Eppur si muove - El latín en la Iglesia católica
Hace bien poco sugería un comentarista de este blog que se podría tratar el tema del latín en la liturgia católica.
Tengo que reconocer que, como excepción a la regla que siempre sigo según la cual lo que más atrae es la doctrina y el Magisterio de la Iglesia católica, el tema del latín no lo tengo muy claro. Y quiero, como siempre, ser honesto y no apoyar aquella posición porque parezca la oficial o quede más intelectual.
Esto es, seguro, debido a mi ignorancia. Quiero decir que no sé ni entiendo la lengua de la Iglesia católica. Vamos, nada fuera de lo que cual mortal puede conocer por sus estudios o por lo común de las expresiones.
Sin embargo, espero saber dar la oportunidad de que quien sí conozca la importancia de tal lengua en el devenir de la Iglesia católica exprese lo que piensa porque es, además, lo que más tiene interés para el que esto escribe y, a lo mejor, para más personas.
Es decir, querer y no poder pero querer poder tiene que ser comprendido.
Tenemos que partir, en este tema, de la existencia de dos opiniones que existen si nos referimos a lo que hoy se ha traído a este blog. Es decir, podemos decir que existe quien está a favor de que el latín juegue un papel importante en el devenir litúrgico de la Esposa de Cristo y quién no lo está bien porque le da lo mismo o porque, en efecto, tiene una opinión fundada para que tal realidad no se lleve a efecto.
El Beato Juan XXIII dio a conocer la Constitución Apostólica “Veterum Sapientia” relativa a la promoción del uso del latín en la Iglesia católica.
En tal documento da razones como las que siguen:
-La lengua Latina, es usada “por ser aceptada y grata a todos los pueblos como voz de la madre común”.
-La lengua Latina, “ya desde hace siglos substraída a las variaciones de significado que el uso cotidiano suele introducir en los vocablos, debe considerarse fija e invariable”.
-La lengua Latina “es un vínculo eficacísimo que une en admirable e inalterada continuidad a la Iglesia de hoy con la de ayer y mañana”.
-La lengua Latina “enseña a pensar y a hablar con orden sumo”.
Todo esto es, evidentemente, una forma de elogiar a la lengua que es, digamos, oficial en la Iglesia católica, y fija, por lo tanto, una posición bastante clara al respecto de su utilización, por ejemplo, litúrgica.
Además, no podemos olvidar ni esconder que el uso del latín tiene una relación directa con el denominado Rito Extraordinario de la Santa Misa en el que se utiliza tal lengua para la celebración de la Eucaristía.
Ante esto, tenemos la posición que puede considerar poco importante todo lo dicho, por lo que sigue:
-La lengua Latina es una que lo es, digamos, muerta en el sentido de no ser utilizada como de uso común entre las personas y eso dificulta, mucho que, por ejemplo, a nivel litúrgico pueda ser utilizada con un éxito, mínimo, de comprensión.
De aquí que, a diferencia de lo dicho arriba con el uso del latín en el Rito Extraordinario, el Rito llamado Ordinario está relacionado, directamente, con las lenguas vernáculas donde el latín ha desaparecido para dar paso a la forma que, en cada nación, se habla.
Hasta aquí las posiciones que, según lo visto, pueden resultar inconciliables.
Dice Sor Marija Ona, CMRI, en un artículo titulado “La importancia del latín en la liturgia” que “Debemos estar alegres y agradecidos de que podemos orar en el mismo idioma y con las mismas palabras como lo hicieron todos los cristianos a través de los siglos”. Y no es mala cosa reconocer la verdad de las circunstancias por las que ha pasado la Iglesia católica y sus fieles han tenido que ofrecer, por ejemplo, sus oraciones a Dios.
Sin embargo, yo me pregunto, reconociendo antes la importancia del latín no sólo en la liturgia, qué tipo de Eucaristía puede gozar quien a ella asiste sin conocer lo que se está diciendo.
