Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe" - Luchar con nuestro corazón
Serie “El Camino de la Fe”
El Camino de la Fe -32
Luchar con nuestro corazón
“Otra caída… y ¡qué caída!… ¿Desesperarte?… No: humillarte y acudir, por María, tu Madre, al Amor Misericordioso de Jesús. —Un “miserere” y ¡arriba ese corazón! —A comenzar de nuevo”.
S. Josemaría
Camino, 711
Si hay una lucha que el cristiano debe, siempre, afrontar, es la que ha de tener con su propio corazón. A eso le llama S. Josemaría “lucha interior” porque en realidad se trata de un hacer, casi, contra uno mismo.
También reconocemos que la dificultad que encierra tal lucha es grande porque el mundo y sus llamadas hacen, a veces, difícil, la pervivencia de la llama de la fe.
Por eso dice S. Josemaría, en el punto 707 de “Camino” dice “No te turbes si al considerar las maravillas del mundo sobrenatural sientes la otra voz —íntima, insinuante— del hombre viejo.
Es “el cuerpo de muerte", que clama por sus fueros perdidos… Te basta la gracia: sé fiel y vencerás.”Y así habla del hombre que éramos pero que, mediando la fe, ha de devenir hombre nuevo, vino nuevo en el corazón del creyente. Ha de morir el que era para ser el que debe ser. Y todo eso no se alcanza de una forma fácil sino, al contrario, con un luchar contra lo que no nos conviene.
No es extraño que el fundador del Opus Dei nos informe sobre qué es lo que nos puede apartar de lo que, en verdad, nos interesa: la vida eterna:
“El mundo, el demonio y la carne son unos aventureros que, aprovechándose de la debilidad del salvaje que llevas dentro, quieren que, a cambio del pobre espejuelo de un placer —que nada vale—, les entregues el oro fino y las perlas y los brillantes y rubíes empapados en la sangre viva y redentora de tu Dios, que son el precio y el tesoro de tu eternidad”.
Tenemos, pues, los enemigos a batir en nuestro corazón: mundo, demonio y carne. Y, aunque pueda parecer que se trata de un posicionamiento algo antiguo, que cada cual haga examen de conciencia y vea si es o no cierto lo dicho por S. Josemaría.
Muchas veces, sin embargo, caemos y nos dejamos llevar por nuestras humanas inclinaciones. Bien sabemos que, como dijo san Pablo, a veces hacemos lo que no debemos a pesar de que sabemos que no debemos hacerlo. Sin embargo, ante esto, nos dice el autor de “Camino” lo siguiente (punto 711): “Otra caída… y ¡qué caída!… ¿Desesperarte?… No: humillarte y acudir, por María, tu Madre, al Amor Misericordioso de Jesús. —Un “miserere” y ¡arriba ese corazón! —A comenzar de nuevo”.
Es decir, en nuestra lucha interior no estamos solos. Ni mucho menos. Muy al contrario, nos acompañan tanto Jesús como su Madre, María. Así bien podemos decir que nuestro camino no es tan arduo… aunque lo sea.
Eso mismo nos dice en otro punto, el 721: “Si se tambalea tu edificio espiritual, si todo te parece estar en el aire…, apóyate en la confianza filial en Jesús y en María, piedra firme y segura sobre la que debiste edificar desde el principio”.
Pero… ante esto, ¿Qué podemos tener como seguro? Pues algo muy sencillo: “¡Que cuesta! —Ya lo sé. Pero, ¡adelante!: nadie será premiado —y ¡qué premio!— sino el que pelee con bravura”.
En este punto, el que hace 720 de “Camino” nos pone, sobre nuestros hombros, una carga que ha de ser gozosa: hay que pelear con bravura y no vale mantenerse al margen de lo que, espiritualmente, nos pase.
Y, sobre todo, lo siguiente (punto 733): “Confía siempre en tu Dios.-Él nunca pierde batallas”.
Por otra parte la página dedicada a las obras de S. Josemaria, en el apartado dedicado a “Camino”, y, en concreto, en el capítulo titulado ”Lucha interior” trata, precisamente, sobre el tema al que hoy nos referimos.
