¿El peor de los sistemas?
Conocida es la frase de Churchill de que la democracia es el peor de los sistemas políticos, exceptuando a todos los demás. Los atenienses, inventores del término “democracia” (gobierno del pueblo), lo entendían como la forma de gobierno en la cual todos los ciudadanos (que no era lo mismo que los habitantes) podían elegir y ser elegidos para cualquier magistratura; algunas de ellas, como los jurados, eran ocupadas por todos los atenienses por turno anual. Nuestro actual sistema de gobierno, no obstante, es una variante de la democracia liberal surgida de la revolución francesa, caracterizada por la canalización de toda la representación política a través de los partidos.
En la difícil situación actual vivimos también una profunda crisis de nuestro sistema de partidos, que ha perdido la confianza de una buena parte de la población en su capacidad de ejercer un gobierno eficaz, honrado y justo. La Iglesia enseña que la administración de los recursos públicos debe ir inexcusablemente dirigida hacia el Bien Común por encima de otra consideración.
Tanto a aquellos que aun crean en la validez de nuestro sistema político, aplicando las reformas precisas, como los que hayan perdido toda esperanza en él, les consolará saber que no son los primeros que han tenido problemas con la credibilidad de sus gobernantes, más o menos legítimamente elegidos. En el artículo de hoy vamos a repasar citas de autores, algunos de ellos muy célebres, acerca de la democracia. Confío que, además de mover a la reflexión (o a la crítica), podamos esbozar siquiera sea una sonrisa al ver los pensamientos que a lo largo de la historia ha despertado a muchos, y que quizá no sean tan distintos a los que a nosotros hoy nos pueden provocar.
El filósofo Aristóteles (384-322 a.C), discípulo de Platón y preceptor del rey macedonio Alejandro el Magno, opinaba que “cuanto más democrática se vuelve una democracia, más tiende a ser gobernada por la plebe, degenerando en tiranía”. Otro filósofo, este romano, el estoico Lucio Anneo Séneca (4 a.C-65 d.C), tutor del emperador Nerón, decía que “la opinión de la multitud es indicio de lo peor”. Muy interesante es lo que enseñaba el obispo san Agustín de Hipona (354-430) a propósito de la forma de gobierno democrática: “si un pueblo es razonable, serio, muy vigilante en la defensa del bien común, es bueno promulgar una ley que permita a ese pueblo darse a sí mismo sus propios magistrados para administrar los asuntos públicos. Con todo, si ese pueblo poco a poco se degrada, si su sufragio se convierte en algo venal, si le da el gobierno a personas escandalosas y criminales, entonces resulta conveniente quitarle la facultad de conferir honores y volver al juicio de un pequeño grupo de hombres de bien”.
La Ilustración fue el período de plasmación de la democracia liberal. A propósito de la misma, el filósofo suizo Jean Jacques Rousseau (1712-1778) escribía que “si se toma el término con todo el rigor de su acepción, no existió nunca una verdadera democracia, ni existirá jamás. Va contra el orden natural que la mayoría gobierne y que la minoría sea gobernada”. Del escritor francés Pierre Claude Victoire Boiste (1765-1824) es la definición “la democracia es la subdivisión de la tiranía entre varios ciudadanos”.
La experiencia con las democracias liberales triunfantes en Occidente suscita en el siglo XIX muchas sentencias al respecto. Otro suizo, el filósofo Henry F. Amiel (1821-1881) opinaba que “la democracia descansa sobre esta ficción legal por la cual la mayoría no sólo dispone de la fuerza sino también de la razón; que posee al mismo tiempo sabiduría y derecho”, mientras el psicólogo social Gustave Le Bon (1841-1931) decía que “un país gobernado por la opinión no lo está por la competencia”. El francés Robert Pellevé de La Motte-Ango, marques de Flers, dramaturgo (1872-1927) afirmaba que: “la democracia es el nombre que le damos al pueblo cada vez que lo necesitamos”. El liberal de la unificación italiana, Carlo Bini, sentenciaba “quien no sabe gobernar es siempre un usurpador”.
Ya en el siglo XX, uno de los filones de frases célebres es sin duda el escritor irlandés George Bernard Shaw (1856-1950), “fabiano” (socialista no revolucionario), vegetariano y siempre controvertido, al que a propósito de este tema se le atribuyen varias citas: “La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos"; “la democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección debida a una mayoría incompetente", y la corrosiva “los políticos y los pañales se han de cambiar frecuentemente, y por idénticos motivos”. Del propio Winston Churchill (1874-1965) es la demoledora frase “el mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio”.
El escritor alemán Hermann Hesse (1877-1962) dejó escrito que “la masa no es buena ni mala, sino indolente, y no hay nada que odie tanto como las llamadas a la conciencia”. Otro escritor, el socialista francés Anatole France (1844-1924) fue el autor de aquella célebre “una necedad repetida por treinta y seis millones de bocas no deja de ser una necedad”. El ruso-francés Vladimir Volkoff (1932-2005), escritor e intelectual cristiano ortodoxo escribió “la definición de “El Pueblo” consiste en sustituir a una cantidad de personas distintas y bien reales por una sola persona perfectamente imaginaria”, y “la democracia ya no es más un sistema de designación de gobernantes, ahora es un cuerpo de doctrina infalible y obligatoria, y tiene su catecismo: los derechos del hombre, y fuera de los derechos del hombre, no hay salvación”.
Terminamos con una sentencia de nuestro actual pontífice Benedicto XVI (n. 1927): “la verdad no se determina mediante un voto de la mayoría”.
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82 comentarios
El peor de los sistemas es la tiranía, Platón dixit (y con el que estoy de acuerdo), en el que suele desembocar la democracia cuando se convierte en demagogia (cosa que parece ser inevitable).
Un cordial saludo.
- "El Rey" (Du roi);
- "Por qué soy medianamente democrático"
http://sites.google.com/site/tollersjack/jacktollers
Saludos.
Muy interesantes las citas que aportas, todas hoy perfectamente asumibles por cualquiera que sea consciente de las profundas limitaciones de este sistema político.
Con relativa independencia en cuanto a su modo de articulación, todo sistema político tiene que partir de un a priori sobre el que construir su acción. Este a priori es lo que clásicamente denominamos Bien Común. Mientras esta realidad no quede perfectamente explicitada, el sistema político, sea cual sea, fallará por su base.
Por otra parte, existe el problema de la idoneidad de los gobernantes: ¿quién nos debe gobernar? Está claro en mi opinión que el mejor sistema político es aquel dirigido por los mejores. Pero esta aristocracia no debe ser entendida como formada por aquellos miembros privilegiados por condiciones ajenas a su aptitud moral e intelectual. Serán mejores aquellos que sean buenos, es decir, aquellos que sirvan mejor al Bien Común, ejercicio que es ante todo no una mera capacidad profesional, sino una aptitud moral.
