Tiranicidio sí, y rápido
La lectura de un artículo firmado por Arcadi Espada el día 13 de abril en su blog alojado en la versión digital del diario “El Mundo” me ha motivado a realizar una reflexión crítica. Creo que el tema es muy profundo y realmente importante.
Para situar al lector, conviene recordar que Arcadi Espada, nacido en Barcelona el año 1957 (ronda ahora, por tanto, los 55 años), es periodista diplomado por la Universidad Autónoma de su ciudad y profesor consultor de la Universidad Internacional de Valencia (una universidad privada a distancia con sede en Castellón de la Plana). Se reconoce discípulo de Josep Plá, un escritor catalán liberal modernista y antinacionalista, y seguidor de su doctrina política. Ha escrito varios libros de ensayos y colabora habitualmente como comentarista o articulista en diversos medios de comunicación. Tiene un cierto nombre como intelectual “formador de opinión”, sobre en todo en círculos neoconservadores. En el plano político fue cofundador de la plataforma “¡Basta ya!”, una asociación cívica de corte constitucionalista, enemiga de los tratos políticos con el nacionalismo vasco (incluido el terrorista) de los gobiernos españoles. Muchos de sus miembros formaron parte de la plataforma “Ciudadanos de Cataluña”, del mismo signo, y de su fruto político “Ciudadanos, partido de la Ciudadanía” en 2006, que solo tuvo eco en Cataluña y que acabó separándose para seguir su propio camino. Finalmente, Arcadi Espada y otros miembros originarios de “¡Basta ya!” dieron el espaldarazo al partido “Unión Progreso y Democracia”, fundado por Rosa Díez en 2007, que sí ha logrado abrirse camino en el mercado político con una discreta representación a nivel nacional.
Para los lectores no españoles, añadiré que el diario “El Mundo” (fundado por el periodista Pedro José Ramírez), donde se aloja el blog de Espada (y no tiene muchos esta cabecera), es el segundo de mayor tirada nacional y uno de los más influyentes. Combina en su línea editorial dos tendencias: la liberal progresista en temas sociales y morales y la liberal neoconservadora (al estilo norteamericano) en temas económicos. En política se ha inclinado por un democratismo liberal modernista, agnosticista, y acentuadamente centralista y europeísta.
Siento haberme extendido tanto en preliminares, pero creo que es importante dejar claro que Arcadi Espada no es un francotirador de la red, sino un intelectual de gran prestigio en ciertos círculos de pensamiento liberal, minoritarios pero muy influyentes. Un importante sector del “Partido Popular” (actualmente hegemónico en casi todas las instancias administrativas y parlamentarias de España) presta oídos a las reflexiones de esos círculos. Incluso el “Partido Socialista”, la otra gran pata del sistema, aunque se nutre de sus propios grupos de pensamiento, no echa en saco roto lo que aquellos dicen.
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El título del artículo en cuestión es “Eugenesia sí, y rápido”. No se puede sino agradecer la precisión del título y la brevedad del texto, que en pocas palabras resume con extrema claridad el pensamiento del autor. Arcadi Espada es diáfano en sus postulados.
La columna comenta en quince líneas (razón por la cual podré copiar por entero el texto) una noticia aparecida en los medios el día anterior, y que en realidad ha pasado desapercibida en España. Según el enlace que el propio autor adjunta (muy curioso, tomado al más directo competidor del diario que le paga y para el que escribe), en Alemania se ha seguido con gran interés el fallo por el cual el Tribunal Superior de Justicia de Estrasburgo considera que las leyes federales contra el incesto no vulneran la convención para las libertades fundamentales del Consejo de Europa. Esta sentencia viene a cuento del recurso presentado por un ciudadano alemán, condenado a más de dos años de prisión en sus tribunales por cohabitar y mantener relaciones sexuales con su hermana menor, con la que tuvo cuatro hijos, entre 2001 y 2005. La mujer, separada entonces del demandante, hizo una confesión pública de arrepentimiento y fue perdonada por el juez. El varón, en cambio, alegó que al haber crecido en un hogar de adopción, no había conocido a su hermana hasta los 24 años de edad, que se enamoró de ella por ese motivo, y solicitó que el incesto dejara de ser punible en Alemania. Sin duda, este caso de incesto amerita una reflexión (una vez que un código legal considera la unión de dos sodomitas equiparable a un matrimonio natural, no se entiende porque deja fuera de la ley la relación sexual entre dos hermanos), pero como no es el objeto de mi comentario, lo dejaremos aparcado. Me centraré en el comentario que al señor Espada le sugiere este asunto. Transcribo el primer párrafo de su breve artículo.
