El día que se perdió España (I)
Introducción
Hoy se cumplen trece siglos exactos del comienzo de la batalla más trascendente de la historia de España, la única que cambió de forma duradera su ser. Es muy probable que, pese a su importancia, esta fecha pase desapercibida en los medios de comunicación, en una sociedad como la nuestra, que ha olvidado sus raíces.
¿Qué sabemos de la llamada Batalla de Guadalete, librada tal día como hoy del año 711? Probablemente, que terminó con la victoria de los moros invasores y la desaparición del reino visigodo en España. Y poco más. Sin embargo, las consecuencias de esa batalla (la incorporación de España al mundo islámico y oriental) marcaron profundamente nuestra cultura y forma de ser: desde la legislación hasta el arte, pasando por la toponimia, la gastronomía, la arquitectura, la literatura o la agricultura. Desde 711 hasta 1609 pasaron 9 siglos de presencia musulmana en nuestra patria. Presencia que además fue dominante en buena parte de ese periodo, desde apenas 10 años en Gijón, 50 años en Galicia, 90 años en Barcelona, 100 años en León, 370 años en Toledo, 400 años en Zaragoza, hasta los 525 en Valencia, Sevilla, Murcia o Córdoba, o los 775 en Granada y Málaga. Militarmente sin interés, la batalla de Guadalete tuvo un impacto fundamental en la historia de España y no poco importante en la de Europa.
La Batalla de Guadalete es uno de los episodios más mitificados de nuestra historia, sorprendiendo la escasa y tardía documentación de la que disponemos, causa de los muchos tópicos populares que ha generado. ¿Se sabe, por ejemplo, que es muy probable que en el bando invasor no hubiese ese día ni un solo árabe, y que sin embargo está documentada la presencia de católicos, y de hecho todos los musulmanes de ese ejército habían sido cristianos 10 años antes? ¿O que no se libró junto al río Guadalete, dándosele ese nombre posteriormente por un error de transcripción del árabe? ¿O que, contra lo que dijeron las crónicas posteriores para justificar la derrota cristiana, el ejército godo era muy superior en número? ¿O que entre ambos contendientes se superaron con mucho los 50.000 guerreros, siendo una de las más grandes de su época, y sin embargo duro pocas horas, y hubo (relativamente) pocas bajas? ¿O que el rey Rodrigo planificó la batalla de forma responsable y cauta, y que ni mucho menos desdeñó o infravaloró a su enemigo? ¿O que no estamos seguros de que Don Rodrigo muriese en la batalla, y que no fue “el último rey godo”?
Lo mismo podemos decir de sus consecuencias. ¿Somos conscientes de que las contemporáneas regiones españolas (con sus personalidad, afinidades y rencillas) nacen tras la división territorial y religiosa posterior a esta batalla? ¿O que existen diversas lenguas romances en nuestra patria por esa misma causa? ¿O que las costumbres tan diversas entre el norte y el sur peninsular dependen en gran medida del tiempo pasado bajo la dominación musulmana? ¿O que incluso algo tan aparentemente lejano como la conquista y evangelización de América se hizo con patrones de comportamiento heredados de la lucha contra los infieles?
Los españoles de hoy en día no somos conscientes del trauma que supuso para los cristianos hispanos de los siglos posteriores aquella jornada. Son incontables los recuerdos, cantares o crónicas medievales sobre aquella derrota y aquel reino perdido en todos los reinos del norte, pero principalmente en el de Asturias-León, el cual en el siglo IX trató de asentar su preeminencia sobre todos los cristianos de España reclamando la herencia (en parte real, en parte fabricada) de aquel reino perdido, del que recogió leyes, títulos, honores, organización y una nostálgica imagen idealizada de lo que fue la monarquía goda. El fracaso del reino leonés ante el califato musulmán de Córdoba no hizo desaparecer dicha reivindicación, heredada por los reyes posteriores, entre los que encontramos alusiones explícitas a ese “reino hispano” de los godos, desde Sancho el Mayor de Navarra (que por su origen vascón sería el reino que menor vinculación podría evocar), pasando por los reyes de Aragón y los condes de Barcelona, hasta la toma de Toledo por el rey Alfonso V en 1085, preñada de simbólicos detalles que trataban de afirmar la continuidad entre godos y castellanos como titulares de la corona de España, justificando así el término de Reconquista que se dio a la empresa de expulsar a los musulmanes de la península ibérica. La recuperación de una herencia arrebatada ilegítimamente por los ismaelitas invasores como castigo de Dios a los pecados e incurias de una población representada en sus vicios por sus monarcas y nobles, particularmente el último, el infortunado Don Rodrigo.
La reconquista de un reino cristiano (rico, culto, poderoso) perdido en una aciaga jornada; como decía el romancero medieval, en “el día que se perdió España”. El día de la batalla de Guadalete.
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Fuentes
Como ya se comentaba en un artículo anterior, los últimos años del reino visigodo carecen de fuentes contemporáneas, tanto cristianas como musulmanas. La mención más antigua está recogida en un texto de 741, la llamada Crónica bizantino-árabe, de probable autor oriental, pero es sumamente escueta y se limita a citar la conquista de España por Muza. La primera fuente que la desarrolla es la Crónica Mozárabe, un anónimo de probable autor eclesiástico, escrita en torno al año 754 en Córdoba, y que pretendía ser una continuación de la Crónica de san Isidoro del reino godo. Narra con más detalle los últimos años del reino (elogiando a Vitiza, y considerando el acceso al trono de Rodrigo obra de una revuelta nobiliaria) y la batalla, pero apenas profundiza en los hechos, sacrificando la profusión de datos a la prosa rimada que exhibe y al lamento de la ruina de la nación [1]. Del año 818 es la interesante crónica franca del monasterio aquitano de Moissac, donde por primera vez se cita que la lujuria del rey Vitiza contagió al clero y pueblo, causando la ira de Dios.
Muy posterior es la Crónica de Alfonso III, en sus códices Albeldense y Ovetense, fechada en el año 883, y que presenta un relato mucho más completo y colorido. Por desgracia en él hay recogidas tanto tradiciones auténticas como rumores, añadidos idealistas y políticos e incluso concesiones al lirismo y la experiencia sobrenatural. Es la primera crónica que rehabilita a Rodrigo, considerando su acceso al trono electivo y legítimo.
El rey Alfonso III, su patrocinador, se vinculó conscientemente a los reyes godos para afirmar tanto su derecho al trono ante sus familiares, como la primacía del reino leonés frente a otras monarquías hispanas; él fue el inventor del término “reconquista” a la guerra contra el infiel. Esa voluntad se vio plenamente plasmada en el texto, y no siempre resulta fácil distinguir en él lo genuino de lo añadido. Por ejemplo, incluye la particular interpretación de una profecía de Ezequiel (cap. 38), por la cual la dominación árabe se extinguiría en España a los 170 años de su comienzo. Esa fecha se cumplía exactamente el año de la redacción de esta crónica.
La crónica de Alfonso III será empleada como base para todos los cronicones medievales cristianos, comenzando por un códice de la misma, llamado Sebastianense, inmediatamente posterior, que ya introduce algunas modificaciones tendentes a ensalzar a los godos como reflejo del contemporáneo rey leonés, o la muy próxima Crónica profética, que incide en la conquista musulmana como castigo divino a los pecados de los reyes godos.
