Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe
Serie “El Camino de la Fe”
El Camino de la Fe -17
Del Amor de Dios
¡No hay más amor que el Amor!
S. Josemaría
Camino, 417
Al Amor que Dios tiene a sus criaturas, a su creación, lo ha demostrado a lo largo de los siglos muchas veces. Así, no abandonó al pueblo que había elegido, el judío, en su camino por el desierto, con el Padre Abraham, en busca de la tierra prometida; tampoco abandonó a su semejanza cuando decidió enviar a Su Hijo para establecer una Nueva Alianza con sus descendientes…
Por eso, el Amor de Dios es, sobre todo, eterno.
Sin embargo, no es menos cierto que muchas veces no manifestamos el amor que le debemos al Padre. Por eso S. Josemaría nos impele a pronunciar una sencilla jaculatoria: “Dios mío, te amo, pero… ¡enséñame a amar!”
Así, en el punto 423 de “Camino” nos impele a hacer lo mismo, en cierto sentido, que hicieron los apóstoles con Jesús cuando le dijeron aquello de “enséñanos a orar”.
Por eso, cuando aprendemos de Dios lo que es el Amor podemos dejar “Que se vierta” en nuestro “corazón en efusiones de Amor y de agradecimiento al considerar cómo la gracia de Dios” nos “saca” libres “cada día de los lazos que” nos tiende “el enemigo” (punto 434)
Y es que, en realidad, reconocer que el Amor de Dios es grande sólo puede hacer bien a nuestro corazón y, así, a nuestra vida ordinaria. No extraña, por lo tanto, que el fundador del Opus Dei diga, en el punto 425, algo que muestra el sentido más espiritual de todos: el de agradecimiento. Así, nos dice, refiriéndose a Dios “¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y… no me he vuelto loco?”
Y es que la locura de amor es propia de quien se sabe hijo de Dios y se reconoce su semejanza, dándose, así, a los demás, como quiere el Padre que nos demos que es, en realidad, como lo hizo Su Hijo Jesucristo, sin dejar de reconocer que “Jesús es tu amigo. —El Amigo. —Con corazón de carne, como el tuyo. —Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloraron por Lázaro… Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti.” (punto 422)
Y, sin embargo, aún nos queda algo muy importante que no podemos olvidar y que es, en realidad, lo que sostiene nuestra fe pero que, a veces, olvidamos: ” ¡Si un hombre hubiera muerto por librarme de la muerte!…—Murió Dios. Y me quedo indiferente”.
Entonces, lo que nos plantea S. Josemaría, en el punto 437 es, exactamente, lo que establece la diferencia entre quien se siente cristiano y lo lleva a su vida y quien se siente cristiano pero no lo tiene como lo más importante de su vida. El Amor de Dios, de la segunda forma, no puede verse reflejado en el comportamiento porque se tiene como poco importante.
Pero, por eso mismo, no deberíamos olvidar que siempre nos podemos encontrar con situaciones en las que nuestra fe se conmueva. Ante esto, nos ofrece, el autor de “Camino” una gran verdad:
“Considera lo más hermoso y grande de la tierra…, lo que place al entendimiento y a las otras potencias…, y lo que es recreo de la carne y de los sentidos…
Y el mundo, y los otros mundos, que brillan en la noche: el Universo entero. —Y eso, junto con todas las locuras del corazón satisfechas…, nada vale, es nada y menos que nada, al lado de ¡este Dios mío! —¡tuyo!— tesoro infinito, margarita preciosísima, humillado, hecho esclavo, anonadado con forma de siervo en el portal donde quiso nacer, en el taller de José, en la Pasión y en la muerte ignominiosa… y en la locura de Amor de la Sagrada Eucaristía” (punto 432)
Porque, en realidad, toda nuestra existencia ha de ceder ante el Amor de Dios que, no por casualidad, es Padre Nuestro y, por el mismo, Quien merece nuestra atención, nuestra entrega y nuestra oración.