Ahora, lo que sigue, es lo que yo entiendo, como cristiano (no miembro del Opus Dei aunque creyente en su espiritualidad) al respecto:
1 Desde dentro del corazón salen las obras. Eso ya lo sabes. Pues créetelo.
2 En Cristo tienes el ejemplo de la lucha interior. Y venció.
3 No olvides nunca que la oración también es un buen instrumento en tu lucha interior.
4 Tienes que saber que no estás sólo en la tribulación. En tu lucha interior está toda la eternidad contigo.
5 Si quieres cambiar el corazón de piedra por uno de carne sólo tienes que querer, aunque muy difícil sea tal intento.
6 Vendrás a ser cristiano en cuanto re reconozca nuevo ser humano que, tras luchar contra sí mismo, ha visto vencer la Verdad.
7 La esperanza en ser mejor ha de serte de mucha ayuda en tu lucha interior. Recuerda que es lo último que, como se dice, se pierde.
8 Te ha de atraer la mundanidad porque somos humanos. Y tú la has de rechazar sabiendo que, así vencerás.
9 Mirar hacia delante, como cristianos, es saber que, desde el corazón, todo mal puede vencerse.
10 No creas que por dejar de sentir como un ser humano viejo, con corazón de piedra, tu vida va a ser menos feliz. Será, seguro, más certeramente divina.
11 Ofrece, para que se conozca, tu lucha interior. Seguramente alguien le sacará provecho espiritual.
12 ¿No sabes cómo empezar a luchar contra el mal que te posee? Empieza, entonces, ante Dios, que hay mal que te posee.
13 Muchas veces pensarás que, a lo mejor, lo tuyo con la tentación no tiene remedio… que siempre acabas cayendo. Pues otras tantas veces deberías decir: “Dios, perdóname”.
14 No deberías olvidar que la meta de tu lucha eres tú mismo: ser mejor cristiano. Sé, en esto, egoísta.
15 Cuánto más al fondo de tu corazón lleves la tentación tanto más esfuerzo, lucha, tendrás quehacer para escapar de ella.
16 Mejor será que, en examen de conciencia te preguntes, de verdad, si quieres vencer o morir. Otra cosa es perder eltiempo.
17 Es posible que creas que no puedes salir nunca vencedor contra la tentación.
18 De la lucha siempre se obtiene buen fruto.
19 Nunca es en vano hacer que se sepa, al menos a quien sea tu Director espiritual o confesor, que la lucha interior no la abandonas nunca.
20 Luchar para vencer; vencer para ser eterno.
Pero también en el caso de la lucha interior S. Josemaría tiene algo muy importante que decirnos:
“Nunca te desesperes. Muerto y corrompido estaba Lázaro: “iam foetet, quatriduanus est enim” —hiede, porque hace cuatro días que está enterrado, dice Marta a Jesús.
Si oyes la inspiración de Dios y la sigues —"Lazare, veni foras!” —¡Lázaro, sal afuera!—, volverás a la Vida”.
En el punto 719 de “Camino” el fundador del Opus Dei nos habla de una gran verdad para el cristiano: no puede desesperar porque teniendo a Dios como Padre tal eventualidad no ha de, siquiera, admisible aunque, claro, resulte muy difícil no caer en tal situación.
Volver a la Vida. Tal es nuestra meta.
12 comentarios
La sencillez en un breviaro de este tipo puede ser a veces la mayor de sus virtudes y en ocasiónes , como esta ( segun mi humilde opinión ) puede suponer un serio obstácula para intentar comprender qué es lo que pretende el escritor del breviario de sus lectores.
Ese pequeño libro con breves sentencias y que con tapas rojas fue escrito por este santo católico nunca lo he acabado de entender. Tal vez el problema es que yo no tenga relación alguna con el Opus Dei y sea un librito escrito para personas que tienen un conocimiento de la Obra, pero lo cierto es que yo todavía no acabo de entender el entusiasmo que despierta en tantos lectores esta sencilla obra.
Tendré que releerlo con más atención a ver si se me ha escapado algo (seguro que sí) y si vuelve a comentar Camino podré hacerle un comentario más fundado que el presente.
