El Budismo en pocas líneas (I)

El budismo en pocas líneas

 

Para responder a pedidos de algunos lectores y amigos, en dos o tres entregas, haremos una presentación sintética sobre el Budismo, especialmente sobre el Budismo Tibetano, fundando nuestra exposición en nuestros estudios sobre el tema y en nuestra intensa experiencia de vida en el Himalaya. Rogamos a Dios que estas breves líneas sirvan al laicado a rechazar la pestífera tentación del budismo, que mientras se presenta disfrazado bajo los ropajes del pacifismo, la meditación y la gimnasia relajante, abre de par en par las puertas del alma y del hogar familiar a los demonios del infierno, lo cual no pocas veces acaba en posesiones diabólicas.

 

Teodicea Budista

Un día me encontré con un monje tibetano y tuvimos un diálogo, lo cual no es fácil ya que casi nunca quieren hablar. Suelen evitar el diálogo y a menudo a lo evitan de modos bruscos. Mas, esa vez, pude dialogar y dialogar amistosamente. Era un monje de alto nivel de un importante gompa (monasterio) tibetano ubicado en Nepal. De pronto, le pregunté quién creó el universo y su respuesta fue: “Ustedes creen en Dios, nosotros en el karma”. Le respondí que si bien eso es cierto, su respuesta no respondía la pregunta ya que el concepto (o mitología) del karma -que, en realidad, no existe- hace referencia a supuestos efectos, no a causas, de las faltas pasadas. Por ende, no puede decirse que el karma creó el mundo. Terminó aceptando que su respuesta fue inadecuada y que su iluminación no es tan alta como para saber quién creó el mundo. Dijo que respetaba mi creencia en el Creador y no intentó siquiera amagar refutarme. Lo invité a rezarle a Dios “por las dudas”, esto es, ya que, según él, no se puede afirmar, con certeza, que no exista. Pero, me dijo que no quería mezclar los caminos. Le dije que su camino jamás le dará la felicidad ni la iluminación y le dije lo siguiente: “yo te invito a rezar ahora, pero si no quieres rezarle a Dios ahora, al menos cuando después de muchos años experimentes la nulidad e infructuosidad total del budismo,  rézale a Dios y verás cómo Él te responderá”.

Ateísmo Budista

          Como ya anticipamos, el Budismo es ateo. El Budismo no cree en un Dios Creador. Mas tampoco es posible que crean en un Creador ya que para ellos no hay creación, es decir, para la corriente dominante del Budismo Tibetano, nada existe, nada es. El Budismo Tibetano es nadismo.

El Budismo Tibetano tiene un enorme panteón de dioses y demonios. Mas, ¿cómo se compatibiliza este panteón de dioses con su ateísmo? El tema es así: para los budistas, los dioses son dioses por una temporada, luego de lo cual devienen animales, hombres, demonios u otro tipo de ser. De fondo, está el absurdo mito de la reencarnación.

Hay budistas, especialmente en el pueblo llano, que no quieren ni oír hablar de Jesús ya que lo consideran incompatible con el set de mitologías y supersticiones budistas. Pero, hoy en día, en principio, el Budismo considera a Jesús como un Buda más, como un gurú más, como un iluminado más ya que el Budismo considera que hay diversas encarnaciones de Buda para mostrarnos el camino de la iluminación.

Antropología Budista

Como enseña Santo Tomás de Aquino, nuestra alma tiene dos potencias: la inteligencia y la voluntad. El objeto de la inteligencia es la verdad, esto es, la inteligencia fue hecha por Dios para que conozcamos la verdad y reflexionemos sobre ella y, sobre todo, para que contemplemos la Verdad Suma, que es Dios. El objeto de la voluntad es el bien, esto es, la voluntad fue hecha por Dios para que amemos el bien y alcancemos el Bien Sumo, que es Dios.

Para el Budismo Tibetano, por el contrario, la inteligencia no puede conocer la Verdad ya que nada existe. Así es. El Budismo Tibetano cree que nada existe, que nada es, que todo es una ilusión, que todo es nada. Ergo, no hay nada que conocer. El Budismo Tibetano distingue dos tipos de ciencia: la ciencia aparente y la ciencia última. La ciencia última es considerada como la ciencia verdadera y sólo se obtiene por medio de la iluminación, que se conquista luego de muchos años de horribles mortificaciones y penosas meditaciones y, a menudo, gimnasia yoguística. Ahora bien, ¿en qué consiste esa famosa “iluminación” o ciencia última? En darte cuenta que “nada existe”.