En fin, casi como ahora... Eso sí, por favor, no idolatricemos a la democracia. La democracia será lo que seamos como individuos; cuando éstos se sientan merecedores de algo más adecuado a sus aspiraciones, aquélla cambiará radicalmente.
El problema es cuando ese Bien Común se entiende como lo que prefiere una mayoría, y ya estamos viendo como además, mediante la oportuna manipulación, se puede cambiar el juicio moral sobre cuentiones que atañen al Bien Común.
Por otra parte, estoy de acuerdo contigo en que para que la democracia fuera lo deseable, tendría que ser como lo que señalaba San Agustín, respecto al pueblo, y como señalaba Platón respecto a los gobernantes, en el sentido de sabios.
De acuerdo en lo que señalas al final, salvo por la cuestión de que es "la pescadilla que se muerde la cola"; una vez en el poder, ya se encargan esos "gobernantes" de que el pueblo no sea capaz de aspirar a nada mejor. Lo estamos viendo, y para ello se sirven, como ya he dicho, de la debida manipulación mediante los diversos medios a su alcance, como los medios de comunicación, etc... Será verdad que al final, cada pueblo tiene los gobernantes que se merece.
Un cordial saludo.
Así es. Según se conciba ese Bien Común, así será la acción política que lo intente reflejar. No es lo mismo una noción de Bien que se considere fruto de un acuerdo circunstancial, revisable indefinidamente según los intereses de las partes en cuestión, que otra como verdad inmutable o connatural con el ser humano. No es lo mismo una noción de Bien que arranque de una determinada antropología que de otra, por ejemplo.
Es cierto que la manipulación de las estructuras de poder (que no son siempre de naturaleza política, pues suelen ser también financieras, empresariales, culturales, etc.) sobre los gobernados es un hecho. Pero también no es menos cierto que en todo ser humano existe la capacidad para discernir si su vida es satisfactoria o no, si lo que le proponen es bueno o no para sí. Y esto no es tan fácil de alienar, pues reside en nuestra misma naturaleza. Echando un vistazo a la Historia, parece que no hay nada más fácil que engañar a la "masa". Sí y no. Creo que es de Churchill la famosa sentencia, que no recuerdo en su literalidad, pero que venía a decir: "unos pocos pueden engañar a muchos, pero sólo durante poco tiempo." Es así. Cuando un país entra en barrena, no digamos si es toda una civilización, la culpa no es achacable sólo a su sistema político.
Salvando, como bien señala Eduardo, todos las limitaciones inherentes al sistema, me gustaría comentar de forma breve dos aspectos.
1)Muchas de las críticas que se hacen sobre la democracia como, por ejemplo, el peligro del gobierno de la masa no preparada, pienso que son perfectamente aplicables a los demás sistemas de gobierno. Al final ¿Cómo y sobre todo quién es el que decidiría que alguien es lo suficientemente competente para gobernar? y ¿qué ocurre si luego demuestro ser menos apto que lo que se suponía?.
2)Para mi, la democracia, tiene como mayor ventaja, la introducción de la posibilidad "teórica" de un cambio de gobierno/gobernantes, sin necesidad de pasar por algún tipo de proceso revolucionario, guerra civil o análogos, cómo sistemáticamente ha venido ocurriendo en nuestra historia.
Un saludo atento
Sin duda, empezando por el final de tu comentario, esa es la gran baza a favor de la democracia: la sucesión pacífica de sus gobernantes. Lo malo es que esa sucesión pacífica se convierte con el paso del tiempo en monolitismo, pues los que se van sucediendo son indistinguibles unos de otros a efectos prácticos de su acción política, lo cual no es necesariamente bueno, sobre todo cuando su gobierno es pernicioso para la sociedad a la que rigen.
Y en cuanto a los problemas de elección de los gobernantes más idóneos, estos son, sin duda, los de más difícil resolución. Tanto es así que, a pesar de la historia milenaria de las sociedades humanas, las soluciones que se han ensayado dejan mucho que desear. Aquí, creo, nos tenemos que remitir a la naturaleza falible o pecadora del hombre. Sólo desde la mejor formación humana y académica se puede controlar un tanto esa tendencia al pecado. Y aquí volvemos al tema del Bien Común. Una noción de Bien que sea verdadera, es decir, verdadero Bien, podrá permitir las bases de esa formación moral humana integral que reduzca al menos el riesgo de nuestra vulnerabilidad consustancial.
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Claro que no. Ni falta que hace que lo diga el Papa. Muchos pensadores lo han dicho también.(De todos modos, creo que las demoicracias no aspiran a tanto como determinar la Verdad mediante mayorías)
Y bueno es también, por supuesto, no idolatrar un sistema tan corrupto comp éste.
Pero, en su lugar, ¿qué proponéis? ¿Hay algo realmente menos malo?
Claro que la culpa no es solamente de un sistema, y lo hemos visto en este tiempo de bonanza económica. Salvo excepciones y con lo injusto que sea generalizar, ¿se ha visto que la prosperidad económica fuera utilizada para mejorar cultural, intelectual o espiritualmente?. No. Más bien lo que ha pasado es, por ejemplo que en vez de ver los programas telebasura desde un televisor, lo hacían desde dos o tres. Y no nos engañemos, la vida facilona, cómoda, el no pensar, la ausencia de compromisos, de valores, etc...es lo que parece querer, en general, la gente. El personajillo ese, cuyas iniciales son B.E., como modelo a imitar...; visto lo visto al final, tenemos lo que nos merecemos.
Un cordial saludo.
Un saludo cordial, Ana.
De la experiencia habrá que aprender siempre. No sé cuál es el sistema político menos malo; es posible que dependa del momento histórico, y no sólo del sistema per se. Tras la II República y una Guerra Civil de años, lo mejor fue el régimen instaurado por Franco, y esta opinión no me hace defensor o detractor necesariamente ni de la democracia ni de un régimen autoritario de raíz militar.
Quizá haya que purificar los vicios de la democracia a medida que van apareciendo. Así, cómo evitar el insidioso fenómeno de las castas políticas, cómo ejercer de un modo más directo el control sobre los representantes por parte de la ciudadanía, cómo establecer mecanismos de control sobre el ejecutivo cuando éste intente legislar sobre ámbitos que no corresponden a su competencia y que afectan a los derechos fundamentales de las personas como tales individuos, etc., etc.
(Y, por cierto, perdón, -esta vez me he dado cuenta por ti, Yolanda; gracias por tu discreción- el verbo es idolatrar, no idolatrizar. Con el ordenador escribimos más rápido que pensamos.)
Estas dos características no se dan en el sistema actual que rige en España. España, no es una democracia, sino una oligarquía.
Por otra parte, el liberalismo es una cosa y la democracia es otra. De hecho, ciertos liberales son críticos con el dogmatismo democrático, por ejemplo, Aron, Popper y Hayek.
