“Matrimonio” entre homosexuales: no deberían preocuparse tanto
En los asuntos de la vida está bien que quien pueda creer que determinado interés corre peligro haga manifestación de ello y, si es posible, no limite su preocupación a su misma persona sino que intente que más personas participen de la misma por si es posible ayudar de cualquier forma.
Tal forma de comportamiento es, por otra parte, muy propia de un humano que no quiere vivir aislado del mundo en el que vive porque ya se sabe que las penas, acompañadas, suelen ser más llevaderas.
No siempre, sin embargo, concurren las características aquí mencionadas y, así, determinados comportamientos son llevados, más bien, por la creencia de ostentar derechos que no son, sino, mera concesión caprichosa de quien puede hacerlo. Si, además, los mismos nada tienen que ver con una demanda generalizada sino con la expresión de una visión muy particular, diminuta y egoísta forma de ser, la cosa pasa de ser algo entendible a ser algo, francamente, insoportable.
Eso pasa, para ser exactos y certeros, con el imposible matrimonio entre homosexuales: hay abuso de ideología y abuso de poder. Además, se regodean en las extralimitaciones de lo particular y tratan de hacer como si todos los que vemos lo que pasa tuviéramos algún tipo de discapacidad. Vamos, que actúan como si fuéramos tontos del haba y tuviéramos que tragar determinadas ruedas de molino sin chistar ni decir ni pío.
Esto lo digo porque hay una denominada “iniciativa ciudadana” que pretende que el Partido Popular retire el recurso que, en su día, interpuso en contra de la Ley que regula tal tipo de imposibles matrimonios.
Como bien dice un dicho “quien no tiene pan sueña bollos”. Por eso hablan de tal iniciativa como si fuera algo general. Nada más lejos de la realidad como resulta fácil comprender sino que se trata, más bien, de un grupúsculo dentro del grupúsculo de personas homosexuales, que quieren levantar la voz.
Sin embargo, no sé ni entiendo qué clase de extraño malestar aqueja a tales personas para que lleven a cabo tal tipo de iniciativa.
En realidad, su preocupación debería ser bien menguada, diminuta o nula porque, en primer lugar, el Partido Popular no va a hacer nada en contra de tales imposibles matrimonios; en segundo lugar, el PSOE va a seguir a la suya y, sobre todo, en tercer lugar, la sociedad española está lo suficientemente anestesiada como para que le parezcan hasta “graciosos” los tales imposibles matrimonios.
Por tanto, lo que deberían hacer o tratar de hacer es no manifestar, continuamente, unas ganas de exteriorizar sus ideas al respecto porque, la verdad, ya cansa tanto uso y abuso de propaganda de un comportamiento tan antinatural como es el que se llevan a cabo. En todo caso, si ya han salido del armario hace mucho tiempo, ¡Qué necesidad tienen de tanto exhibicionismo determinados homosexuales!
Ahora bien, lo que ya no es admisible es que se atrevan a “exigir” al PP que retire el recurso citado arriba.
Digo que es inadmisible porque exigir significa, entre otras cosas, “pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho” y que se sepa el imposible matrimonio entre homosexuales no es ningún derecho constitucional. Es, en todo caso, una imposición de un Ejecutivo viciado por una ideología malsana, contraria a la vida y alejado de la realidad de las cosas.
Así que… menos exigencias y más respeto.
Eleuterio Fernández Guzmán
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2 comentarios
En realidad, el pensamiento de izquierdas se basa en algo tan simple como un disgusto infantiloide por la realidad -un pensamiento débil unido a un eficaz agit-pro-, y una vocación destructiva (nada creativa) sobre esa misma realidad y sobre el sentido común, sustituyéndola con "valores" opuestos, subversivos, estúpidos, caproichosos y -en buena medida- criminales. Su esperanza última es, como dijo ese socialista llamado Goebbels- que "una mentira repetida acaba pasando por verdad".
Pedir a un sujeto de izquierdas que sea democrata, tolerante y repetuoso con las ideas ajenas es pedir peras al olmo.
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EFG
Pues tales manos son en las que estamos.
Si un hombre adora el poder y al mismo tiempo profesa una religión de amor, la religión del poder es su religión secreta, mientras que su pretendida religión oficial, por ejemplo el cristianismo, sólo es ideología."
Erich Fromm "¿Tener o ser?".
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EFG
Es muy cierto que hoy día se privilegia el tener sobre el ser y que eso lleva a comportamientos o, mejor, es traído por comportamientos muy egoístas o poco relacionados con tener un sentido religioso, aquí católico, de la vida.
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