De mediados del siglo XI son dos crónicas, la llamada Crónica de Sampiro (obispo de Astorga), que sigue en general a la de Alfonso III, y la Chrónica Gothorum (conocida como Pseudo-isidoriana), que tiene el interés de haber sido escrita en Toledo por un mozárabe, y que cita por primera vez el episodio de la ofensa a la hija del conde don Julián (atribuyéndola a Vitiza), justificando de ese modo la invasión musulmana. Hacia 1125 se escribió la Crónica Silense, en el monasterio de san Isidoro de León. Su autor es indudablemente un mozárabe exiliado, pues muestra un buen conocimiento de las fábulas que sobre la conquista circulaban en el territorio andalusí. Se trata del primer texto que hace un análisis profundo del tema, atribuye definitivamente la pérdida de España a la Providencia, en castigo por los pecados de los hombres, sobre todo los últimos reyes (particularmente muestra una gran inquina hacia Vitiza, mientras cita por vez primera la ascendencia regia de Rodrigo a modo de legitimación). Es también el primero que habla del episodio del vaciamiento de los ojos al padre de Rodrigo, justificando así el encono entre ambas familias. También cita el estupro de Rodrigo como la causa de la traición del conde Julián. Es una desgracia que este texto, tan lejano en el tiempo, beba de fuentes corrompidas y poco fiables, pues por estilo y amenidad, es el primer estudio amplio que hallamos.
La tardía crónica Historia de los hechos de España del navarro Jiménez de Rada (siglo XIII) compendia y resume todas las leyendas y tópicos, tanto cristianos como musulmanes, que han pasado a la cultura popular española sobre el episodio. Concentra sobre Vitiza toda la responsabilidad por la pérdida del reino, por sus vicios personales y sus acciones políticas (venganzas familiares y favor hacia los judíos). Es obvio que la figura del hijo de Egica sufrió un notable deterioro a cada nuevo cronicón que veía la luz, viniendo a ser el responsable máximo de la pérdida del reino para los cristianos medievales. Jiménez de Rada considera que la causa principal, no obstante, era el castigo divino por la violenta y fratricida afición de los visigodos a disputarse el trono por la fuerza, lo que las propias crónicas de la época habían llamado el morbo gotico, y sobre cuyas funestas consecuencias había advertido proféticamente el propio san Isidoro al inspirar el célebre canon 75 del IV concilio de Toledo en 633 [2].
Entre los historiadores árabes el relato de la batalla y la conquista es posterior. Por ejemplo, los primeros autores de finales del siglo VIII y principios del IX (Ben Isa, Bedr, Ajbar Machmua) no citan estos hechos, salvo para decir que los antepasados de sus señores tomaron parte en la ocupación de España junto a Muza (un timbre de alcurnia para los señores musulmanes de Al-Andalus). La primera crónica árabe se debe a Abd al Malik ben Habib, llamado el Solamí (muerto en 854), que cuenta con cierto detalle la campaña musulmana, siendo la fuente en la que beben todos los autores posteriores. De finales del siglo IX es el Libro de las Banderas del persa establecido en Córdoba Mohamed ben Muza ar Razí, tenido por la primera descripción minuciosa de las campañas árabes en la península, pero cuyos fragmentos sobre la misma se han perdido, aunque se cree que fueron empleados por otros historiadores árabes.
Del siglo X son las crónicas de Aben Ayman y el gran Ahmeb ben Mohamed ar Razí, hijo del otro Razí (llamado el “moro Rasis” por los cristianos) que echan mano también de las fuentes latinas que hemos comentado, fijando la imagen legendaria y poética que quedaría en el imaginario árabe sobre la conquista profetizada al rey Rodrigo (la célebre historia de la habitación de los candados), el cual sería castigado por forzar a la hija de don Julián.
De finales del siglo IX es Ibn al Kutiya, descendiente de una nieta de Vitiza, un erudito que dejó escrita una crónica laudatoria de sus antepasados, a los que atribuía el mérito de la conquista árabe, marginando al conde Julián. El mejor de los historiadores árabes es Ibn Hayyan, su crónica de mediados del siglo XI recoge fuentes cristianas, pues sigue la versión viticiana de que Rodrigo no era de estirpe regia (al contrario del resto de historiadores árabes, que afirman la legitimidad de la elección rodriguista). Asimismo, incluye el mito de que el profeta Mahoma había vaticinado la conquista de España un siglo antes.
Podemos ver que con el paso del tiempo, tanto las fuentes cristianas como árabes tienden a ser más ricas, más elaboradas y a unificar en cierto modo su versión (sobre todo culpabilizando a Vitiza, aceptando la historia del estupro de Rodrigo y la traición del conde Julián y los hijos de Vitiza) indudablemente porque con el tiempo van bebiendo unas de otras, incorporando y repitiendo una serie de tópicos que quedarán fijos en la historiografía hasta bien entrado el siglo XIX.
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Los preparativos
En un artículo anterior se relató cómo, aprovechando que Rodrigo se hallaba con el ejército real combatiendo a los vascones en Pamplona, el partido vitiziano- muy probablemente su cabeza, el obispo Oppas de Sevilla- por medio de su cliente el conde de Ceuta Urbano Juliano, envió a principios de 711 un mensajero al gobernador de Ifriquiya, Musa ben Nasir, prometiéndole su colaboración si invadía la península.
Musa, que contaba casi 70 años, sabia que era su última oportunidad para engrandecer más su fama como conquistador, ganada en Numidia y Mauritania. Pero el califa Al Walid, receloso de sus éxitos, prohibió que su gobernador emprendiera ninguna campaña en el reino hispano sin su permiso explícito. Sin duda, Musa se sentiría muy frustrado, pero era demasiado astuto y bravo para permitir que la advertencia del califa alterara sus planes. Probablemente la prohibición incluía también a otros nobles, pero eso era indiferente; en cualquier caso Musa no iba a permitir que otro árabe dirigiera su proyecto más ambicioso, llevándose el botín y la gloria. Dado que Al Walid no había puesto objeciones a las razzias efectuadas por sus soldados berberiscos en los años 709 y 710, enviar una nueva expedición- mucho más numerosa- no sería formalmente desobedecer al califa. Así se llevaría a cabo la empresa.
Al frente de la misma, Musa puso a su comandante de mayor confianza, un antiguo esclavo converso al islam (mawla), un berberisco liberto, probablemente de Numidia, conocido por Tarik ibn Ziyad (probablemente un apodo, pues Tarik significa “el golpeador”). Bajo su bandera se alineaban todos los bereberes capturados tras la derrota de la reina Kahina en 703 que se habían acogido a la oferta de Musa de conversión y libertad, enrolándose en un ejército que era más privado del caudillo yemení que oficial del califa. El comandante bereber que pasaría a la historia como conquistador de España apenas llevaba 10 años siendo musulmán, y había tenido anteriormente un nombre cristiano. Como él, prácticamente todo su ejército.
Tarik preparó un contingente calculado en torno a unos 7 a 8000 berberiscos renegados. El conde de Ceuta, Urbano Juliano, que había actuado de enlace con Oppas y los vitizianos, puso a disposición de la expedición sus naves para trasladarla a la península a través del Estrecho de las Columnas de Hércules.
Mientras dejamos a los bereberes embarcando hacia un destino incierto, reflexionemos sobre las expectativas de los protagonistas de este episodio histórico. No cabe ninguna duda de que en la mente de Musa se hallaba ya una expedición de conquista en el reino godo, más allá del tradicional saqueo, y desde luego mucho más allá de las ambiciones de los viticianos. No podemos saber cuál era el alcance exacto de esta conquista en su pensamiento, aunque probablemente lo acontecido en las semanas posteriores a la batalla de Guadalete sería demasiado bueno incluso para sus expectativas más optimistas. Para Oppas y el partido viticiano, los ismaelitas eran un instrumento para lograr expulsar a Rodrigo, y reponer a Agila II, hijo de Vitiza, en el trono que consideraban les pertenecía por derecho. Fácilmente habían confiado en el conde Urbano Juliano para que mediara con los infieles en provecho propio. Este plan no era en absoluto descabellado; con ayuda extranjera habían ascendido al trono reyes tenidos por legítimos como Atanagildo o Sisenando.
