Eppur si muove - Comunión: ¿En la mano o en la boca?
Como era de esperar, el tema de la forma de comulgar (de pie o de rodillas) tuvo una acogida, digamos, amplia cuando fue tratado en esa sección hace un par de semanas. Por eso, y según se apuntó allí mismo, iba a ser tratado la otra parte de la forma de comulgar o, lo que es lo mismo, si hacerlo en la mano o en la boca es lo más adecuado.
Al respecto, existe gran discusión doctrinal acerca de hacer uso de una forma o de otra en el momento de recibir la comunión, lo que no quiere decir que no haya una forma mejor que otra.
Cuando Juan Pablo II Magno viajó a Fulda, Alemania, en noviembre de 1980, concedió una entrevista a la revista “Stimme dels Glaubens” en la que, ante la afirmación, referida a la forma de recibir la comunión, según la cual “En la mano es un gesto más natural” respondió el Papa polaco que “Puede parecerlo. Pero en la Sagrada Eucarística no hay nada natural. Todo es sobrenatural. No es pan y vino lo que tomamos. Es el Cuerpo y la Sangre de Cristo”.
Poco después, en otra respuesta, apunta hacia que, realidad, se trata de una cuestión de dignidad pues merece la misma la recepción del Cuerpo del Hijo de Dios.
Nos encontramos, pues, ante una situación, digamos, sintomática de la confusión que puede haber y, aunque cualquiera diría que no existe ningún problema porque cada cual hace lo que entiende que es mejor, no es menos cierto que recibir la comunión en la mano puede acarrear determinadas consecuencias no buenas ni admisibles.
En primer lugar, la Congregación para al Culto Divino, en Notificación acerca de la comunión en la mano, de fecha 3 de abril de 1985, dejó escrito (7) que “No se obligará jamás a los fieles a adoptar la práctica de la comunión en la mano, dejando a cada persona la necesaria libertad para recibir la comunión o en la mano o en la boca”.
Entonces, al respecto de la forma de recibir el Cuerpo de Cristo no puede decirse que haya problema alguno.
En segundo lugar, sobre el comportamiento que Benedicto XVI está teniendo en tal asunto, el 26 de junio de 2008 tuvo a bien contestar a L’Osservatore Romano, sobre si era su intención seguir administrando la comunión en la mano: “Creo que será así. No hay que olvidar que la distribución de la comunión en la mano es todavía desde el punto de vista jurídico una dispensa a la ley universal, concedida por la Santa Sede a aquellas conferencias episcopales que lo pidieron“.
Parece que se va aclarando la cosa. Ahora no basta con decir que, en efecto, el fiel puede optar por una forma o por otra de recibir la comunión porque el recibirla en la mano no es la norma establecida sino, precisamente, una excepción a la que lo es general.
Y tal excepción se encuentra en la Instrucción “Memoriale Domini” (29 de mayo de 1969), emanada de la Sagrada Congregación para el Culto Divino que, en un momento determinado dice que:
“Pero si el uso contrario, es decir, el de poner la Santa Comunión en las manos, hubiere arraigado ya en algún lugar, la misma Sede Apostólica, con el fin de ayudar a las Conferencias Episcopales a cumplir el oficio pastoral, que con frecuencia se hace más difícil en las condiciones actuales, confía a las mismas Conferencias el encargo y el deber de examinar las circunstancias peculiares, si existen, pero con la condición de prevenir todo peligro de que penetren en los espíritus la falta de reverencia o falsas opiniones sobre la Santísima Eucaristía, como también de suprimir con todo cuidado otros inconvenientes.”
Por tanto, es válido y admitido recibir la comunión en la mano.
Ahora bien, es sabido que las cosas hay que tratar de entenderlas desde todos los puntos de vista.
Así, por ejemplo, la forma, digamos, manual de recibir el Cuerpo de Cristo, puede acarrear problemas y llegar a producirse profanaciones, que cualquiera puede imaginar, que son más difíciles de acaecer en el caso de comunión en la boca.
Es, incluso, hasta posible que muchos católicos lleguen a pensar que la Eucaristía no es, al fin y al cabo, más que un símbolo de la cena y desaparezca el auténtico valor que tiene la transubstanciación y lo que, para un católico, significa.