Mas, ¿cuál es la posición del Budismo Tibetano respecto de la voluntad? El Budismo considera que todo deseo es malo per se, que todo deseo es egoísta y que no debemos tratar querer ser felices. En lo que toca a la educación de la voluntad, el objetivo, entonces, del budista (y del yogui) no es sino el de erradicar todo deseo, incluso el deseo de felicidad. ¿Y si uno tiene deseo de ayudar al prójimo doliente? También hay que extirpar ese deseo.

En suma, si se considera la concepción budista-tibetana sobre las dos potencias del alma (inteligencia y voluntad), debemos concluir que el Budismo Tibetano equivale, sin más, a la máxima negación del hombre, a la aniquilación total de todo lo humano y, por tanto, a la muerte del hombre. En efecto, si no podemos conocer nada (porque nada es) y no debemos desear nada (porque todo deseo es egoísta), entonces lo mejor que podríamos hacer en nuestra vida (si fuese posible) sería extirparnos la inteligencia y la voluntad. Por eso, en línea de principio, un budista tibetano coherente debería considerar mucho más dichoso a los minerales que al hombre ya que las rocas no caen en ilusiones ni egoísmos. He aquí el culmen de la sabiduría orientalista, que tantos hombres modernos compran sin darse cuenta que se trata de un verso absurdo.

Como dijimos, para el budismo, no hay que desear nada de nada, pero habría una excepción y es la del gurú iluminado. En efecto, si uno llega a un elevado grado de iluminación, esto es, a la perfección, entonces, uno alcanza la “intención pura”. Cuando esto sucede, entonces uno puede querer cualquier cosa y no va a haber problema ni egoísmo alguno. Por eso, la mitología budista -presente en Bhutan, Tibet y Sikkim- no tiene problema alguno en afirmar que el Gurú Rimpoche (o 2do Buda) tuvo dos consortes y que una de ellas una vez se convirtió en tigre (o tigresa) y él la montó volando hasta una cueva (“Tiger Nest”), que hoy es considerada el lugar más sagrado (¡!) del Reino de Bhutan. De todos modos el cuento del Gurú Rimpoche y la tigresa es poesía agradable al lado de lo que nos decía un monje en la meseta tibetana: “si lo haces con intención pura, no hay problema moral alguno en matar a un niño inocente, adorar lo que se sabe que no es Dios o cualquier otra cosa por el estilo”.

La voluntad fue hecha para amar y por eso se plenifica por medio de la virtud teologal de la caridad (que los modernistas deformaron transformándola en ese engendro llamado “solidaridad”). Los budistas deforman la caridad y cultivan la “compasión”, que consiste en no hacerle mal a ningún ser sentiente, lo cual, en estricta coherencia, los obligaría a caminar con cuidado para no pisar ningún insecto, cosa que hacen los jainistas, que, podemos decir, son como “primos” de los budistas. Esta compasión es tan intensa que si hay algo que brilla por su ausencia en el Himalaya son las obras de caridad (colegios, orfanatos, hospitales, …) hechas por monjes (o laicos) budistas. Y ésto que decimos, lo decimos desde la experiencia. Baste como prueba el hecho de que desde que re-fundamos la escuelita en la misión, jamás encontramos ni un voluntario budista. Ni siquiera un solo. Jamás un monje se acercó a hacernos un donativo. Todos los voluntarios que nos ayudan son extranjeros que hacen un enorme sacrificio para cruzar el mundo con tal de ayudar a los niños. Hablando con un amigo budista de la zona, en medio del Himalaya, él me decía: “es imposible encontrar voluntarios budistas”, y se reía, casi a carcajadas, cuando yo le hablaba de reclutar voluntarios.

Contemos otra historia: un día un borracho cayó desmayado en la puerta de mi casita. En esa zona del Himalaya, nadie se va a acercar a ayudar al borracho. Y si se muere, es problema de él o, más bien, castigo de su karma. Fuimos nosotros quienes tuvimos que levantar al borracho para que no se muera de frío. Debimos soportarlo muchas horas gritando y orinándonos la casa. Al otro día, estaba todo el mundo admirado porque habíamos hecho lo elemental. En suma, la compasión budista es un palabrerío. No tiene ninguna relación con la caridad.

La caridad cristiana lleva a abrazar la cruz y llevar el dolor con paciencia e, incluso, con alegría, como se ve en la vida de los Santos. Pero, el budismo odia el dolor y para evitar el dolor, buscan evitar todo deseo, hasta el deseo de felicidad.

