Rito de la Ceniza en tiempos de pandemia: una Nota oficial, una lectura crítica y una explicación de la Tradición
Con motivo de la maldita pandemia que nos azota, la Cong. para el Culto divino ha emitido una Nota sobre cómo se desarrolla el rito de la imposición de la Ceniza, para el próximo Miércoles de Ceniza, en este 2021. Realmente merece alguna puntualización y, desde luego, una lectura crítica, casi sorprendida.
La Nota describe el rito:
- Se recita la oración de bendición de las cenizas y se asperjan con el agua bendita.
- El sacerdote se dirige a los presentes, diciendo una sola vez para todos la fórmula del Misal Romano: «Convertíos y creed en el Evangelio», o bien: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás».
- Después, el sacerdote se limpia las manos y se pone la mascarilla
- Luego impone la ceniza
- El sacerdote toma la ceniza y la deja caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada.
¿Cuál es la novedad, lo novedoso de tal Nota?
La novedad, si la contrastamos con las rúbricas tanto del Ceremonial de Obispos como del Misal Romano, radica (aparta de las alusiones a la mascarilla e higiene de manos) en que se dice una sola vez, en voz alta y para todos, la fórmula de imposición de la ceniza y luego se impone en silencio a cada uno.
Novedad ésta que es difícilmente comprensible en su razón litúrgica y sacramental. Si se trata de que no se pronuncie palabra alguna tan cerca del fiel, incluso estando ambos con sus respectivas mascarillas puestas, ¿qué hacemos con el resto de sacramentos? Al ungir a los enfermos en la Santa Unción, ¿cómo pronunciamos la fórmula y cómo tocamos al enfermo? En el sacramento de la Confirmación, ¿debe el Obispo entonces pronunciar una sola vez para todos la fórmula sacramental: “Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo”? Al bautizar, ¿habrá que decir una sola vez y para todos los candidatos: “Yo te bautizo…”? ¿Y confesar, escuchar los pecados e impartir la absolución? ¿Cómo habría que hacerlo entonces? ¿Cómo ungirá las manos el Obispo a un neopresbítero en su ordenación sacerdotal?
Es decir: lo que la Nota pretende carece de sentido común, ya que según esa lógica (ilógica a todas luces), muchos ritos en la liturgia e incluso sacramentos deberían ser modificados en lo sustancial, haciéndose a distancia del fiel que lo recibe y sin pronunciar nada delante de él, personalmente, sino en común y sin tocarlo: ni ungir, ni imponer las manos…
A todas luces parece una preocupación excesiva, estando sacerdote y fiel con mascarillas (ambos, evidentemente, tapados y protegidos y además el sacerdote habiéndose limpiado las manos con el gel hidroalcóholico).
Los comentarios sorprendidos y rasgadas las vestiduras…
Las reacciones ante esta Nota demostraron, más bien, que no han visto bien realizado nunca el rito de imposición de la ceniza.
Por ejemplo:
“Menos mal que dejan caer la ceniza, que si fuera una piedra saldríamos todos descalabrados de la iglesia. Qué pena tan grande ver cómo amparándose en esta dichosa pandemia, se está relajando la moral cristiana y se llegará a una religión sin Dios”.
El autor de dicho comentario en la noticia de alguna página católica cree que la “novedad” es que la ceniza se impone sobre la cabeza, dejándola caer, y eso para él es una perversión, un relajamiento de la moral incluso. Desconoce por completo, pese a que escribe como si dominase la Tradición de la Iglesia frente a tanto relajamiento, que jamás las rúbricas dejaron resquicio alguno para imponer la ceniza en la frente, que su lugar fue siempre la cabeza y que esta Nota no innova nada en ese asunto, sino, como hemos explicado, en que la frase ritual se pronuncie una sola vez en voz alta y para todos.
Otro comentario, de un periodista que va por la vida de Bastante católico, explicaba la Nota escribiendo impunemente:
“Se evita, así, la tradicional señal de la cruz que normalmente se hace sobre la frente de los feligreses”.
¿Tradicionalmente? ¿Desde cuándo? Y, además, ¿dónde está escrito, en qué rúbrica se ordena, que la cruz se trace en la frente del fiel con la ceniza? Al parecer fue una costumbre anglosajona que ha cundido rápidamente por todas partes. No hallaremos tal mandato en ningún libro litúrgico del Rito romano; más bien al contrario: la ceniza se impone en la cabeza, nunca en la frente.
