11.06.18

Padre Federico en España, la madre Patria

Reproduzco aquí esta nota que me hicieron en el sitio “Religión en libertad“.

Estaré, Dios mediante, entre el 16 de junio y el 27 de junio en España, la madre Patria.

Les paso aquí la nota que me hicieron.

En Colmenar del Arroyo, estaré el 16 de junio a las 18 hs., parroquia Asunción de Nuestra Señora de Colmenar del Arroyo (Plaza de España, s/n).

Quien desee coordinar alguna presentación, puede enviarme un whatsapp directamente a mi número: +91 74781 79454

Padre Federico.


Soñaba de niño con ser misionero y hoy lo es un recóndito rincón del Himalaya: nuevo Asalto al Cielo

Los locos existen. El Padre Federico Highton, misionero en lo más recóndito e inaccesible del Himalaya, dedica su vida a anunciar allí a Jesucristo, movido únicamente por un ideal: su amor loco a Jesucristo y a aquellos que allí no conocen el amor de Dios y su salvación. Contará su impresionante testimonio en Asalto al Cielo el próximo 16 de junio.

Misionero de 36 años, argentino, perteneciente a la congregación “San Elías”, un pequeño instituto religioso que tiene por carisma anunciar la Buena Nueva en las más recónditas periferias, en aquellos pueblos remotos en los que no existe aún ningún católico, en  zonas lejanas, remotas y difícilmente accesibles en donde jamás han oído hablar de Jesucristo Salvador. Realiza su misión en el Extremo Oriente, en el lado indio de la Meseta Tibetana, en el Norte de Sikkim, en el borde del Tíbet chino, Nepal y Bhutan. 

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4.06.18

Sobre la legalización del “desacoto”

En los tiempos libres de la misión, mientras se reza y se medita, surgen algunos escritos pensando en occidente como este, redactado en tono irónico.

Que les aproveche.

¡Viva Cristo Rey!

P. Federico, SE

 


Sobre la legalización del “desacoto”

 

Por el P. Federico Highton

           

Desacoto es la acción y efecto de desacotar, que significa apartarse del concierto o de lo que se está tratando. Puede significar también rechazar, no admitir o no querer algo. Incluso, puede usarse para hacer referencia a la suspensión de las leyes y condiciones que se ponen en un juego.

            Por eso, es indudable que “desacoto” es un vocablo propicio para hacer referencia al derecho a la interrupción de la maternidad, el cual está cobrando más y más fuerza entre los teóricos de los derechos humanos y los activistas por la liberación y la no-discriminación.

            El aborto ya es un derecho básico, y hasta clásico, consagrado en prácticamente el mundo entero, con la excepción de unas pocas tiranías árabes. Ahora es momento de reconocer otro derecho de la mujer, que sigue siendo oprimida por el sistema capitalista-patriarcal. Nos referimos al derecho al desacoto, que es el derecho que la mujer tiene a interrumpir la vida de su hijo luego de su nacimiento hasta diez años después del parto.

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3.06.18

¿Misión imposible?

Cerca del Tíbet Chino, en una parte del Himalaya, donde Cristo no figura, donde el frío paraliza hasta los pensamientos, Dios me envió para encender mi corazón.

Cerca de 2 meses Dios me regaló la oportunidad de vivir esta experiencia misionera que desgarra el corazón, pero que al mismo tiempo la renueva en un celo apostólico que hoy quiero compartir con todos ustedes.

Digo desgarra el corazón porque Naga es una pequeña aldea budista que se esconde en las montañas del Himalaya entre China, Bhutan, India y Nepal. Ahí no hay ni un solo católico nativo. Todos ellos, budistas, gente pobre, sencilla y en su mayoría ignorante, que no se realizan en sus prácticas budistas, pero que viven con un miedo inmenso a abandonarlas por temor a sus líderes, a los demonios y fantasmas y a la sociedad misma en la que viven. En este lugar se respira miedo, soledad y tristeza. Pero lo que es peor es saber que hay acuerdos políticos entre la Iglesia local y el gobierno de no convertir a ningún budista a la Fe Católica.

Nosotras estuvimos en la pequeña escuela católica “San Elías” donde algunas dabamos clases de inglés, pero sobre todo predicando a Jesucristo. No se pueden imaginar la alegría inmensa que se reflejaba en los niños al escuchar el mensaje de Redención, paz, alegría y amor que nos da el Evangelio.

Inclusive, algunos de los maestros que eran entre budistas e hinduistas también había manifestaciones de aprecio a la Palabra de Dios. Habíamos comenzado un curso bíblico con ellos al que con gusto atendían a escuchar.