 

Religiosidad budista

Digamos dos palabras sobre la religiosidad budista. La religiosidad budista popular, esto es, la experiencia y práctica religiosa del laico budista medio, según lo que vemos con nuestros propios ojos al vivir con ellos en el Himalaya, se puede resumir en esto: ser pasivos participantes de ceremonias monásticas, sin tener ni el más mínimo conocimiento de su religión. Ni el más mínimo. En efecto, cuando le preguntamos a los budistas laicos tal o cual cosa elementalísima sobre el budismo, no nos saben decir. Lo único que atinan a decirnos es: “pregúntale al lama (monje)”. Y cuando le preguntas a los lamas, no pueden responder prácticamente nada, pero eso es otro tema.

Las ceremonias populares en las que participan los laicos son de dos tipos: en su casa o en el monasterio. Cuando la ceremonia es doméstica suele deberse a que algún familiar está enfermo. En tal caso, un grupo de 3 ó 4 monjes, decentemente pagos por los familiares, emplean horas haciendo larguísimos rituales, mientras comen y toman lo que se les casa cocine. Los familiares se la suelen pasar cocinando durante los rituales. Lo esencial de estos rituales consiste en que el monje descubra cuál es el demonio que está causando la enfermedad y, acto seguido, aplacar a ese demonio ofreciéndole sacrificios latreúticos. Es decir, se trata de satanismo, aunque más no sea por “compasión”. Mas, satanismo bien pago. Un vecino budista me contaba que la mayor parte del magro ingreso de los campesinos budistas se consume en rituales monásticos.

La religiosidad budista de los monjes promedio consiste en ofrecer servicios rituales pagos a domicilio y en el monasterio. Es preciso aclarar que no es fácil para los laicos renunciar a los rituales monacales, por más plata que cuesten, ya que la mitología tibetana, inculcada por los monjes, amenaza con terribles castigos demoníacos, en esta vida, a quienes no pidan los rituales o desobedezcan los reglamentos monásticos. El Budismo Tibetano inventó un número incontable de reglas, nacidas de la superstición y del demonismo, que complican al extremo la vida de las personas. Estas reglas llegan a detalles de la vida cotidiana, como ser “no podes tener tu casa debajo de este árbol”, “hoy no podes casarte ya que es día malo” y ese tipo de cosas. Cuando un bebé nace, el monje calculará el horóscopo y luego, a menudo, advertirá a los padres que si no hacen tales y tales rituales (llamando a los monjes y pagándoles) durante tantos años, el niño sufrirá tal o cual tragedia (enfermedades, accidentes, muerte súbita, …).

(continuará…)

Padre Federico Highton, S.E.

Misionero en el Himalaya

15 comentarios

  
tarci
Es invaluable su testimonio y su conocimiento de esre tema que esta embaucando no solo a bautizados no practicantes sino a consagrados catolicos y religiosos que buscan la novedad y no hay argumento mas solido para ayudarles que la vida de un misionero en el Tibet.

Le agradezco tanto que comparta el don de Dios porque yo mismo he caido en la trampa semantica de decir solidaridad en lugar de Caridad.

Tambien su relato sobre el borracho me llevo a la Parabola del Buen Samaritano y tanto deseo que las personas de su entorno se inspiraran de Cristo quien os enseno a vivir el amor al projimo segun la parabola del buen samaritano.

Occidente da por hecho que nuestra civilizacion tiene hermosura porque somos superiores pero no.La hermosura viene de la Sangre de Cristo y de Su predicacion del Reino de Dios ensenandonos a donarnos como El se dono y a servir como el Rey Jesucristo sirvio....

Dios os siga inspirando para ayudarnos a discernir las religiones con el Prisma de Cristo como Benedicto XVI nos lo pidio en su enciclica Caritas et Veritatis... oponernos a la mentira y a la media verdad tambien.
01/06/19 7:40 PM
  
maru
Como para ser budista.....! Y luego dicen que quien practica esta religión encuentra paz, armonia, serenidad, el ''Karma'' vamos. Qué horror! Y que luego , el mundo critique a la Iglesia Católica.....de chiste . Como diria el otro, ''increible, pero cierto''
01/06/19 7:50 PM
  
Teobaldo
Como antiguo practicante budista, aunque soto zen, estoy de acuerdo con sus apreciaciones.

