Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe- Devoción por lo divino
Serie “El Camino de la Fe”
El Camino de la Fe -24
Devoción por lo divino
“¡Verdaderamente es amable la Santa Humanidad de nuestro Dios! —Te “metiste” en la Llaga santísima de la mano derecha de tu Señor, y me preguntaste: “Si una Herida de Cristo limpia, sana, aquieta, fortalece y enciende y enamora, ¿qué no harán las cinco, abiertas en el madero?”
S. Josemaría
Camino, 555
El cristiano católico tiene devociones porque cree que, teniéndolas, está más cerca del definitivo Reino de Dios.
Y devociones hay muchas porque muchas son las almas que, en buen amor, ha suscitado Dios a lo largo de la historia para ser ejemplo de comportamiento filial y fiel.
Es más, siendo Josemaría Escrivá de Balaguer santo, también él se ha convertido en modelo de devoción y aunque seguro estoy de que no se creía tener la posibilidad de encontrarse en tal situación, debe sentirse especialmente gozoso de que hermanos suyos en la fe lo tengan por alguien, digamos, especial.
Por lo tanto, tenemos que tener en cuenta que las devociones son necesarias para la vida espiritual del católico. Así, nos dice en el número 552 de “Camino” lo siguiente: “Ten pocas devociones particulares, pero constantes”.
Eso no quiere decir, sin duda alguna, que no podamos tener varias sino, al contrario. Incide en dos aspectos a los que puede acogerse un creyente: tener devociones y no olvidar lo que significa eso, pues puede resultar fácil decir soy devoto de o cual santo o santa o de tal o cual beato o beata y luego, hacer como si no pudiera tener, tal devoción, ninguna importancia en nuestra vida.
De muchas devociones no hace mención el fundador del Opus Dei que no podemos dejar de olvidar:
La Visita al Santísimo (punto 554)
“No dejes la Visita al Santísimo. —Luego de la oración vocal que costumbres, di a Jesús, realmente presente en el Sagrario, las preocupaciones de la jornada. —Y tendrás luces y ánimo para tu vida de cristiano”.
Siempre es bueno tener un hermano a quien dirigirse.
El Vía Crucis (punto 556)
“El Vía Crucis. —¡Esta sí que es devoción recia y jugosa! Ojalá te habitúes a repasar esos catorce puntos de la Pasión y Muerte del Señor, los viernes. —Yo te aseguro que sacarás fortaleza para toda la semana”
Recordemos, así, los momentos que han dado forma a nuestra fe.
La Navidad (punto 557)
“Devoción de Navidad. —No me sonrío cuando te veo componer las montañas de corcho del Nacimiento y colocar las ingenuas figuras de barro alrededor del Portal. —Nunca me has parecido más hombre que ahora, que pareces un niño”.
Como esperanza de Quien nace para salvarnos.
El Santo Rosario (punto 558)
“El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado”.
Remedio a los males del espíritu.
San José, devoción muy querida en el Opus Dei (punto 559)
“San José, Padre de Cristo, es también tu Padre y tu Señor. —Acude a él”.
Padre en la fe que nunca podemos ni debemos olvidar.
Al Ángel Custodio (punto 562)
“Ten confianza con tu Angel Custodio. —Trátalo como un entrañable amigo —lo es— y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día”.
Aquel que, dado por Dios, nos acompaña siempre en nuestro devenir diario.
Por eso, no podemos decir que haya pocas devociones. Al menos, deberíamos acogernos a una de ellas. Nos conviene espiritualmente hablando.
Por otra parte la página dedicada a las obras de S. Josemaria, en el apartado dedicado a “Camino”, y, en concreto, en el capítulo titulado ”Devociones” trata, precisamente, sobre el tema al que hoy nos referimos.
Ahora, lo que sigue, es lo que yo entiendo, como cristiano (no miembro del Opus Dei aunque creyente en su espiritualidad) al respecto:
1 Devoción, devociones, hay tantas y tan gozosas… No me dirás que no tienes ninguna a quien encomendarte.
2 No admitas, en tu corazón, la duda acerca del poder de las devociones.
3 El Mal no descansa y te hará creer que, como no puedes ver no puedes creer.
4 Estar en la seguridad de que practicando una devoción, como práctica espiritual, tu corazón se llena de Dios es un buena forma de demostrar que crees.
5 Pide según necesites y, también, según a quien vaya dirigida tu petición.
6 No debes dudar sobre el hecho de ser escuchado. Esa duda mata, poco a poco, tu fe.
7 El Santo Rosario no es, como pueden decirte, cosa de mujeres. ¿Acaso un hombre creyente no puede recordar los momentos de la vida de Cristo y de María?