¿Y qué pensaba el tercer protagonista? ¿Tenía en mente en aquellos primeros días de la primavera de 711 el papel tan fundamental que había de jugar el conde de Ceuta? ¿Creía sinceramente trabajar en favor de los nietos de su suegro Egica? ¿O tal vez ya había decidido favorecer plenamente los proyectos de su nuevo señor mientras simulaba defender los intereses de los familiares del antiguo? Probablemente sólo Urbano Juliano sabía realmente cuáles eran sus planes.
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[1] “¿Quién podrá, pues, narrar tan grandes peligros? ¿Quién podrá enumerar desastres tan lamentables? Pues aunque todos sus miembros se convirtiesen en lengua, no podría de ninguna manera la naturaleza humana referir la ruina de España, ni tantos ni tan grandes males como esta soportó. Pero para contar al lector todo en breves páginas, dejando de lado los innumerables desastres que desde Adán hasta hoy causó, cruel, por innumerables regiones y ciudades, este mundo inmundo, todo cuanto según la historia soportó la conquistada Troya, lo que aguantó Jerusalén, según vaticinio de los profetas, lo que padeció Babilonia, según el testimonio de las Escrituras y, en fin, todo cuanto Roma enriquecida por la dignidad de los apóstoles alcanzó por sus mártires, todo esto y más lo sintió España tanto en su honra, como también de su deshonra, pues antes era atrayente y ahora está desdichada.”
[2] “De aquí procede el que la ira del Cielo haya trocado muchos reinos de la tierra de tal modo que a causa de la impiedad de su fe y sus costumbres, ha destruido a unos por medio de otros. Por lo cual también nosotros debemos guardarnos de lo sucedido a estas gentes para que no seamos castigados con una repentina desgracia de esa clase, no padezcamos pena tan cruel”.
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46 comentarios
Un artículo muy interesante, interesantísimo; muchas gracias. Personalmente, creo que es mejor que esa fecha quede olvidada, pues tal y como están las cosas en nuestro país, son capaces de convertirlo en fiesta nacional. Desde luego, fue aquel un día aciago, el peor de los días de la historia de España, ninguno peor.
Un cordial saludo.
Nachet, gracias por currarte este artículo tan sustancioso.
España no existía en la época que los visigodos estaban aqui, ni en el momento en que los musulmanes conquistaron la península ibérica, pero si te empeñas en creer que España existe desde los albores de la civilización humana, pues tu mismo.
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LA
En las actas de los concilios, así como en algunos otros documentos oficiales contemporáneos se emplea con frecuencia el término "España" para referirse al reino de los godos. Las crónicas medievales también hacen alusión a ese nombre para referirse al estado existente en la península ibérica durante el período 507-711; de hecho la expresión "el día que se perdió España" procede de una crónica medieval. Como muestra, puede hallar esa descripción habitual del reino de los godos como España en la nota número 1, correspondiente a un texto del año 754. Lo mismo en el resto de crónicas cristianas estudiadas.
Para más información sobre el concepto de España y su aparición en el III Concilio de Toledo (año 589), le recomiendo leer este artículo.
Ah, vaya, entonces no fue hasta 1950, que fue ascendida a los cielos, que empezó a proteger a España???
Porque España es una nación elegida por dios para bien del mundo de manera excepcional
Vaya y donde deja esto al pueblo elegido por dios, los judios??? Acaso usted en su arrogancia es capaz de contravenir la palabra de dios???
Y España con la protección de la Virgen del Pilar reflorecerá y pronto
¿Cuantas vírgenes hay? O es que hay un panteón de todas ellas???
Porque somos la Nación de la Virgen María
ummmmm, pruebas de esa afirmación por favor....tambien lo podría ser Portugal por aquello de Fátima o croacia por aquello de Medjugorje....en fin........
Vaya, hacían uso de la ñ antes de su invención, si es que Marty McFly ha hecho mucho daño!!!
Lo digo, porque en vez de enviarme a un sitio que hable sobre historia me manda usted a un sitio propio....Ejem....
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LA
Si un artículo divulgativo no le sirve, puede usted acudir a las actas conciliares y crónicas originales que cito en el texto (apartado "fuentes"). Por supuesto, estaban escritas en latín, yo aporto las traducciones al castellano. En ellas se emplea la palabra "Hispania", que se traduce por "España".
¿Traduciría usted Persia por Irán?
¿Traduciría usted Imperio Austro-Hungaro por Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina y las regiones de Voivodina y el Banato Occidental en Serbia, Bocas de Kotor en Montenegro, Trentino-Alto Adigio y Trieste en Italia, Transilvania, el Banato Oriental y Bucovina en Rumanía, la parte occidental de Galitzia y Silesia en Polonia y la parte oriental de Galitzia y la Rutenia Transcarpática en Ucrania?
Pues eso. Saludos históricos.
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LA
Vaya, reconozco que la objeción "la palabra latina Hispania no se puede traducir por España" no me la esperaba. Le aconsejo que pregunte usted a los concilios generales del reino godo y a los cronistas cristianos de los siglos VIII, IX o X qué querían decir cuando al reino de los godos le llamaban España. Yo me limito a citar las fuentes.
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LA
En el presente artículo cito todas las crónicas medievales, tanto cristianas como musulmanas, que he empleado. Asimismo, también en los artículos sobre el reino godo de España cito los concilios, o la Lex visigothorum. ¿Cuáles son sus fuentes y referencias para afirmar que la España citada por los cronistas medievales como perdida en la batalla de Guadalete no tiene nada que ver con la que hoy tiene el mismo nombre y se halla en el mismo lugar (más allá de la pintoresca comparación con el imperio Austro-húngaro)?
Lo que aquel día se perdió fue casi toda la gotia, el reino que quedó a los visigodos después que fueran expulsados de la Galia por los francos. Parece ser que no perdieron inmediatamente todo, sinó que por un tiempo les quedó algo en el N. de Cataluña y la Septimania.
Hasta aquí los hechos que serán conocidos por todos, o casi.
Como el tal reino germánico ocupaba lo que actualmente es Portugal, la mayor parte de España -no recuerdo si en el 711 todavía le quedaba algo a Bizancio en el SE, pero eso no importa ahora- y la Septimania, sería mejor que dijéramos que aquel día el reino godo de Hispania se perdió a si mismo al perder los territorios que ahora ocupan Portugal y España . Aquellos territorios eran llamados Hispania por los romanos y, simplemente, así siguieron llamándose.
Esto es cierto: por segunda en la historia apareció en la península Ibérica un ente político autónomo, el reino godo de Hispania. El primer ente político autónomo que apareció en la península -y en Europa- fue el reino suevo de la Gallaecia. Ambos entes se malograron; el primero a manos de los también arrianos godos, el segundo a manos de los musulmanos magrebíes, y ambos,según las crónicas, a manos de si mismos, de sus deslealtades e incapacidades sobre todo organizativas.
Pero ambos fueron entidades políticas autónomas, sin duda, de donde se puede deducir legitimidades históricas; pero no las que a cada uno le parezcan. Y así digo yo que es interesada calceta de la historia que comienza en el reino leo-astur-galaico esa interpretación tan cara a la derecha tradicional española que trata de establecer una línea que sin ruptura nos trae de aquella Hispania bajo dominio -dominio, dije- visigodo a la España actual, donde casi todos somos descendientes de los godos, ¿verdad que se nos nota en el tipo?. ¡Esas interpretaciones nacional-providencialistas!