Por razones políticas del país, ya que el gobierno desea que todo el país sea Hinduísta, nos han negado tanto la visa de trabajo como la visa de turistas. Lo que quiere decir que ya no podremos hacer misión en estas tierras, todo lo cual duele en el alma, pero a la vez exige seguir haciendo misión ahí desde afuera. No solo yo, sino todos los que nos decimos católicos… Por medio de nuestras oraciones y ofrecimientos, por toda esta gente que no conoce la VERDAD… Además, predicando sin descanso ahí donde sea necesario y haya libertad para hacerlo. Pues, ¡ay de nosotros si pudiéndolo hacer, no predicamos!

Porque al final de cuentas ¿quién es más culpable, uno que es de nacimiento budista y vive y muere como tal sin que nadie le muestre la VERDAD, o nosotros portadores de la VERDAD, que por nuestros miedos y cobardías nos acomodamos y callamos, sin exigirnos ni comprometernos con el anuncio de la Salvación?

Que el Espíritu Santo encienda el corazón de toda la Iglesia Católica para que no pierda nunca su primera misión: “Id por todas las naciones y hacedlas mis discípulos” (Mt. 28:19).

 

Hna. Mirna Portilla, HMSP

Mayo 2018

¿Misión imposible?

Cerca del Tíbet Chino, en una parte del Himalaya, donde Cristo no figura, donde el frío paraliza hasta los pensamientos, Dios me envió para encender mi corazón.

Cerca de 2 meses Dios me regaló la oportunidad de vivir esta experiencia misionera que desgarra el corazón, pero que al mismo tiempo la renueva en un celo apostólico que hoy quiero compartir con todos ustedes.

Digo desgarra el corazón porque Naga es una pequeña aldea budista que se esconde en las montañas del Himalaya entre China, Bhutan, India y Nepal. Ahí no hay ni un solo católico nativo. Todos ellos, budistas, gente pobre, sencilla y en su mayoría ignorante, que no se realizan en sus prácticas budistas, pero que viven con un miedo inmenso a abandonarlas por temor a sus líderes, a los demonios y fantasmas y a la sociedad misma en la que viven. En este lugar se respira miedo, soledad y tristeza. Pero lo que es peor es saber que hay acuerdos políticos entre la Iglesia local y el gobierno de no convertir a ningún budista a la Fe Católica.

Nosotras estuvimos en la pequeña escuela católica “San Elías” donde algunas dabamos clases de inglés, pero sobre todo predicando a Jesucristo. No se pueden imaginar la alegría inmensa que se reflejaba en los niños al escuchar el mensaje de Redención, paz, alegría y amor que nos da el Evangelio.

Inclusive, algunos de los maestros que eran entre budistas e hinduistas también había manifestaciones de aprecio a la Palabra de Dios. Habíamos comenzado un curso bíblico con ellos al que con gusto atendían a escuchar.

Por razones políticas del país, ya que el gobierno desea que todo el país sea Hinduísta, nos han negado tanto la visa de trabajo como la visa de turistas. Lo que quiere decir que ya no podremos hacer misión en estas tierras, todo lo cual duele en el alma, pero a la vez exige seguir haciendo misión ahí desde afuera. No solo yo, sino todos los que nos decimos católicos… Por medio de nuestras oraciones y ofrecimientos, por toda esta gente que no conoce la VERDAD… Además, predicando sin descanso ahí donde sea necesario y haya libertad para hacerlo. Pues, ¡ay de nosotros si pudiéndolo hacer, no predicamos!

Porque al final de cuentas ¿quién es más culpable, uno que es de nacimiento budista y vive y muere como tal sin que nadie le muestre la VERDAD, o nosotros portadores de la VERDAD, que por nuestros miedos y cobardías nos acomodamos y callamos, sin exigirnos ni comprometernos con el anuncio de la Salvación?

Que el Espíritu Santo encienda el corazón de toda la Iglesia Católica para que no pierda nunca su primera misión: “Id por todas las naciones y hacedlas mis discípulos” (Mt. 28:19).

 

Hna. Mirna Portilla, HMSP

Mayo 2018

1.05.18

Líder Moli pide ser aceptado en la Iglesia

I.

Escribo esta crónica mientras anochece y  la 4x4 baila en las incesantes curvas del estrecho camino de montaña por el cual volvemos desde Zeema III a nuestra base misional ubicada en nuestra amada aldea de Naga, en pleno Himalaya.
Mientras padecemos tribulaciones apostólicas a causa por la eclesiástica burocracia, hoy realizamos una expedición misional de primera evangelización a un caserío (o tolderío) llamado Zeema III. En esta incursión, improvisada como pocas, el Señor llenó de gozo nuestras almas misioneras.
Mas, ¿qué pasó? Digámoslo brevemente. 

II.

