La Palabra del Domingo - 14 de noviembre de 2010 - Una fe exigente
Lucas 21, 5-19: Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas
5 Como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: 6 «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida.»
7 Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?»
8 El dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: “Yo soy” y “el tiempo está cerca". No les sigáis.
9 Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.»
10 Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
11 Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo.
12 «Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; 13 esto os sucederá para que deis testimonio.
14 Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, 15 porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.
16 Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, 17 y seréis odiados de todos por causa de mi nombre.
18 Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza.
19 Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
COMENTARIO
Una fe exigente
Cuando Jesús les comunica a aquellos que le escuchan que el Templo será destruido quería, seguramente, hacerles ver que lo material tiene poco de importante frente a lo que de verdad ha de tenerse cuenta y que no es otra cosa que el espíritu y el alma. Y, a la vez, que de la forma en la que se había tergiversado y torcido la Ley de Dios no iba a quedar piedra sobre piedra.
Y, para todo esto, se producirán acontecimientos que serán el síntoma de que el momento de la destrucción va a llegar; síntomas que, además, son expresión de la maldad que llegó a reinar en tiempos mortales del hijo de Dios.
Sin embargo, con poder parecer esto terrible aún les tenía reservado algo peor, a lo mejor, para ellos: la verdad de las cosas.
Sus discípulos, en el ambiente de devastación moral y física, iban a ser señalados como lo que eran: seguidores del Cristo. Por eso sufrirían persecución (que aún sigue vigente) ante la que tenían que saber qué hacer.
A este respecto, dos instrucciones son muy importantes para aquellos que lo escuchan porque les pone en sobreaviso de cómo han de actuar. Estas son, a saber:
-Dar testimonio de su fe.
-Ser perseverantes en su fe.
En ambos casos se muestra, se mostrará y se mostraría, que eran, en realidad, discípulos de Cristo.
Se les iba a apresar porque se les iba a preguntar, de ahí lo de dar testimonio y ser testigos, si seguían al Hijo de Dios. En tal caso no tienen, siquiera, que preocuparse, porque en el momento oportuno se les diría, a través del Espíritu Santo, lo que tendrían que decir y, ante esto, nada ni nadie podría decir ni hacer nada salvo, en todo caso, ejercer el poder material y acabar con sus vidas.
Cabía, entonces, confiar en la palabra de Jesús y quedar a la espera de la inspiración divina.
Es más, la persecución no se iba a limitar a los poderes del mundo sino que sería, en muchos casos, la propia familia la que los entregaría pues, no obstante, ya dijo Jesús en otra ocasión que venía, en un sentido acertado, a dividir al mundo.
En tal sentido, la fe en Cristo exigía, además, la perseverancia o, lo que es lo mismo, no cejar en el empeño de demostrar que se era discípulo del Maestro y que no se le iba a abandonar por muy difíciles que fueran los tiempos o los acontecimientos.
Salvar el alma, en tal caso, era un premio demasiado valioso, y lo es, como para olvidar con facilidad lo que supone manifestar una fe arraigada en el corazón, profunda y fuerte.
Sin embargo, ya dijo Jesús que deberían considerarse felices aquellos que eran perseguidos por causa de su nombre. A eso lo llamamos bienaventuranza porque es, en efecto, un bien para quien se dice hijo de Dios. Por eso ahora les dice que serán odiados de todos por la misma causa que no es otra que Él mismo.
Y, sin embargo, tras mantener la fe con perseverancia y dar testimonio de la misma la salvación del alma era lo que les, nos, esperaba y nos espera.
Mantengamos, pues, tanto una, perseverancia como otro, testimonio de nuestra fe con la ayuda de María, Madre de Dios y Madre nuestra a la que deberíamos acudir en tiempos, también éstos, de tribulación.
PRECES
Por todos aquellos que huyen de dar testimonio de su fe.
Roguemos al Señor.
Por todos aquellos que perseveran poco en el mantenimiento de su fe.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a perseverar en nuestra fe.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
Eleuterio Fernández Guzmán
—
Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).
8 comentarios
El “templo” no construido por manos humanas es el hombre.
¿Qué es el hombre? (Concilio Vaticano II)
Lo fácil es sucumbir a la tentación de la oferta del Poder, a abandonar la FE y lo que ella significa.
Ir contracorriente, en muchas ocasines puede significar padecer maledicencia, persecución y en algunos casos hastala muerte.
Pero La Perseverancia (no la resignación ) es la clave, una perseverancia que nace de la confianza..la FE en DIOS.
Ninguna dificultad puede destruirla.
Señor, haz que no nos pierda la curiosidad
por saber como será el mundo futuro:
ayúdanos a construir nuestro presente,
que es semilla del futuro que esperamos.
Haz que nos preocupemos sobre todo
de dar testimonio de Tu nombre
para que así podamos servirte
siempre con el gozo en el Alma.
Ejercicio de FE:
-Imagínese usted como creyente que en un ejercicio de holografía, -paso a paso, cliché a cliché- se nos traducen el libro del Apocalipsis, así como la profecía que Jesús hace respecto al fin del Mundo y su mundanal circunstancia que es el pecado.
Imagínese que previo la dicha visión holografica y quí la visión de la muerte en consiguiente división y desintegración de todo aquello que animado o inanimado nos es propio y extraño:
Que por causa y razón de su fe judeocristiana apostólicocatólica usted como creyente: entiende que en la intimidad de su fuero interno, Dios le manda iniciar y perseverar hasta el final- en el cumplimiento de la dicha profecía ".
Para usted como creyente, la pregunta es la siguiente:
-¿Estaría usted dispuesto a activar, y seguir activando -perseverar- el botón del Apocalipsis con la consiguiente constatación de la muerte, la división y desintegración de todo aquello que animado o inanimado -propio y extraño- en justicia divina debe de ser dividido y desintegrado?
Una prueba mas de la pobreza de la exegesis catolica y una prueba mas de que los evangelios no son ni remotamente escrituras catolicas y la Iglesia simplemente se lo ha apropiado.
Cuando la Iglesia se queda tan pancha al llamerse "la religion verdadera" eso me recuerda el dicho, dime de que presumes y te dire de que careces...
En momentos de crisis,desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación.Nos dice Jesus"que nadie os engañe",no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al evangelio.NO VAYAIS TRAS ELLOS,no seguir a quienes nos separan de Jesucristo,UNICO FUNDAMENTO Y ORIGEN DE NUESTRA FE.
No creo que sea "diabolico" decir lo evidente y es que el Cristianismo debe de reconocer su fracaso historico y dedicarse a esperar el cumplimiento integro de todas las profecias de la Torah igual que hace el pueblo de Israel y la humanidad entera.
Lo demas son palabras vanas e inutiles.
ala! a llorar al Muro de las Lamentaciones.
Dejar un comentario