Como dije, no soy historiador, solo aficionado. Acepto de antemano toda corrección fundamentada que se me haga.
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LA
Los cronicones medievales cristianos son sumamente explícitos al llamar España al reino de los godos. También san Isidoro lo hizo en su Chronica Gothorum. Los germanos eran nacionalistas al estilo antiguo, considerando nación un grupo humano con antepasados comunes, religión común y normalmente un monarca. El concepto territorial de nación es muy posterior. Los suevos (que en el momento de su conquista por Leovigildo no eran arrianos, sino católicos), fueron una nación hasta que se fundieron con sus conquistadores; lo fueron cuando estuvieron en los Alpes, en Italia, en la Galia o en Galecia, y dejaron de serlo cuando se incorporaron al reino de Leovigildo, aunque siguieran viviendo en Galecia.
De igual modo, al convertirse al catolicismo, los godos se fundieron con los hispanorromanos, creando una nueva nación, la hispanogoda, aunque ni unos ni otros se movieran de su territorio. Y la entidad política que englobaba esa nación era el reino de Hispania (o sea, España), independientemente de que una de sus provincias estuviese en la Galia. Si tiene la paciencia de seguir la serie, verá que también se tratará sucintamente el fin del reino, incluyendo las posesiones galas.
Este es un artículo histórico, y en parte religioso (como rasgo espiritual o cultural, lo dejo al arbitrio del lector). No es un artículo político. Utilizar parámetros políticos actuales para estudiar la historia antigua lleva a errores y reduccionismos, Si queremos emplear valores para entender la historia debemos primero emplear los de los contemporáneos. El término "nacionalismo político" es una construcción teórica posterior a la revolución francesa. Para los hispanogodos del siglo VIII no hubiese tenido ningún sentido.
Con todo el respeto, Sr Remy, me parece que le sobra pedantería en sus burlas e ironías sobre nuestra Madre, la Santísima Virgen, que Vd sabe perfectamente que hay una sola aunque se le venere bajo diversas advocaciones. Por supuesto que la España Cristiana no tuvo que esperar hasta 1950 para sentirse protegida por la Madre del Cielo, Vd se creerá muy gracioso y extremadamente ingenioso pero yo le veo muy poquito de ambas cosas. Que Dios, (póngalo siempre con mayúsculas, por favor), lo ilumine y no vuelva a burlarse de cosas sagradas. Un saludo a todos.
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LA
Ruego se argumente sin emplear expresiones ofensivas.
No, no me sobra pedantería. Será su madre, porqué mia no es.
[...]
Quizás le falte a Luís formación en historia para apoyar muy bien sus tesis sobre España.
Por supuesto que la España Cristiana no tuvo que esperar hasta 1950 para sentirse protegida por la Madre del Cielo, Vd se creerá muy gracioso y extremadamente ingenioso pero yo le veo muy poquito de ambas cosas.
Normal que no me encuetre gracioso.
Que dios, (póngalo siempre en minísculas, por favor), lo ilumine y no vuelva a burlarse de cosas sagradas. Un saludo a todos.
Yo no me he burlado de nada sagrado, he hecho una crítica a la columna, que si quería pasar por mostrarnos una parte de la historia de lo que conocemos hoy como España, pues no lo ha conseguido.
Remy Lebeau, vete a estudiar un poco y a aprender Historia como es debido, y [...], amigo.
Dígame en que me equivoco y rectificaré.Por cierto amigo suyo no soy porque no hemos sido presentados. :)
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LA
Está usted en una bitácora católica. No ofenda otra vez a la Madre de Dios, o le vetaré. No tiene usted ninguna obligación de entrar aquí si no cree en nuestras creencias.
Dígame exactamente en que momento he hecho la ofensa, porque no he sido consciente de ella mientras escribía.
No tiene usted ninguna obligación de entrar aquí si no cree en nuestras creencias.
Si que la tengo, de mientras que los católicos intenten imponer su moral a todo el mundo independientemente de sus creencias o condiciones, mi obligación moral será entrar.
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LA
"mientras que los católicos intenten imponer su moral a todo el mundo..."
Vaya, así que es usted un jacobino...
De momento, este artículo se limita a contar un período de nuestra historia muy poco conocido, basándose en fuentes contemporáneas. No hay atisbo alguno de evangelización en él (por supuesto, tampoco de imposición alguna). Tal vez haya gente a la que descubrir que España fue una nación católica, unida y próspera mucho antes de los Reyes Católicos les recuerda un pasado que preferirían olvidar.
Pero ese no es mi problema.
Si es lo bueno que tenemos los católicos por lo menos a uno de cada lo conocemos, a Dios Padre y a nuestra Santísima Madre María. [...]
Es muy fácil lo que usted hace, no da datos, no argumenta su postura, no hace referencia, simplemente niega la mayor a una y otra afirmación.
"Dígame en que me equivoco y rectificaré" En nada ustéd no se ha equivocado en nada, porque no ha dicho nada.
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LA
Ruego a los comentaristas que evitemos entrar en descalificaciones personales.
Estimado Luis, me habian llamado muchas cosas, pero hasta ahora nadie me había llamado jacobino. Enhorabuena, pensaba que hoy no me iba a sorprender y hete aquí que ha sido falsa esta afirmación.
Soy una persona que desea vivir tranquilamente, sin que ningún grupo de personas se crean mejor que otras por el mero hecho de tener una determinada religión.
No hay atisbo alguno de evangelización en él
Si que lo hay, usted da por supuesto que si los "malvados moros" no hubieran invadido lo que era Hispania, este pais que hoy llamos España sería poco menos que la encarnación del pais católico por excelencia y poco faltaría para que el mismo dios habitara entre nosotros. Ese ejercicio se llama aplanar la historia, creer que la historia es un flujo continuo y dirigido, creencia propia de personas que no entienden de historia.
Tal vez haya gente a la que descubrir que España fue una nación católica, unida y próspera mucho antes de los Reyes Católicos les recuerda un pasado que preferirían olvidar.
Me alegra enormemente, pero tampoco hay que olvidar que la estancia islámica tambien dejó muchas cosas buenas por aquí, somos lo que somos por la suma de todo lo que fuimos estimado Luis.
"usted da por supuesto que si los "malvados moros" no hubieran invadido lo que era Hispania, este pais que hoy llamos España sería poco menos que la encarnación del pais católico por excelencia y poco faltaría para que el mismo dios habitara entre nosotros"
Le ruego me diga en que parte del artículo digo esto de forma directa o figurada.
"tampoco hay que olvidar que la estancia islámica tambien dejó muchas cosas buenas por aquí"
Le ruego me diga en que parte del artículo niego esta aseveración.
¿Cómo llamo al ejercicio de atribuirme cosas que no he dicho, o de afirmar que he negado cosas que no he negado?
Por cierto, habla usted como el perfecto jacobino. Si no lo es, e ben trovatto.
Remy y Dani:
Voy a borrar los últimos comentarios con alusiones personales. No me gusta tener comentarios de ese jaez. Todo lo que sea crítica o comentario correcto y con argumentos al artículo o a alguno de los comentarios vertidos será bienvenido. Gracias.
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LA
La historia de la expansión del islam es realmente fascinante. Sobre todo si tenemos en cuenta que nada más enterrar a Mahoma comenzaron con divisiones, rencillas, disputas, guerras civiles y conflictos internos derivados en la aparición de sectas y sectas de sectas ad infinitum. Y se mantuvieron durante toda la existencia del califato hasta que lo minaron y destruyeron. Los árabes musulmanes contemporáneos han conservado esa tendencia típica a la discordia intestina, pero han perdido todo el dinamismo y empuje de los primeros conversos.
