Una espiritualidad inadaptada a nuestros tiempos
Como bien decía un autor, el cristiano siempre ha reconocido que el ejercicio de su religión es de naturaleza épica. Y por eso, por más que varíen ciertas expresiones, hablar de una espiritualidad épica no es algo estrictamente novedoso, sino algo esencialmente tradicional y perenne.
Ahora bien, la épica, y más aún la épica cristiana, es algo absolutamente contrario a la Modernidad y por ende a nuestros tiempos. Debe oponerse contra la época, la épica.
Por eso, una espiritualidad épica no parece para nada acorde con nuestra época, sino que es una pretensión contrarrevolucionaria y políticamente incorrecta.
Por eso, muchos “de Misa diaria” nos proponen, y aun exigen, una espiritualidad diferente, distinta y sobre todo adaptada a nuestros tiempos, esto es, una espiritualidad empresarial, silenciosa, que no polemice con el mundo, que no predique a tiempo y destiempo, que aborrezca la ira santa, que no incomode a los poderosos.
Quieren una espiritualidad de gente tranquila,
que se conforme con desempeñar brillantemente las tareas de oficina…
que busque inspirar a los demás, con su silente y oculto ejemplo de empleado, su “cristianismo”,
que no discute con nadie para no herir susceptibilidades,
que siempre hace buena letra y que no desentona
que reza una pila de oraciones en su casa pero que no proclama a Cristo Rey ante la sociedad
Esa es una espiritualidad adaptada a nuestros tiempos.
Nosotros, con la insolencia sacra que nos pide Dios, proponemos otra espiritualidad, esto es, la espiritualidad de siempre, la de los Mártires y los Cruzados, la de los Misioneros y los Héroes, la de la Caballería y la de la Summa.
Proponemos una espiritualidad épica, conscientes de que no proponemos nada nuevo. Es esta una espiritualidad profunda y prolijamente inadaptada a nuestros tiempos. Y nos parece lo más conveniente ya que Dios no quiere una Iglesia adaptada al mundo moderno sino una Iglesia que convierta al mundo moderno. Es el mundo el que debe adaptarse al Evangelio, no el Evangelio el que debe adaptarse al mundo.
No buscamos una Santidad adaptada a nuestros tiempos sino que nuestros tiempos se adapten a la Santidad.
Queremos que el mundo se adapte a Dios para que Dios adopte a todos los hombres del mundo.
¡Viva Dios!
P. Federico, misionero en la Meseta Tibetana
Vínculo: https://twitter.com/ParresiaMisione
8 comentarios
Charles de Foucauld ami des Touaregs
El 13 de enero de 1904, Carlos parte al territorio de los Tuaregs.
“En este momento soy nómade, yendo de campamento en campamento, tratando de acercarme, de lograr la confianza, la amistad… Esta vida nómade tiene la ventaja de hacerme ver a muchas almas y de hacerme conocer el país…”
“Desde hace tiempo, le pedía a JESÚS, vivir por amor a él, en condiciones análogas, en cuanto al bienestar, a las que viví en Marruecos, por el simple placer. Aquí, como instalación, es la misma cosa.”
“Hoy, tengo la felicidad de colocar – por primera vez en zona tuareg – la Santa Reserva en el Tabernáculo.”
“¡Envía santos y numerosos obreros y obreras evangélicos a los Tuaregs, al Sahara, a Marruecos, a todas partes adonde sean necesarios; envía santos hermanitos y hermanitas del Sagrado CORAZÓN, si es tu Voluntad!”
“El tiempo que no empleo en caminar o rezar, lo ocupo para estudiar su idioma.”
“Acabo de terminar la traducción de los Santos Evangelios a la lengua tuareg. Es para mí un gran consuelo que sea su primer libro el de los Santos Evangelios.”
“Por la gracia del Amado Jesús, me es posible instalarme en Tamanrasset…”
“Voy a quedarme aquí como único europeo… muy feliz de estar solo con Jesús, solo para Jesús…”
“Residir solo en el lugar es bueno; se actúa, aunque no se haga gran cosa, porque uno se hace ‘del lugar’.”
“Esta África, esta Argelia, estos millones de no cristianos reclaman tanto la santidad que solamente podrá obtenerles su conversión.
“Sería necesario que el país estuviera cubierto de religiosos, religiosas y buenos cristianos que se queden en el mundo para tomar contacto con todos esos pobres musulmanes y para instruirlos.”
“Sería posible encontrar enfermeras laicas, totalmente de Jesús por el corazón, que consientan y deseen venir a consagrarse por Jesús, sin el nombre ni el hábito de religiosas…”
Además, el contacto con los oriundos del lugar, hace desaparecer poco a poco sus prevenciones y prejuicios. Es muy lento, muy poca cosa; rece para que su hijo haga un mayor bien, y que mejores obreros que él vengan a desbrozar este rincón del campo del Padre de familia.”
“Mi apostolado debe ser el apostolado de la bondad. Si me preguntan por qué soy manso y bueno, debo decir: ‘Porque soy el servidor de alguien mucho más bueno que yo’.”
“Los Tuaregs de mi alrededor me dan las mayores alegrías y consuelos; tengo excelentes amigos entre ellos.”
“Mis trabajos de idioma andan bien. El Diccionario compendiado está terminado y su impresión comienza en algunos días. El Diccionario de nombres propios estará terminado en 1914 con el Diccionario Tuareg-Francés, más completo.
“¡Mañana se cumplirán diez años de que digo la Santa Misa en la ermita de Tamanrasset! ¡y ni un solo convertido! Hay que rezar, trabajar y esperar.”“Estoy persuadido de que lo que debemos buscar para los oriundos de nuestras colonias, no es ni la asimilación rápida ni la simple asociación ni su unión sincera con nosotros, sino más bien el progreso que será muy desigual y que deberá ser alcanzado por medios a menudo muy diferentes: el progreso debe ser intelectual, moral y material.”
Abrazo, gerardo claudio
PD: Un detalle de corrección en el texto: sobra un "no" en la frase.
«Y nos parece lo más conveniente ya que NO Dios no quiere una Iglesia adaptada al mundo moderno sino una Iglesia que convierta al mundo moderno.»
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Corregido. Gracias!
Por su parte, Él quería que el mundo ardiera y empezó su prédica con la misma frase inflamada del apasionado Juan Bautista: "¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca!". Nada de silencios y 'papanatapalabras'.
Unidos en Cristo misionero.
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Exactamente, como que es una espiritualidad acomodada a la imposición masónico-liberal de: "¡Católicos, a la sacristía!".
O sea que nos quieren meter en el "armario", de donde sacan las podredumbre más degeneradas a ganar "visibilidad".
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"Debe oponerse contra la época, la épica."
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Buen lema. Usted quizás recuerde la "frase célebre" del presidente Alfonsín: "Se ha acabado el tiempo de los héroes". Él era un hombre de su época, un modernista de tomo y lomo, mundano hasta el caracú. Si le hubiesen preguntado por el tiempo de los santos, se habría echado a reír.
Contra toda esa corriente mediocre y conformista, el católico debe responder épicamente:
"Santidad o muerte"
Dejarlo todo, seguir a Cristo,
sin preocuparse del qué-dirán
y corazones arderán,
como nunca se había visto
esa es la gran épica,
aunque la ardua polémica
muy a nuestro pesar,
tendremos que besar.
¡Viva Cristo Rey!
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