“El periódico es algo más prudente que su colega socialdemócrata y en consecuencia no se le ocurre ir titulando nada sobre el derecho al incesto. Pero al margen de imaginarios derechos hay algo en la defensa del abogado de uno de los incestuosos, Endrick Wilhelm, que merece consideración: «Si a otra personas con riesgo de tener descendencia con problemas, como personas mayores o discapacitados psíquicos, se les permite procrear, mis clientes deberían tener derecho.» En efecto. La discriminación no parece justa.”
El autor, que en otros foros ha manifestado su apoyo al “derecho al matrimonio” de los homosexuales, considera que “el derecho al incesto” es “imaginario”. Yo necesito una clase más de derechos civiles del postmodernismo nihilista que nos domina, porque no entiendo cuál es la diferencia entre uno y otro derecho, dado que en ambos concurre esa condición sine quanom mágica que el progresismo estipula como única guía moral: “no hacen daño a nadie”. Ya que estamos, lo mismo vale para la poligamia o el estupro consentido. A los secularistas éticos los noto un tanto desorientados al emprender el camino que ellos mismos han desatado. Se contradicen.
En espera de que don Arcadi me aclare esa duda, continuemos el resto de su relato, que tiene más calado, y hace el honor al título.
“El Estado no debe meterse en la cama de nadie. Pero sí en la cuna. Entre otras razones porque el Estado acaba pagando siempre el balanceo. Los hermanos han tenido cuatro hijos y dos tienen graves discapacidades. Supongo que las probabilidades de que así fueran eran altas. Supongo que durante el embarazo podrían ser observadas. Seguir adelante en estas condiciones es un acto puramente criminal que debe ser castigado. Entre hermanos de sangre o entre hermanos de fe.”
Reconozco a mis lectores que este párrafo me parece extraordinario (en el sentido de fuera de lo normal). En pocas líneas don Arcadi acumula tantos postulados radicales del modernismo adviniente que lo tengo casi por profético (en versión diabólica, se entiende). El artículo merece la pena comentarse casi frase por frase, porque son sencillamente brutales, en todos los sentidos del término.
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“El estado no debe meterse en la cama de nadie, pero sí en la cuna”. En esta frase, de ingeniosa comparación mobiliaria, lo que el señor Espada afirma son dos principios: primero, las relaciones sexuales no deben regirse por ningún tipo de moral pública. Segundo, la reproducción humana, consecuencia natural de aquellas, sí debe estar sujeta a la misma. Es decir, tras lograr separar coito y reproducción gracias a la promoción de la anticoncepción y la fecundación in vitro los últimos 40 años, ahora la autoridad pública (el Leviatán de Hobbes), o sea, el gobierno y sus agentes (porque esa y no otra es la concepción que un liberal tiene del estado) deben decidir quién nace y quién no. ¿Y sobre qué base filosófica tiene un poder civil tal autoridad? Pues a continuación nos expone la razón principal.