Otros comentarios apuntan a que se pervierte el rito al hacerlo en la cabeza y no en la frente, pero que todo se justifica con un recurso vago al pasado:
“Siempre hay alguien que justifica cualquier cambio con razonamientos siempre idénticos, del tipo “no pasa nada” “antes era así como se hacía"…..y un largo etcétera”.
El problema es que “antes era así como se hacía”, y mejor todavía, que es lo que ahora mismo sigue apareciendo en el Misal romano. No hay perversión alguna; es más, no hay “cambio” alguno porque siempre la ceniza se ha impuesto en la cabeza y no en la frente.
Tal vez ese tipo de comentarios sobre la liturgia, tan arriesgados, se evitarían si hubiese una formación más sólida y no simplemente algunas vagas referencias que elevamos como absolutas.
Los libros litúrgicos, la Tradición romana
Pero que sea en la cabeza es de lo más tradicional, no en la frente. Jamás se impuso en la frente, sino en la cabeza inclinada ante el ministro. Los datos en los libros litúrgicos correspondientes no dejan lugar a dudas. Prefiero que seamos exhaustivos leyendo los libros litúrgicos de la Tradición romana y los de la actualidad.
El Ordo Romano L describe así el rito, primero para los penitentes y luego para todos:
“Aquí para despedirlos [a los penitentes] se impone la ceniza sobre la cabeza del penitente [super caput] diciendo: Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris” (cap. XVIII, n. 40). Luego, en santa Anastasia, tras bendecir las cenizas: “Mientras tanto se imponen las cenizas sobre las cabezas [cineres super capita], como dice la antífona” (Id., n. 50)
Y contemporáneo, el Pseudo-Alcuino también dice: “Mientras tanto se imponen las cenizas sobre las cabezas [cineres super capita], como dice la antífona” (De divinis Officis, cap. XIII; PL 101, 1199).
El Pontifical romano, del siglo XII, explica el rito de este Miércoles de Cenizas:
“Luego se canta esto: Exaudi nos domine. Exsurge Deus. Immutemur. Mientras tanto pone el romano pontífice o un sacerdote las cenizas sobre las cabezas [super capita] de los varones y de las mujeres, diciendo: Memento, homo, quia…” (XXVIII, n. 5).
En el Pontifical de Guillermo Durando, en el siglo XIII, que tanto arraigo y difusión tuvo, encontramos el rito.
En primer lugar describe la imposición de cenizas en la cabeza a los penitentes:
“Entonces un arcipreste asperja a los arrodillados con agua bendita. A continuación otro arcipreste, o el mismo pontífice, impone la ceniza sobre la cabeza de cada uno de ellos [imponit cineres super capita singulorum] diciendo: “Memento, fili, quia pulvis es et in pulverem reverteris. Age penitentiam, ut habeas vitam eternam”” (Lib. III, I, n. 11).
Después todos reciben la ceniza en la cabeza, tanto el obispo como el clero y los fieles:
“Terminado todo esto, ya casi a la hora de nona, el pontífice se prepara para celebrar la misa. En este lugar, antes de la planeta [casulla] recibe la capa pluvial e impone las cenizas en las cabezas [capitibus] del clero y del pueblo y él mismo antes de ellos la recibe de mano de algún arcipreste o sacerdote” (Lib. III, I, n 24).
El Caeremoniale episcoporum de 1600, de Clemente VIII, describe el rito de este Miércoles de Ceniza, e incluso una lámina ilustra cómo imponer la ceniza:
“Entonces [el obispo] se sienta sin mitra, y sin la birreta; y el Canónigo que va a celebrar la Misa solo se acerca a él, hecha reverencia al altar, y le impone las cenizas en la cabeza estando él sentado [cineres in caput] diciendo: Memento homo quia pulvis, etc. Hecho esto, el Obispo recibe la mitra, y extendiendo sobre su regazo un paño limpio por dos Acólitos, e impone las cenizas al Canónigo celebrante inclinado ante él diciendo: “Memento, etc.”, como antes… Entonces comienzan a venir todos los Canónigos preparados para recibir las cenizas, del mismo modo…” (Lib. Secundus, cap. XVIII, pág. 211). “…Y todos preparados reciben las cenizas inclinados [inclinati]” (Id., pág. 212).
