La Palabra del Domingo - 18 de octubre de 2009- Vino para rescatarnos
Mc 10,35-45. El hijo del hombre ha venido para dar su vida
en rescate por todos.
35 Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.»
36 El les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?»
37 Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
38 Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?»
39 Ellos le dijeron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado;40 pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.»
41 Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan.
42 Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder.43 Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, 44 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, 45 que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
COMENTARIO
Seguirme es servir
1.- Santiago y Juan, haciendo honor al mote con el que Jesús los nombraba, hijos del trueno (Boanerges), actúan de esa forma arrebatada que les caracterizaba y les diferenciaba de los otros apóstoles. Eran hombres, y como tal actúan. Tratan de que Jesús les conceda estar a un lado de su persona, uno a la derecha y otro a la izquierda. Querían poder, por decirlo rápidamente.
También su madre, la de los Zabedeos, diría a Jesús lo mismo, pretendiendo ese puesto existencial de verdadera importancia para sus hijos. Actuaba como madre al igual que hacen, ahora, Santiago y Juan.
2.- Jesús, conociendo lo que iba a suceder, les conmina a que contesten sobre lo que son capaces de hacer. Como lo quieren todo, todo lo ofrecen, hasta beber la amargura del cáliz de la pasión que aún no conocen pero que, sin duda, también beberán. Con esto, los apóstoles que ahora desean manifestar su especial relación con el Maestro, afirman esa fidelidad diciendo ese “podemos”. Este acto de fe debería de servir de ejemplo para los que nos entendemos o creemos seguidores de Jesús e hijos de Dios porque dicen querer, ignorando su futuro, abandonándose, totalmente, en las manos del Creador. Son, por eso, además de unos hombres que actúan como hombres, unos discípulos que actúan como discípulos.
Así, Jesús les dice que, efectivamente, van a sufrir como Él sufrirá y que “recibirán el mismo bautizo que yo”, bautismo que lo será no de agua sino de sangre, la que emanará de su cuerpo en el camino de su calvario. Cada cual tendrá el suyo, Santiago antes que Juan pero, al fin y al cabo, cada cual en su forma.
3.- Como tantas veces aparece a lo largo de las Escrituras, la figura de Dios, que todo lo preside, es la que, en su persona, da solución a esta situación de anhelo, de parte de Santiago y Juan, y de decir las cosas claras, por parte de Jesús. Es Dios el que decide quien se sienta en qué sitio; eso no corresponde, ni siquiera, a Jesús; es Dios el que, desde la eternidad, eligió a aquellos que se sentarían a la derecha y a la izquierda de Jesús. Eso ya debía de quedar zanjado y, aunque se produzca una posterior discusión entre estos dos discípulos y el resto, diez, no es menos cierto que lo que vendría después, dicho por Jesús, dejaba las cosas en su verdadero sitio.
4.- Lo que verdaderamente hace seguidores de Jesús a los que quieran seguirlo, es un instituto, el del servicio, para el cual Él ha venido y de lo cual tantas veces habla. No se puede ni actuar como si el poder que se tiene fuera cosa nuestra (recordemos lo que le diría a Pilato sobre el poder que el creía que tenía, que venía de lo alto) sin entender que es donación de Dios ni, por otra parte, abusar del poder que se tiene frente a los que pueden ser, o considerarse, inferiores, de la forma que sea. Estas acciones no cabe llevarlas a cabo. Esto es una forma de seguirle, un comportamiento que se ha de cumplir y, sobre todo, ejercitar.
Pero, para Jesús, en orden a la transmisión de la Palabra de Dios, de la cual ha venido a manifestar su verdadera forma, sin tergiversar nada, hay algo que es mucho más importante: el servir, la entrega a los demás, el ofrecimiento de sí mismo, la donación. Eso es lo que les hará, verdaderamente, seguidores suyos, hijos de Dios. Ese servir los hará, por eso mismo, humildes y esa humildad los llevará a ser, a considerarse, los últimos, los “servidores” (y, por eso mismo, “serán los primeros”) Este mensaje, junto con el de la fidelidad, sin conocer, de Santiago y de Juan; este, digo, mensaje es, para todos nosotros, para que consideremos de importancia para nuestras vidas (para que con él conduzcamos nuestra existencia).