La democracia lo único que permite es el cambio de gobierno sin derramamiento de sangre.
Aparte está el que en España hemos estado mal acostumbrados, y lo cierto es que las grandes figuras de la Historia que nos han dado o grandeza histórica o desarrollo económico han sido grandes Reyes con mucho poder, o dictadores.
Por lo que sea, nos están convenciendo de lo contrario, pero lo cierto es que han sido las clases políticas las que nos han llevado a la ruina cuando han tenido poder. En la restauración, primera república, diversos gobernantes ilustrados y no digamos la clase política de la II República que nos llevó al horror.
Basta ya de echar la culpa farisaicamente a los generales, porque ellos fueron consecuencia, y no causa, de mediocres clases políticas.
Esto viene a que muchos añoran dictaduras sugestionados por lo irrefutable que es los periodos de crecimiento y estabilidad de Primo de Rivera y el Caudillo. Pero claro.. ¿Y si te toca un ZP, un Castro o un mendrugo derechista sin luces de dictador durante años?.
Yo no creo que sea moral el que en ningún corazón católico anide el deseo de destrozar ningún sistema, porque hay que pensar que nuestros ardores del corazón pueden causar odio, sangre y sufrimientos a nuestros hijos.
La Providencia nos ha dado lo que nos ha dado por ahora, y sobre eso hay que construir con ánimo de reformar, cambiar y mejorar y no destrozar.
Si se destroza la cosa, que no sea causa de pecado nuestro. Pero estemos preparados para cabalgar sobre esos destrozos si llegan , unidos en lo fundamental para construir una sociedad mejor y asegurar que no vuelva - con o sin "democracia"- a degenerar moralmente nuestra Patria y nos venga otro castigo de Dios.
Más no te dejan..
No creo que se trate de querer destrozar nada; de hecho, se podría decir eso de que "entre todos la mataron y ella sola se murió" (sea lo que sea lo que tengamos -a mi juicio, ya se ha convertido en demagogia-). Así pues,..."¡qué vuelen los dados!" y que sea lo que tenga que ser.
Un cordial saludo.
En muy poco tiempo hemos aprendido, o yo he aprendido, que no es más que otra forma de gobierno, que, igual que las demás, es capaz de producir tanto frutos de generosidad como aberraciones, y para ello no hay más que darse una vuelta por la historia del último siglo en los países “democráticos”.
Y en cuanto a la supuesta libertad del régimen democrático… Yo no creo que la libertad se mida por la posibilidad que me da el Poder para meter en una urna, de cuando en cuando, una papeleta con la lista de un partido o de otro. Tampoco pienso que la libertad sea consustancial al gobierno de mayorías: mayorías hay en un pueblo que decide un linchamiento, en una barca en la que cuatro náufragos deciden que el quinto reme lo que haga falta hasta llegar a tierra....Yo creo que la libertad de un sistema político debe medirse por el modo como ejerce el Poder frente a quien piensa diferente, a quien discrepa del “pensamiento oficial”: Si lo respeta o lo persigue.
En la más dura de las dictaduras, los partidarios del Poder se sienten totalmente libres y son bien tratados. La persecución se ceba en quienes se oponen.
El ejercicio del Poder en las “democracias” no es sustancialmente diferente en muchos casos. Hoy día vemos, como el gobierno “democrático” se mete hasta en “el cuarto de baño” de las familias y se da a sí mismo derecho a usurpar a los padres su función en la educación moral de los hijos, cuando aquéllos no están de acuerdo en absoluto con los modelos de vida y relación que el Poder promueve. Obviamente, los que comulgan con él están encantadísimos y disfrutan de la misma libertad que quienes aplauden al dictador en una dictadura. El problema es para los que disienten, igual que entonces.
Evidentemente, la metodología cambia, porque la democracia es un régimen de apariencias, de formas, y el Poder se impone a través de la propaganda, la manipulación mediática y, finalmente, la fuerza, que se usa en su momento.
El ejercicio más injusto del Poder se produce cuando éste se da a sí mismo autoridad para decidir quién vive y quién muere, o para otorgar esta capacidad de decisión a otros, como en el caso de las leyes de aborto; para reinventar o reprogramar la naturaleza del hombre y la mujer y su vinculación afectiva; para permitir y promover en los hijos conductas que los padres reprueban, convirtiendo a éstos en meros “mantenedores y proveedores” de dinero; en definitiva, para decidir sobre el Bien y sobre el Mal.
Las democracias han sucumbido a estas tentaciones lo mismo que los regímenes totalitarios. Y he comprendido la rotunda afirmación de Jesucristo: “Sabéis que los jefes de las naciones las oprimen con su poder, y los grandes abusan de su autoridad sobre ellas” Mt 20,25.
Y es que el problema no es el régimen político, el problema es el hombre.
Al ser el problema el hombre, entre todos es fácil que uno reuna las características adecuadas: sentido común, bondad, etc. Si gobierna bién ¿porque cambiarlo?.Si gobierna mal se convierte en dictador.
A medida que el gobierno es gobierno de dos o tres o más, también es más dificil encontrar que todos sean buenos gobernantes.
Es indiferente la forma de gobierno, no hay ninguna superior a otra, todas son o buenas o su contrario.
Y cumpliendo con esta tarea “duermeconciencias”, politiquillos de medio pelo, pagados de sí mismos y llenos de soberbia, que como los paganos atenienses, “no se ocupan más que de decir u oir novedades” Hch 17,21, con el ánimo de pasar a la Historia como los dioses del “Modernismo”.
Nuestra sociedad no quiere ser cristiana, y no quiere leyes cristianas. Quiere hacer bueno el pecado. Su delito es el mismo que el de Sodoma:
“Mira, éste fue el delito de Sodoma…: soberbia, hartura de pan y bienestar apacible tuvieron ella y sus villas, pero no dio una mano al desgraciado y al pobre. Se engrieron frente a mí cometiendo abominaciones…” Ez 19,49.
Después de 70 años de destierro en Babilonia, un grupo de judíos bajo las órdenes de Nehemías, obtiene permiso del rey persa para regresar a Jerusalén y restablecer el culto a su Dios y la Ley de Moisés. La ciudad, el templo y la muralla están derruídas y el trabajo de reconstrucción es ímprobo y los medios escasos. Sin embargo, la ilusión, su ideal les une:
“Seguimos levantando la muralla, que quedó reparada hasta media altura. La gente tenía ganas de trabajar.”Neh 3,38.
Y nada más inmutable, nada más digno de confianza y fidelidad que la Ley de Dios, sus mandamientos, como fuente de la moralidad de los actos humanos y de sus leyes. Las leyes de los hombres, en cambio, se pliegan a la adversidad o la conveniencia, no son de fiar. No merece la pena arriesgar nada de valor por una ley que hoy dice una cosa y mañana dirá otra, incluso la contraria. Y a falta de mejores valores, sólo queda el dinero. Todo se compra y se vende: la lealtad, la fidelidad, el compromiso.