Es decir, la cabeza es la que recibe la ceniza y para ello se inclina uno ante el ministro que la impone.
El Misal de san Pío V describe esta imposición de las cenizas (pág. 56):
“Luego el más digno sacerdote del clero, accediendo al altar, impone las cenizas al celebrante no arrodillado. Si no asiste otro sacerdote, el mismo sacerdote, vuelto hacia el altar, se impone a sí mismo las cenizas en la cabeza [in capite], sin decir nada, mientras el coro canta la antífona.
El sacerdote, mientras se cantan las antífonas y el responsorio, descubierta la cabeza, primero impone las cenizas al más digno de los sacerdotes, de quien él la recibió, luego a los ministros preparados, arrodillados delante del altar, diciendo: Memento…”
El actual y vigente Ceremonial de los Obispos (1984) indica que el Obispo recibe la ceniza inclinado, por tanto, en la cabeza, y así luego la impondrá él a los demás:
“Terminada la bendición, aquél a quien corresponda, un concelebrante o un diácono, impone la ceniza al Obispo, quien se inclina, mientras le dice: Arrepiéntete y cree en el Evangelio, o también: Acuérdate que eres polvo…” (CE 257).
Tal vez la Nota de la Cong. en este tiempo de pandemia sirva –tal vez sea para lo único que va a servir- para recordar que lo normal y lo tradicional es la cabeza para recibir la ceniza, y dejemos esa mala costumbre de imponerla en la frente, haciendo la señal de la cruz, como si fuera la santa Crismación de la Confirmación.
(La abundancia de imágenes en este post espero que sean ilustrativas de cómo hay que hacerlo y refuercen en la memoria cuál fue la tradición de la Iglesia romana)
24 comentarios
Gracias por su paciencia.
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JAVIER:
¡Gracias! Pero ya verá,¡ay!, como algunos vendrán a protestar. Unos llamándome "modernista", otros para invocar que seguir las rúbricas es fariseísmo y lo importante es la ceniza y la gente y hacer y deshacer y.... argumentos varios de ese tipo...
La duda que tengo es, respecto de la comparación de la imposición de las cenizas con los sacramentos. Entiendo que el rito de la ceniza es un sacramental y no sacramento, por ende, ¿es parte de la forma de este sacramental el imponer individualmente con las palabras adecuadas? Pregunto por que no lo sé. Tampoco estoy seguro que sea un sacramental.
Le agradeceré mucho si puede curar mi ignorancia respecto de estas cosas.
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JAVIER:
Es un sacramental, efectivamente, y como tal consta de un signo (imponer la ceniza en la CABEZA) a cada uno, con una frase ritual que se dice a cada uno (repito) en el momento de imponérsela.
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JAVIER.
Sí, sí que hay problema.
En ningún lado está permitido o autorizado (documentos, rúbricas, etc.)
LA ceniza es un rito penitencial y en domingos no hay penitencia alguna ni ritos penitenciales: ni se cantan las letanías de los santos de rodillas ni se puede ayunar... ¡Es domingo!
Además, la Ceniza es un rito de un día concreto del año litúrgico: el miércoles antes del I Domingo de Cuaresma. Nada más. Como hay otros días con ritos propios y no se trasladan: la bendición de las Candelas es siempre un 2 de febrero, y no se traslada..., o el lucernario y encendido del Cirio pascual es en la Vigilia pascual y no se hace el Domingo en la Misa de la mañana o de la tarde... etc.
Muchas gracias
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JAVIER.
Eso es. Ceniza en la cabeza (COMO SIEMPRE) y no en la frente (ESO ES UNA MALA COSTUMBRE DE HACE UNOS AÑOS) y la fómrula se dice una sola vez, en general, para todos. Eso es lo que dice la Nota de la Cong. para el C ulto divino
Dicha crítica, ¿no englobaría también la actual costumbre de decir de manera general "El cuerpo de Cristo" con la respuesta comunitaria "Amén" antes de dar la Comunión como se está haciendo ahora en pandemia?
Gracias por el artículo y la aclaración a muchos poco entendidos en liturgia.
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JAVIER.
