La Palabra del Domingo -13 de junio de 2010 - Fe y perdón
Lucas 7, 36-8, 3: Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor
36 Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa.
37 Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, 38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.
39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»
40 Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di, maestro.»
41 Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.
42 Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?»
43 Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El le dijo: «Has juzgado bien», 44 y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. 45 No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. 47 Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.»
48 Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.»
49 Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?»
50 Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»
1 Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, 2 y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.
COMENTARIO
Fe y perdón
Se suele decir que la mujer, en cuanto persona, no es bien tratada ni considerada en la Iglesia. Sin embargo, en los textos de hoy aparecen algunas de ellas que han sido importantes para la misma: tanto la mujer que confía en Jesús y se ve perdonada como las que acompañan al Hijo de Dios a lo largo de su llamada “vida pública” ni han sido ni serán olvidadas.
1.-A lo largo de su vida pública tuvo que encontrarse Jesús con personas que tenían, del pecado, un sentido algo alejado de la realidad espiritual de Quien perdona siempre.
2.-Seguramente el fariseo que invitó a Jesús a comer a su casa quería sentar a su mesa a un Maestro importante. Lo que no sabía es que iba a recibir una lección de humildad y de sabiduría que no olvidaría con facilidad.
3.-Olvidó, aquella persona “importante” varias cosas que Jesús le recuerda en aras de la hospitalidad que, es de suponer, le debía mostrar: ni le ofreció agua para lavarse ni le recibió con el ósculo ni, tampoco le ungió la cabeza con aceite. Parecía, por tanto, que había poca intención, por parte del fariseo de cumplir con unos mínimos de compromiso personal y, en verdad, la relación que quería mantener con Jesús era distante.
4.-Una mujer, sin embargo (como tantas otras veces en el Nuevo Testamento) iba a dar una lección a quien sólo quería aparentar solemnidad con el Maestro.
5.-Algo muy grande debía saber la llamada pecadora que Jesús había hecho por ella para que fuera donde no había sido invitada y se atreviera a lavar los pies con perfume, llorase sobre los pies de Jesús y, además de besárselos se los secara con su cabello. O, mejor, algo sabía sobre lo que podría hacer por su vida.
6.-No es poco cierto que Jesús utilizaba la parábola que en cada momento era adecuada. Una que tuviera relación con deudas y dinero podía ser muy bien entendida por un fariseo. Y así fue: ama más quien más se siente perdonado.
7.-Y, como tantas veces hace Jesús, atiende a la fe de aquella mujer. Tuvo mucha y por eso hizo lo que hizo. Sabía que aquel hombre del que tanto se hablaba podía hacer algo muy importante por ella y, poniendo su confianza en quien sabía podía ser su salvación, hizo lo que hizo en aquella comida. Y fue perdonada.
8.-Mucho pecó y mucho amó. La salvación de la mujer que, al parecer, tanto había pecado, le vino, por eso, por la fe. Lloró ante Jesús porque se sentía pecador y, así, reconocía lo que de malo había en su vida. Pidió perdón y por su amor fue perdonaba. Aquella expresión “Tus pecados quedan perdonados” supuso para ella un alivio del alma y para muchos de los presentes un aguijón que se les clavó en el corazón porque, al parecer, nada habían entendido de Jesús.
9.-Jesús comprendió su fe y, por eso, como otras tantas veces, le perdonó sus pecados. Confió y fue perdonada; creyó y se salvó.
PRECES
Por aquellos que enturbian su corazón y no entienden la Palabra de Dios.
Roguemos al Señor.
Por todos aquellos que buscan en Cristo a quien no encuentran.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a comprender Tu Palabra para que nuestra vida se llene de fe y de amor.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem
Eleuterio Fernández Guzmán
—
Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).
4 comentarios
El pecado, ¿que es el pecado? ¿un error? ¿una duda? ¿Acaso no es el pecado un acto de negación consciente de la Voz de Dios en nuestro corazón? ¿Acaso Jesús sólo vino a predicar? ¿Acaso su Sangre y Agua no lavaron nuestros pecados?
Esto sí es un misterio. Pero un misterio resuelto:
Jesús era el mismo DIOS, el único Dios hecho hombre para salvarnos.
(La Fe es así, para unos una falacia, una divagación ilógica. Y para otros en cambio, es el eje medular sin el cual nada tiene sentido ni lógica.)