Es bien cierto que siempre ha sucedido que los ritos religiosos se han podido llevar a cabo en lenguas muertas que no entendían muchos creyentes y que eso daba un sentido sagrado a lo que se hacía.
Pues, para el que esto escribe, el uso del latín en la liturgia sería, seguramente, apropiado según la lengua propia de la Iglesia católica; apropiado para que lo sagrado mantuviese su sentido intrínseco y primigenio; apropiado para que lo hecho hasta hace unos decenios no perdiera su sentido.
Pero, por otra parte, partiendo de mi propio desconocimiento y reconociendo el general que en este tema existe, me parecería de una gran pobreza espiritual quedarse como haciendo que se goza sin ser eso posible.
Y eso, a pesar de los pesares, sería bastante triste.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).
20 comentarios
" El beato Juan XXIII ha escrito que si las verdades católicas fueran confiadas a las lenguas modernas sujetas a cambio, su sentido no quedaría de manifiesto con suficiente claridad y precisión. Sin el latín faltaría una lengua común y estable con la cual confrontar el significado de las otras " ( Constitución apostólica Veterum Sapientia, 22 de febrero de 1962. )
"... La tesis, en sí misma positiva, de la inculturación de la liturgia en un lugar, no puede ofuscar la otra que le precede y le sigue: la liturgia debe expresar la unidad y catolicidad de la Iglesia." [ Antes, podías viajar a cualquier país cristiano y participabas sin dificultad en la Misa, gracias al latín. Ahora ya no. Lo he padecido]
" Todas las religiones usan una lengua sacra: el árabe antiguo para los musulmanes, el sánscrito para los hindúes. No se debe tener miedo del latín. Por eso, en la recognitio de los misales nacionales por parte de la Santa Sede se podría exigir que el texto del ordinario y del propio sean colocados en sinopsis biblingüe: latín y nacional, como el misal romano de 1962. "
Y añado personalmente: el latín necesario para participar en Misa, era reducido. Unas respuestas breves, el gloria, credo, paternoster y poco más. ¡ No era tanto ! No necesitábamos ser Cicerón.
Personalmente no tengo ningún reparo ante la Misa novus ordo. Pero me molesta extraordinariamente ir a otro país y no poder participar, por el idioma. Si hubiéramos mantenido la sana costumbre de conservar un hueco en el horario dominical para una Misa en latín ( novus ordo/antiquus ordo ), no lo veríamos extraño. Pero no: se trataba de cortar, de hacer desaparecer. Esa era la cuestión.
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EFG
Debe quedar claro que, por mi parte, en nada me opongo a que se hubiera podido seguir celebrando la Eucaristía, digamos, en latín donde eso pudiera haber podido ser posible. Lo que pretendo decir es que hay que comprender que la Eucaristía no debería ser, en exclusiva, un momento espiritual al que se "acude" sino, también, en el que se goza. Por eso he pedido, por decirlo así, la colaboración de aquellas personas que puedan ayudar a gozar, también, en latín, de la Santa Misa.
http://www.unavocesevilla.info/latinmagisterio.pdf
Saludos.
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EFG
Muchas gracias por el enlace y, también, si ha sido Ud. la persona que ha hecho el esfuerzo, por haber escaneado las 24 páginas del trabajo del liturgista argentino. A posibilidades como la que Ud. a propuesto me he querido referir cuando he pedido que quien sepa, aporte.
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EFG
Muchas gracias por dar un argumento tan válido.
http://dfists.ua.es/~gil/pro-lingua-latina.pdf
Contiene algunas entrevistas, el capítulo de Iota Unum dedicado a la Liturgia y al latín, la Veterum Sapientia, en español y latín, y las "Adnotationes" de Florentius Romita y algunas observaciones sobre el estudio de esta lengua. Las Adnotationes contienen un repaso histórico impresionante sobre los documentos donde se recomienda y promueve el uso del latín, junto con toda la panoplia de argumentos que no son de hoy, sino de siempre.