8 Al Ángel Custodio, al tuyo, dirígete con la confianza plena de que siempre estará, está, a tu lado.
9 Cuando, en tu niñez, rezabas con devoción, no sabías que, a lo mejor, eran las últimas oraciones que saldrían de tu boca. ¡Ahora, tan adulto, y rezando!… A eso se le puede llamar despiste espiritual.
10 Se suele decir que una devoción puede ser algo rutinario porque siempre se repiten las mismas oraciones y rezos. Eso es porque, en realidad, no se ora ni reza a nadie.
11 Con devociones en el corazón siempre se hace más llevadera la existencia porque otros ya vivieron tus tribulaciones.
12 No olvides que tener una devoción quiere decir, sobre todo, seguir, tratar de imitar a, querer ser como otro lo fue antes.
13 Devoción también quiere decir entregarse, plenamente, a aquel o aquella de quien se siente uno devoto.
14 Mira dentro de tu corazón y pregúntale qué es lo que mejor le conviene.
15 Reza y ora con el alma toda en quien hayas puesto tu confianza. Con seguridad te escucha.
16 ¿Hay algo major, para un creyente, que saber que cuando mantiene una devoción lo que hace es mantener, también, una especial relación con el definitivo Reino de Dios?
17 Puedes decir, con toda legitimidad, que eres devoto de quien creas conveniente. Es un derecho al que no puedes renunciar.
18 Tener fe es, también, ser devoto. Crees sin ver y oras y rezas sin ver, materialmente, a quien amas pero, espiritualmente, se te llena el corazón de dicha y de gozo.
19 Muchos no comprenden la importancia de una devoción. Por eso tiene el corazón de piedra y tú, teniéndola, de carne, como Dios quiere.
20 Alguien, ahora, en el definitivo Reino de Dios, está esperando tu oración o rezo. No tardes mucho, que bien merece la plena dedicación de tu alma.
Pero S. Josemaría tenía una, digamos, receta, para evitar el Mal. Así lo dejó escrito en el punto 551 de su “Camino”:
“Huyamos de la “rutina” como del mismo demonio. —El gran medio para no caer en ese abismo, sepulcro de la verdadera piedad, es la continua presencia de Dios”.
Y es que conocer la naturaleza humana es buen remedio para ponerla en guardia frente a quien sólo quiere dañar su existencia.
11 comentarios
El Concilio Vaticano II dice que Jesucristo soluciona definitivamente el misterio del hombre…pero lo cierto es que el misterio del hombre permanece sin desvelar…seguimos sin saber quienes somos y a donde vamos.
El islam y el cristianismo no son mas que deformaciones monstruosas del judaismo.
Jesus era monoteista riguroso y rezaba la oracion monoteista de Israel,la Shema.Sustituir el Nombre de Dios por el de Jesus es inaceptable porque significa adorar a las criaturas antes que al Creador.Eso es fetichismo e idolatria que llenaria de espanto al propio Jesus.
El Dios cristiano ha sido parido en los concilios con un claro proposito de "superacion" y de "separacion" de la fe monoteista del pueblo de la Torah.Los primeros concilios de la Iglesia no dejan de ser un mal disimulado antisemitismo cristiano...corregido "en parte" solo en parte, en el Vaticano II.
Yo no sé si la cruz no le soluciona nada. Lo que sí sé es que la cruz salva de la muerte eterna o, mejor, nos salvó de la muerte eterna.
Jesús dijo que no había venido a abolir la Ley de Dios sino a darle plenitud. Y eso hizo. Es comprensible que a muchos de sus contemporáneos no les gustase pero las cosas son como son.
Por otra parte, al adorar a Jesús no se adora a un hombre sino a Dios mismo porque, como sabemos, Cristo es Dios hecho hombre. Por lo tanto, no hada nada de idolatría ni nada por el estilo sino, simplemente, el cumplir con la Verdad.
De todas formas, si, como el tema de hoy es la devoción por lo divino, Ud. la tiene por su religión (que si es la judía es, en muy gran parte, también la mía)le felicito y, de verdad, siga por tal camino.
le respeto profundamente pero pienso que la cristologia de "sobrenatural" tiene poco ¿sabe usted la pregunta mas frecuente que le hacian a la Madre Teresa de Calcuta?...pues era ¿por que Dios permite el mal?
Toda la cristologia tradicional se derrumba como un castillo de naipes ante las preguntas que no se pueden ocultar ¿por que Dios permite el mal despues de la muerte redentora de Cristo? ¿por que Dios permite el dolor despues de la muerte redentora de Cristo? ¿por que Dios permite la muerte despues de la muerte redentora de Cristo?
Decir que Dios permite el mal es, como suele suceder, no comprender lo que Dios hizo y hace. Creó pero dejó libre al ser humano. Por eso el mal no se produce porque Dios no intervenga sino porque se produce.
Entérate, hombre de poca fe.