Ayer decidimos hacer una expedición a Zeema III. Tramitamos unos permisos fronterizos especiales, hoy llenamos el tanque, preparamos unos pocos víveres y fuimos a la escuela a buscar un par de cosas. Las dos maestras (Lidia y Santa) que viven en el colegio nos pidieron ir con nosotros (David, mi heroica Madre y yo). Las sumamos en el acto. Fue la primer misión de Lidia (católica de nacimiento) y la segunda de Santa (hindú de nacimiento, pero “católica de alma” y con santas tentaciones de bautismo).
Tuvimos unas tres horas de viaje hasta Zeema III. El viaje fue lento no sólo por las curvas, sino porque a menudo el camino es de una sola mano. Fue lento, pero fascinante ya que su paisaje es una de las más extraordinarias obras de arte del Verbo de Dios. Tanta belleza nos obligó a detenernos varias veces para sacar algunas de las inevitables fotos que ornan  estas líneas. El viaje fue magnífico: nuestros ojos se perdían en los montes y nuestras almas se ocupaban de Dios y los infieles al rezar el Rosario, la Salve y el Breviario.

III. 

Zeema III es uno de los tres caseríos (aunque quizás la palabra les queda grande) que se ubican tras una preternaturalmente oscura villa llamada Lachhen. Los otros dos llevan el mismo nombre, pero diverso número. Zeema significa un “demonio muy poderoso”. Huelga decir que éste es un nombre propicio para tierras (como aquestas) que profesan el budismo tibetano. 
Nosotros rebautizamos estos tres parajes con nombres que son como un “agere contra” cultural: San Miguel, San Rafael y San Gabriel. Cuando las tengamos, pondremos allí estatuas de los tres gloriosos Arcángeles. 
Esos caseríos son básicamente asentamientos provisorios para los obreros (cuasi-esclavos) que asfaltan los caminos, quebrando rocas a fuerza de martillazos. Ellos pertenecen a los estamentos más bajos de la sociedad y son reputados como gente que paga en esta vida los crímenes de pretendidas vidas pasadas. Acá los llaman “dunka party". Ningún budista les dará la más mínima ayuda o consuelo. No habrá ninguna compasión para con ellos. Hasta las mujeres dunkas deberán pasarse el día martillando piedras sentadas al borde del camino en estos (que Femen tome nota), uno de los lugares más inhóspitos de la tierra. 
Los dunkas acá viven a casi tres mil metros de altura, en toldos hechos de plástico, maderas, bolsas y basura. La ausencia de puertas enfermará a quién ose hospedarse allí ya que el frío es muy intenso. 
Son muchos los campamentos semi-esclavos. Zeema III (o San Gabriel) es sólo uno de ellos. Cada grupo naturalmente tiene su jefe. El jefe del grupo de San Gabriel se llama Puran Moli y se hizo amigo nuestro (y nosotros de él) hace casi dos años. Él, con muchos de los suyos, antes vivía en Richu, una aldea cercana de Naga, pero ahora se mudó a Zeema III, donde lidera 43 trabajadores, que, según nos dijo, en principio viviran un lustro en dicho tolderío. El hermano de Puran es jefe de otros grupos ubicados en una región tibetana a una semana de distancia. Entre Puran y su hermano, ellos lideran cientos de obreros dunkas, muchos de los cuales son de la tribu Moli.

IV.


Ya habíamos ido a Zeema III algunas veces. De hecho, ahí profesé mis votos como religioso eliata el año pasado en Pentecostés.
Hoy volvimos y organizamos un encuentro de oración y predicación, que fue interrumpido por dos corpulentos budistas nativos que, con cara de pocos amigos, vinieron a interrogarnos. David y Puran movieron una chapa (que oficiaba de puerta) para ocultarnos a los que estamos rezando. Pasada la amarga pausa, retomé el hilo de mi predicación centrada en la dramática e inapelable tensión de Mc 16, 16…
Casi sin luz (sólo teníamos la de mi celular y la de un tenue rayo solar) les enseñamos a besar el crucifijo -que pasó de mano en mano-, les dimos los rudimentos bíblicos probatorios de la fundación divina de la Iglesia Católica y nos homenajearon con generosa porción de arroz y carne.


Después, abiertamente, invitamos al jefe  a redactar y firmar un pedido de ingreso en la Iglesia Católica. 
Sin vacilar escribió la solicitud en una libretita que llevé en mi sotana.
Luego, lo filmamos leyendo solemnemente el pedido formal de ser aceptado en la Iglesia junto con todos los que, Deus volente, firmarán debajo. 
Durante esta semana, Puran invitará a sus cohermanos a suscribir este pedido formal, en el que requieren a la Iglesia que  se digne enviarles un catequista de su tribu (Moli) a adoctrinarlos.
Pedimos a todos que recen para que todos los moli de Zeema III firmen el pedido de ser recibidos en la Iglesia Católica Apostólica y Romana, la única verdadera.
¡Que la Virgen atraiga al Espíritu Santo a nuestros corazones y a nuestras misiones!

¡Viva la Misión!

Padre Federico, S.E.
Misionero en el Himalaya  
28/IV/18