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EFG
!Perdonar a quien te ofende¡ Tal forma de comportamiento sólo puede ser entendida, en una sociedad hedonista, como una locura, como algo fuera de lugar.
Y nada tiene sentido, efectivamente, sin reconocernos hijos de Dios.
que el Amor y el perdón son
las dos caras de una misma cosa:
y que el amor y el perdón de Dios
son más fuertes que nuestro pecado
Abre nuestro corazón a tu Amor
para que sepamos entender y vivir
el mensaje vivo que nos envias.
DIOS no rechaza nunca al pecador, sino que espera que siempre vuelva a su Amor.
"Los limpios de corazón veran a DIOS"
Danos pues un corazón limpio´
danos una mirada como la tuya.
para que más allá de las apariencias y con corazón de perdonados-
sepamos mirar el corazon de la persona
y ver en ellas al DIOS del Perdón.
Esta mujer trata a JESUS con un amor exquisito;
se siente pequeña y necesitada ante la grandeza del Maestro.
Se considera indigna. El arrepentimiento, el amor, y el perdón ,son realidades que caminan juntas.Sus muchos pecados estan perdonados, porque tiene mucho Amor.Estas palabras de JESUS nos llenan de confianza y nos muestran el único camino de salvación....EL AMOR
Que, sin mayores argumentos, algunos exegetas dicen que no hay confundir el episodio de esta pecadora con el relato que se hace en (Mc.14,3-9)
Ni con el relato que hace (Lc.8,1-39)
Ni con el otro que aparece en (Jn.12,1-89)
Ni menos con María de Betania la hermana de Marta (Lc.10.38-42) A quien Jesús adelantándose a los acotecimientos que más tarde vendrán dice expresamente: "María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada"
-María, la hemana de Marta y Lázaro, a los pies de Jesús; Como cualquier mujer de su tiempo queda prendada de la palabra de su Maestro. Está enamorada de éste, su Hombre.
Y cuando Jesús le dice.: "María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebata". Ella sabe, lo siente, lo ve que para Jesús, ella María, es esa "mejor parte que no le será arrebatada" Y María la hemana de Marta ante tal consideración se siente por Jesús ya desposada.
Pero María la hermana de Marta no sabe no entiende, que el amor que Jesús siente por ella no es un amor de mundo. Es un amor místico.
Ella, que ama como cualquier mujer, no entiende de otro amor y de otra unión que aquel que marca la Ley. Donde la mujer se justifica siendo la sumisa amante y esposa madre de los hijos de su esposo.
Y no entiende el incomprendido rechazo que María le hace a su Maestro.
Y ella, sintiéndose despreciada, despecha se va por otros caminos menos exigentes.
Y aparece la Mujer María Magdalena la Pecadora.
Pero María, La Magdalena, no es feliz. Ella sigue enamorada de su Maestro. Y recuerda el tiempo pasado: Cuando Jesús le dice: "María ha escogido la mejor parte y no le será arrebatada".
...Y he aquí que llegó una mujer pecadora que había en la ciudad, la cual sabiendo que estaba a la mesa en casa del fariseo, con un pomo de alabastro de ungúento,.... (Lc.7,36-50)
Y a María la hermana de Marta; la Mujer Pecadora, La Magdalena no le fue arrebatado el amor y el perdón de su Maestro, y "porque ella amó mucho se le perdonó mucho".
-Estando en discusión de cómo Jesús pudo escanciar y beberse hasta la última gota de todas las amarguras de este Mundo.
Uno de nombre propio, dirigiéndose a Jesús se atrevió a protestarle de la siguiente manera.
-Señor en el cáliz de nuestras amarguras que tú tan voluntariamente te bebiste no estaba la amargura de la traición de la mujer. Luego tú no pudiste saborear la amargura de esta traición porque, ésta, allí no estaba.
-Tú lo sabes Señor; No hubo lugar; no lo pudo haber. Tú, Señor, eres y fuiste inmaculado. Tú no pudiste contaminarte con la mujer.
Y dicen que Jesús, encarándose con el protestador, le réplicó de la siguiente manera:
-¿No? Ahí tienes a la Magdalena. ¿O acaso has amado tú con un amor más digno que el mío?
Y dicen que el protestador, viendo y comprendiendo, del amor místico de Dios y del amor físico del Hombre añadió:
-¡Cierto! Señor, yo nunca pude amar con un amor tan digno como el tuyo. Tú, Señor, agotaste, hasta la última gota, con todas las amarguras de este Mundo.
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