“El rey decretó la unidad nacional para todos los súbditos de su Imperio, obligando a cada uno a abandonar su legislación particular. Todas las naciones acataron la orden del rey, e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado… Tenían que dejar incircuncisos a los niños y profanarse a sí mismos con toda clase de impurezas y abominaciones, de manera que olvidaran la Ley y cambiaran todas las costumbres… Nombró inspectores para toda la nación… Se les unió mucha gente, todos traidores a la Ley, y cometieron tales tropelías en el país, que los israelitas tuvieron que esconderse en cualquier refugio disponible.” 1 Mac 1,41.
Ante esto, ante el Poder que promulga leyes gravemente contrarias a la moral cristiana, no tenemos muchas opciones:
1. “De ellos brotó un vástago perverso: Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco…
Por entonces hubo unos israelitas apóstatas que convencieron a muchos:
- ¡Vamos a hacer un pacto con las naciones vecinas, pues desde que nos hemos aislado nos han venido muchas desgracias!
Gustó la propuesta, y algunos del pueblo se decidieron a ir al rey. El rey los autorizó a adoptar las costumbres paganas, y entonces, acomodándose a los usos paganos, construyeron un gimnasio en Jerusalén, disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, emparentaron con los paganos y se vendieron para hacer el mal.” 1 Mac 1,10.
2. “Pero Matatías respondió en voz alta:
- Aunque todos los súbditos en los dominios del rey le obedezcan, apostatando de la religión de sus padres, y aunque prefieran cumplir sus órdenes, yo, mis hijos y mis parientes viviremos según la la alianza de nuestros padres. ¡Dios nos libre de abandonar la Ley y nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey, desviándonos de nuestra religión a derecha ni a izquierda.” 1 Mac 2,19.
Porque,
“Matatías dijo a sus hijos: -Hoy triunfan la insolencia y el descaro, son tiempos de subversión y de ira….Y así, repasando las generaciones, comprenderéis que los que esperan en Dios no desfallecen”. 1 Mac 2,49
Y, como se ve:
“Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: Nada hay nuevo bajo el sol. Si alguien dice: Mira esto es nuevo, ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: No se acordarán de ellos sus sucesores.” Ecl 1,9.
Saludos.
De todas formas en Afganhistan cometen menos crímenes que aquí y hay libertad de los bebés para nacer , no como aquí que los trituran. Todo sea dicho..
La afirmación que tu haces al final Catholicus es gratuita porque no tienes datos fidedignos de tales afirmaciones.
Ah si, la mejor de los peores sistemas posibles es la democracia, y no el nacionalcatolicismo como este hombre nos quiere hacer ver.
Por otra parte, nadie en la oposición política al régimen, - los cuatro gatos del PCE y ETA-, absolutamente nadie, se oponía al régimen por la cuestión de la catolicidad o no. Jamás se vió una crítica a eso ni dentro ni fuera del Movimiento.
Obviamente, España era, como siempre desde los Visigodos, una nación católica. Imposible que el nacional catolicismo molestase al pueblo.
La degeneración moral de esta sociedad y el objetivo holocausto de bebés que comete hace que esa comparación caiga bajo su propio peso.
Lo más gratuito de todo es tu primera afirmación. Ponte a contarnos que viajamos por el más remoto lugar de España y vemos primero una Iglesia, luego un templo budista dominando en la distancia, el otro pueblo con preciosos minaretes, la sinagoga al lado del ayuntamiento, etc, etc
Lo malo del tonto progrerío es que hace a la gente renegar de sus propias madres y padres, abuelos, antepasados, de la inmensa mayoría. Acaban renengando de lo que son, de lo que han recibido, de la patria heredada... y todo eso les lleva a lo que vemos: la caricatura intelectual que presenta cualquier tonto progre patrio.
Mira que los hay en Europa, pero entre ellos destaca el ibero.
Pero ese momento sólo lo conoce el Padre… Mientras, aquí en la Tierra, lo último que querría sería una teocracia de hombres que suplantan a Dios y utilizan su nombre para dominar y someter a los demás, incluso con violencia. Creo que prefiero cualquier otra “xxx-cracia”.
Porque la dinámica del Poder es perversa: “Sabéis que los poderosos oprimen a los pueblos con su poder…” Y ninguna forma de gobierno se libra de esta perversidad. Entre todas ellas, la teocracia humana es, seguramente, doblemente perversa, por la propia naturaleza del Poder y por la corrupción de la Palabra de Dios. Si Él nos quiso libres, libres debemos ser, para el Bien y para el Mal. Siento escalofríos sólo de imaginar la persecución y la tortura de un pecador en el nombre de Dios.
Yo soy cristiano, y eso quiero ser, por encima y muy lejos de todo lo demás. Me gustaría vivir en una sociedad que compartiera los valores evangélicos, el modelo de vida que Jesucristo nos enseñó… Pero el mundo de hoy no quiere creer en Dios. Un corto período de abundancia y bienestar y se lanza a la arrogancia de creer que puede hacer sus propias leyes contrarias a la Ley de Dios, sin darse cuenta, en su empecinamiento, que se conduce a sí mismo por caminos de destrucción y dolor: La libertad suprema, la libertad sin límite, la libertad como valor último… ¡El pecado no existe! Ya me conozco yo esta cantinela, y muchos van conociendo las consecuencias.
Así, si yo fuera antes socialista que cristiano, tendría que haber votado a favor del aborto. Si fuera antes liberal que cristiano, tendría que haber votado a favor del divorcio express y la promoción del homosexualismo. Si fuera nacionalista antes que cristiano tendría que haber votado a favor de la negociación política con los terroristas. Si fuera neo-conservador antes que cristiano, votaría a favor de sufragar con ingentes cantidades de dinero de todos, las aventuras avariciosas de los bancos, mientras que nunca encontrría momento para acercarme al escuálido umbral del 0,7% de ayuda a los países pobres. Si fuera demócrata antes que cristiano, consideraría legítimo un gobierno que hace leyes que atentan gravemente contra la Ley de Dios.
Pero no, resulta que soy cristiano y quiero serlo por encima de todo. Por eso, si soy cristiano antes que socialista, tendría que haber votado en contra del aborto; si soy cristiano antes que rey, tendría que haber abdicado antes que sancionar la ley del aborto; si soy cristiano antes que liberal habría votado en contra del divorcio y la promoción del homosexualismo; si soy cristiano antes que nacionalista, tendría que haber votado no a la negociación política con terroristas que humilla a tantas víctimas inocentes; si soy cristiano antes que neo-con, votaría la ayuda a los países pobres antes que a los bancos; si soy cristiano antes que demócrata, consideraré ilegítimo un gobierno que hace leyes que atentan gravemente contra la Ley de Dios… porque también sé que no podemos servir a dos amos: Dios y el dinero, que es otro modo de decir Dios y el poder temporal, con sus vicios y su opresión. El Poder no es para nosotros: “quien quiera ser el primero, que sea el último”.