Por otra parte la página dedicada a las obras de S. Josemaria, en el apartado dedicado a “Camino”, y, en concreto, en el capítulo titulado ”Amor de Dios” trata, precisamente, sobre el tema al que hoy nos referimos.
Ahora, lo que sigue, es lo que yo entiendo, como cristiano (no miembro del Opus Dei aunque creyente en su espiritualidad) al respecto:
1 Amor y Dios son dos palabras que, al fin y al cabo, son lo mismo.
2 Paga con amor el Amor de Dios. Es lo menos que puedes hacer en justa correspondencia. Recuerda aquello de “es justo y necesario” porque es justo y es necesario.
3 Puedes estar tranquilo al saber que la justicia de Dios se constituye con su Amor.
4 Verdaderamente amar a los demás es, sólo, reflejo del Amor de Dios.
5 Para amar… primero ama a Quien te ama.
6 Si tu corazón se impregna del Amor de Dios serás, ciertamente, un buen instrumento en sus manos.
7 Al Mal solo puedes vencerlo con el Bien; es decir, con Amor.
8 Si crees que no eres capaz de hacer, como se dice, “Como Dios manda”, sería mejor que supieses, primero, lo que manda Dios.
9 El amor es más amor cuando en el Amor se sustenta.
10 El camino que nos lleva al definitivo Reino de Dios lo podemos hacer amando u odiando. Sin embargo, el Padre sólo nos ama.
11 La Verdad, la de Dios, la única, la que nos vale, está compuesta, al ciento por ciento, de Amor.
12 ¿No sabes cómo reflejar el Amor de Dios en tu vida ordinaria?: amar, es tan sencillo como eso.
13 A quien te odie muéstrale amor. Seguramente será difícil pero también es la única forma que tienes de demostrar lo que significa ser hijo de Dios.
14 Lucha siempre por dejar salir, de tu corazón, el amor que Dios te entrega.
15 No dejes que el mundo, con su atracción alejada de Dios, vaya carcomiendo el amor y lo convierta en odio o, como poco, en desesperanza.
16 Viste tu vida con vestimenta de amor. Aunque muchos puedan pensar que no estás en este mundo, tú sabes que, exactamente, no eres de este mundo.
17 Amor multiplicado por Amor es una cuenta muy divina.
18 ¿Tienes que escoger entre amar y no hacerlo? Ya deberías saber, como hijo de Dios que eres, a qué parte te debes acercar.
19 Jesucristo mostró el camino recto que lleva a Dios y tenía el amor como alimento.
20 “El Amor de Dios, que es amor de Padre, sólo puede ser recibido como el hijo que, esperándolo, se abraza a quien lo engendró porque sabe que lo ama.
Pero, como siempre nos encontramos con situaciones difíciles de encarar y que, al fin y al cabo, ponen a prueba nuestra fe, el fundador del Opus Dei nos ofrece, como siempre hace en su “Camino” una tabla de salvación:
“Vive de Amor y vencerás siempre —aunque seas vencido— en las Navas y los Lepantos de tu lucha interior”
Eso nos dice en el punto 433 de su importante obra espiritual.
Y es que tener el Amor de Dios como ejemplo facilita, en mucho, las cosas.
4 comentarios
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A Carlo le ha visitado el Espiritu de la Sabiduría
Si Carlo es verdaderamente consciente de lo que dice aquí: Creo que él y yo vamos a tener que intercambiar conceptos de tiempo de definición.
Decir: "VENGA A NOSOTROS TU REINO" lo dicen muchos sin saber lo que dicen o piden. Otra cosa sería si estos comprendiernan cómo, en modo y manera, el Mundo actual y el Reino de Dios son incompatibles.
Y cómo la Tierra tiene que ser renovada para que venga a nosotros el Reino de Dios
Dicho sea: Comprenderían porqué Jesús no sólo ni quiere ni puede ser rey de este mundo; Sino que añade y dice a Pedro: !Apártate de mi Satanás,...!
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