Sugerencias y revisión (como un fruto bueno desde Domingo de la Palabra de Dios)
O SEA, SUGERENCIAS PARA CELEBRAR MEJOR LA MESA DE LA PALABRA
A la luz de lo ya visto, por el valor que tiene la Palabra de Dios proclamada en la liturgia, podríamos mejorar la forma de celebrarla ajustándonos más a la Ordenación del Leccionario de la Misa y a la IGMR.
Son sugerencias y recordatorios que podrían constituir un buen fruto de este primer domingo de la Palabra de Dios en la vida litúrgica de nuestra diócesis.
- Preparar buenos lectores en las parroquias ya que no es un ministerio cualquiera ni todos saben leer y vocalizar en público. ¡Es un gran ministerio y hemos de ser cuidadosos con quién sube al ambón a desempeñarlo!
- Cuidar el ambón (elevado, fijo, en consonancia de diseño y materiales con el altar) y revestirlo con paños del color litúrgico del tiempo en vez de un facistol o atril móvil, que fue provisional en su momento, y se ha hecho duradero. Tal vez sea el momento de construir un ambón de verdad.
- Evitar que el ambón se use para todo (moniciones, avisos, rezar o dirigir devociones como el santo rosario, ensayo de cantos, pregones y exaltaciones poéticas, etc.) y reservarlo para las lecturas y el Evangelio.
- La homilía realizarla en su lugar más propio que es la sede, de pie o sentado.
- Las preces de la oración universal (así como moniciones y avisos) mejor se dirigirán en un atril auxiliar, discreto, sin paños ni adornos, en vez de emplear el ambón o, en todo caso, realizarlo al pie del ambón, en sus gradas.
- No sustituir las lecturas bíblicas por textos no bíblicos, bajo ningún concepto, tampoco en las bodas o exequias.
- Cantar los domingos el saludo al Evangelio, su enunciado y la aclamación final. Hay que normalizar el canto de las partes propias del sacerdote en la Misa dominical: saludos, oración colecta, prefacio, doxología… así como la lectura del santo Evangelio. El canto no es sólo del coro, también es de los ministros ordenados en aquello que le es propio.
- La procesión con cirios e incienso para el Evangelio realizarla al menos en la Misa mayor los siete domingos de Pascua así como en las solemnidades del año litúrgico.
- Cantar el salmo responsorial con la ayuda de “El libro del salmista” o, cantar al menos la respuesta. Es un reto y tarea de los coros parroquiales y corales para uno de los cantos más importantes de la Misa, junto con el Sanctus. Lo normal es cantarlo, y lo excepcional es leerlo (y no al revés, como a veces se cree).
- Respetar el canto del Aleluya (Aleluya repetido por todos, versículo y luego volver a repetir el Aleluya) sin sustituirlo por ningún otro canto. En Cuaresma, una aclamación en lugar del Aleluya.
- Empezar a dejar un silencio meditativo después de la homilía, sentándose el sacerdote en la sede, y no enlazar atropelladamente la homilía con el Credo.
- Emplear ambas fórmulas del Credo (no una sola exclusivamente): el Credo niceno-apostólico habitualmente, y el Símbolo de los Apóstoles (comúnmente llamado el Credo breve) los domingos de Cuaresma y Pascua. Por supuesto, nunca, por abreviar, usar el Credo en forma de preguntas-respuestas (sólo se utiliza en la Vigilia pascual y en Misas en que se administre el bautismo).
- Encomendar a un solo lector leer las intenciones de la oración universal, evitando distracciones, movimiento y mala audición (el micrófono a la altura de cada lector, etc…)
- Solemnizar la oración universal, al menos los domingos de los tiempos fuertes, cantando la respuesta orante: “Señor, ten piedad”, “Kyrie eleison”, “Te rogamos, óyenos”, “Señor, escucha y ten piedad”… Hay varias fórmulas musicalizadas tanto en el libro “La oración de los fieles” del Sdo. Nacional de Liturgia como en el Cantoral Litúrgico Nacional (del mismo Secretariado).
5 comentarios
Lectores: a veces bien,.otras fatal
Ambón: monic.,avisos (en dos parroq. el rosario, aunque en una, ahora lo rezan aparte)
Homilia: siempre en el ambón(tres parroq.)
Canto: en dos parroq.es el celebrante el q canta el aleluya y la respuesta al salmo.
Proces.con cirios.. nunca la he visto
Silencio: tampoco
Credo: siempre el de los apost. Y hablo de más de tres parroq.
Orac.universal: hay de todo.
Como.verá P. Javier ''auténticas joyas''
Tenia entendido que solo los Obispos podían hacer la homilía sentados.
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JAVIER:
La rúbrica que lo afirma es OLM 26. Está en el post anterior del que éste es solo una aplicación.
Vestir adecuadamente: Casulla para la misa.
Ajustarse "estrictamente y rigurosamente" al texto del Misal: sin añadir palabras ni eliminar palabras ni cambiar palabras por otras que no están en el Misal.
Ajustarse también "estrictamente y rigurosamente" a los movimientos que para el celebrante señala el Misal: genuflexiones (por ejemplo).
Dejar de convertir en «ordinario» (siempre, aunque vayan cuatro gatos, etc.) lo que debe ser ministro «extraordinario» de la Comunión y diferenciar claramente la comunión de ese mismo ministro «extraordinario» de cómo lo hace el celebrante y de cómo lo haría un concelebrante.
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JAVIER:
Bien, de acuerdo. Pero aquí hoy se trataba solo de la Liturgia de la Palabra en la Misa.
Por otro lado, cuando se nos delega la homilía a los diáconos o a un sacerdote concelebrante parece que no nos queda otra que hacerla desde el ambón. ¿Correcto o hay una mejor solución? Gracias
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JAVIER:
La oración de los fieles sí se puede dirigir desde el ambón, sea diácono o un lector..., pero no parece ni lo más conveniente ni expresivo si hay otro lugar distinto de ambón.
Sí, la homilía el diácono, o un sacerdote concelebrante, no queda más remedio que el ambón. La sede para el que preside, únicamente.
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