“Entre otras razones porque el Estado acaba pagando siempre el balanceo”. ¿Existe acaso otro corolario más lógico a la cultura político-social, rabiosamente materialista, impulsada en las últimas décadas, de dejar en manos del estado, al que se financia desproporcionadamente del propio sueldo, la crianza de los hijos, tanto en lo material como en lo formativo? Desde hace mucho el único dios es el dinero, la única propuesta vital es el binomio productor-consumidor, el único modelo de familia es el de progenitores que trabajan hasta la extenuación mientras la salud, educación y preparación de sus hijos es llevada en gran medida (material e ideológicamente) por las entidades públicas que a su vez retienen para tal fin (y para otros, claro), una parte sustancial del salario que los aquellos producen con su esfuerzo. Como consecuencia lógica, el que paga, manda, y por tanto el estado (o más bien, aquellos que lo manejan) adquiere derecho a decidir sobre la vida de los nuevos ciudadanos de la colmena.
“Los hermanos han tenido cuatro hijos y dos tienen graves discapacidades. Supongo que las probabilidades de que así fueran eran altas. Supongo que durante el embarazo podrían ser observadas”. Vamos acercándonos al meollo del asunto. Resulta que estos hermanos incestuosos tuvieron “dos hijos con graves discapacidades”. Según el diario alemán Der Spiegel, los dos hijos mayores padecen un retraso mental leve (“The first two children are slightly physically disabled and are a little slow mentally as well”), y el tercero fue diagnosticado de una ligera anomalía cardíaca, curada satisfactoriamente con cirugía, pero en opinión del “doctor” Espada se trata de “graves discapacidades”. Es necesario presentar tal distorsión exagerada de la realidad, para que esta pueda servir a los intereses que se persiguen. Además supone que “las probabilidades de que así fuera eran altas”. En eso yerra don Arcadi, pues el mito de la necesaria discapacidad de los hijos de hermanos está bastante superado en la era genética. Obviamente, las enfermedades hereditarias cromosómicas recesivas (que no necesariamente son graves e incurables) se presentan con mayor frecuencia en poblaciones con endogamia, pero el resto de factores no sufre modificaciones notables. Habrá que aclararle a don Arcadi que el empobrecimiento genético obra a lo largo de milenios, no porque aisladamente dos hermanos tengan hijos. Como ocurre con el aborto o la experimentación con células madre, la propaganda proeugenista, para proponer el “progreso social” se basa en asertos científicamente obsoletos.
Me temo que el leve retraso mental de los dos mayores no “supongo que sería observado en el embarazo” (afortunadamente para los niños, dado el fin que el autor propone para ellos). El problema cardíaco del tercero, tal vez, pero siendo curable eso no tiene importancia médica. ¿O sí la tiene… desde otro punto de vista? A fin de cuentas, una cirugía, un tratamiento, un seguimiento… cuesta dinero; le cuesta al que “paga siempre el balanceo” (el que los padres sostengan con su sudor al que paga el balanceo- y otras cosas menos necesarias y más inconfesables- no parece ser hecho importante para el señor Espada).
“Seguir adelante en estas condiciones es un acto puramente criminal que debe ser castigado. Entre hermanos de sangre o entre hermanos de fe”. Llegamos al corolario del ¿razonamiento? del influyente columnista de “El Mundo”. La conclusión de la historia (falseada en sus datos clínicos, recordemos, que la Verdad nunca ha sido buena amiga de la ideología) a partir del caso del incesto alemán, concluye en la propuesta de que dejemos de limitarnos a realizar pruebas diagnósticas prenatales a las embarazadas para recomendarles/coaccionarles a que aborten si su hijo presenta una anomalía no fácilmente curable, so capa del ejercicio de un supuesto “derecho a la maternidad”. Pasemos directamente a que el estado examine obligatoriamente y por sistema a todos los no natos (se empieza por los de padres con riesgo y se termina por generalizarlo), y aborte a aquellos “defectuosos”. Ojo, lleva a cabo una equiparación explícita entre un homicidio y dar a luz a un niño con deficiencias, catalogando a esto último como “acto puramente criminal”. Repito, no se anda por las ramas. Lo que propone es la eugenesia obligatoria. Los nazis la practicaban principalmente esterilizando a enfermos crónicos, dementes y vagabundos. Nosotros somos más eficientes: les matamos antes de nacer.