Un saludo, estimado bloguero y gracias por su artículo.
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EFG
Muchas gracias por intervenir para comentar su experiencia con "Camino".
Yo tampoco soy miembro del Opus Dei pero eso no me impide disfrutar de un libro que, como "Camino" sirve, y muy bien, de guía espiritual. A mí me parece que es un gran libro y, por eso, nada impide que sea leído por cualquier católico. Llena mucho y, en muchas ocasiones, te soluciona problemas de tu vida.
Por eso creo que vale la pena, de vez en cuando, echarle un vistazo y quedarse con lo que, para uno mismo, puede tener más sentido.
Y por supuesto que la Iglesia es una institución divina, como que es el Cuerpo de Cristo, del que Él es su cabeza.
Muchas gracias por el comentario.
Seguimos esperando a Dios.
Orar ,sabiendo bien EL PADRE NUESTRO Y LAS DEMÁS ORACIONES QUE NOS ENSEÑA LA IGLESIA.sOBRE TODO LA DEL PADRE NUESTRO....que es la más perfecta, porque se funda en CARIDAD,que es la más excelsa VIRTUD Y tambien porque la compuso CRISTO, A PETICIÓN DE LOS APOSTOLES
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EFG
Amén.
Y Jesus (o los evangelistas) no invento el Padre Nuestro...el cual es casi un calco,palabra por palabra de la oracion de duelo hebrea,el kadisch.
Shalom.
¿Como se remedió el grave daño, que nos causó Adan con su culpa ?
Tuvo remedio con LA DIVINA MISERICORDIA.
Determinó DIOS, QUE SU UNIGENÍTO HIJO, se hiciese hombre y con su MUERTE y PASIÓN satisficiese a su Eterno Padre, con todo rigor de justicia ; y hecho esto, quedó pagada la deuda con mucha superabundancia-
Para gozar de los méritos, y frutos de la satisfacción de CRISTO, es necesario que se apliquen a cada uno ,por medio de la FE, Sacramentos y Buenas obras; y así el adulto que carece de esto no goza de la satisfacción ce CRISTO.
¡ Que nos consiguió JESUCRISTO SEÑOR nuestro con su venida, con su muerte y su Pasión ?
Pues nos mereció la Gracia Santificante, que por el pecado perdía, y juntamente las virtudes y Dones, que de ella nacaen.
¿ Qué cosa es la GRACIA SANTIFICANTE ?
Un ser divino, que DIOS pone en nuestra ALMA, POR EL CUAL NOS HACE HIJOS ADOPTIVOS SUYOS, Y herederos de su Gloria.
Saludos
Es que es ontológicamente imposible que una criatura pueda ser divinizada sustancialmente, porque dejaría de ser criatura, así que no sería una divinización, sino el surgimiento otra "divinidad", lo cual no hay por dónde cogerlo.
¿Que Dones son los que nacen de la Gracia ?
LOS 7 dones del ESPIRITU SANTO: SABIDURIA, ENTENDINIENTO, CONSEJO, FORTALEZA, CIENCIA, PIEDAD Y TEMOR DE DIOS -
¿Qué son estos DONES ?
Son unas luces sobrenaturales, que infunde DIOS en el ALMA, QUE LE AYUDAN A CONSEGUIR LA PERFECCION CRISTIANA.
Estos DONES DE ESPIRITU SANTO, no se los da DIOS a todos los hombres, sino sólo a los Justos los merecen.
Saludos
SOLO DIOS REDIME.Los cristianos pronto dejaron de hablar de Dios para hablar de un hombre nacido de mujer.SON DOS COSAS DISTINTAS.Hijos de Dios somos todos y consustanciales con el Padre somos todos.
Seamos honestos,el "monoteismo" cristiano no es monoteismo sino politeismo mal disimulado.
Por otra parte redentores podemos ser todos.El mismo Jesus declarandose "grano de mostaza" nos declararo a todos los hombres "coredentores" de la Gracia divina.
A SOLO DIOS ADORARAS dice la Escritura.El mismo Dios que adoraron Jesus,Maria y Jose.
SALUDOS
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