26.11.20

Batoure - Tras los pasos de los misioneros

Por P. Emmanuel Pujol 

Voy por las calles de esta ciudad del trópico subsahariano, y escucho a los niños gritar con emoción cuando me ven: “¡batoure, batoure!” Batoure es un palabro de la lengua local, el “Baribá", que significa “el blanco". Para ser más precisos hay que decir que es una de las lenguas locales, la más común en la ciudad donde se encuentra el obispado, que es el lugar donde me encuentro. Hay hasta cinco distintas.

 

El P. Federico, mi superior, dió positivo en coronavirus al descender del avión, y se activó el protocolo que lo obliga a confinarse unos catorce días, a la espera de que otro caro test le dé negativo. En realidad se encuentra bien, aunque lo ha pasado muy mal por los efectos secundarios de la medicación que le prescribieron en el hospital. La situación, que también ha pasado por momentos angustiosos, se confunde con el panorama del surrealismo en el que estamos inmersos. Y pasados los momentos angustiosos, nos reímos de lo acontecido, pues los efectos secundarios de estas medicinas dan para toda clase de anécdotas.

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30.10.20

Reinado de Cristo o Democracia del Anticristo

Hace 95 años, S.S. Pío XI instituyó la gloriosísima fiesta de Cristo Rey destinada a rezar por la restauración de la Santa Cristiandad, esto es, de los Gobiernos Católicos (unidos a Pueblos Católicos), que algún protestante, impropiamente, dio en llamar “confesionales”.

El verdadero nombre no es “confesional” ni “civilización del amor” ni “teocracia”, sino simple y reciamente: Cristiandad o, en latín, Christianitas. De hecho, como subraya Gueydan de Roussel, antiguamente no se hablaba de Europa, sino de la Christianitas, nombre que debemos recuperar.

“Europa”, de hecho, tiene un significado absurdo. Evoca una idolilla fenicia secuestrada y seducida por el ídolo Zeus transformado en toro. ¿Cómo la gloriosa Christianitas, que marcó más que ningún otro factor humano la Historia Universal, adoptó un nombre tan ridículo? Son los estultos modos de obrar de la laicidad. De todos modos, el mote “Europa” describe agudamente la caída de la Christianitas: ya no es la fortaleza de la Civitas Dei en este destierro, sino una tierra idólatra y fenicia raptada por una conjura de seres abisales.

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27.10.20

A los XXXVIII Leones de San Rafael (video disponible)

Publicamos una nota que circula por las redes escrita por J.G. Lardies, sobre el Seminario diocesano más católico que ví en mi vida, un seminario donde, hasta la fecha se respiró la reyecía de Cristo, la Argentina Católica, la fidelidad martirial al Credo Niceno, la voluntad incondicional de luchar por las salvación de las almas, el fuego de la Hispanidad y donde se preparaba la restauración de la Santa Christianitas.

Fue un Seminario cuyo primer Rector fue el glorioso Padre Ezcurra. 

Fue un Seminario cuyos seminaristas fueron expulsados en la Solemnidad de Cristo Rey, como mostrando que sus hijos son predilectos del Rey de Reyes.

 

¡Viva Cristo Rey!

Padre Federico, S.E.

 

 

¡Qué imagen la de Ayer! Casi épica, casi sagrada… Ese tipo de imágenes que conmueven profundamente, hasta el alma, y cuya trascendencia se contempla más que se entiende: los seminaristas de San Rafael, con sus sotanas y su firmeza de corazón, de pie frente a su seminariopróximo a cerrarse para siempre.

 

Cantaban el Himno del Seminario, Semirario al que aman con intensidad y que tantos buenos curas dió a nuestra tierra.

 

Ayer, 27 de octubre, se confirmó el cierre del Seminario y se supo que a estos seminaristas se los manda de regreso a sus casas, sin sotanas, sin mayores explicaciones, castigo oprobioso.  ¿Qué puede argumentar la Santa Sede para justificar una decisión así? Acaso dirá _"este seminario se cierra y sus seminaristas son severamente castigados porque respetan ‘demasiado’ a Jesucristo, porque son en exceso reverentes con la Sagrada Hostia y eso es intolerable“_ . ¡Cuando sabemos que por el mundo (y en plena actividad) hay monjas abortistas, clero homosexualista, teólogos detractores de la fe verdadera, moviéndose dentro de nuestra Iglesia sin que se ose imponerles límite o sanción alguna! ¿Es tan detestable el ‘crimen’ de estos seminaristas mendocinos que llenos de amor a Cristo prefieren ser echados como perros antes que ser obligados a manosear la Sagrada Hostia? ¡Benditos custodios de la Eucaristía!