Ante esto, queda poco que decir. Si acaso unos cuantos apuntes breves:
1) Cuando sugerí a D. Eleuterio que tratase el tema del latín lo hice al descubrir una de tantas traducciones infames, concretamente de la Carta a los Efesios. La traducción (al español) apesta a ideología, y altera de forma radical el significado original. De ahí que sea imprescindible el uso de una lengua en que se exprese la doctrina, inmutable y fija. De ahí también el ataque feroz de los modernistas contra el latín. Señores, seamos claros: una traducción es una sombra del texto original. Y las traducciones a lenguas vernáculas están imbuidas de desviaciones teológicas que arraigan en las Iglesias nacionales. La posibilidad de hacer traducciones es la posibilidad de hacer teologías a medida.
2) Se hizo un extraordinario esfuerzo por verter al latín los textos griegos y hebreos. Y el esfuerzo se hizo cuando la proximidad cronológica a los hechos y el uso de las lenguas permitía hacer esto con garantías. Deberíamos tener entonces un gran respeto por los textos latinos.
3) El desarrollo de la doctrina está también hecho en Latín. Santo Tomás sigue siendo el Doctor Universal, así que quien quiera entender la teología tendrá que leerla en el latín (por otra parte bastante asequible) del Santo.
4) La objeción sobre la participación de los fieles es absurda. Esos mismos fieles llevan desde la guardería estudiando inglés. ¿Para qué? Ciertamente, no para leer a los mejores autores ingleses: para pedir una pizza en un restaurante o un billete de autobús. Entender el latín de la liturgia no se puede decir que sea mucho pedir.
5) El latín es la puerta de entrada a la cultura católica. La cultura católica está expresada, esencialmente, en latín. Es muy lamentable que hoy los fieles, y muchos sacerdotes, (la mayoría) desconozcan la magnitud de lo que pierden.
6) El latín tiene propiedades intrínsecas que no tienen las lenguas vulgares. Precisamente, se llaman vulgares por algo.
7) El hablante expresa pensamientos en una lengua. A la inversa, la lengua es la materia prima de los pensamientos. Si se carece de recursos lingüísticos es imposible expresar ideas. El latín conforma al hablante para que se exprese de forma exacta y concisa: mucho más que las lenguas vulgares. Además, proporciona un subsuelo cultural multi-secular que fija unas coordenadas teológicas y de pensamiento, para que no sea preciso inventar desde cero ni sea fácil caer en la tentación de construir un catolicismo a medida.
8) Es un factor de unidad que hace (hacía) a la Iglesia católica verdaderamente católica. Universal en sentido geográfico y en sentido cronológico: orar en la lengua en que lo hicieron los mártires, los santos, los doctores y los Papas es muy reconfortante. No es que uno pudiese cambiar de país o de reino o de contienente y poder disfrutar de la misma Liturgia, de las mismas palabras, es poder pasar un milenio adelante o atrás y entrar en comunión con los católicos de entonces.
9) Insisto para terminar: la fragmentación de la liturgia en una multitud de lenguas nacionales lleva aparejada la fragmentación teológica. Esto es así. Y si la fragmentación de las lenguas puede parecer inofensiva e incluso conveniente, su consecuencia es mortal para la Iglesia. No es otro el motivo de que los quinta-columnistas hayan sido siempre enemigos del latín.
Oremos:
Pater Noster qui es in caelis
santificetur nomen tuum,
adveniat regnum tuum,
fiat voluntas tua,
sicut in terra et in caelo.
Panem nostrum quotidianum da nobis hodie,
dimitte nobis debita nostra
sicut et nos dimittimus
debitoribus nostris.
Ne nos inducas in tentationem,
sed liberanos a Malo.
Amen.
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EFG
Infinitas gracias por haber, en primer lugar, sugerido el tema y, luego, por aportar el conocimiento que tiene sobre el asunto que, a lo que se ve, es bastante grande.
También gracias por el documento con el que, el que esto escribe y quien así lo quiera, podrá aprender mucho de lo que, yo mismo, ignoro.
