Ni Sagrario, ni sotana, ni compañero
Nota introductoria
Esta crónica fue escrita menos dos semanas después del comienzo de la Misión en la Meseta Tibetana, esto es, el 12/5/16. Otros relatos, como ser “Himalaya Preconciliar", fueron escritos después de la presente narración, la cual es una especie de crónica soñadora.
Naturalmente, y gracias a Dios, muchas cosas ya cambiaron, pero creo que las líneas que siguen expresan bien cómo fue el comienzo de la Misión, de la cual, poco a poco, iré tratando de contar los principales hechos de su devenir.
Por gracia de Dios, el Movimiento Misional de voluntarios europeos e hispano-americanos (al que, en clave de ensueño, se hace mención en las líneas que siguen) comenzó a existir y operar hace ya algunos meses.
Hoy, por tanto, con toda la fuerza de mi alma, aprovecho, a convocar, de modo público, voluntarios (sacerdotes, religiosos -de cualesquier Congregación- y laicos) de todo el orbe… ¡a que vengan para evangelizar a los pueblos aún paganos!