Opus Dei: el “Camino” de la fe ha llegado a su destino

Cuando el 20 de junio de 2009 el que esto escribe empezaba la serie que, sobre el libro “Camino” iba a llevar a cabo, lo hacía haciendo la, digamos, siguiente advertencia,

“Aunque esto pueda parecer una simple apología del santo aragonés, la verdad es que lo aquí escrito es, más bien, un reconocimiento a lo expresado en tal texto”.

Han sido 40 los artículos que he dedicado a desmenuzar, modestamente, lo que el fundador del Opus Dei quiso dejarnos escrito a los que, considerándonos hijos de Dios, queremos seguir un camino que sea, al menos, válido desde el punto de vista espiritual.

A lo largo de los citados artículos muchos comentarios han ido en el camino de criticar al Opus Dei por las causas más diversas: que si se trata de una secta, que si el fundador pidió un marquesado, que si, en realidad, es un movimiento elitista dentro de la Iglesia católica y cosas por el estilo.

En realidad, lo que cada cual pueda pensar sobre la Obra fundada por el ya santo, S. Josemaría, está en el corazón de muchas personas y ahí va a quedar para siempre a no ser, por la concurrencia de determinadas circunstancias, pueda cambiar la opinión que se tiene sobre el Opus Dei.

Por lo que a mí corresponde, tengo que decir que, como un fiel católico que no es miembro de la Obra he de tener muy en cuenta lo mucho de lo hecho por aquel movimiento que fundara un día, el segundo del mes de octubre de 1928, un joven sacerdote aragonés y que, con su perseverancia espiritual, llevara a todos los lugares del mundo. Opinión, pues, positiva la que puedo manifestar.

Sin duda alguna, como he dicho arriba, por más de un comentario habido a lo largo de tantas semanas, se puede entender que muchas personas tienen cierta animadversión hacia el Opus Dei porque, a lo mejor no lo entienden e, incluso, porque lo entiende de forma algo tergiversada.

No todo van a ser, sin embargo, flores porque también he recibido más de un correo electrónico en el que se me ha hecho notar que el paso de algunas personas por el Opus Dei les ha supuesto un lastre espiritual de difícil superación y, desde entonces, sobrellevan la vida como buenamente pueden.

A tales personas les ofrezco mi más franca comprensión por lo que, al parecer, han sufrido y les pido que sepan perdonar a aquellas personas que, dentro de la Obra, no supieron llevar a cabo una correcta labor de apostolado pero, si eso es posible en sus corazones, sepan conservar lo que de bueno supuso su paso por el Opus Dei.

Y es que, como es bien sabido, de todo hay en la viña del Señor…

Por otra parte, empezaba el primer artículo sobre “Camino” diciendo que “Lo demás será cuestión de cada cual…” porque, en realidad, se trata, exactamente, de eso: S. Josemaría escribió, para la cristiandad, un libro que muy bien sirve para guiar nuestros pasos por el camino que nos lleva al definitivo Reino de Dios.

Que sea de cada cual la intención de hacer correcto uso del mismo porque, para el que esto escribe, ha servido y sirve de gran ayuda espiritual.

Gracias, pues, a quien lo ha hecho posible y que ahora es santo de la Iglesia católica.

Eleuterio Fernández Guzmán

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