¿Es, por eso, la recepción en la mano del Cuerpo de Cristo, cierto síntoma de protestantismo?
Y es que, al fin al cabo, lo que más debería preocupar al fiel que se acerca, en debidas condiciones espirituales, a recibir, en el suyo, al Cuerpo de Cristo, es preguntarse si lo va a hacer de forma adecuada e, incluso, si Cristo merece que se le reciba de según qué forma.
Eleuterio Fernández Guzmán
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21 comentarios
Los que han dado la Comunión (como ministros extraordinarios u ordinarios), sabrán que es más o menos común que las Hostias se peguen unas con otras. El problema es que en ocasiones, quedan muy pegadas, por lo que se hace difícil despegarlas en el acto. Ahora bien, si sacas dos Hostias pegadas y das la comunión en la boca, existe una posibilidad alta de que se despeguen en los dientes del fiel... con lo cual, la Hostia que va por arriba, la cual no se pegó a la lengua, se podría caer al suelo.
En fin, a mí me pasó hace poco. ¿Moraleja? Tratar de separar las Hostias con más empeño.
La introducción de la comunión en la mano fue casi impuesta y forzada, en el aggiornamiento posconciliar. No lo he vivido pero así me lo han transmitido.
Cuestión aparte merecemos los ministros extraordinarios. En algunos sitios, aunque comulguen 10, tan ordinarios como el propio sacerdote... y es que en las nuevas perspectivas, pues que casi todo lo haga el laico...
Saludos.
Sin embargo esta excepción se ha generalizado tanto, que no son pocos los sacerdotes que se niegan a darla en la boca, imponiendo sus propias leyes. Durante decádas la imposición clerical ha sido la que terminado de facto con la norma de comulgar de rodillas y en la boca. Jamás he conocido a un laico que lo hay reivindicado. Pero si he sufrido en propias carnes que se me negara la comunión en la boca y de rodillas.
creo que es más conveniente recibirla en la boca, y en primer lugar, porque el riesgo de profanación es mucho menor, por eso se dice que “si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano”; en segundo lugar, para impedir que queden partículas en la mano, lo cual se quiere evitar al máximo cuando se da en la boca, poniendo el uso de la bandeja; en tercer lugar, por reverencia al Sacramento. El sacerdote, aunque indigno, tiene sus manos consagradas con el crisma y es ministro ordinario de la Eucaristía, a quien compete por oficio “dar lo sagrado”.
Mons. Ranjith, secretario de la Congregación para el Culto Divino, ha afirmado recientemente que «el Santo Padre habla a menudo de la necesidad de salvaguardar el sentido de la “alteridad” en cada expresión de la liturgia. El gesto de tomar la Sagrada Hostia y, en lugar de recibirla, ponerla en la boca nosotros mismos, reduce el profundo significado de la Comunión» (La Repubblica, 31/07/2008).
San Francisco de Sales dijo...Hay dos clases de personas que necesitan comulgar : Las que están Sanas Espiritualmente, para mantnerse Sanas; y las que No lo están, para recobrar la Salud
«161. Si Communio sub specie tantum panis fit, sacerdos hostiam parum elevatam unicuique ostendit dicens: Corpus Christi. Communicandus respondet: Amen, et Sacramentum recipit, ore vel, ubi concessum sit, manu, pro libitu suo. Communicandus statim ac sacram hostiam recipit, eam ex integro consumit». Es decir, en principio, la Comunión se recibe en la boca, pero, donde sea concedido (por la Conferencia Episcopal), puede el fiel, a elección, comulgar recibiendo la hostia en la mano. En cambio, cuando la Comunión se recibe «por intinción» (esto es, bajo ambas especies, mojando la hostia en el Cáliz), obviamente, sólo puede recibirse en la boca (Cf. IGMR, 287).
Estoy muy de acuerdo con el comentario de Luis López, quien dijo ut supra:
"Si supiéramos de verdad lo que hacemos al comulgar, la recibiríamos en la boca, de rodillas y con lágrimas en los ojos" con una oración constante en el corazón: Domine, non sum dignus ut intres sub tectum
meum; sed tantum dic verbo et sanabitur anima
mea.
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EFG
Me parece que Ud. no ha comprendido lo que han querido decir. Si, en verdad, se conociese que se recibe a Jesús, que murió por nosotros y que dio su vida para salvar la nuestra y que, en definitiva, se recibe a Dios, pocas serían las lágrimas, pero de gozo que no de tristeza.