 

Verlos ahí de pie frente al Seminario nos trae a la memoria esas imágenes tantas veces vistas de los mártires de Barbastro… de San Héctor Valdivieso o del Beato Juan Duarte Martín… Provocan esa emoción que tiene que ver con el respeto y la admiración elevados a un nivel que está más allá de las cosas del mundo. Es una imagen distinta a las imágenes ‘eclesiales’ complacientes y tibias  que estamos acostumbrados a ver últimamente, imágenes circenses o markiteneras, endebles o caricaturescas… 

Estos muchachos nos recuerdan la dignidad de nuestra Santa Madre Iglesia, nos muestran el rostro de la verdadera Iglesia, la que no negocia con el enemigo, la que no perece.

 

Y sí. De alguna manera tienen algo de mártires. Martirio incruento… O quizás sea que están hechos de esa madera martirial y que hoy han comenzado a transitar ese camino en el que muchos otros valientes de sotana los han precedido a lo largo de la Historia, camino culminado en palma y florecido en sangre para ganarse el Cielo por asalto. 

 

Hace mucho tiempo que los persiguen… Y claro, la sotana molesta, da comezón, pero no precisamente a quienes la llevan puesta. 

Ahora esa persecución se hizo especialmente visible; los comenzaron a perseguir ‘formalmente’ podríamos decir… y ya hemos visto muchas persecuciones a cristianos… sabemos lo que significan.

 

Sí. Ya son un poco mártires por Cristo. Ya demuestran un poco de ese santo valor que infunde el Cielo. Y ya van haciendo que quienes los miramos en su manera tan clara de amar al Señor sintamos la necesidad de ser mejores cristianos.  Ocurre lo que ocurre cuando el demonio quiere sofocar la obra de Dios, pero de las cenizas de su destrucción surgen incontables nuevas vocaciones, nuevas fuerzas, nuevos triunfos santos y todo eso que no se mata… 

 

-J.G.Lardies

 

  

 

 

 

21.10.20

De la papolatría

Alejandro VI

La elevación al trono de Pedro de S.S. Alejandro VI (quien si bien fue el Papa de la providencial y felicísima donación de América al Imperio Español, tuvo algunas costumbres poco edificantes durante algún tiempo), puso a la Sierva de Dios Isabel La Católica en un aprieto. Isabel conocía bien a quien había sido antes el Cardenal español, Rodrigo de Borja; ahora como Sumo Pontífice, le merecía el mayor de los respetos y sumisión religiosa, pero como pecador, no; y no podía aprobar conductas indignas de un prelado que causasen incluso escándalo a los fieles.

Así, con motivo de haberse celebrado en los Estados Pontificios, con toda fastuosidad, las bodas de Lucrecia Borja, hija del Papa (nacida varios años antes de la asunción de éste al trono pontificio), la Reina Isabel citó al Nuncio Apostólico Mons. Francisco des Prats, a Medina del Campo, donde se encontraba la corte. Allí, con exquisita discreción (al punto que hoy se conoce esta reprimenda sólo por un informe secreto del nuncio al Papa, conservado en el Archivo Secreto Vaticano) luego de despedir a sus secretarios y ayudantes, presentó sus quejas:

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17.10.20

Los miserables infieles

 “¿Qué clase de hombres más acreedores a nuestra ayuda fraternal que los infieles, quienes, desconocedores de Dios y presa de la ceguera y de las pasiones desordenadas, yacen en la más abyecta servidumbre del demonio?” (1)… Con estas clarísimas palabras el Papa Benedicto XV hablaba de los pobres paganos, es decir, de todas aquellas personas que aun no tuvieron la gracia de escuchar la sagrada predicación de la Fe católica y recibir las aguas del Santo Bautismo.

Como enseña la Iglesia, hay tres tipos de apostolado: la Misión Ad Gentes, la Nueva Evangelización y la Atención Pastoral de los fieles. La Misión Ad Gentes es la Misión que busca la conversión de los paganos. Los paganos son todos aquellos que aun no recibieron el anuncio de la Fe. Aclaremos que el que ya recibió la Fe pero la rechazó, no es pagano sino apóstata –a ellos se dirige la llamada “Nueva Evangelización”, pero no la Misión Ad Gentes-. ¿Y cómo se llama la atención espiritual dirigida a los fieles? Esa es la “Atención Pastoral de los fieles”. Ahora bien, es muy bueno que nosotros cooperemos a fin de lograr la conversión de los paganos o infieles. Podemos cooperar, por ejemplo, rezando, dando limosna u ofreciendo penitencias y sacrificios por la conversión de los pobres paganos.

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