La Palabra del Domingo -1 de agosto de 2010 - La vida y la Vida eterna
Lucas 12, 13-21: Lo que has acumulado, ¿de quién será?
13 Uno de la gente le dijo: “Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.”
14 El le respondió: “¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros"?
15 Y les dijo: “Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.”
16 Les dijo una parábola: “Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; 17 y pensaba entre sí, diciendo: “¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?”
18 Y dijo: “Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, 19 y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.”
20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?”
21 Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.”
COMENTARIO
La vida y la Vida eterna
Es más que probable que, como seres humanos que somos, tengamos la tendencia a sabernos en este mundo y, entonces, a actuar en consecuencia.
Los resultados de tal pensamiento tampoco nos pueden resultar extraños porque los mismos serán, casi seguramente, el querer acumular bienes acaparando los mismos y, sobre todo, hacernos la idea de que nunca se nos van a pedir cuentas por el tribunal de Dios de lo que aquí hacemos.
Algo así es lo que le pasó al rico de la parábola que Jesús cuenta a quien tiene a bien constituir al hijo de Dios en juez entre los hombres.
Una gran verdad sale del corazón de Jesús cuando argumenta al respecto de la riqueza, la avaricia y la codicia que no es otra que tener que reconocer que los muchos bienes materiales que tengamos de nada van a servir para la vida eterna.
Sin duda alguna eso no podía querer decir que no se deben tener bienes materiales porque el hijo de María bien sabía que sin ellos es difícil llevar una vida, digamos, mínimamente, digna. Por eso se preocupaba tanto por los pobres.
Sin embargo, al igual que pasaba en el tema de los ricos (que no es que quisiera que no hubiera sino que hicieran uso de sus bienes de una forma justa y caritativa) una cosa es una cosa y otra muy distinta, otra.
Así, ante la necesidad de la existencia, no podemos negar ni hacernos los despistados en el sentido de saber y reconocer que tenemos necesidades que tienen que ser cubiertas. Otra cosa es hacer demagogia con la existencia humana.
Sin embargo, lo que no aprueba Jesús es que se pase de una realidad como es la misma necesidad y el satisfacerla una situación como la que les describe a aquellos que le escuchan: pensamiento exclusivamente humanizado sin tener en cuenta que lo que, verdaderamente, cuenta, es la vida eterna donde los bienes materiales poco importan.
Se dirige, por eso, Dios mismo a quien tanto quiere acumular y le llama “Necio” que es como decirle que su pensamiento de poco vale o sirve de cara a Dios que es quien, en verdad, juzga y tiene que juzgar nuestro ser y estar en este valle de lágrimas.
Muy bien dice Jesús la verdad del asunto que les está tratando de explicar. Por eso matiza, a la perfección, qué es lo aquí es importante: riquezas para sí.
Entonces es cuestión, más que nada, de egoísmo porque quien acumula para su persona lo hace de una forma poco virtuosa en el fondo de su corazón y sólo pretende ser el más pero no el mejor de cara a Dios.
Pero no sólo eso sino que, junto al hecho de acaparar se le une, por ser demasiado mundano, el de no ser rico en lo que verdaderamente importa que no es otra realidad espiritual que Dios. Así, quien hace lo primero suele no hacer lo segundo porque una forma de actuar lleva a la otra: avaricia y poca fe suelen ir juntas porque la segunda no permite que la primera se manifieste en todo su esplendor.
Por lo aquí dicho, algo nos tiene que salir al encuentro y no es otra cosa que saber que, en cuanto seres humanos sabemos que tenemos que tener pero para ser seres divinos tenemos que saber que es mejor ser que, en exclusiva, tener.
PRECES
Por todos aquellos que prefieren una vida terrena alejada de Dios.
Roguemos al Señor.
Por todos aquellos que están ciegos ante Dios porque los ciega el mundo.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a comprender la importancia de una vida espiritual llena de Tu Palabra y el ejemplo de Tu Hijo.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem
Eleuterio Fernández Guzmán
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Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).
6 comentarios
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EFG
En verdad hay que reconocer qué es lo importante en nuestras vidas. De no hacer tal cosa, seguramente, equivocaríamos el camino hacia el definitivo Reino de Dios.
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EFG
Está más que Jesucristo no deploraba la riqueza por el hecho de serlo sino por el de no hacer buen uso de la misma. El Vaticano y, por eso mismo, la Iglesia católica, con sus bienes es más que patente que lleva a cabo una misión que le fue encomendada por su fundador.
Por eso, utilizar el tema de las "riquezas" del Vaticano está, no sólo fuera de lugar sino, además, es algo bastante impresentable según lo que, en realidad, pasa.
¡Gloría a Dios, para Él lo mejor!
¡Y abajo los enemigos de la Iglesia, que le han puesto precio a su cabeza, y que si no pueden comprarla, tratarán de destruírla!
Pero no lo conseguirán.
Amén
Porque cuando llege la hora de nuestra muerte, ya no tendremos tiempo, y nos daremos cuenta de lo que hubieramos podido hacer, pero ya será tarde....
Allí arriba, nos van a pedir cuentas de nuestra carga, y no podremos comprar con nuestro dinero acumulado en la tierra ninguna parcela en la Eternidad, sólo con los bienes acumulados que haya en nuestros sacos.
San, Bernardo nos decía...que más vale una misa en vida que mil despues de muertos .
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