Es verdad Luis, en ningún momento aseveras lo que pretendo creer que has dicho.
http://tresmontes7.files.wordpress.com/2011/04/20070718klparthis_13_ees_sco-exp-islam.png
He aquí un mapa de la expansión.
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LA
Bueno, Remy. Que no tenga tiempo hasta mañana por la tarde para refutar lo que yo afirmo en el artículo, puedo creerlo sin problemas. Me sorprende más que no halle recursos para saber lo que es un jacobino. Pero, vamos... para ayudar estamos:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jacobinos
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=jacobino
http://enciclopedia.us.es/index.php/Jacobino
http://es.wikipedia.org/wiki/El_Terror
Se refiere a esta definición???
Bien no me identifico con ninguna de las deficiones que usted ha puesto, me adecuo mas a la definición que he puesto yo.
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LA
Estupendo, porque todas son la misma definición (por lo visto no era tan falsa...); qué bueno ver que podemos estar de acuerdo en algo.
Soy partidario de una revolución, pero en la que estemos todos, y todos vayamos a crear una España grande y no esta mediocre que nos ha tocado vivir.
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LA
Pues buena suerte. Cuando uno ama su tierra, lo primero que entiende es que España no la hemos inventado nosotros, sino que es una herencia que recibimos. Conocer su historia, y lo que nuestros ancestros consideraban qué era o en qué se fundamentaba España es uno de los objetivos de esta humilde serie sobre el reino godo de España que termina con la batalla de Guadalete
Remy, por sus comentario juzgaría que siente de la edad de su “tocayo” (decimos por acá en México) de las caricaturas de TV. Si tiene algo inteligente que decir o debatir por favor deje de hablar en tonos infantiles o dar argumentos tontos como decir que hay muchas Virgenes Marías o que “subió" al cielo en 1950. Si quiere que lo traten como adulto escriba como adulto y deje las niñadas para otro lugar.
"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño."
Mis definiciones, para entendernos:
"Hispania": nombre latino del conjunto de provincias romanas en territorio de la península ibérica e islas adyacentes; el nombre continuó aplicándose al territorio que en la misma península ocupó el reino germánico de los godos.
"España": derivado de "Hispania". Nombre del ente político (Estado) que junto con Portugal ocupan actualmente la península ibérica. Existe desde que a fines del s.XV se unieron las coronas de Castilla y Aragón.
Según estas definiciones habrá coincidencia geográfica entre las voces "Hispania" y "las Españas", comprensivas estas de todos sus reinos, principados y señoríos (medievales). Pero no hai coincidencia política entre "Hispania" y "España".
A los dos primeros párrafos de su respuesta no entraré pq ahora importan poco. Con su último párrafo mi coincidencia es bastante.
Pero, a lo que ahora importa, dice Vd: "El día que se perdió España". Pues no señor, el 19 de Julio del 711 no se perdió España; lo que se perdió para siempre fue el reino de los godos en Hispania. ¿Dejando huella?. Si, claro. En 300 años se deja alguna huella.
El resto se irá viendo, pq leeré sus próximos capítulos con ganas, no con paciencia.
Buenas noches.
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LA
Precisamente, establecer una ruptura fundamental entre ese reino godo de Hispania, y la España de los Reyes Católicos es una hipótesis historiográfica moderna, que no casa bien con los datos históricos.
Los documentos contemporáneos de 589-711 utilizan en varias ocasiones Hispaniarum rex como sinónimo de rey godo e Hispania como sinónimo del reino godo. Hacía muchos años que el imperio romano de Occidente había desaparecido. No se referían a una diócesis imperial que ya había sido olvidada.
Las crónicas altomedievales cristianas cuando hablan del final del reino godo emplean el término Hispania. Vuelvo a citar aquí un fragmento de la Crónica Mozárabe (754) que ya puse como nota al pie: "Pues aunque todos sus miembros se convirtiesen en lengua, no podría de ninguna manera la naturaleza humana referir la ruina de España, ni tantos ni tan grandes males como esta soportó."
Si se toma la molestia de leer la crónica de Alfonso III, o la Silense, o la profética, o la de Sampiro, todas ellas emplean el mismo término con el mismo significado: para los autores del siglo IX y X, reino de los godos era lo mismo que Hispania.
En cuanto a la continuidad entre ese reino godo y lo que después conocemos como España, queda definida a través de las páginas de la Crónica de Alfonso III, donde expresamente se establece una continuidad entre el reino godo de España y el reino astur-leonés. En el propio texto del artículo explico que esa continuidad es en parte real (hubo emigración mozárabe- o sea hispanogoda- al reino astur desde el principio) y en parte una construcción "ideológica" que interesaba al rey Alfonso III como forma de legitimación. Lo que no se puede negar, porque las fuentes están ahí, es que la corte leonesa del año 883 se consideraba heredera de los godos. Puede comprobarlo directamente en la fuente.
Desde esa continuidad arrogada por Alfonso III todos los reyes de León, y los de Castilla se considerarán herederos legítimos de los reyes godos, y llevarán constantemente la idea de una España unida perdida en Guadalete, y cuya reconquista es una cruzada obligada para los herederos de los godos.
Y esa idea de una España que antecede a los reinos cristianos del norte no es privativa de León-Castilla. Sancho el Mayor se intitulará "Rex Hispaniarum" cuando logre tener bajo su dominio todos los estados cristianos excepto el condado de Barcelona, allá por el 1035; Alfonso VI se llamará a sí mismo "Imperator Hispaniae" tras sus victorias contra los almorávides; ante el papa, los cardenales medievales de Portugal, León, Castilla, Navarra, Aragón y Barcelona formaban el colegio "hispánico"; el rey Jaime I de Aragón y conde de Barcelona, describe en su crónica (escrita a finales del siglo XIII) a Cataluña como "el reino mejor, más honrado y más noble que en la más honrada tierra de España existe". Y así podríamos citar un buen puñado de testimonios medievales de que la idea de una España previa a la invasión musulmana, un reino unido y cristiano a cuya restitución estaban obligados los monarcas católicos, estaba bien presente en la mentalidad de la época (otra cosa es que esos soberanos cumpliesen esa teórica obligación o no). Le invito a que consulte las fuentes para comprobar la veracidad de lo que le digo.
Cuando los Reyes Católicos unifican castilla y Aragón, conquistan Granada, incorporan Navarra y tratan de unir Portugal por medio de enlaces matrimoniales, no lo hacen por azar. Estaban, de forma perfectamente consciente, siguiendo una tradición de "reconquista" presente en sus ancestros más antiguos, se sentían reparadores de la rota de Guadalete de 711. Eso no quiere decir que la Corona que heredó Carlos I fuese en todo igual al concepto de monarquía de los godos, ni mucho menos. Pero sí existió a lo largo de toda la edad media (cuando menos desde 754) una idea de continuidad del reino godo de España entre los cristianos de la península. Un reino por cuya pérdida suspiraban los trovadores y hacían admoniciones los clérigos. Una España católica que subsistía, de forma más o menos alterada, en cada comunidad cristiana hispana que se libró del dominio musulmán.
He aquí un mapa de la hispania antes del establecimiento musulman.
Como vemos hay un división heredada de los romanos (Tarraconensis), Baetica (tambien heredades de los romanos), Lusitania, tambien heredada de los romanos que comprede las actuales Portugal y Extremadura.
La zona norte, ocupada por los irreductibles de siempre, que fueron colonizados por los suevos antes de que entraran los visigodos.
Carthaginensis, ocupada por el imperido bizantino e imponiendo su ortodoxia.