Jesús mismo se pone de ejemplo: Él, el hijo de hombre (expresión que se recoge en Daniel 7, 14 y del que dice que “su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido”) como aquel que llegará en la plenitud de los tiempos para darse por los demás, ha venido a servir, y, teniendo en cuenta que, como también dijo Jesús, el aprendiz no ha de ser más que su Maestro, siendo nosotros aprendices, no podemos no servir, no debemos no entregarnos a los demás (en la forma que cada cual pueda y según sean sus circunstancias, claro) ni podemos, tampoco, hacer oídos sordos a tan claros mensajes que recoge el texto de Marcos en el que el servicio a los demás es la forma exacta de seguir al Mesías.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a seguir a Cristo y, así, a servir como Él lo hizo.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem
4 comentarios
Bautismo de fuego éste que lava y libra al creyente de todo maculado resto de Pecado Original. Y que en el caso de Cristo es sobradamente ejemplarizante. Cristo aquí, de esta forma cargando así con la culpa de los hombres, rompe todos mis esquemas de humana comprensión reparadora. Y de tal forma es que no puedo por menos de decir que sólo un Dios pudo hacer tamaña hazaña.
No obstante: Y si Juan y Santiago aún no han resucitado: ¿no será porque estos aún no han recibido y completado el dicho bautismo de fuego?
En referencia a lo dicho por Cristo: -¡No sabéis loque pedis! Y "no me toca a mi dároslo sino que es para aquellos quienes está preparadfo". Otros dos personajes llamam mi atención. Y estos sí que en su día muertos, y bien vistos por la bestia muertos: resucitan al tercer día.
"Cuando hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, y los vencerá y les quitará la vida....Después de tres día y medio un Espiritu de vida que procede de Dios entró en ellos y los hizo levantarse sobres sus pies y un temor grande se apoderó de quienes los contemplaban" (Ap.11,7-11)
No dice el Libro quienes serán estos dos personajes. Pero al menos de uno la hemenéutica habla sola.
Dice el Libro: "Su cuerpo yacerá en la plaza de la gran ciudad, ( sea: Del Vaticano ) que espiritualmente se llama Sodoma y Egipto, (sea: Roma plaza del Vaticano al lado del obelisco egipcio) donde su Señor (sea: Simon Pedro I) fue crucificado" (Ap.11,8)
Le tengo que confesar que, al respecto del Apocalipsis, a pesar de ser un libro que me gusta mucho... no entiendo muchas de las cosas que allí están escritas.
Sin ánimo de provocar fatua ajena por mi parte:
Permitame decirle que el libro del Apocalipsis, del cual yo estoy enmarado, es un libro maravilloso donde el simbolismo está ratificado por la precisión científica del modo, la forma y número de lo que es tiempo y espacio dentro de este nuestro Universo. Y que de ninguna manera está dictado por la paranoia del ser oriental acorde a la mentalidad de hace dosmil años; como algunos "pseudo estudiosos" pretenden.
Que ciertamente este libro no esté al alcance de todos: No hace falta ser ciego para verlo.
¿-Porqué no está al alcance de todos?
Será, me inclino a pensar, por lo dicho: A menos de ser insolente temerario o pecar de simonía: Porque es justo y necesario que a la responsabilidad del conocimiento incumba siempre la responsabilidad en el obrar?
¿Porqué a mi enamora? Pues porque no sólo ratifica el Evangelio científicamente -como dicen los entendidos de la ciencia- sino porque trata cosas nuevas que el Evangelio no dice pero que insinua.
De cualquier forma: Experiencia sufrida o gozada según fuera el momento: Debo decir que nadie traspasa las puertas del conocimiento en este libro expresado si no es, paso a paso, llevado de la mano.
Esto no quita que yo como en el caso presente, al menor resquicio de conversación, intente meter una cuña del mismo que ratificque mi exposición.
Y aquí decir cómo el ser puestos a la derecha y a la izquierda de estos dos personajes entiendo- que esté reservada para aquellos quienes, al final del tiempo son: El mayor y el menor; el primero y el último que se juntan en un mismo lugar como principio y fin de la Iglesia y aquí el primer timonel de su barca: Simón Pedro I y el último timonel de la misma: Simón Pedro II.
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