Como bien decía un autor, el cristiano siempre ha reconocido que el ejercicio de su religión es de naturaleza épica. Y por eso, por más que varíen ciertas expresiones, hablar de una espiritualidad épica no es algo estrictamente novedoso, sino algo esencialmente tradicional y perenne.
Ahora bien, la épica, y más aún la épica cristiana, es algo absolutamente contrario a la Modernidad y por ende a nuestros tiempos. Debe oponerse contra la época, la épica.
Por eso, una espiritualidad épica no parece para nada acorde con nuestra época, sino que es una pretensión contrarrevolucionaria y políticamente incorrecta.
Por eso, muchos “de Misa diaria” nos proponen, y aun exigen, una espiritualidad diferente, distinta y sobre todo adaptada a nuestros tiempos, esto es, una espiritualidad empresarial, silenciosa, que no polemice con el mundo, que no predique a tiempo y destiempo, que aborrezca la ira santa, que no incomode a los poderosos.
Leer más... »