea vuestro lenguaje: “Sí, sí"; “no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.

COMENTARIO

La verdadera Ley de Dios

Jesús había venido a cumplir la Ley de Dios. No derogó ni siquiera un punto de la norma divina porque, además, tampoco podía hacer tal cosa siendo Él mismo el Creador hecho hombre.

¿Hasta dónde había llegado la tergiversación de la voluntad de Dios que tuvo que enviar a Su Hijo a que pusiera las cosas en su sitio?

El texto del evangelio de san Mateo es muy rico en los casos en los que no se estaba haciendo lo que se debía. Eso, entonces, no podía continuar como hasta ahora se había estado llevando a la práctica.

Pero si hay algo que no podemos olvidar es que no basta con cumplir la Ley de Dios porque, con ser importante, no es suficiente. Así, lo que no podemos hacer es no ya transgredirla sino coadyuvar a que otros la transgredan porque sería como facilitar el mal al prójimo. Y eso tampoco puede ser bien visto por quien estableció una Ley para su descendencia. Cabe, pues, cumplir y enseñar tal cumplimiento.

Muchos casos pone Jesús de cómo son las cosas y de cómo debían ser: No basta con no matar porque tampoco hay que mostrar cólera hacia el prójimo; no es suficiente con la no existencia del adulterio, digamos, real sino que, siquiera se puede admitir el de pensamiento porque, en verdad, ya se peca en el corazón que es, precisamente, de donde salen las obras. Y así hasta procurar limpieza en el concepto de adulterio que, al parecer, no había sido comprendido en su correcta esencia.

Pero Jesús pretende que se comprenda algo que, también hoy día, es de una importancia vital para el creyente: las cosas tienen que ser como son porque, de otra forma, no lo serán de acuerdo a la voluntad de Dios.

Sea sí donde es sí; sea no donde es no.

Tal es la expresión más acertada de lo que un discípulo de Jesús ha de llevar a cabo. Así, no hay engaño ni puede haberlo en quien actúa como debe de acuerdo a la Ley de Dios.

Que sea sí donde es sí sólo puede querer decir que no podemos hacer, en determinadas ocasiones, como si la Ley de Dios no dijera lo que dice y, a conveniencia nuestra, aplicar de ella lo que nos convenga. Si es como es así lo es y no de otra forma. Igual cuando no es como no es.

La Verdad sólo tiene un camino que es, precisamente, Jesús que, además es la vida. Y eso no podemos adaptarlo a lo que en cada momento nos venga bien. Si es sí, ha de ser sí y si es no, ha de ser no. Y hacer otra cosa es, verdaderamente, querer mal a Dios y a su Hijo traicionarlo.

PRECES

Por todos aquellos que hacen de la Ley de Dios algo irrisorio.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que manipulan la Ley de Dios según su conveniencia.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a cumplir con tu Ley como hijos que se saben amados por su Padre y que, entonces, respetan su voluntad.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Para el Evangelio de cada día.
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