D. Eleuterio: he de confesar que mi conocimiento no está a la altura de mi amor por esta lengua sagrada y maravillosa. Pero sí que está al alcance de todos reconocer dónde se encuentra lo excelente. Que las uvas no estén al alcance de uno no lo autoriza a talar el árbol, que es lo que se viene haciendo, y haciéndolo en contra del magisterio de los últimos Papas.
Saludos.
Es perfectamente lícito y exigible que quien externamente sigue la ceremonia aún sin entender la lengua del rito (o peor, entendiéndola) esté interiormente con todas sus fuerzas en los misterios de la misma que tiene obligación de saber y reconocer. El tema de la lengua del rito, respecto a este es secundario. Pues una vez entendido lo que se hace, la lengua en lo que se hace, o si vemos mejor o peor lo que se hace es secundario a la piedad personal y el aprovechamiento. En eso nos distinguimos del concepto de liturgia protestante, donde sólo es la exterioridad. Lo sensible y no lo espiritual lo que marca la ceremonia y donde ciertamente sería muy importante la lengua del rito para entender lo que se dice. La gracia no se confunde con lo sensible y lo que producen los sacramentos es la gracia y no lo que se ve, que solo es signo. Nadie se pone a analizar de que color es el humo o que formas tiene, cuando lo ve, sabe que hay fuego. Lo mismo en la liturgia. Mejor todavía si lo entiende y sabe aprovechar la lengua que pone la Iglesia para mostrar esa unidad de los corazones que supera a Babel.
Un saludo en la Paz de Cristo.
Espero que se sepa perdonar mi ignorancia pero pregunto si hay, accesible en internet, un Misal en latín. Lo digo para, en vista de la importancia que, para que el esto escribe, está tomando el tema, darle la mayor difusión posible.
a ver si le gusta éste.
http://www.sanctamissa.org/en/resources/books-1962/missale-romanum-1962-pdf.html
Una de las cosas que en su día me sorprendieron es la vitalidad del movimiento en pro del latín que se percibe en internet. Hay muchas personas que han dedicado su tiempo a recuperar textos, oraciones, libros...
También muchos sitios de estudio, radios que emiten en Latín, y revistas escritas en esta lengua, como ésta:
http://ephemeris.alcuinus.net/
Saludos.
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EFG
!Diantre! Si que está resultando fructífero el artículo de hoy.
Gracias, de nuevo.
Y aquí una maravillosa colección de oraciones. Es emocionante orar usando las mismas palabras que se usaban ya hace más de mil años. Uno se imagina aquellos fieles de la alta edad media arrodillados en aquellas pequeñas iglesias de piedra, y cómo de sus labios se elevaban las mismas sílabas, las mismas oraciones dirigidas al mismo Padre (y a la misma Virgen María que no ha dejado de mirarnos desde entonces):
Salve Regina,
Mater misericordiae;
vita, dulcedo,
spes nostra salve...
http://www.preces-latinae.org/preces.html
http://www.youtube.com/watch?v=p9jB8UyGqis&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=ZwuCSvXtPvw
En youtube hay montones de interpretaciones de Giovanni Vianini. Puede compararse con las letrillas con melodía de Simon y Garfunkel tan desgraciadamente frecuentes en nuestras iglesias.
¡Señor lo que se ha perdido! ¡tenemos que recuperarlo!
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EFG
Ya no puedo agradecer más, por falta de palabras, en respuesta a sus comentarios. Vía correo electrónico me pondré en contacto con Ud en cuando pueda, seguramente esta noche. Hasta entonces.
Por lo tanto teniamos conocimiento de la lengua y cuando asistíamos a la celebración de la misa, entendiamos perfectamente la liturgia.
Hoy en dia nadie estudia en los colegios Latín, porque si así fuera ,esta lengua se sumaría al Ingles, catalan o cualquiera de las lenguas autonómicas....osea serian 3 a estudiar y con el bajo nivel que tienen los estudiantes, tanto de capacidad como de voluntad sería imposible.