Suponer que el imperio visigodo hizo desaparecer toda la cultura anterior es mucho suponer.
Y si somos heredereros de los visigodos, al igual que de los musulmanes que estuvieron aquí, de los suevos, alanos, fenicios, cartagineses, romanos.
Suponer que la identidad cultural actual de España no es la suma de todas las culturas precedentes es ponerse una venda en los ojos Dani.
¿Llamarias actualmente a Persia Iran?NO!!!
¿Llamarias actualmente a Abisinia Etiopia?NO!!!!
¿Llamarias acutalmente a Yugoslavia Bosnia y Herzegovina,Croacia,Eslovenia, República de Macedonia,
Montenegro, Serbia, Kosovo?
Verdad que no, por que los paises han cambiado y las realidades tambien, la hispania visigótica no es la España actual, no hay una linea directa que una ambas realidades, somos heredereos, si, pero no hermanos directos.
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LA
Hemos avanzado algo. Ahora ya conoce la división provincial de la diócesis de Hispania hecha por el emperador Diocleciano. Si consigo que mis lectores se interesen por la historia de España, daré por bien empleado el tiempo invertido en este y otros artículos. Para conocer la relación entre la latinidad romana y su fusión con los germanos godos en España a lo largo del periodo 507-711 tengo escritos varios artículos anteriores en el epígrafe "Historia de las Españas" en esta misma bitácora.
Como ya me ha manifestado que no considera muy dignas de crédito mis recensiones, le aconsejo que consulte manuales y tratados específicos sobre nuestra historia antigua y medieval, que los hay muy buenos. Desde los clásicos de Menéndez Pidal, Sánchez Albornoz o Américo Castro, pasando por Vicens Vives, Aguado, y otros más modernos, como la colección dirigida por Tuñón de Lara.
Sí les ruego a todos los participantes que no empiecen a meter morcillas ideólogo-políticas postmodernas retrospectivas, tan caras a la historiografía contemporánea sobre el último siglo de la historia de España. Me da mucha pereza. Este es un artículo de historia antigua y medieval.
En primer lugar, has cometido blasfemia por escribir dios en minúscula.
En segundo lugar, esta afirmación deja en muy mal lugar al genero humano, siendo un mero juguete en manos de un ente sobrenatural. Con esta afirmación estas equiparando a tu dios con los dioses romanos y griegos, por que eran ellos los que manejaban a la humanidad a su antojo al igual que tu dices.
zomby
Zombie está mucho mejor escrito.
Lo fue y lo será porque no puede ser de otro modo
Demuestre esta afirmación.
Pues puedes darte por satisfecho ya que, estoy segura, no soy la única persona a la que gracias a tus artículos se la ha despertado el interés por este periodo de la historia de España. La serie es estupenda, y muy de agradecer el mucho trabajo y las molestias que te has tomado para informarnos al resto. Mil gracias.
Un cordial saludo.
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LA
Me alegro de que sea así.
un cordial saludo
(Por cierto, "Hispaniarum" ¿no es plurar?."Hispaniarum rex"=rey de las Hispanias, o de las Españas si Vd. quiere, ¿no?).
Si, claro, hay una Hispania que antecede a los reinos cristianos del norte. Sigue habiendola hoy. En tiempo romano fue una referencia geográfica dividida en varias unidades administrativas de un imperio. Con los godos pasó a ser también una referencia política: un reino unificado y autónomo. Actualmente está dividida en dos entidades políticas (estados). Todo eso lo sabemos; pero, ¿qué conclusiones debemos sacar de este hecho?. ¿Por acaso -déjeme que le pregunte ya- el hecho de su permanente existencia evidencia ante nuestros ojos un providencial destino manifiesto?.
Yo sigo manteniendo que el 11.7.711 el reino de los godos en Hispania se perdió para siempre, agotado en si mismo. Para siempre. La razón de su existencia, desenvolvimiento y posibilidad, se perdió para no volver ni bajo aquella forma ni bajo otra. Pero "establecer una ruptura fundamental -¿qué quiere decir fundamental en este caso?- entre el reino godo de Hispania -me gusta la expresión 'reino godo de Hispania'- y la España de los Reyes Católicos" es algo que no he hecho, pq no quiero hacer eso. Naturalmente que hay alguna forma de continuidad también entre etapas históricas separadas por grandes cataclismos como fueron los casos de la invasión árabe, y antes de ella las invasiones germánicas, y antes las invasiónes romanas, y después la guerra contra Napoleón, y después la pasada guerra civil. Y el mundo anterior a estos cataclísmos desapareció sumiendose en el nuevo, en mayor o menor grado, según sus capacidades.
Otras cosas serán las conveniencias de los distintos y sucesivos regímenes políticos, que calcetando ideología ad hoc buscarán legitimarse, afirmarse, imponerse, reclamándose legítimos herederos de un pasado frecuentemente idealizado.
Me trae sin cuidado si coincido con historiografía nueva o vieja. Yo sólo quiero reponder a mis preguntas.
Ya he ocupado mucho sitio y es tarde. Buenas noches.
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LA
Gundín, usted mismo se hace preguntas para cuya contestación se rebasan los límites de esta serie de artículos. Le invito a leer los hechos, y usted mismo podrá deducir cuánto, y en que medida, aquel reino godo de Hispania pasó de forma fiel o modificada, al imaginario de los cristianos medievales de la península ibérica.
Uno puede suponer, como se ha debatido entre los historiadores, si aquella herencia reclamada es genuina, inventada, o un poco de cada, pero lo que es imposible negar, porque ahí están los textos originales, es que desde 754 de forma implícita, y desde 883 de forma explícita, tanto los mozárabes que vivían en territorio musulmán como los cristianos del reino Astur Leonés se sentían herederos de aquel reino. Y la España de los Reyes Católicos recogió mucho de la forma de entender el concepto de patria tanto de los mozárabes como del reino leonés.
La interpretación del alcance real de esa identificación con los godos existente entre los cristianos hispanos medievales puede usted hacerla como le parezca más adecuado, como cualquier lector puede hacer.
Lo que me parece absurdo seguir discutiendo es la existencia de esa identificación, porque está presente explícitamente en las fuentes medievales. Negar esa existencia no es discusión historiográfica, sino ceguera voluntaria.
Por otra parte, el providencialismo (o eso que llama usted "el destino manifiesto", expresión bastante moderna) lo cito porque está recogido explícitamente en las crónicas cristianas de los siglos IX a XI como causa de la derrota de Guadalete, y fracaso del reino godo. Pretender hacer una recensión sobre las fuentes que narran esta historia y no hablar del providencialismo dejaría una laguna fundamental para entender los hechos posteriores. Si no se acepta la motivación religosa, no se entiende la guerra del reino leonés contra el califato de Córdoba.
Las razones que aportan los contemporáneos están ahí, Gudín, y no por citarlas uno se posiciona a favor o en contra de ellas. El método científico historiográfico exige citar los valores y argumentos de los contemporáneos para explicar las causas de los acontecimientos. Ocultar eso es hacer una mala praxis historiográfica. Peor aún si se hace por disconformidad personal ideológica o espiritual con el redactor de una crónica del siglo IX. Vale tanto como si pretendiera explicar la expansión del califato árabe en los siglo VII y VIII orillando la motivación religiosa y tratando de utilizar solo criterios económicos al estilo de la escuela materialista. Sería incorrecto, deficiente y hasta absurdo.
Buenas noches.
A ver, Luis ha señalado la Crónica de Alfonso III, "donde expresamente se establece una continuidad entre el reino godo de España y el reino astur-leonés". Debe ser que los autores de la época, se lo inventaron o que la Crónica no existe. Los revisionistas van a enmendar la plana a los de entonces...¡increible!.