Y veo que el modo específicamente cristiano de openerse a la iniquidad es el testimonio de los valores cristianos, la pública denuncia de las consecuencias de la injusticia, la resistencia sin violencia, la desobediencia y la insumisión, afrontando lo que nos toque con paciencia, “la paciencia de los santos”, a sabiendas de que también debemos amar a quien nos persiga por oponernos. Pero sabiendo que para un cristiano no pueden ser legítimos un gobierno ni un parlamento que se dan el derecho a decidir sobre la vida, la muerte o la esclavitud de seres humanos, por muy democráticos que sean, como no fue legítima la democrática decisión del pueblo judío de crucificar a Jesucristo.
Saludos.
Sí, la verdad es que todo lo que señalas es la postura coherente de cualquiera que se autodenomine cristiano, tanto los primeros comentarios que haces como estos últimos. Dan para mucho reflexionar.
Un cordial saludo.
Que tu sepas, con una moral tan estricta probablemente los casos de abortos clandestinos provocaran aun mayor tragedia.
el otro pueblo con preciosos minaretes
Si, pasate por Cordoba, por ejemplo y verás un buen ejemplo de ello, o por Sevilla, justamente al lado de la catedral, aun queda un minarete en pie, normalmente llamado Giralda.
Sinagogas, tambien hay muchas, te has paseado por Girona?? por la juderia??Creo que hablas desde el relativismo Catholicus.
Una nación católica.
Los domingos, no se trabaja. Las vacaciones de navidad, la Semana Santa etc, etc.
Las sinagogas que queden solo muestran que un pueblo exiliado estuvo acogido en una nación cristiana muchos años. Los minaretes sólo muestran que estuvimos invadidos y pisoteados por la Espada muchos siglos.
Te insisto: el tonto progrerío hace renegar de la propia sangre, de la fe de nuestras madres, abuelos, familia... y nos deja sin nada, sin autoestima y cabreados por ser lo que somos, cuando lo cierto es que Dios nos ama y quiere así, con todos nuestros defectos, Él nos ha dado una bellísima patria con una identidad forjada durante siglos con la sangre y trabajo de nuestros padres, abuelos, bisabuelos etc.
El día que alguien pretenda - de nuevo- arramplar, quemar y asesinar lo que somos, sabremos mirar al ejemplo que la Sagrada Escritura nos muestra en ese libro de los Macabeos. Palabra de Dios.
Y que Santa María nos de la Victoria.
Le agradezco sus amables palabras, aunque creo más importante para el católico de hoy en día atender a lo que usted enseña en la actual serie de "La Ley de Cristo", que desde luego recomiendo a todos para saber lo que es la Iglesia en realidad.
Alabar al extranjero acríticamente mientras detestas lo de tu sangre, igualmente acríticamente. El astuto Satanás lo primero que necesita son hombres sin autoestima, porque así los machacará más facilmente.
Es lo que hacen los torturadores en interrogatorios, desnudar a un hombre, convencerle que sus amigos le han traicionado, que nada vale la pena, que todo su mundo era mentira y bla, bla, bla.
Destrozada su autoestima y sus anclajes, confesará lo que le digan. Más astutamente que eso, pero lo mismo, es lo que el maligno nos está haciendo ahora a España.
Y que Santa María nos de la Victoria.”
Ante la represión religiosa desatada contra los judíos por el rey seléucida Antíoco Epífanes, (Antíoco IV), (1 Macabeos), los israelitas que no sucumbieron a la tentación de “adaptarse” a los nuevos tiempos del “modernismo” helenista y a los postulados del “pensamiento único”, celosos de una religión que ponía a su Dios por encima del rey, manifestaron dos modos de resistencia bien distintos:
1) Aquéllos para los que la Ley era el vínculo con su Dios, creador y todopoderoso, que han entendido perfectamente y anticipan el Mensaje que su propio Hijo, Jesucristo, traería de parte de su Padre, menos de dos siglos después:
”Por entonces, muchos bajaron al desierto para instalarse allí, porque deseaban vivir según derecho y justicia, con sus hijos, mujeres y ganados. Es que las desgracias habían llegado al colmo.
A los funcionarios reales y a la guarnción de Jerusalén, de la Ciudad de David, les llegó el aviso de que unos individuos, que habían desobedecido el mandato del rey, habían bajado a las cuevas del desierto. Corrieron en su persecución muchos soldados. Los alcanzaron, tomaron posiciones frente a ellos y los atacaron un sábado. Les conminaron:
-- ¡Es un ultimátum! Si salís y obedecéis al rey os dejamos con vida.
Pero ellos respondieron:
-- Ni saldremos ni obedeceremos al rey, profanando el sábado.
Los soldados les dieron el asalto en seguida, y ellos no replicaron, ni les tiraron una piedra, ni se atrincheraron en las cuevas, sino que dijeron:
-- ¡Muramos todos con la conciencia limpia! El cielo y la tierra nos son testigos de que nos matáis contra todo derecho.
Así que los atacaron en sábado. Y murieron todos, con sus mujeres, hijos y ganados.” 1Mac 2,29.
“Cuando lo supieron Matatías y sus hijos hicieron gran duelo por ellos, y comentaban:
-- Como todos hagamos lo que nuestros hermanos, sin luchar contra los paganos por la vida y nuestra Ley, nos van a eliminar muy pronto del país. Al que nos ataque en sábado le responderemos luchando; asaí no pereceremos todos, como nuestros hermanos en las cuevas.
Entonces se les añadió el grupo de los Leales, israelitas aguerridos, todos los voluntarios de la Ley; se les sumaron también como refuerzos todos los que escapaban de cualquier desgracia. Organizaron un ejército y descargaron su ira contra los pecadores y su cólera contra los apóstatas. Los que se libraron fueron a refugiarse entre los paganos.” 1 Mac 2,40.
Por eso tuvo que venir Él mismo a explicarlo. Pero éstos no quieren un Mesías maltrecho y humillado por el Poder invasor, (Roma), montado en un borriquillo y diciendo tonterías sobre amar a los enemgos, en lugar de arengar a la plebe para exterminarlos y volver a las grandezas de los tiempos del rey David o su hijo Salomón, que dominaron a todas las naciones. Éste no es un Mesías, sino un majadero o un loco que en lugar de enfervoriazar al pueblo por nuestra causa nacional lo apacigua y consuela hablándole de una vida eterna. Y por la Ley, su Ley, la que su Padre les dio a través de Moisés, lo mataron.