Veo lógico su estupor, luego de tanta irreverencia que se por ahí. Sin embargo mis palabras "ut supra" son literales. Sé que eso le resultará aún más sorprendente. Para hacer valer mis afirmaciones, no he de tomar argumentos teológicos, ni metafísicos, ni aún filosóficos. Simplemente deseo compartir con usted mi testimonio. Una larga historia de 17 años, que le resumiré en un párrafo casi telegráfico.
Hace 3 años, El Espíritu divino empezó a mover todas mis entrañas. Yo había sido un gran pecador durante 17 años, pero la fuerza del Altísimo me llevó hasta la Misa. Como era un pecador público, la primera vez me escondí junto a un confesionario y salí de Misa antes de que todos se percatasen de mi presencia. Poco a poco y domingo a domingo, me dio la fortaleza para sentarme en un banco primero, y avanzar hacia el altar luego de asiento en asiento. Así pasaron varios meses. Pero cuando llegaba el momento de comulgar y veía la cola de los santos ir a comer del sagrado Pecho del Pelícano, yo me hundía porque sabía que si me sumaba a aquella fila y comulgaba, comía mi propia condenación ( en esos momentos continuaba siendo infiel a mi esposa, aunque estabamos separados). Más la gracia del Señor es copiosa para quien la pide. Yo me arrodillaba durante la consagración, sintiéndome indigno y con un deseo cada vez más ardiente de comulgar. Tal era ese anhelo que muchos domingos debía sofocar mis sollozos y esconder mis lágrimas en un pañuelo. El dolor fue a más y aumentaron tambien las lágrimas, pero me faltaba el valor de terminar con la relación fuera del matrimonio que mantenía. Las semanas se sucedían de igual forma. Pero un día, en que mi llanto debió ser bastante estridente, me encontré diciéndole a Cristo Jesús, nuestro Señor: " Señor mío y Dios mío, te ofrezco mi salud entera, acepto incluso sufrir un cáncer con metástasis y mortal, si una sóla vez al menos me das de comer tu carne y tu sangre, la única comida que da la vida eterna". Luego reflexioné sobre lo que había dicho al Señor y siendo consciente de que comiendo su carne y su sangre, se me daba lo único realmente importante, esto es, la Vida divina, la intimidad de la Trinidad, confirmé cada una de mis palabras. Al poco de esto, me dio la gracia de la conversión y otras muchas más, que no viene el caso relatar ahora, corte la realción extramatrimonial, me confesé y desde entonces, nunca me pierdo una Santa Misa, en la que comulgo de rodillas y en la boca, a pesar de que algún sacerdote me ha negado la comunión de esa forma y he tenido que ponerme de pie. Siempre vivo la comunión como el regalo más precioso y jamás me olvido del valle de la muerte del cual Él me saco. Me preparo interiormente para la comunión y aún hoy se me saltan las lágrimas de vez en cuando, al pensar que estaba muerto y hoy vivo por su gracia y no sólo eso, sino que soy un pordiosero invitado al más magnífico Banquete. Un pajarito indefenso al que Dios mismo le da de comer en su pico, con el más valioso de los alimentos, porque " A precio de Sangre habeis sido comprado". Yo al menos creo que he sido comprado a ese infinito precio.
Eso no lo decides TU, si la Iglesia lo ha permitido no lo llames tu profano, que SOBERBIA la tuya, si quieres tener alguna autoridad en la Iglesia (ya que hasta en contra del celibato opcional estas) busca la anulacion de tu matrimonio y trata de ordenarte sacerdote y luego obispo, en lugar de querer usurpar su papel pontificando en cosas en que tienes nula autoridad
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EFG
Es evidente que no tengo autoridad ninguna. Lo que sí tengo es posibilidad de decir lo que pienso.
Comulgar con espíritu sincero, digno y honesto de la amistad que Él nos ofrece, es lo único que Él pide.