Yo le copio textualmente, lo siguiente:
Las actuaciones de Alfonso II el Casto "-y no debemos olvidar que esto lo sabemos por un cronista en un texto redactado medio diglo después de concluir su reinado- se encaminaron a reproducir todo el antiguo esplendor de lo visigodo: creación de instituiciones civiles y culturales...Los posteriores monarcas asturianos dibujarán con precisión el perfil del nuevo reino: tradición romanano-goda, monarquía de origen divino, legitimación de sus orígenes en la herencia visigoda, defensa de la fe y del pueblo cristiano y ampliación del reino y restauración de la perdida unidad de España. Este programa va a trasplantarse sin variaciones al ideario político de la corte asentada en León..." (pp. 25-26).
Puente López, Juan Luis; "Reyes y Reinas del Reino de León". Ed Edilesa. León 2010.
Venga usted a León o a Asturias a cuestionar nuestra historia, que ya verá lo bien que le recibimos.
Pero no es en ese punto donde yo incidí. Lo que yo he puesto enfáticamente en duda es la afirmación -que tengo por retórica, no histórica- que se perdiera España el 19.7.711 con la pérdida del reino de los godos en Hispania.
Concreto este mi punto de vista y acabo.
Si no tengo mal las fechas creo que el reino godo en Hispania se consolidó como poder político en el 573, con Leovigildo. Antes de esa fecha los godos ni siquiera habían alcanzado la hegemonía en la península, no habían acabadó el trabajo que les encomendaran: dominar a los suevos y compañía que habían cuzado sin permiso los Pirineos en el 409. Y no fue hasta el 624 que expulsaron a los bizantinos de la costa mediterránea. El dominio godo sobre toda la península (no sobre las Baleares) fue de 624 a 711.
De 573 a 711 son cuatro generaciones: la gallaecia solo conoció cuatro generaciones de dominio godo. De 624 a 711 son tres generaciones: los dominios bizantinos en levante conocieron tres generaciones de señorío godo. En tiempo, eso fue todo. Claro que en tan poco tiempo se pueden hacer muchas cosas. ¿Cuáles fueron ellas?.
¿Cuál es la lengua que podemos llamar nativa?. Pues una o dos romances, y no un dialecto del germánico.
¿Qué religión tienen mayoritariamente, los que alguna tienen?. Creo que la católico romana, no arriana oriental.
¿Un escandinavo nos tiene por parientes germánicos o por latinos?. Y así sucesivamente..
Y es que por debajo de la pequeña superestructura (milicia, burocracia, ect.) impuesta por los nuevos señores godos seguiría habiendo los decaidos, empobrecidos, ruralizados, reducidos, hispanoromanos en gran mayoría.
¿Qué el rey de León quería ser godo?. Pués que lo fuese. ¡A mi qué me importa!. Se lo digo yo, que por apellido, color, formas, gestos y caracter puedo pasar por germánico. Pues le soy gallego de arriba abajo: un invento romano.
Dna. Ana, ¡buff!. Mire ben, que eu non impoño. Só poño...orde.
Encantado, Sr. Amorós.
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LA
En conjunto los datos que aporta son correctos. Para ampliarlos, escribí una serie sobre la monarquía goda en España desde 507 a 711, cuyos artículos puede encontrar aquí.
La expresión "el día que se perdió España" es original de una crónica altomedieval para referirse a este episodio en concreto, y por eso la utilizo como título. Siento que no le guste a usted o que no comparta la valoración del cronista del siglo VIII ¡qué le vamos a hacer!
La interpretación sobre el impacto de los godos sobre Hispania es muy legítimamente discutible, para eso escribí esos artículos. Este en concreto trata de la batalla de Guadalete, y entre otras cosas valora lo que supuso para los cristianos medievales del norte de España, aportando los testimonios directos de las crónicas.
Lo que a usted le parezca que el rey de León se considerara heredero directo de los godos... pues es cosa suya, claro. La interpretación de los hechos es libre. Podrá ser más o menos atinada, pero a mí me parece legítimo que usted esté de acuerdo con Alfonso III o no lo esté en absoluto.
Encantado, sr. Gundín
La idea de una nación española, entendida como comunidad cultural e identitaria, pues la idea politica de la nacion no llega hasta la revolucion francesa,se manifiesta durante toda la edad media, asi en el 785 las cronicas francesas hablan de las disputas entre obispos españoles y dicen: "“Felix, natione Hispanus, ab Elipando, Toleti episcopo, per litteras consultus, quid de humanitate salvatoris dei et domini nostri Iesu Christi sentire debret…”. Por cierto en las cronicas francas, al igual que en las godas usan el termino español(hispani) y godo(gothi) indistintamente para denominar a las gentes del reino godo.Tambien al Rey de Toledo le llaman siempre Rey de España.La cronica mozarabe del 754 a Don Rodrigo le llama simplemente Rex Spaniae.Pero este termino nunca es usado oficialmente,el termino constitucional del reino es Rex,gens vel patria gothorum.Termino k siguen usando los asturianos, los cuales ademas de Pamploneses y catalanes siguen usando el Libe Iudiciorum(derecho godo), la liturgia goda, el emblema nacional del reino: la Cruz visigoda, cruz k aragon y asturias mantienen en su escudo,la letra goda,la antroponimia germanica...Los cristianos norteños descienden de la monarquia unificada etnicamente de los godos.Y asi se sienten ellos, icnluidos los Pamploneses los menos godos de todos los norteños.
Además el pasado godo más allá de la realidad cultural e identitaria que dejó durante toda la edad media cristiana tuvo práctica politica, el llamado Imperio Hispanico, el cual solo con Sancho III de pamplona, Alfonso VI de leon, Alfonso I el batallador de aragon y Alfonso VII de Leon "El emperador" tuvo vigencia real. El Imperio hispanico fue una creación de la monarquia asturiana/leonesa, como el Sacro Imperio lo fue por la iglesia de Roma,pero llego a tener vigencia.Asi Alfonso VII fue coronado emperador de España ante todos los reyes de España y del sur de francia (la llamada francia gotica o Espanya la menor) que se declararon vasallos de su imperio.Este Imperio hispanico no consiguio mantenerse pero teoricamente seguia defendiendose así:Vicente Hispano deán de la catedral de Lisboa,reivindicó en la universidad de Paris que España era imperio por sí misma al haberse rehecho por el valor y los méritos de conquista de sus habitantes: «...meritis et probitate...sed soli yspani virtute sua obtinuerunt imperium et episcopos elegerunt...»
Esta idea imperial era la traduccion politica de España en la epoca feudal.
Asi mismo España estuvo a punto de unirse en un solo reino (cosa que no paso exactamente con los reyes catolicos pues ellos crearon una Corona no un reino, pues la Monarquia Española era una entidad mas bien confederal politicamente hablando)con el matrimonio de Alfonso I y Urraca, la hija de Alfonso VI este matrimonio se planeó para unir en un solo reino toda España pero no se pudo conseguir por tramas nobiliarias.
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En sentido moderno del término, no.
El estado moderno surge a partir del concepto de absolutismo de Jean Bodin y posteriormente del primer liberal, Hobbes, entre finales del siglo XVI y mediados del XVII. La Francia absolutista es considerada el primero. Los estados-nación contemporáneos no nacen hasta finales del siglo XVIII con la revolución liberal de Francia.
Creo que lo que el comentarista anterior quiere decir es que el imperio hispánico soñado por Alfonso VI pretendía unir bajo un mismo fuero (una misma ley) a todos sus vasallos de la península, mientras que los reyes católicos simplemente concentraron en su persona la titularidad de todas las coronas de diversos reinos, que en su funcionamiento legal y político eran autónomos.
