Tras la huella de Santa Teresa de Lisieux: oración y penitencia por las Misiones
(Sermón predicado en una Parroquia del Bronx; 1-10-14, Fiesta de Santa Teresa de Lisieux)
Hoy es la fiesta de la Santa Patrona de las Misiones, Santa Teresita del Niño Jesús. Ella se dedicó a rezar y hacer penitencia por las Misiones, por los Misioneros. De este modo, trabajó enormemente por la Propagación de la Fe en tierras infieles. No salió de su convento, pero como rezaba tanto y se mortificaba tanto por las Misiones, fue una gran Misionera.
La Santa amaba las Misiones. Una vez escribió: “Quisiera iluminar a las almas como los profetas y los doctores. Quisiera, ¡oh amado mío!, recorrer la tierra, predicar vuestro nombre y sembrar sobre el suelo infiel vuestra cruz gloriosa. Pero una sola misión no me bastaría; desearía anunciar a un mismo tiempo el Evangelio en todas las partes del mundo y en las islas más remotas. Quisiera ser misionera no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y continuar siéndolo hasta la consumación de los siglos” (Historia de un alma). También nosotros podemos rezar esta bella oración a nuestro Señor: “”Quisiera, oh amado, bien mío, recorrer la tierra, predicar vuestro nombre y clavar en tierras infieles vuestra cruz gloriosa.”.
“”Quisiera, oh amado, […] clavar en tierras infieles vuestra cruz gloriosa” (Santa Teresita, Doctora de la Iglesia)
Ella rezaba especialmente por dos misioneros: el P. Rouland y el P. Maurice Belliere. La Superiora le había encomendado a la Santa la “custodia” de estos dos Misioneros. La Santa consideraba a estos dos Misioneros como hermanos suyos. Ella suplicaba a Dios que estos dos Misioneros puedan conquistar muchos almas para Dios. Pedía que Dios les dé la victoria a estos Misioneros.
Una vez le escribió al P. Rouland diciéndole esto: “Mientras yo atraviese el mar en su compañía, Usted permanecerá junto a mí, escondido en nuestra pobre celda”. También le escribió: “¡Trabajemos juntos para la salvación de las almas! Tenemos sólo el único día de esta vida para salvarlas y ofrecer así al Señor la prueba de nuestro amor”.
No podemos ser indiferentes y no hacer nada por la salvación de millones y millones de paganos por los que Jesús derramó toda Su Sangre.
Si nosotros rezamos y hacemos sacrificios por los paganos, ¡mucho más rápido se extenderá el Reino de Dios!
Mientras los Misioneros están luchando para liberar muchas almas del diablo, los demás pueden rezar y hacer penitencia para que Dios ayude a los Misioneros a convertir a muchos paganos. El Rosario ofrecido a la Virgen por la conversión de los paganos es una ayuda preciosísima para los Misioneros que se gastan y desgastan en lejanas tierras.
¡Seamos generosos! ¡Ofrezcámosle Rosarios a la Virgen por la conversión de los paganos!
P. Federico, Misionero en la Meseta Tibetana
5 comentarios
el Kerigma es el inicio de la predicación y catequesis crIstiana ¡ Jesucristo ha resucitado¡ Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
La predicación es el anuncio de la salvación realizada porJesucristo en la historia de Belén Nazaret y Jerusalén,con María y los 12, es camino al Padre, con los sacramentos y oración para todos los cristianos. En el Bautismo hemos entregado nuestra vida de pecado, hemos muerto y resucitado con Él .
Es el anuncio maravilloso para los no cristianos ateos, paganos y los que no le conocen .Dios te ama, siguele y vivirás para siempre.
Si todavía no eres cristiano pide el Bautismo en Nuestra Iglesia Santa y cree en Él, que vive y te ama. Llámalo en tu oración. Él cruza océanos y altas montañas y atraviesa paredes, tienes uns chispa depositada en tu corazón ¡Qué grande eres Nuestro Señor y Salvador! quieres reunir a todos los hombres en tu Persona Divina y en tu cuerpo místico - Tu iglesia Santa-.
Misioneros como Santa Teresita o como una ermitaña en una cueva , Via mistica cordón de oro hacia el cielo siempre escucha.Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Mejor rece usted por nosotros.
Unidos en Jesús y María.
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Estimado Manuel
Debemos rezar por la conversión del mundo apóstata y del mundo pagano. Ambos agonizan por la falta de Dios. Ambos son infieles. Ambos deben ser ganados para Cristo.
Ambos trabajos, el de la Conquista y el de la Reconquista, se retroalimentan.
En el Dios de las batallas,
Padre Federico
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Rezo por tí, reza por mí.
En Dios
PF
"Yo espero con mi poca experiencia, de andar ese camino, llevar por él a mucha gente, pues si nuestro Señor se valió de doce pescadores para convertir al mundo entero, también me ayudará a mí en mi buen deseo, pues a veces se vale Dios de las cosas más insignificantes para tocar el corazón del hombre" (ibídem).
Ya desde antes de ser trapense, aunque con experiencia de retiro en la Trapa, expresaba sus deseos misioneros, que son comunes al monje y al apóstol de vida activa. Es interesante notar que el Sagrario es el punto de referencia:
"Multitud de Sagrarios existen en la redondez de la tierra, pero solamente un Dios, que es Jesús Sacramentado. Consoladora verdad que hace estar tan unidos el monje en su coro, el misionero en tierra de infieles, y el seglar en su parroquia. Ni hay distancias, ni hay edades..., al pie del Sagrario estamos todos cerca. Dios nos une. Pidámosle por mediación de María, que algún día allá en el cielo podamos contemplar a ese Dios que por amor al hombre, se oculta bajo las especies de pan y vino" (a su tío Leopoldo, 22 noviembre 1933, dedicación de una estampa).
Una vez ingresado en la Trapa, su preocupación misionera se concretaba también en alguna persona que trabajaba en tierra de misión "ad gentes", y deja entrever cómo y cuándo se acuerda de todas las misiones:
"Me alegro mucho que Anita se haya acordado de mí. Cuando le escribáis le podéis decir que este trapense, siempre que se acordaba de las misiones, no olvidaba a esa pobre mujer que allá en la India tenía un pensamiento igual que el mío..., servir a Dios. Para más detalles, te dirá cuándo pedía. Como en la Trapa no se pierde ni un minuto, ni en los intervalos, ni, incluso, al ir de una parte a otra, yo al salir de la iglesia, después del examen de conciencia hasta llegar al refectorio, lo tenía dedicado a las misiones... Como vamos en silencio, cada cual reza lo que quiere... Yo, como te digo, lo dedicaba a las misiones. Pensaba en lo bueno que es Dios que a mí me concedía el alimento necesario para el cuerpo... Le agradecía la paz de mi convento y, al mismo tiempo, le pedía que no olvidase a los misioneros que a veces ni tienen qué comer, ni tienen convento" (carta a su tío Leopoldo, 17 junio 1934).
Esta costumbre de orar por las misiones, la considera parte de la vocación trapense: "La obligación del trapense es pedir en silencio por los que están en el mundo conquistando almas para Cristo; yo me creía en esta obligación" (ibídem). Es, pues, una vocación universalista: "El monje... piensa en los pecados de los hombres y desagravia al Señor... pidiendo para todos misericordia" (Apología del trapense, 19 septiembre 1934).
Saludos!
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