Los que apoyan a Juan Masiá
La perseverancia es una virtud que, bien entendido el objeto de la misma, es de tener en cuenta porque supone, para quien la pone en práctica, un hacer responsable y válido.
Sin embargo, también puede ser medio por el cual se sostengan errores y, entonces, deja de ser virtud para transformarse en un vicio que malogra a la persona que cae en él.
Teníamos entendido que a Juan Masiá Clavel se le había, digamos, prohibido, inmiscuirse, directamente, en las cosas de España. Vamos, que dedicara su prosa a las tierras del Japón donde realiza su labor de predicación.
Esto, sin embargo, no era ni es una solución ni medianamente presentable porque lo que está mal dicho lo está aquí, en Japón y en otro planeta. Además, teniendo en cuenta los medios de comunicación que hay hoy día resulta, como poco, ridícula y poco admisible.
Pero, aquí, en nuestra patria, parece que hay personas que se han empeñado en hacer de la figura de Masiá una que lo sea omnipresente y que, por eso mismo, nunca nos olvidemos de lo que piensa. Esto es lo mismo que decir que lo tienen como lanzadera de una teología esquiva a la Iglesia católica y alejada, muchas veces, de la doctrina que la misma difunde.
Por ejemplo, en Redes Cristianas han tomado como suyo el tema de la situación, bien merecida, por la que pasa Juan Masiá y han decido apoyar, en sus internáuticas páginas una causa tan, tan, tan perdida como la que representa una persona que se empeña una y otra vez en dar la nota.
El siguiente párrafo, del tal artículo laudatorio, lo dice todo:
“Y, en tercer lugar, mirada desde España, nos parece una orden equivocada. El P. Juan Masiá es una de las pocas voces libres que se atreve a abordar con competencia y claridad los retos que la actual sociedad plural, secularizada y democrática está plantando a la fe cristiana. Exigirle, en este contexto, sometimiento y “oblación generosa” -tanto más cuanto, como nos tememos, se trata de adherirlo a una ideología integrista, autoritaria y trasnochada, que no es la suya- supone no sólo una pérdida para el cristianismo en España, sino también una “desnaturalización” del propio Masiá”
Se refieren a la orden dada a Juan Masiá por su Superior Provincial de no publicar en España.
Hay que reconocer que, sin embargo, aunque al revés de lo que dicen, tienen razón:
-Es cierto que Juan Masiá es una de las pocas voces libres que existen en el panorama teológico español. Pero es libre porque se ha aliado con el libertinaje para hacer lo que le viene en gana.
-Es cierto que el hecho de que Juan Masiá cumpla lo que le dicen supondría una “desnaturalización del propio Masiá” porque, sin duda alguna, su naturaleza es la de ir a la contra, la de zaherir a la Iglesia católica y la de ponerse de cara a oriente cuando tiene que estar de cara a occidente. Por eso se le desnaturalizaría.
Pero tal proceder sería el que lo llevaría por el camino de la cordura.
Pero lo más gracioso es que acudan a una frase de Hipatia (s.IV) para insinuar que sólo piensa Juan Masía (y los que como él piensan, claro) y que los demás, no hacen o hacemos tal cosa: “incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar”.
¡Menos lobos, Caperucita!
Pero, a pesar de todo lo dicho y, es de suponer, de lo que tenía que haber tenido en cuenta Juan Masiá para actuar de otra forma, ha vuelto a tener Blog donde antes lo tenía… pero lo han hecho disimulando un poco creyendo, en su desfachatez, que nadie se dará cuenta del nuevo incumplimiento de la orden que, según se cree, le ha dado quien tiene legitimidad para hacer tal cosa.
El disimulo viene del hecho de que el cambio de título del Blog que tenía antes ha venido acompañado diciendo que está hecho a la limón con Kotaró Suzuki, filósofo oriental que dará un toque exótico a las ya exóticas y extravagantes ideas de Juan Masiá.
Ahora quiere que las religiones convivan. Pues que empiece por algo difícil como… por ejemplo, el Islam y no acuda a lo fácil del oriente más oriente donde la calma espiritual preside tantos comportamientos personales.
El Islam lo espera, Sr. Masiá. A convivir… si es que le dejan, claro.
Y sobre aquellos que con tantas ganas apoyan al díscolo Masiá, unos por llevar la contraria a la doctrina y otros por llevársela a la misma Iglesia católica…!Qué obcecación en el error!
Seguro que Quien retribuye el bien y el mal les hace justicia divina.
Saber eso tranquiliza, mucho, nuestro corazón.
12 comentarios
Y por qué tienen que empezar por eso? Si él vive en Japón, no es más lógico que empiece por algo que le queda cerca?
Si no, que hace usted que no se va a ayudar a África?
Yo no soy misionero en África. La misión que nos da Dios nos la da a entender. Si la queremos escuchar es cosa nuestra.
Pero es que es, siempre, fácil, quedar bien con quien no tiene nada, en principio, en tu contra. Más difícil es hacerlo con quien, simplemente, quiere acabar contigo. Pero no creo que Masiá sea un legionario del espíritu y que tenga el arrojo necesario como para irse, precisamente, a África o a otro lugar donde haya musulmanes (pongamos, por ejemplo, Arabia Saudita) y decir allí las gracias que dice en Japón.
Ni Masiá. Por qué le exige a él que se vaya a donde usted quiere? Por esa regla de tres, usted vaya a predicar (no hace falta ser misionero) a la cochinchina.
Por qué no le pide a todos los misioneros del mundo mundial que se vayan para Arabia Saudí? Por qué a masiá? La respuesta es evidente: porque usted discrepa de lo que él dice. Y por eso, a él le exige cosas que a los demás, incluyéndo usted mismo, no les pide.
Pues no. Se lo digo a Juan Masiá porque, al parecer, el es el adalid de la convivencia con otras religiones. Lo que pasa es que, más que adalid, lo que hace es aceptar como bueno, para la suya, lo que otras dicen y verse influenciado, en exceso, por las mismas.
Aunque comprendo que puedo estar equivocado.
¿En calidad de qué va a escribir Masiá junto al filosofo oriental este? Pues lamentablemente no como panadero de su pueblo, sino como sacerdote y jesuita que ha día de hoy sigue siendo, para vergüenza de la Esposa de Cristo.
Sin embargo, creo que ha llegado un punto en el que aplicar aquello de que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio se hace necesario, y con Masiá estamos ahí. Dar pávulo a un anciano desnortado y echado al monte no hará más que agrandar su enfermo ego. Sólo Dios sabe si podrá algún día volver a la casa del Padre.
La verdad es que tiene unos "colaboradores" que siempre están a favor de las hetorodoxias más hetorodoxas.
Tampoco, de tales personas, podemos esperar otra cosa.
Ahora bien, yo creo que a mí me gustaría no tener que decir nada de Juan Masiá. Sin embargo, no puedo. A mí también el celo de la Casa de Dios me devora.
Usted lo nombra adalid para así poder atacarlo. Él sólo dice que se puede convivir y da un ejemplo. Es usted el que le exige que dé todos.
Siempre habrá opiniones discordantes. En todo sitio lo suficientemente grande las hay.
Seguramente Ud. tiene razón. Pero también habrá personas que digamos lo contrario.
Cada vez menos? No, hombre. Serán sustituidos por otros. Y en cuanto al futuro, no se cambia nada en el mundo sin que empieza siempre alguien ese cambio.
Ojo, que yo no digo que haya que cambiar todo o que todos los cambios sean buenos. Pero que los habrá, seguro. Y que los habrán pedido al principio una minoría, pues seguro también.
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