Para redondear, metemos una puya antirreligiosa sin venir a cuento (¿se había citado en este caso algún argumento “de fe”?) al final. En comparación elegante (nada que ver con el tabernario matasiete Pérez Reverte): “entre hermanos de sangre o entre hermanos de fe”. Que quede claro contra qué moral reaccionaria se previene al lector del muy progresista y moderno autor.
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Don Arcadi Espada no es ningún loco, ni ha tenido un mal día. Es un intelectual muy respetado en el mundo de la comunicación en España, y participa o ha participado con regularidad en medios seguidos por católicos (incluyendo la cadena de emisoras participada en su mayoría por obispados y congregaciones religiosas). Lo que dice es un adelanto de lo que nos espera. Que nadie piense que es algo casual, visceral, o anecdótico. Como tantas otras cosas en el cambio moral para destruir la familia (divorcio, aborto, repudio, segregación de sexo o matrimonio de la reproducción y crianza de los hijos) llegará si no hacemos algo, porque es el camino marcado por los pensadores del modernismo que nos domina. Su fin es que el estado (o sea, las élites que lo dominan), destruida la familia, controle el nacimiento y crianza de la prole humana. En efecto, algo bastante parecido a “Un mundo feliz”. Es decir, la tiranía estatal que soñaron y jamás lograron los más conspicuos marxistas. Pero no por medio de la revolución proletaria, sino de la disolución social y familiar, el materialismo y el hedonismo embrutecido.
No faltarán lectores que consideren esto alucinación de un bloguero radical y apocalíptico en un portal de “ultracatólicos”. Pido a ese hipotético lector que vuelva a leer el artículo del postmoderno e influyente intelectual Arcadi Espada, solicitando tranquilamente el asesinato forzoso de niños enfermos. Y que haga el esfuerzo de situar su posición en la ética de la vida y la muerte, porque es un campo en el que ya no valen excusas ideológicas o tibiezas de “esto no va conmigo”. El agua nos llega ya a las rodillas como para seguir simulando que en realidad el barco todavía no se hunde: nuestra sociedad degenera a ojos vista.
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Ante eso, como cristiano, como católico, como amante de la libertad y de la auténtica tradición, solo puedo afirmar lo que reza el título de mi artículo. El tiranicidio, doctrina católica muy antigua, es la respuesta a los ataques del sistema al Bien que vemos continuamente en nuestro día a día, de los cuales la propuesta espadiana es solo un avance informativo. Y rápido, porque se nos acaba el tiempo. De hecho, considero de más valor la vida de los niños que están por venir (sanos o enfermos), en los que se deposita la esperanza de regeneración ética de nuestra sociedad, que la de gente como Espada que, enfangado en el relativismo moral y el culto a la muerte como nuevo dios que todo lo puede resolver (desde la superpoblación al déficit sanitario), tiene difícil recuperación. Afortunadamente, para Dios no hay nada imposible, y Él concede la conversión por misericordia, y no por merecimientos.
Cree don Arcadi que esos niños con deficiencias congénitas son los enfermos. No se da cuenta de que el enfermo, y muy gravemente, es él, y todos aquellos a los que convence. De una enfermedad que no puede curar la medicina, la de la deshumanización.
Afortunadamente para Espada, como católico que soy, sé que la vida es un don de Dios, y no se puede quitar. Por tanto, el tirano al que invito a matar no es una persona, sino un sistema. Un sistema de pensamiento, de ideas, de organización social dictatorial, de anomia moral y de odio a la virtud instituidos como motor filosófico. A esa batalla estamos todos los cristianos llamados. Con oración, y con acción.
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Jesús les contestó: “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a penitencia a los justos, sino a los pecadores”.
Lc 5, 31-32
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16 comentarios
Sr. Juvenal, Luis Ignacio no defiende el incesto. Vuelva a leer el artículo. Lo que plantea es otra cosa y usted no se ha dado cuenta... ¿o sí?
