Testimonio de una defensora de la vida por nacer.
Este testimonio se hizo viral en las redes, pero consideramos oportuno cambiar los nombres para salvaguardar la identidad de la persona que lo emitió.
Hola Julia, ¿como estás? soy Ana. Te quería contar una experiencia del sábado. Con un grupo de mujeres católicas nos fuimos a la Plata, al encuentro nacional de mujeres. Yo por temas personales sólo estuve el sábado y casi todos obviamente se quedaron el domingo completo. Te quería contar, fuimos al taller de aborto. Nuestro objetivo era ir a defender al niño, defender la vida. Bueno, empezó todo como muy amigable; yo estaba muy nerviosa, era la primera vez que iba a este encuentro. Y bueno, hubieron momentos violentos, agresivos y como que cuando a las otras les hablas de la vida, del niño, del bebé, se ponen como locas, te digo que parecen hasta endemoniadas en persona.
Yo todo el tiempo estuve con el rosario en la mano, metido en el bolsillo, rezando rezando, rezando cada vez que hablaban las chicas (como yo no llegué a hablar) , y rezaba porque eso las sacaba de quicio a las otras. Bueno, había mucha gente que estaba rezando, sabemos que estaba la cadena del rosario; había unos sacerdotes y unas monjitas que se habían quedado en el lugar donde nos juntamos todas; fuimos a misa en la mañana y de nuevo en la tarde. Y rezamos de vuelta, seguimos rezando.Yo lo que le contaba a mi marido es que fue un momento único en el cual se vivió como mucha violencia y un clima muy hostil. Eran muchísimas más ellas que nosotras. Ya nos habían dicho que no nos separáramos, y estábamos más o menos juntas dentro de una clase. Hubieron varios talleres, se dobló la cantidad porque habia mucha gente que quería ir a los talleres de aborto. Y tuve un poco de miedo, pero por otro lado como que sentía que ante tanta maldad y ante tanta agresividad igual estaba protegida; no sé cómo explicártelo pero yo sentí la fuerza de la oración en todo momento que estuve allí en el taller. Y no sé, personalmente sabía que toda la gente estaba rezando. Yo misma estaba rezando cuando estábamos allá adentro y tenía la fe en que María nos iba a cuidar. Y nunca me había pasado algo así, estar como tan cerca del peligro o de la violencia y por otro lado igualmente confiar y, ¿sabes? sentía como un clima de de oración y de que alguien nos protegía así que después volvimos. A la noche terminó el taller sin mayores problemas, más allá de las discusiones y los gritos en contra de los antiderechos, de todo nos dijeron; pero bueno, sé que el domingo también se puso bravo, me lo contaron las chicas que se quedaron allá, asi que más que nada quería enviarte el testimonio de que hay que seguir rezando el rosario. Es un arma poderosísima y de verdad que el sábado lo sentí. Te mando un beso y muchas gracias por organizar todas las cadenas.
4 comentarios
Por mi parte.gracias..y seguiré rezando el Rosario..por los inocentes.pir sus madres y por personas como tú.que sigan dando ejemplo vivo deCristo y la cultura de la Vida frente ala imperante de la muerte.
Dios te bendiga
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