Efectivamente, sí, ¡¡sí!! Fue una "recomendación" de la CEE junto con otras -no arrodillarse, por ejemplo, para no tocar el banco...- en momentos en que no estaba ni claro cómo se contagiaba o no. Pero estando el sacerdote con mascarilla y habiéndose hidroalcoholizado sus ungidas manos, e iglesias más que ventiladas..., ¿qué impide decir: "El cuerpo de Cristo" a cada fiel al mostrarle la Hostia santa?
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JAVIER:
En estricto rigor, no he encontrado rúbrica ni a favor ni en contra de que la imponga un laico. Deduzco que si con una bendición, un fiel laico puede distribuir la comunión eucarística ad casum, también se podría hacer con la imposición de un sacramental, como lo es la ceniza. Aunque a mí no me gusta.
Las rúbricas sí dejan muy claro que se puede imponer la ceniza en una celebración de la Liturgia de la Palabra.
¿Porqué razón los cambios en un ritual, litirgia o sacramental OBLIGARÍAN a cambiar la forma y/o ritual de los Sacramentos?
¿Es que la administración de los Sacramentos están subordinada a cualquiera otra fórmula ritual no inherente a los mismos?
Creo, sinceramente, que esta crítica carece de rigor desde su fundamento (la ceniza no es un sacramento) y por tanto, sobra.
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JAVIER:
¿Y cuándo he dicho o escrito que sea un sacramento? La forma litúrgica es -en Sacramentos y sacramentales- pronunciar una fórmula ante el fiel que lo recibe con un signo (unción, imposición de manos, bendición con la cruz, ceniza...).
Si para otras cosas no se ha omitido la fórmula diciéndola en común, ¿por qué sí para la ceniza? La falta lógica a ese mandato. Eso es lo que decía.
Y el fundamento de la crítica no es que la ceniza sea un sacramento, no me fundamento en eso, sino en la forma externa -vuelvo a repetir- de administrar sacramentos y sacramentales: una fómrula delante el fiel que lo va a recibir y un signo o entrega.
Vuelva a leer con paz y sin prejuicio, y lo comprenderá.
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JAVIER.
Por supuesto: ¡tiene la potestad!, y lo ha hecho el organismo apropiado -Cong. para el Culto divino- y no una Nota de una Conferencia Episcopal disponiendo o legislando o un obispo en su diócesis, con atribuciones que no le pertenecen o recomendaciones disparatadas de alguna Comisión.
Dicho lo cual: uno de los puntos del artículo es que cuestiono el fundamento, la razón, la coherencia de tal prescripción comparado con lo que sí se permite y se debe hacer con otros ritos de la liturgia.
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JAVIER:
NO "se vuelve", es que nunca se permitió ni las rúbricas ordenaron que se impusiera en la frente. No volvemos en sentido estricto porque nunca la ltiurgia se movió de ese punto. ¡Siempre, y en los libros actuales también, la ceniza se impone en la cabeza y jamás en la frente.
Y sí, lo importante es el significado de la ceniza, y por ello, rociar la cabeza con ceniza, envolvernos con ayuno y desprendernos con limosna.
“Luego el más digno sacerdote del clero, accediendo al altar, impone las cenizas al celebrante no arrodillado. Si no asiste otro sacerdote, el mismo sacerdote, vuelto hacia el altar, se impone a sí mismo las cenizas en la cabeza [in capite], sin decir nada, mientras el coro canta la antífona.
El sacerdote, mientras se cantan las antífonas y el responsorio, descubierta la cabeza, primero impone las cenizas al más digno de los sacerdotes, de quien él la recibió, luego a los ministros preparados, arrodillados delante del altar, diciendo: Memento…”................Dios mediante, así recibiré las cenizas. Esas nuevas disposiciones de la falsa Iglesia están destinadas a los pusilánimes que todavía piensan que se es fiel desobedeciendo a la tradición de la Iglesia de Cristo.
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JAVIER:
De "falsa Iglesia" nada de nada. ¡¡Cuidado!! La Iglesia es una, la de Cristo, cum Petro et sub Petro.