Añadiría lo absurdo de las ceremonias de dar gracias antes de comer (¿a quién? Contestan que al Cosmos, al Orden, lo que sea...dar gracias a un “ente” impersonal....absurdo)

Por otro lado, cuando dice que:

“Digamos dos palabras sobre la religiosidad budista. La religiosidad budista popular, esto es, la experiencia y práctica religiosa del laico budista medio, según lo que vemos con nuestros propios ojos al vivir con ellos en el Himalaya, se puede resumir en esto: ser pasivos participantes de ceremonias monásticas, sin tener ni el más mínimo conocimiento de su religión. Ni el más mínimo. En efecto, cuando le preguntamos a los budistas laicos tal o cual cosa elementalísima sobre el budismo, no nos saben decir. Lo único que atinan a decirnos es: “pregúntale al lama (monje)”. Y cuando le preguntas a los lamas, no pueden responder prácticamente nada, pero eso es otro tema.”

Me gustaría decir que, en el catolicismo nos pasa igual. Muchos años me he encontrado lejos De la Iglesia precisamente porque nadie supo darme razones de la Fe ni acompañarme.

Creo sinceramente que nos falta formación y oración, a todos los niveles.

Que Dios le bendiga
01/06/19 9:20 PM
  
Jk
¿El budismo puede ser visto como una filosofía no como una religión?

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Es una filosofía falsísima, una idolatría, un sinfín de supersticiones y un bolsón de magia satanista.

PF
01/06/19 10:23 PM
  
Adrián Ferreira
Muchas gracias muy buen material. Nuestro deseo de felicidad sino se cumple en la tierra se cumplira en el cielo. Los budistas no tienen verdadeira esperanza.
02/06/19 6:13 AM
  
blanca
Padre Federico,

Gracias por tomarse el tiempo en instruirnos. Por favor continúe y haga uno sobre el hinduismo si Dios se lo permite. Esto ayuda mucho sin ser tan difíciles de comprender. Gracias de antemano y esperaré su próximo escrito. Dios lo bendiga, a sus niños y su misión.


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Estimada Blanca

Cuando pueda, escribiré algo sobre ese engendro llamado "hinduismo", pero antes leeré varios libros más.
En Dios
PF
02/06/19 9:45 PM
  
kairós
Lo que más me cuesta entender del budismo es que puedan creer que el fin de la persona es la nada, el vaciamiento de uno mismo hasta tal punto que deje de ser.

El nirvana o estado de iluminación es precisamente lo único real, ausencia de toda idea y ser condicionado, cesación de todo ego y deseo. NO HAY NADIE ALLÍ. Es la ausencia de todo lo que es personal.

Me volvería loco pensando que todo lo que me rodea es falso, ilusión. Si mis conceptos e ideas son construcciones mentales engañosas...terminaría cuanto antes con todo. Total... YO NO SOY YO, ni "yo" me reencarnaré pues no creen en nada permanente (niegan la existencia del "atman") y la persona no es más que un cúmulo de agregados que cambiarán radicalmente en la próxima existencia haciendo imposible la afirmación "yo me reencarnaré" pues no seré yo.

El budismo no es más que UNA TÉCNICA para llegar a un estado alterado de conciencia, un meterse en uno mismo hasta perder la consciencia y conciencia de sí mismo. Y como toda técnica exige control, disciplina y un proceso mental complicadísimo para experimentar el "no yo".
02/06/19 10:41 PM
  
Carolina
Padre Federico:

Muchas gracias por este artículo tan claro que puede iluminar a muchos y Dios quiera que así sea.

Hace unos años una amiga, bautizada, lamentablemente cayó en estas ideas del budismo. En una conversación que tuvimos fue bastante triste comprobar que ella estaba a favor del aborto por esta filosofía, ya que decía que no importaba si "total iba a reencarnar"... y obviamente (y esto ya no sé si era un sincretismo o parte de estas mismas creencias) lo importante era el placer en sí mismo. Según ella el amor era incompatible con el dolor y si uno ama, no duele... Evidentemente según esa filosofía, el amor no puede ser la Cruz, mucho menos Nuestro Señor Jesús Crucificado ser la mayor expresión de amor que pueda existir... Ni hablar de "morir a uno mismo en pos de otro"... La caridad para estas personas no existe.

Fue una conversación muy triste que terminó separando nuestros caminos, pero esta persona ya no podía razonar y no valía la pena siquiera intentarlo.

En internet hay un testimonio de Joseph Marie Verlind, que llegó a ser discípulo de un Yogi y luego de muchos años en el Himalaya gracias a Dios se convirtió y se hizo sacerdote. Él da testimonio de que la consecuencia última de la práctica del yoga le impedía llegar a amar al otro.