Con FE Viva
Con firme Esperanza
Con Ardiente Caridad
Con Humildad profunda
Con Perfecta Gratitud
Y con Santo anhelo de unirnos a JESUCRISTO
lA Eucaristía es en nosotros, prenda de la Vida Eterna y de la Resurrección GLORIOSA
" El que come mi Carne y bebe mi Sangre" dice JESUCRISTO ,tiene la Vida Eterna y YO le resucitaré el último día.
http://www.edisluxmundi.com/comunion/?page_id=2
Respuesta a los tópicos usuales para defender la comunión en la mano:
http://www.edisluxmundi.com/comunion/?page_id=13
Releo los comentarios y no he visto ni uno sólo, ni uno, repito, que falte el respeto a quien comulga en la mano. En honor de la verdad, sin embargo, la única falta de respeto que yo he presenciado, y sufrido, es la de ciertos malos pastores que sí niegan la comunión a quien desea recibirla en la boca y de rodillas. Hasta hoy, la única intolerencia en nuestra Iglesia, sobre este asunto, está de parte de los que no dan la comunión a los que se arrodillan y desean recibirla en la boca. Todavía está por verse un sólo caso en el que se niegue la comunión en la mano. Ni un sólo caso, salvo claro está, no estar yo al día sobre esta noticia, que sería extraordinaria e insólita; de conocer algo así le rogaría que me ilustre con un sólo ejemplo.
Lo cierto, la verdad, lo obvio, es que la excepción ( la comunión en la mano) se ha impuesto y la forma ordinaria (en la boca) se niega por algunos malos sacerdotes, de cuyas acciones y omisiones tendrán que dar cuenta ante Cristo. La Iglesia permite la comunión en la mano y por lo tanto, hacerlo así es correcto; nadie aquí ha faltado al respeto a quien elige esa forma. Ahora bien, estando con usted de acuerdo en que lo importante es la actitud, debo tener en cuenta al menos yo, que sin embargo, sobre esa moción interior en cada uno, no me está permitido juzgar por el Señor, ni siendo sacerdote, ni ministro extraordinario, y eso por mandato del mismo Cristo que dijo "No juzgueis y no sereis juzgados". Si usted lo hace, espero y deseo que no sea así, al parecerle que comen caramelos, cargue usted con el yerro de su juicio.
Finalmente quiero decir, para terminar mi aportación, que según las reiteradas encuestas publicadas, son muchos los que no creen en la transubtanciación, incluso entre los sacerdotes y religiosos. Es obvio también que muchos no se arrodillan ante el sagrario, y que son muchos más los que no guardan el debido respeto orante ante el Santísimo, hay crisis de fe, de vocaciones,...en fin ¿Tendrá algo que ver todo esto con la falta, al menos aparente ya que no puedo juzgar, de adoración al Cuerpo y Sangre de Cristo?.. ¿ Tendrá algo que ver con que ya no obedecemos al apóstol que nos dice que ante Cristo toda rodilla se doble en el cielo.....?
Amigo mío, ¿si Cristo mismo oraba al Padre puesto de rodillas, no voy a hacerlo yo ante su cuerpo, su sangre,su alma y su divinidad? ; yo que soy una insignificante criatura que debe todo a esa Trinidad que se me da? Sí, amigo, Jesús oraba de rodillas y así nos lo cuenta S. Lucas: " Se apartó de ellos como a un tiro de piedra y, puesto de RODILLAS, oraba así: Padre, si quieres...." (Lc 22,45)
Todo estas cosas de las que estamos conversando, ¿no serán la causa, al menos un poquitín, del mal que hay en la Iglesia? Amigo , yo me arrodillo ante Cristo para poder estar de pie ante los poderosos de la tierra y dejo que Él me de de comer. Usted también hace lo correcto. Aunque piense un poco, si con nuestra actitud, incluso cargada de buena intención, no estamos poniendo al hombre en el centro, en vez de a Dios.
Sé que a muchos no les gustamos las personas que denunciamos el mal, la apostasía y hablamos de la crisis de la Iglesia. Bueno, a todos esos prefiero no responderles yo, sino citar a la beata Anna Catalina Emmerich,que repetía con mucha frecuencia, dirigiéndose sobre todos a los pastores:
"¡Vi tantos traidores! Ellos no soportan que se les diga: «esto va mal». Todo está bien ante sus ojos con tal de que puedan glorificarse con el mundo." (AA.III.184)
Si cada uno se reforma así mismo...Toda la Iglesia se va reformando poco a poco..
saludos
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