Por lo tanto las pessonas que asistieran a misa , no se enterarian de nada de lo que dijera el sacerdote, ya no se enteran de nada muchas.....como para celebrarla en Latín.......
Hay algo que se ignora... o se margina: son muchos los jóvenes de cierta madurez ( 30-40 años, sobre todo ) que se interesan por el latín en diferentes países, y estoy bien informada al respecto. En internet hay páginas valiosísimas para aprenderlo, pero prefiero no dar enlaces para no parecer que hago propaganda. De hecho, vuelven a editarse los excelentes libros del profesor Hans H. Orberg - yo los he comprado en España -, sin olvidar a la joven latinista francesa I. Ducos con sus cursos de latín difundidos por toda Europa, y el excelente manual " Salve " editado en España por ediciones Eunsa. Y, como bien ha dicho un comentarista anterior, en Europa no se ha desterrado tanto el latín de los programas escolares como se ha hecho aquí, que es un desastre.
Respecto a ORAR EN LATÍN: consulten messainlatino.it y allí verán una nueva edición de Misal latino. Y si piden en google Breviarium romanum, verán la maravilla que encuentran editado por Nova et Vetera. Si entran en Librería Áncora, de Roma, podrán pedir la editio typica de la Liturgia de las Horas en latín ( o sea, la del Vaticano II ). Si piden en google Diurnale Romanum, les remitirá a una editorial de USA y podrán pedir el Diurnal en Latín.
En cambio, Devocionarios en latín y español sí tenemos en España. Les recomiendo estos, repito, en latín y español:
1.- Devocionario de los fieles y cantos gregorianos. Ed. Galduria, y ya va por la sexta edición en 2005, o sea que ahora igual va ya por la octava edición, no lo sé.
2.- Oraciones de siempre. Ed. Eunsa.
3.- Oraciones y devociones. Recopilación de J.Socias. Publicado en USA por Midwest Theological Forum.
Los tres pueden encontrarse en librerías religiosas de España. Son excelentes.
Yo tengo ese devocionario y es magnífico y muy recomendable.
Estoy de acuerdo contigo, sólo las personas con cierta edad e inquietudes, se toman interés por la Lengua Madre.
Si la Misa es la mejor devoción,siguese naturalmente que el Misal es el mejor devocionario.
El Padre Fray Luis de Granada: " No pienso que hay mejor manera de oír la Misa, que estar con atención a lo que hace y dice el Sacerdote, y el mejor devocionario de cuantos he visto es el Misal "
Más, cierto es tambien ,que el Misal ha de resultar forzosamente incluso insustancial, a TODO AQUEL que , antes de tomarlo para que le sirva de alimento de su vida Espiritual, no tenga siquiera algunos principios generales de LITURGIA.
Es un alimento demaseado fuerte para personas poco instruidas o poco piadosos..
Se hace, pues, indispensable una iniciación y preparación
me alegra mucho que te guste ese devocionario. Los otros dos que he citado son muy similares a él.
María, estoy de acuerdo, y no sólo de Liturgia sino de espiritualidad profunda. Pero se requiere interés por su parte, porque conozco parroquias que ofrecen cursos - vamos a llamarlos así - estupendos, y sólo una vez a la semana, y no acude casi nadie. Entonces, si no les interesa luego que no se quejen de que no entienden nada o de que se aburren. Ya lo advirtió Jesús: " Al que tiene, se le dará. " Y Él, através de la Iglesia, nos facilita el tenerlo.
el absoluto descuido del latín en los Seminarios es cierto, tienes razón. Pero es que los seminaristas hacen el bachillerato normal, y en ese es donde se ha suprimido el latín. Recuperarlo en los Seminarios hubiera requerido horas especiales de clase en esa materia, cosa que no era siempre posible.
Fíjate, los estudiantes que van a Letras, acuden casi ayunos de latín y griego, no como antes que íbamos bien provistos. Y ni te cuento ya de conocimiento de la cultura clásica...
Un desastre. Y todo porque en la ESO y el bachillerato se han incluido asignaturas que podrían estudiarse fuera de los centros.
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