Y advierte lo siguiente: «No hay yoga cristiano, sino que hay cristianos que hacen yoga». «Muchos occidentales hacen yoga como ejercicio de relajación. Dicho esto, cuando le dije al gurú, en un viaje a Alemania, que los europeos estaban haciendo yoga para relajarse, él tuvo un ataque de risa. Luego pensó por un momento y dijo: “Pero esto no evitará que el yoga haga su efecto”. Lo cual es muy significativo. El efecto del yoga está en contra de la actitud cristiana, es el de la acogida del otro, dejarse descubrir por el otro, dejarse personalizar por el encuentro con el otro».

Mucho debemos rezar por tantos católicos bautizados que terminan cayendo en estas filosofías y que ya no pueden ver la Verdad. Que la Virgen desate los nudos que los atan al enemigo para volver al Camino y convertirse.

¡Viva Cristo Rey!
¡Viva María Santísima!
04/06/19 6:59 AM
  
Noelia
Ave María Purísima;
Disculpe me ignorancia, las mujeres en esta práctica budista que lugar toman? Pregunto porque siempre escucho hablar de hombres.
Por las dudas, aclaro ante el auge del horrible movimiento feminista, mí pregunta no va mal intencionada.



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Tradicionalmente, al menos en la mayoría de los casos, el budismo tibetano prohibió a las mujeres ser monjas, lo cual, hipotizo, implica que ser mujer sería debido a los propios pecados.
PF
04/06/19 11:41 AM
  
Lorena Galdeano
Buenísimo artículo, gracias Padre Federico.
Lo más triste es ver cómo desde la cabeza de la Iglesia, se crea confusión acerca de estos temas y las personas comunes creen que es todo lo mismo y que no " pasa nada " con algunas prácticas new age, además de estar avaladas obviamente por curasque minimizan las consecuencias de tales prácticas.
Dios ponga luz en nuestros corazones para poder ver el daño que esto causa.
04/06/19 12:38 PM
  
Gerardo Lopez
Hola y gracias por enseñarnos a ver más claramente este asunto del budismo. Es una trampa. Empiezas queriendo poner atención, ser más consiente y poder aliviar el dolor y el estrés. Terminas postrando tu ser ante deidades rarísimas, pronunciando sílabas "sagradas", tomas un nombre nuevo, te comprometes y atas tu mente a Buda, los compañeros y el maestro. Las prácticas incluyen rituales y ofrecimientos a los iluminados.
Te vuelves un supersticioso de primera y muchas practicas ocultas se vuelven un plus.
No hay moral porque "mientras no dañes a nadie no pasa nada".
No tienen nociones del matrimonio de por vida. Si no te sientes bien, simplemente cambias de pareja.
Los cursos y pláticas son costosas y tienes que pagarle a los maestros en agradecimiento.
Es una entrega progresiva sin que te des cuenta ya estás bien metido en la "Sangha". Faltos de amo buscamos en todos lados.
04/06/19 9:40 PM
  
rastri
Muy interesante esta visión de una sociedad tan alejada de nosotros.

Gracias y leeremos el próximo envío.
05/06/19 6:29 AM
  
Néstor
Muy buen artículo, Padre. El tremendo esfuerzo que supongo deberá hacer un monje budista para recorrer el camino a la "iluminación" implica sin duda un inmenso deseo de alcanzarla, que no es sino otra forma del deseo de la felicidad, que sin embargo el monje debería tratar de extinguir, no?

Saludos cordiales.


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Tal cual.

PF
05/06/19 8:52 PM
  
Alejandro
Gracias padre Federico. Es muy cierta la advertencia que Ud. hace sobre la tentación del budismo. Y esa tentación es la de buscar en el budismo la espiritualidad que muchos ansían y no encuentran. En mi ciudad, Santiago de Chile, abundan los centros de yoga y, en los últimos años, han proliferado los restaurantes de comida thai, que tienen a su entrada una estatua de buda con una vela encendida, una especie de altar. Creo que hay una imagen idealizada del budismo en Occidente. Un gran riesgo para los católicos es asimilar el monacato budista al católico. Están de moda los encuentros interconfesionales entre monjes católicos y budistas. Con poco conocimiento del tema, creo que son formas de vida completamente distintas, a pesar de las apariencias accidentales.
19/06/19 6:00 PM
  
Rodrigo
Padre, gracias por la primera entrega. Me gustaría que quedara más claro en el texto cuando es lo que usted vió y oyó sobre el budismo y cuando podría tratarse de un conocimiento más académico. Se lo digo así porque es común en el Occidente leermos libros católicos sobre el budismo que relatan de modo inexacto o errado lo que ellos hablan realmente sobre esa especie de filosofía religiosa.
28/06/19 2:54 PM

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