7 Santas Misioneras en China: Santa María Herminia de Jesús y Compañeras Mártires (4-4)
Santa María Herminia Mártir
Era la Superiora de la comunidad martirial.
Nació en Francia en 1866. Era sencilla, honesta, vivaz y cariñosa. Siendo inteligente y aplicada, terminó sus estudios en 1883 a los 16 años. Deseaba ser Religiosa, pero sus padres se opusieron. Dió clases particulares hasta que en 1894 pudo ingresar al noviciado del Instituto Franciscanas Misioneras de María en Les Chateles (Francia).
Aunque su salud era muy débil, por su voluntad firme perseveró y, superando todas las dificultades, concretó su vocación misionera y la vivió hasta la muerte.
Fue enviada a la comunidad de Vamves donde se le encomendó la contabilidad de la casa y después se trasladó a Marsiglia donde estudió enfermería para atender a los necesitados en la Misión.
En la Misión de China, se caracterizaba por ser una Misionera ardiente, una ardiente adoratriz del Santísimo Sacramento y por su fortaleza como Madre celosa del bien de sus hijas.
A pesar de sus problemas de salud, con una voluntad firme y paciente y una exquisita caridad, sabía irradiar armonía a su alrededor.
Tenía una gran fortaleza sobrenatural. Esta fuerza, escribe la Madre, no era suya: “la Adoración al Santísimo Sacramento es la mitad de mi vida. La otra parte consiste en hacer conocido a Jesús y ganar almas para Él”.
Derramó su sangre por Cristo, alcanzando la palma del Martirio, el 9 de julio de 1900.
Santa María de la Paz Mártir
Nació en Italia el 13 de diciembre de 1875 en una familia muy pobre. Su madre muere cuando ella tenía apenas 10 años. Su padre abandona la familia y ella es educada por un tío suyo, que era Sacerdote franciscano.
En 1992 ingresa al noviciado del Instituto Franciscanas Misioneras de María. Después de haber sido destinada en Austria, es enviada a la Misión de China.
En Extremo Oriente, se le da el oficio de despensera, tanto de la comunidad como del orfanato. A su vez, por su hermosa voz, fue encargada de la Liturgia.
Murió mártir a la edad de 25 años, el 9 de julio de 1900.
Santa María Clara Mártir
Nace en Italia el 9 de enero de 1872. A los 20 años, aconsejada por su hermano franciscano, ingresa al noviciado del Instituto Fanciscanas Misioneras de María.
En la Misión de Taoyuan (China), se caracterizaba por su temperamento generoso y alegre, siempre dispuesta a ayudar al otro.
Fue la primera en morir bajo la espada del verdugo el 9 de julio de 1900. Su frase siempre era “¡Siempre adelante!”.
Santa María de San Justo Mártir
Nace el 9 de abril en la villa de La Faye (Francia). Su padre, que poseía una granja, muere cuando ella era adolescente y debe hacerse cargo del mantenimiento de la familia. En 1880 pide a su madre permiso para consagrarse a Dios. Pero, ante la negativa de su madre, abandona secretamente el hogar, protagonizando lo que San Alfonso llamaba una “fuga santa”.
En la Vida Religiosa, no le faltaron pruebas y cruces. Le costó mucho el alejamiento de su familia. A su vez, sufrió ásperas tentaciones contra la Fe. Pasó pruebas interiores como el dudar de la presencia de Dios en la Eucaristía. Guiada por la Beata María de Pasión, repetía constantemente las palabras de Jesús: “Padre, no se haga mi voluntad sino la Tuya”. Abrazándose a la cruz de cada día, poco a poco retornó la paz a su alma.
Fue enviada a la Misión de China, desde donde escribió con mucho humor los pormenores del viaje. En la comunidad, se ofrece totalmente al servicio de las Hermanas y de los huérfanos.
Muere mártir el 9 de julio de 1900.
Santa María Adolfina Mártir
Nace el 8 de marzo en Holanda, en una familia muy pobre. Siendo aun una niña, perdió a su madre y fue adoptada junto con sus hermanos por una familia vecina.
Recibió una fuerte enseñanza religiosa que marcó toda su vida. En 1893, en su país, ingresó al noviciado de las Hermanas Misioneras Franciscanas de María.
Cuando se decide destinar grupo de Religiosas a la Misión de China, se dice de Santa María Adolfina que “es una de las Religiosas de virtud probada según lo pedia Monseñor Fogolla”, quien era el Obispo que, desde China, solicitaba la Fundación.
En la Misión de Taoyuan, se dedicó a los trabajos más humildes. Su Superiora, Santa María Herminia, escribía que Santa María Adolfina “es una Religiosa completamente donada a Dios siempre pronta a obedecer”.
Murió mártir el 9 de julio de 1900.
Santa María Amandina Mártir
Nació en Bélgica el 28 de diciembre de 1972. Su nombre de Bautismo era Paulina. Cuando tenía siete años, sus padres son obligados a abandonar el país y ella quedó en casa de una familia amiga. Por su temperamento afectuoso y alegre, pronto conquistó el afecto de todos.
Su hermana Rosalía ingresa al noviciado de las Hermanas Misioneras Franciscanas de María. Cuando Rosalía partió a la Misión de Sri Lanka, Paulina entró al mismo Instituto junto con su hermana Matilde.
Cuando parte a la Misión de China, saludó desde el barco a una de las Religiosas diciéndole “Nos vemos en el Cielo”.
En la Misión de China es asignada a la enfermería del hospital donde el trabajo era mucho y sin descanso. Cuando terminaba, continuaba atendiendo a los huérfanos, donde estaba su comunidad.
Esta Santa Misionera se caracterizaba por su buen humor y alegría, lo que le ayudó a ganarse la estima de los chinos, los cuales la llamaban “la extranjera sonriente”. Santa Herminia escribió de ella: “..es una de las más jóvenes de la comunidad. Canta y se rie todo el día. Es bueno tener a una persona tan alegre en las misiones. La cruz se hace mas llevadera con alegría”.
Cuando llego la noticia de la persecución, no pedía a Dios que los salve de la muerte, sino que los fortificara para enfrentarla. En una carta a su familia escribe: “Las noticias no son buenas, el peligro se aproxima, pero estamos en paz. Estamos en manos de Dios. Que su Santa Voluntad sea cumplida. Cuando les llegue esta carta, quizá ya hayamos muerto, pero esten ciertos que antes de morir habremos ofrecidos nuestras vidas por los no cristianos. Cuando llegamos aquí, sabíamos que debíamos sufrir. No estoy preocupada ni triste. Estoy confiada al cuidado de Dios y rezo para que consuele y fortifique a sus mártires y a aquellos que tengan que sufrir en Su nombre”[1].
Murió mártir el 9 de julio de 1900.
Dios nos conceda, por medio de Santa Herminia y Compañeras Mártires, la gracia de ser siempre generosos con Cristo, que nos llama a salvar las almas.
P. Federico, misionero ad gentes
[1]Resaltado nuestro.
2 comentarios
Y que nosotros no seamos capaces de aguantar las pequeñas (o no tan pequeñas)penas y sufrimientos
de cada día.....
Excepto la Madre Superiora que tenía 34 Años, estaban las demás por debajo de los treinta años, tenían toda una vida de apostolado en tierra de misión, pero el Espíritu Santo tuvo otros planes.
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