Sirva como ejemplo el hecho de que cuando una persona en Barcelona o en La Coruña, o en Valladolid, o en Jaén, etc, no estaba de acuerdo con alguna sentencia dictada por alguna institución judicial ordinaria siempre podía apelar ante el Tribunal Supremo de la época que no era otro que el Rey y su Consejo Real. Y se podía apelar aunque no se tuvieran medios económicos para ello ya que para ello Don Fernando y Doña Isabel crearon la figura de los procuradores fiscales, que vendrían a ser el antecedente de los abogados de oficio.
Todo esto es para decir que los Reyes Católicos crearon un Estado que se mantiene hasta la actualidad (con independencia de que la organización territorial y política de ese Estado creado por ellos haya ido cambiando con el transcurso de los siglos). Gracias por permitirme acceder a su bitácora, don Luis.
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LA
No hay que dar gracias, José. Esta bitácora es pública.
Su apunte ahonda en un problema terminológico que en realidad tiene mucha miga, por cuanto sirve con frecuencia a nacionalismos disgregadores.
Usted define estado como "conjunto de territorios dotados de una autoridad suprema", pero no deja de ser algo arbitrario y aplicado retrospectivamente a algo pretérito. Nadie entonces llamaba estado a eso. Si usted le hubiese preguntado a un español de a pie usando esa definición le hubiese contestado: "eso es la corona".
Lo que existían eran reinos y señoríos. Y reyes y señores (y algunas repúblicas, por cierto, aunque para decepción de los socialistas, eran francamente oligárquicas). Y un teórico emperador en Aquisgrán y un papa.
El primero en llamar al aparato institucional que gobernaba y administraba los reinos "estado" fue Maquiavelo, y como le comentaba en el mensaje anterior, hasta casi un siglo después no apareció el concepto moderno de estado (moderno en sentido historiográfico).
La corona poseía la atribución de la unidad de mando militar, la administración de justicia, la acuñación de moneda, la política exterior y poco más. De hecho, la primera administración propiamente española y (teóricamente) independiente de la corona fue el Tribunal de la Inquisición, que fue el mismo para todos los reinos de la península.
Los Reyes católicos pusieron los cimientos a la reunificación hispana (incompleta, por cierto, por cuanto Portugal y Andorra- y Gibraltar- no se han reunificado aún), pero no crearon un estado. Ese mérito corresponde a sus sucesores los llamados austrias menores y, sobre todo, a los borbones absolutistas.
Le comento esto porque en no pocas ocasiones he leído "perlitas" como la de que España no existió hasta principios del siglo XVIII con los Decretos de Nueva Planta. Por eso hay que hacer hincapié en que lo que sucedió a principios del siglo XVIII con dichos Decretos fue un proceso de centralización de España, que no de creación de España.
Y de aquí saco la idea que quiero transmitir: no se debe caer en el error de confundir Estado con organización interna que pueda adoptar, es decir, porque España no tuviera hasta principios del XVIII una organización interna centralizada, no quiere decir que no existiera como Estado hasta principios del XVIII. Creo que queda claro lo que quiero comunicar.
Me siento muy orgulloso de ser español y de que mi país (no es que me pertenezca sino que yo pertenezco a él) sea uno de los más antiguos del mundo. Le aseguro que a mi no me molesta que se diga que mi país, España, exista desde principios del siglo VI. Gracias.
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LA
Suponía que la confusión vendría por ahí. En efecto, veo que su respuesta es un acto de defensa frente al nacionalismo regional.
Estimado José, es que usted comete un error de base, confundir "España" con "estado", y precisamente lo que yo le vengo a decir es que no hace falta defender que existió un inexistente estado a principios del siglo XVI para defender que hubiese una España.
España (que es la forma castellana de decir Hispania, igual que Espanya es la forma catalana y valenciana, o Espanha la galaico-portuguesa, etc) fue primero un nombre dado a nuestra península por los romanos (el origen es desconocido, pero parece provenir de una voz fenicio-cartaginesa), que la dividieron inicialmente en Citerior y Ulterior y luego como diócesis (dividida en 6 provincias).
De diócesis romana pasó a reino con los visigodos, y a la caída de aquel reino en 711, los árabes le dieron el nombre de Al-Andalus, pero como hubo algunas áreas que jamás dominaron, y otras que lo hicieron brevemente, la correspondencia no es exacta.
En cualquier caso, da igual, porque los autores cristianos, tanto en la península como en el resto de Europa, siempre la conocieron por España.
Y los diversos reinos cristianos de la Reconquista, desde el exterior, eran llamados "españoles". Es curioso constatar como, incluso después de la unificación incompleta de los Reyes Católicos, el nombre oficial de la monarquía era "Monarquía católica". Eran precisamente los extranjeros los que le llamaban "monarquía española". En los austrias menores se empieza a llamar a los reinos unidos "Las Españas", y sólo con los Borbones, en el siglo XVIII, se le empieza a llamar "Reino de España".
Y nadie le puede privar de sentirse orgulloso de ser español (siempre que eso no le haga caer en idolatría y mucho menos en odio o rechazo a quien no lo es).
No se preocupe, don José. Le están engañando con tecnicismos tramposos y retrospectivos. No importa que, efectivamente, no existiera un "estado" en el sentido estricto del término hasta bien entrado el siglo XVII: en el resto de Europa y del mundo pasaba lo mismo. Los franceses fueron los pioneros y apenas aventajaron en pocas décadas a la monarquía hispana.
Lo de que no se pueda hablar de estado hasta que este no se dota de una constitución no es sino miopía arrogante del liberalismo. España estaba mucho antes que el liberalismo constitucional, y (espero), le sobrevivirá cuando este haya desaparecido (sí, pasará, como muchos otros regímenes, aunque ahora nos parezca la pera y el fin de la historia; somos presas del cronocentrismo y eurocentrismo a partes iguales).
España ha sido diócesis, reino, reinos, corona y nuevamente reino. Y luego estado. Pero eso es secundario. España es más que una forma de organización administrativa concreta, o unas fronteras concretas. El nacionalismo (ojo, no sólo hay catalán, vasco o gallego, sino también español, portugués, francés, alemán, italiano, estadounidense, etc) es el inventor de la obsesión cartesiana de corresponder naciones con estados y con fronteras.
Empleando el mismo argumento, dígale usted a sus impugnadores nacionalistas que si España no fue un estado hasta Felipe V, entonces Cataluña y Vasconia no lo han sido nunca. No vale comparar estados modernos con condados medievales: peras con peras y manzanas con manzanas.
De todas formas, si yo fuera usted, no lloraría por la unidad de España amenazada sino por su apostasía cierta.
Un saludo.
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LA
Aunque ha habido diversas aproximaciones, yo diría que probablemente la más aceptada es la de definir estado como el conjunto de instituciones públicas que regulan la organización de una sociedad por medio de la promulgación de una legislación y la fuerza coercitiva para hacerla cumplir, y que está bajo la dirección de una autoridad (la sabiduría reconocida como fuente de derecho) y la potestad correspondiente (la fuerza necesaria para hacer cumplir las leyes).
Como es una definición de ciencia política, no ha lugar a opiniones personales. Un estado es eso (aunque ya digo que diversos autores hacen acotaciones o ligeras variaciones en algunos aspectos de la definición anterior). Y en su formulación consciente comienza- como ya le comenté- a partir del siglo XVI, por lo que todo lo que existiera anteriormente se llama estado de forma retrospectiva y por aproximación, no propiamente.
Un saludo.
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