Sin embargo, lo que Dios quiere de nosotros su Hijo nos lo ha dicho bien claro:
”Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas.
Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y en sus sinagogas os azotarán, y ante los gobernadores y los reyes os conducirán por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante las naciones.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué habéis de hablar, porque se os dará en aquella hora lo que habéis de hablar; porque no sois vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará por vosotros… Y seréis odiados de todos por mi causa; mas el que persevere hasta el fin, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra… No es el discípulo más que el maestro, ni el siervo más que su señor… Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo a la luz, publicadlo sobre los terrados. Y no temáis a los que matan el cuerpo, y que no pueden matar el alma…” Mt 10,16.
Sí, pero Dios es más poderoso y si lo consiente ha de haber alguna razón. Probablemente esté corrigiendo a su Iglesia y llevándola al camino recto. Reflexionemos y volvamos nuestros ojos y nuestra alma al Evangelio.
Saludos.
He leido muchas veces los Macabeos, y no se puede hacer esa división tan clara entre unos y otros. Todo lo que el redactor del libro diga, es Palabra de Dios, y hay alabanzas tanto para los que eligen el martirio, como para los que combaten. El redactor alba la lucha y entrega de los macabeos, léelo bien. Otra cosa es que el Martirio sea una gracia superior. Pero ojo, que es gratis , el Martirio no se merece por nada.
Lo que hay que mirar de los Macabeos combatientes, para justificar su actitud, es la realidad de la injusticia del gobierno que soportaron: destrozaron/profanaron el templo y prohibieron su religión al pueblo. No que fuesen "laicos", es que arramplaron con los derechos religiosos.
Era guerra justa y por tanto santa, como tantas veces luego. Tenemos montones de Reyes que han tomado la espada elevados a los altares, las Cruzadas estaban santificadas y Santa Juana de Arco tomó las armas por orden divina.
Estas son las palabras que el futuro San Pio XII dirigió a España recién obtenida la victoria por las tropas nacionales:
"Con inmenso gozo Nos dirigimos a vosotros, hijos queridísimos de la católica España, para expresaros Nuestra paterna congratulación por el don de la paz y de la victoria con que Dios se ha dignado coronar el heroísmo cristiano de vuestra fe y caridad, probado en tantos y tan generosos sufrimientos.
.....
Reconocemos también nuestro deber de gratitud hacia todos aquellos que han sabido sacrificarse hasta el heroísmo en defensa de los derechos inalienables de Dios y de la Religión, ya sea en los CAMPOS DE BATALLA, ya también consagrados a los sublimes oficios de caridad cristiana en cárceles y hospitales..."
Estas cosas de la guerra no se disciernen con una separación maniquea tan sencilla. La doctrina de la Guerra Justa de San Agustín ha sido una guía permanente para discernir el uso legítimo de la violencia.
Nada que ver con el insano deseo de buscar guerras si antes no se ha trabajado lo imposible por la Paz.
Pero no para dejar "martirizar" a terceros dando palmas de alegría mientras se observa la carnicería de inocentes. Si están masacrando a terceros, inocentes, el Catecismo es claro: la violencia no solo es legítima, sino que puede ser obligada, so pena de pecar por omisión (cobardía en lenguaje común).
Por encima de todo eso, Jesús llama a los consagrados a ser testimonio específico de la paz, y aunque pueda haber excepciones, los religiosos no están llamados a las armas en general.
Aunque las órdenes militares, para defender a los fieles, también muestran una clara excepción en los templarios por ejemplo. Monjes-soldados.
P.d: Una de las cosas vergonzosas del Post-concilio fue la supresión de la fiesta de los Mártires Macabeos. A ver si la ponen de nuevo en su lugar.
Catecismo, sobre la Guerra Justa y la violencia legítima.
Una de las cosas que más me admiró de vuestra guerra Civil, fue la paciencia - para mí exasperante - de Franco y su bando antes de alzarse en armas contra una impiedad que hacía mucho que era manifiesta, alevosa e insufrible. Por lo que dices, es posible que primara el principio de aplicar la solución de la espada sólo como "ultima ratio".
Coincido también con lo que dices sobre el derecho a la legítima defensa y la obligación de caridad de defender al desvalido agredido injustamente, aún por las armas. El bombardeo pacifista que estamos recibiendo los católicos desde hace unas décadas, viene en el mismo paquete que las herejías y las desviaciones morales. Fíjate que es una constante : cuanto más desviado moral y doctrinariamente, más pacifista eres.
En "Los profetas de la Piel de Toro" Sánchez de Toca da cuenta de una monja que en bilocación visitó a Franco años antes del Alzamiento con un mensaje de Dios diciéndole que debía preparar un movimiento para salvar España.
Hasta donde se sabe, Franco no hizo nada de eso, porque no preparó realmente nada, fueron otros generales, Mola y Sanjurjo, que poco después murieron.
Tampoco queda claro si ese "movimiento" era específicamente el Alzamiento, podría ser un empujón a Franco para que hubiese entrado en política, y salvar así a España de la misma guerra.... a saber.
Lo seguro es que la inmensa mayoría de fieles no conocen esta intrahistoria de mensajes divinos dirigidos a Franco, antes, durante y después de la guerra. Y es muy interesante para ver los hechos con su componente de sobrenaturalidad.
Los testimonios son múltiples y cruzados, yo mismo he ido a misa varias veces a la Iglesia donde están las hermanas de esa monja (al parecer fueron varias).
Ayudantes, altos mandos del ejército que estaban en su Estado Mayor durante la guerra, las propias hermanas compañeras de la monja (Madre Ramona, en Barcelona) confirman sus bilocaciones, chóferes y secretarios del Caudillo ya en la paz, testimonian de ello y sí, alguna vez el Caudllo les decía lo de la monja.
Es una intrahistoria al parecer conocidísima de los mandos militares durante la guerra ("así con estos consejos divinos como no va a acertar Franco", venían a decir con gracejo), pero de la que nadie hablaba en público.
El General Sánchez de Toca, Catedrático de Historia además, lo documenta perfectamente es esa obra que ha salido hace poco.
"Los profetas de la piel de Toro"
http://www.casadellibro.com/libro-los-profetas-de-la-piel-de-toro/2900001310491
Su hija - la de Franco- seguro que sabe más cosas, pero no las ha contado aun, creo que sugiere el propio Sánchez de Toca.
A pesar de lo que diga César, es un hombre de extremada seriedad y no anda para estupideces un General de Infantería, diplomado de Estado Mayor y Doctor en Historia.
Si no es más conocido, es porque otra cosas además de esas, son políticamente incorrectas... viniendo de quien parecen venir de Dios, y tratando de lo que tratan.
Las tonterías de Preston lo son por sus aprioris y sus conclusiones sesgadas, S. de Toca, sencillamente relata las entrevistas que él ha hecho a mucha gente.