Muchas gracias por el artículo, Luis; lo que narras es de quitar el sueño, pero haces bien en alertarnos, ya que no se debe mirar hacia otro lado.
Un cordial saludo.
Espada despertó simpatías de la derecha antinacionalista catalana y vasca, pero su catadura moral siempre ha dejado mucho que desear.
¿Qué problema se pretende resolver prohibiendo estas relaciones?
Pues, parece ser, los efectos patológicos de cruces endogámicos, ya que hay altas probabilidades de que puedan nacer seres con defectos manifiestos. Por eso, desde antiguo (como medida evolutiva) existe cierta aversión a este tipo de emparejamientos.
Y digo desde Antiguo y no desde el origen por que, por ejemplo, Abraham era hermanastro de Sara (su mujer) y que decir del caso de Lot y sus dos hijas… sobre los cuales no existen palabras de reproche en el Antiguo Testamento.
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Decía uno de los fundadores de la Argentina Liberal que padecemos, el ex-presidente, masón, anticatólico y antihispánico Domingo Sarmiento:"¡Bárbaros, las ideas no se matan!".
Por eso ellos, siguiendo el ejemplo de la FRancesada, mataban a las personas...
El tiranicidio no consiste en matar ideas sino matar a una persona o a un grupo de personas que oprime insoportablemente la jurisdicción que señorean.
El problema de su aplicación en gobiernos democráticos es que nunca se sabe a ciencia cierta quién es el que manda. La democracia es un sistema de gobierno eminentemente gerencial, adonde los "jetones" (aquí llamamos así en jerga política a quien da la cara, a los que ocupan los cargos de gobierno) obedecen órdenes en todas las cuestiones sensibles. Y los que dan esas órdenes permanecen generalmente tras bastidores. Ésto también es una medida de seguridad muy eficaz : esos "jetones" muchas veces valen menos que el plomo de una bala...
Si por "matar un sistema de ideas" se entiende la apologética, me parece perfecto. El paganismo fue derrotado así, y el neopaganismo bárbaro e inhumano que proponen monstruos como el de marras, reclama urgentemente una neo-apologética.
El "razonamiento" de Espada es un diáfano ejemplo de inteligencia desvariada, entenebrecida, brutal. En ella impera el Dragón porque no ha querido conocer a Dios. Cayendo en la idolatría de la razón, se ha hecho "necio" y pone su granito de arena para convertir al Occidente postcristiano en un gran "república de cerdos", como la llamaba Platón, con el matadero como único destino de los no suficientemente productivos y/o consumidores.
La paciencia de Dios es proverbial, pero también tiene sus límites. Que Dios nos coja confesados ante lo que se avecina, y otorgue la gracia conversión a los hacedores de iniquidad.
PAX CHRISTI,
[Por favor, leer pensando que lo hice con ironía]
No se preocupe, ya vendrá algún 'científico', con sus 'estudios y evidencias científicas', desde luego, que dirá que en la naturaleza se da perfectamente el incesto y la cruza de especies; ya lo hicieron con el tema de la homosexualidad, así que si alguno quiere amar a su hijo/hija/madre/padre/mascota/animal del zoológico viceversa, pues que lo haga, total la naturaleza nos ampara, je.
-Yo almenos creo que sí. Dios no tolerará tanta escandalosa degradación social.
El verdadero tirano, el sistema dominante, es el sistema económico con sus cabezas de hidra, que tiene un fallo de raíz. Sin matarlo o eliminar el fallo no habrá tiranicidio, solo parches y podremos hereir a la cabeza equivocada.
De momento sugiero la lectura de http://im-pulso.blogspot.com.es/2007/10/el-carcter-privado-del-banco-central-de.html
Se sugiere que el autor ponga su Email o contacte.
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LA
El verdadero tirano, el dominante, está detrás del sistema político y del sistema económico.
Ya va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre.
Añado la referencia de dos libros imprescindibles para entender la presente deriva mundial:
http://albalonga.tripod.com/~AlbaLonga
http://www.sekotia.com/pdf/ft-protocolos2.pdf
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