Dios permiter el mal, que el hombre pecando a sí mismo se hace. Porque por encima de cualesquiera otra circunstancia:
Dios creó al hombre libre y responsable del mal o del bien consecuente a su propia salvación o condenación.
El Concilio Vaticano II dice que Jesucristo soluciona definitivamente el misterio del hombre…pero lo cierto es que el misterio del hombre permanece sin desvelar…seguimos sin saber quienes somos y a donde vamos
Esto será tu problema per no no el mío. Yo sé de donde vengo, dónde estoy y a dónde voy.
usted continua sin responder a las preguntas.
Por el mal,entiendase sobre todo la crueldad sobre los inocentes y los justos.
-El mal infinito que sufrieron los inocentes asesinados que viajaban en los trenes del 11-M.
-El mal infinito que sufrieron los inocentes que trabajaban en las oficinas del World Trade Center de Nueva York el 11-S.
-El mal infinito que sufrio la inocente Ana Frank (un via crucis tal vez superior al de Jesucristo)
-El mal infinito de los desheredados que mueren a miles todos los dias en el mundo,de hambre o de cruel enfermedad...y que la Madre Teresa de Calcuta conocio de primera mano...no asi los teologos de salon.
-El mal infinito de la naturaleza cruel y despiadada,que se traga miles de personas inocentes con un terremoto.Como fue el ultimo terremoto en la India con 100.000 muertos.
Seguimos esperando a Dios.
No hay mayor mal que el que se deriva del desconocimiento de Dios
El mal que es lo contrario a la bondad que es Dios: nunca puede ser infinito.
Sólo Dios es infinito.
La Naturaleza, ésta que usted sufre Carlo, no procede de Dios sino de aquel -Satanás- que quiso ser como Dios. Y de aquellos que niegan a Dios.
Y éste -Satanás- en su querer ser como Dios, a todos nos arrolló. Hasta el día prometido de la redención, que libres de tanta cruel sumisión, por el Mesías -Jesús el Cristo- que es Dios, seamos liberados.
¿Qué sentido tiene la vida si aquí (frecuentemente) triunfa el mal? ¿La vida de la Madre Teresa ha tenido el mismo sentido que la de Hitler?
El cristianismo responde a esa y a otras muchas preguntas.
El único mal "real" es el pecado. Morir el 11-M o el 11-S no es el peor mal. El peor mal es el asesinato múltiple que cometieron los autores.
La muerte nos lleva a la vida eterna. Para el "bueno" (simplificando el término) significa el fin de sus luchas y el comienzo de sus recompensas. Para el "malo", es el fin de sus maldades, y un descanso para los que le han tenido que sufrir.
El pecado es lo que puede llevar al infierno tras la muerte. Eso sí que es "tenerlo crudo".
Entre lo mucho que se ha escrito al respecto (cada año los cristianos meditamos la Pasión y Muerte de Jesucristo), le puedo adelantar unas ideas esquemáticas:
- Dios hizo al hombre libre del pecado, del dolor y de la muerte.
- El pecado de nuestros primeros padres introduce esos males en el nuestra vida.
- Jesús nos libera de esa esclavitud "asumiendo" esos males: El, el supremo inocente, sufre esos tormentos para abrirnos las puertas del cielo a los culpables (todos nosotros).
- No ha eliminado el dolor y la muerte. Ha hecho una cosa mucho mejor: los ha convertido en "medio para llegar al cielo": nos conviene sufrir y morir.
- Y lo ha hecho "acompañándonos": cualquier cristiano que sufre (y los hay muchos), sabe que en ese sufrimiento Cristo está junto a él. El inocente ha querido acompañarnos en nuestros sufrimientos... que nosotros mismos nos buscamos.
- Las muertes que nos parecen dramáticas (principalmente accidentes y atentados), en las que muere gente joven, o gente inocente, o ambas cosas, también tienen su lugar en los planes de Dios. Mi inteligencia no es la suya, siempre podemos decir "El sabe más", pero se me ocurren algunas consecuencias positivas... si se mira con ojos de fe:
- Una muerte en la juventud puede impedir que esa persona cometa pecados de madurez.
- O puede recompensar una vida intensa vida cristiana, evitando sufrimientos en años sucesivos.
- Una muerte imprevista nos recuerda que "no tenemos aquí una morada permanente", que la vida auténtica es la otra. Y que hemos de estar preparados "ahora", pues los accidentes nos pueden tocar a cualquiera.
- La naturaleza no es cruel: es como es. Y en el ciclo natural está tan presente la vida como la muerte.
Espero que estas ideas le ayuden a entender porqué el mal que palpaba cada día no impidió la fe de la Madre Teresa, sino que la fortaleció.
(Mis disculpas por la extensión: no sé ser breve).
muchas gracias por su tesis.He pasado un rato muy interesante.
Yo celebro que Jesucristo le da un motivo para seguir esperando.
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