Efectivamente hay mucho loco suelto, pero cuando los testimonios son variados, "testimonios múltiples de fuentes independientes" coincidentes, eso es un factor a favor de la historicidad de acontecimientos, según común consenso en cualquier facultad de historia, y en la misma crítica redaccional de la Sagrada Escritura.
A mí no me des lecciones, dáselas al Doctor S. de Toca si tan listo eres.
Lo de las "altas metas" y tal de Franco, díselo al Papa, al Rey, al Cardenal que ofició su funeral etc, porque son ellos, que no yo, los que así hablan.
Franco sabía que si perdía, con ello le iba la cabeza. Y una guerra de 3 años podía resolverse a favor de cualquiera de los dos bandos. Así que si no tuvo altas metas para arriesgar su vida y su tranquilidad, a ver qué mezquinos intereses perseguía.
Los herederos de los “otros” Macabeos, los NO combatientes, son los judíos que aceptaron a Jesús como el Mesías anunciado, sus discípulos:
“Mas vosotros, ¿quíén decís que soy yo? Tomando la palabra, Simón Pedro dijo: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo! Respondió Jesús y le dijo: ¡Bienaventurado Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló ni la carne, ni la sangre, sino mi Padre, que está en los cielos!” Mt 16,15.
Éstos son los que terminaron de enterarse de qué iba todo cuando vieron a Jesús resucitado.
“Era guerra justa y por tanto santa, como tantas veces luego.” Ya, algo así como una Yihad…
”Tenemos montones de Reyes que han tomado la espada elevados a los altares, las Cruzadas estaban santificadas y Santa Juana de Arco tomó las armas por orden divina.”
Y he aquí las justificaciones de tales elevaciones, santificaciones y uso de armas:
”Mas yo os digo: No resitáis al mal; y si alguno te abofetea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.” Mt 5,39.
”Oísteis que se dijo: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”, mas yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos.” Mt 5,43.
”Os entregarán al tormento y os matarán, y seréis odiados de todos los pueblos por causa mía…” Mt 24,9
”Entonces, acercándose, echaron mano a Jesús y se apoderaron de Él. Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, desenvainó la espada y, dando un golpe al siervo del pontífice, le cortó una oreja. Entonces Jesús le dijo: ¡Vuelve la espada a su lugar! Porque todos los que empuñan la espada, a espada morirán.” Mt 26,50.
Se nos llena la boca hablando del relativismo moral de nuestra sociedad, “paja en ojo ajeno”, y no vemos “la viga” relativista que nuestra Iglesia ha tenido, (y tiene), en tantas ocasiones.
Claro que lo que pasa realmente, es que algunos prefieren ser agustinianos a cristianos.
Saludos.
Winston,
No hay Dios distinto en el AT y en el nuevo.Y en el nuevo, las palabras a Pedro son claras.Pues lo que yo digo lo tomo del Sucesor de San Pedro, no voy de profeta independiente.
Jesus dice esas cosas, y el Espiritu Santo, que pareciera para ti que no existe, otras muchas mas.
El Martirio es la mayor gracia a la que puede aspirar un cristiano, de acuerdo.
Pero entregar la vida -todo- en una guerra justa es un acto heroico y virtuoso si consigues no llenarte de odio en ello.
"No hay mayor amor que aquel que da la vida por sus amigos" dijo el Senor.
Dificil darla si primero no la pones en riesgo.
Obras son amores y no buenas razones.
Curiosamente, los saduceos (los miembros más importantes del sacerdocio y del sanedrín, a cuyo partido pertenecía la familia de Anás y Caifás), habían surgido 2 siglos antes como partidarios de los sumos sacerdotes descendientes directos de los Macabeos. No obstante, se habían acomodado al gobierno romano, y a sus costumbres gentiles. Los zelotes, que carecían de poder en el sanedrín durante el proceso a Jesús y que acabarían provocando la revuelta aplastada sangrientamente por los emperadores Vespasiano y Tito en el año 70, recogían con más fidelidad el espíritu de los Macabeos, y odiaban a los saduceos por colaboracionistas con los paganos.
Al menos un discípulo de Cristo, SImón el zelote, había pertenecido a ese partido.
Mis conocimientos de la historia del pueblo de Israel no son muy relevantes. Pero leyendo sus vicisitudes a través de los textos bíblicos, siempre me maravilla encontrarlos tan actuales, tan de hoy y de siempre, tan aplicables al hombre de cualquier época. Y me deja perplejo descubrir la sabiduría anunciada en el Eclesiastés, que me gusta repetir:
“Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: Nada hay nuevo bajo el sol. Si alguien dice: Mira esto es nuevo, ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: No se acordarán de ellos sus sucesores.” Ecl 1,9.
Sabiduría que supone un golpe muy duro a la soberbia de un hombre que, en cada momento histórico, le lleva a pensar que ha llegado a una cima desde la que puede expulsar a Dios y ponerse a sí mismo en su lugar. Una soberbia que, incluso a los de su pueblo, a los que esperan en Él, les resulta escandaloso, inadmisible y aberrante que el Mesías, el Hijo de Dios vivo, se deje humillar por el Poder humano y acabe su vida terrena en una cruz, entre malhechores, cuando, a una sola orden suya, el mundo habría sido reducido a polvo.
Saludos.
Dificil darla si primero no la pones en riesgo.”
Darla, perderla, NO quitarla. El amor que nos pide el Señor es radicalmente opuesto al que manifiesta por los suyos un terrorista suicida. A nosotros se nos pide que pongamos la otra mejilla. La vía cristiana para la resistencia a la iniquidad no es otra que el testimonio comprometido de aquello en lo que creemos, testimonio en el que todo tipo de violencia está excluído, si quiere ser cristiano.
Esto puede ser difícil, muy difícil o imposible, pero esta dificultad, o el desasosiego de nuestra conciencia ante tamaña exigencia, no puede llevarnos a adulterar el mensaje y cambiarlo a nuestra conveniencia. Aunque nos basemos en sentimientos humanamente comprensibles.
Saludos.
Usted parte subsconcientemente de la visión sectaria que nos ha invadido a todos por la propaganda pacifista. Y es que a las guerras, vaya por donde, se va solo a matar pero no a morir.
Y entonces ¿Donde están los muertos?¿Sólo hay civiles acaso?.
Lo cierto es que el cristianismo es una religión de entrega, sacrificio, donación, y cuando hay una guerra justa, es decir se defiende con las armas un valor superior al daño que se inflige, hace falta personas que estén dispuestos a ese sacrificio por los demás, por el tercero.
Pero usted se saca de la manga que no es así, que los jóvenes van a la guerra sin nigún miedo a morir, sin ánimo de sobrellevar esas penalidades como entrega, y sólo sedientos de fiesta de sangre y diversión, a ser posible de inocentes.