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JAVIER:
PUes lo que parece evidente, ya ve lo que provoca... ¡Ataques! y en otro sitio algunos "escandalizados" porque escribí "maldita pandemia" sin leer el artículo entero. Parece que no, que no es cristiano "maldecir" la pandemia y que yo estoy lleno de odio. ¿Habrá que decir bendito SIDA, bendita guerra, bendita catástrofe, bendito terremoto....? ¡Esto es de locos! Se nota que muchos con su halo de buenismo, no han visto llorar a una nieta porque sus abuelos agonizan solos y aislados pro el covid, o gente en paro sin poder mantener a su familia, y los dramas humanos de los muchos que sufren...
Creo que una gran contribución al resurgimiento de la fe católica vendrá de la mano de la Liturgia, en particular del rezo de la Liturgia de las horas por parte de los laicos. Es una opinión ...
Gracias don Javier, siga enseñándonos!
Pero, me quedan serias dudas: ¿Qué tiene que ver con la “pandemia” la “actualización o renovación” de la Tradición Litúrgica para éste Rito? ¿Para qué justificar la corrección de malas prácticas Litúrgicas con las dramáticas restricciones debidas a la “pandemia”?.
No encuentro ninguna relación entre aprender y participar de los Ritos Litúrgicos como lo ordena la Santa Iglesia y los riesgos de transmitir infecciones con las manos, sea en la cabeza o en la frente. La piel sana no puede ser vía de acceso a ningún bicho, siempre y cuando éste no produzca picaduras.
¡Qué raro!, en tantas décadas que tengo de vida católica, jamás se me impusieron las Cenizas tal cómo aquí se describe, y ahora me dicen que es el Rito debido, y el más necesario por la “pandemia”. ¿Si serían tan ignorantes o maliciosos todos los Sacerdotes que he conocido en mi vida?. Vivir para ver.
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JAVIER:
-La nota de la Cong. para el Culto divino ha salido con motivo de la pandemia, y entre las cosas que prescribe, recuerda algo que estaba mandado: la ceniza en la cabeza y no en la frente.
-No se trata tanto del contacto con la piel cuanto de no pronunciar palabra delante del fiel.
-Siempre ha sido en la cabeza. Si "ahora me dicen que es el Rito debido", lo siento mucho; siento mucho que antes nadie se lo haya dicho: ahí están los rituales desde antes del año 1000 hasta la actualidad, los he traducido y he puesto láminas antiguas y fotos: desde Pablo VI al papa Francisco.
-¿Ignorantes o maliciosos? No lo sé, es un juicio de interniis. Pero que si nunca le han impuesto la ceniza como los libros litúrgicos d ela Iglesia mandan, la culpa es de esos sacerdotes. Esto no es un cambio. El cambio es habérsele puesta a usted en la frente cuando jamás se mandó ni se permitió que se hiciera así.
Ya que escribo esto, ¿no están estos sacerdotes incurriendo en el nuevo ‘pecado ecológico’, como lo designa el que se lo inventó, al utilizar plástico de esa manera tan desaforada?
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JAVIER:
Absurdo y estúpido. ¿Tanto cuesta seguir el Misal romano? ¡Cenizas en bolsitas y auto-imposición!
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JQAVIER:
Pues muy mal, tal como he explicado en uno de los comentarios. Es MIércoles "de Ceniza" proque la Ceniza se impone ese día penitnecial, con ayuno y abstinencia, sin posibilidad de trasladarlo al día siguiente "jueves después de Ceniza", ni al Domingo, día de fiesta.
Me encantan sus argumentos, Dios permita que, con otros Sacerdotes con su misma orientación, se reclame a quién corresponda, los Ritos Litúrgicos, con las rúbricas de San Pío V, en el Misal Romano. Sería maravilloso aprender a Orar, con las alabanzas debidas, tal cómo lo ha enseñado la Iglesia de siempre. Sin embargo, se que esto puede tener una demora, pero que al menos, se nos devuelva la Oración a San Miguel Arcángel al finalizar la Santa Misa, cómo lo estableció el Papa León XIII, también suspendida sin ningún motivo. Y es que a él sí que lo necesitamos para defender nuestra Fe, en estos tiempos difíciles.
Que El Espíritu Santo nos ilumine y fortalezca a todos.
Pero..., ¡¿vio la foto de la imposición de la ceniza que pusieron hoy aquí mismo, en Infocatólica?!
"Nadie es profeta en su tierra...".
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JAVIER:
Lo ví, era de un artículo de 2018. Así que confío en que en adelante se pongan fotos correctas (jejeje)
Un saludo.
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