Ojalá no aplique usted el mismo baremo a la policía, guardia civil o un sencillo viandante. Quizás un día se encuentre a su esposa, familia o hijas atacadas por una banda de criminales y violadores y se encuentre rodeado de ciudadanos que observan como los violentan, mientras le responden a usted:
"No, señor Winston, no podemos ayudarles, con violencia no."
Guerra justa, jaja, igualico que decia el señor Bush, una guerra de amor, jamás podrá justificar una guerra justa, y quien sigue defendiendo esa postura no es mas que un templario moderno, mas que un católico.
Por lo tanto Catholicus tu justificas una "guerra justa" que aunque aparezca en todos los textos católicos, es incongruente con una religión que predica el amor y poner la otra mejilla, y no quiero decir que los católicos se tengan que hacer los pasivos pero si utilizar medios no violentos para alcanzar sus objetivos, y los templarios o guerras justas católicas son tan erroneas segun el marco de pensamiento católico hoy como hace 900 años.
El que aliente la guerra justa desde el lado del catolicismo, es tan ilógico e irrazonable como cualquier iman llamando a la yihad.
Un cordial saludo.
Las ordenes militares nacen para dar defensa y apoyo a los miles de peregrinos que eran asaltados
Y violentados camnino de los santos lugares.Daban escolta, cama y hospital a personas indefensas.
Es decir, las misiones humanitarias de ahora, plan ZP, pero sin la idiotez progre de barniz.
Como ves, sigue todo igual...
Si la atacan, el cristiano debe ayudarla por ser inocente, no aplaudir que le pongan a ella la mejilla al rojo.
La violencia,no violencia, sera proporcional a la violencia del agresor.
La guerra justa se enmarca en la obligacion moral de sacrificarse por los inocentes, desvalidos, los injustamente tratados, indefensos etc.
Sus postulados son universales en el mundo occidental, y permean todas las normas tanto internacionales, como las internas de la policia,guardia civil etc,etc.
No, contextualizar los hechos históricos no es ser relativista. Por ejemplo la esclavitud; en las culturas de la antigüedad era algo perfectamente normal y asumido por todos con total naturalidad. Nadie se escandalizaba por ello. Hoy en día, y gracias al cristianismo -y al progreso moral en ese tema-, es inadmisible. Pero no se pueden juzgar desde hoy a las sociedades que la practicaron.
Un cordial saludo.
Gracias por insultarme, no esperaba menos de tí.
Las ordenes militares nacen para dar defensa y apoyo a los miles de peregrinos que eran asaltados
Y violentados camnino de los santos lugares
Un ejercito que puede matar gente no puede estar bendecido por el representate de dios en la tierra.
Es decir, las misiones humanitarias de ahora, plan ZP, pero sin la idiotez progre de barniz
O sea que estas comparando a los papas que permitieron las cruzadas con ZP o con cualquier otro gobierno que mande el ejercito para misiones humanitarias...interesante.
La guerra justa se enmarca en la obligacion moral de sacrificarse por los inocentes, desvalidos, los injustamente tratados, indefensos etc
Siempre habrá excusas para emprender guerras, pero un católico debe de actuar siempre para solucionar los problemas no recurriendo a la violencia, porque sino deja de ser católico, la guerra justa al fin y al cabo es como la yihad musulmana, otro nombre, pero mismo fin.
En fin, como yo no le he insultado le agradeceria que no lo hiciera conmigo.
Intente ver las cosas sin el prisma del catolicismo, y vea que un papa se puede haber equivocado y que un "ejercito cristiano" es tan antagónico como "inteligencia militar".
Saludos.
Un cordial saludo.
Yo no digo que no se equivocase, lo que digo es que no se puede juzgar el pasado desde los parámetros del presente. Son mundos distintos en todos los aspectos.
Un cordial saludo.
Y si, es interesante reconocerlo.
En fin no hay mas ciego que el no quiere ver.
Bonita pareja la vuestra,Ana y Catholicus.
Parece que no quieres entender. La Iglesia no puede ni debe amoldarse conscientemente a las circunstancias históricas del momento; pero la Iglesia está formada por seres humanos quienes se situan en un contexto determinado, con un esquema de pensamiento concreto y del que dificilmente se pueden librar. Ya te he explicado que son paradigmas distintos, pero quizás no sepas lo que es un paradigma. Un paradigma es todo un sistema de creencias, pensamientos y demás del que es casi imposible librarse ya que al ser aprendidos desde que se nace son inconscientes y no se analizan; y hacen referencia a todo. Te lo repito, no trates de juzgar (y menos aún de igualar) el pasado desde el presente. Es absurdo hacer algo así.
Un cordial saludo.
El Papa, cabeza visible de la iglesia católica, es la representación de dios en la tierra, y respecto a cuestiones morales es infalible, sea el actual B16 o Gelasio II, por lo que si el papa ha fallado, entonces estamos diciendo que dios ha fallado...Impensable cuando dios es perfecto e infalible.
Y si trato de igualar el pasado con el presente, por que los mandamientos son mas antiguos que el propio jesucristo, por lo que no mataras, implica no mataras a nadie, sea quien sea.
Para eso los teologos, tambien estudian filosofia, para poder evitar las trampas que la propia cultura nos pone.
Los filósofos también son hijos de su tiempo, no te creas que pueden librarse de su propia cultura. Desde luego nunca del todo, quizás sí en algo muy puntual pero nada más.
En cuanto a lo que dices del Papa, recordarte que no es Dios y que se habla por analogía. El Papa es el Papa y Dios es Dios (nada que ver.)De todas formas, perdona que te diga que te veo un poco talibán. Te pregunto, ¿tu matarías si fuera necesario en defensa propia o de los tuyos?.
Un cordial saludo.
Que no, cualquier tipo de violencia es inexcusable viniendo del catolicismo, porque no concuerda con lo que predican.
Ten en cuenta, que yo, antes de participar en cualquier conflicto violento, prefiero utilizar otras herramientas, ten en cuenta que por no hacer no hice la mili ni en su tiempo, por estar en contra de cualquier adoctrinamiento violento.
Yo tampoco me vanaglorio de ser católica, y mucho menos de pro, ya que en todo caso una intenta acercarse a las enseñanzas y ejemplo de Jesucristo pero reconozco que con muy escaso éxito. Ser católico no se identifica con ser perfectos o santos; es mas bien una aspiración o una meta, al menos así lo veo yo.
Un cordial saludo.
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No tienes ni idea de lo que hablas y vas diciendo por ahí lo que "predica el catolicismo". A ver si el Catecismo lo escriben los musulmanes, San Agustín era budista, Pio XII seguidor de Confucio y Santa Juana de Arco una cheerleader aburrida.
Despues se enfada la gente porque les digas ignorantes.
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uña y carne querido, uña y carne...
:-)
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