Más sobre la Oración de los fieles (II)
En su solemnidad, ¡los bautizados oran movidos por el Espíritu intercediendo por la Iglesia, el mundo y los que sufren!, el desarrollo ritual es sencillo:
- El sacerdote invita a todos a la oración.
- Un diácono o un lector proponen la serie de intenciones para orar.
- Los fieles oran respondiendo a cada intención.
- El sacerdote concluye recitando una breve plegaria con las manos extendidas.
De nuevo la IGMR que marca la pauta (obligatoriamente) para todos:
“Dicho el Símbolo, en la sede, el sacerdote de pie y con las manos juntas, invita a los fieles a la oración universal con una breve monición. Después el cantor o el lector u otro, desde el ambón o desde otro sitio conveniente, vuelto hacia el pueblo, propone las intenciones; el pueblo, por su parte, responde suplicante. Finalmente, el sacerdote con las manos extendidas, concluye la súplica con la oración” (IGMR 138).
“Las intenciones de la oración de los fieles, después de la introducción del sacerdote, de ordinario las dice el diácono desde el ambón” (IGMR 177).
Por si fuera poco:
“Pertenece al sacerdote celebrante dirigir las preces desde la sede. Él mismo las introduce con una breve monición, en la que invita a los fieles a orar, y la termina con la oración. Las intenciones que se proponen deben ser sobrias, compuestas con sabia libertad y con pocas palabras y expresar la súplica de toda la comunidad.
Las propone el diácono, o un cantor, o un lector, o bien, uno de los fieles laicos desde el ambón o desde otro lugar conveniente.
Por su parte, el pueblo, de pie, expresa su súplica, sea con una invocación común después de cada intención, sea orando en silencio” (IGMR 71).
Cuando se oye decir que “van a participar en la oración de los fieles”, se suele estar diciendo más bien, no que los fieles van a orar ya que esa es la participación, sino que cada intención la va a leer una persona distinta, convirtiendo este momento orante en un movimiento de personas y micrófono, pensando que eso es participar en la oración de los fieles. ¿Pero no hemos quedado en que son los fieles los que oran y así participan? Pues acabamos confundiendo los términos, dejamos de pensar en que los fieles oren y hacemos que cada intención la lea una persona distinta soñando equivocadamente que eso es participar, ¡y no lo es!
Las Orientaciones pastorales de la Comisión Episcopal de Liturgia ya advertían que “de suyo ha de ser un solo ministro el que proponga las intenciones, salvo que sea conveniente usar más de una lengua en las peticiones a causa de la composición de la asamblea. La formulación de las intenciones por varias personas que van turnándose, exagera el carácter funcional de esta parte de la Oración de los fieles y resta importancia a la súplica de la asamblea” (n. 9).
El Misal, garantizando el orden y el decoro, insiste más en la oración como tal de los fieles que en los lectores de las intenciones: un diácono, y si no lo hay, un cantor o un lector: en todo caso, una sola persona señala a todos los fieles los motivos y necesidades para que oren.
Los niños de Primera Comunión, o los jóvenes recién confirmados, o una cofradía en una Novena, por ejemplo, no participan más porque 6 lectores enuncien uno a uno las intenciones, sino que participan más cuando juntos oran a lo que un diácono o un lector les ha invitado. Y es que participar no es sinónimo de intervenir, ejerciendo un servicio o un ministerio.
9 comentarios
Por cierto, suele ser frecuente que el celebrante se saque de la manga su/s propia/s peticiones, a veces con frondosa retahila, ocupando un sitio/tiempo impropio.
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JAVIER:
Más adelante veremos, en otros post, la forma de estas peticiones, uno de los problemas o pobrezas que yo veo en la liturgia hodierna.
Hay proyecto a medio plazo de revisar y hacer nueva edición de "La Oración de los Fieles" por el Sdo. nacional de Liturgia de España. ¿Con qué criterios? Los desconozco, pero hay mucho que revisar en el contenido y en la forma. Y de la retahíla frondosa, verborreica, de preces añadidas por el celebrante... ¡mejor no hablar!!!
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JAVIER:
Vale, mejor que calle por bien de su alma.
Pero es mentira que "lo que no está prohibido, está permitido". Las rúbricas, en general, hablan en positivo: se hace esto y luego aquello otro así. No enumera la cantidad de locuras y disparates que a cualquiera se le pueda ocurrir, diciendo: "está prohibido que los acólitos se vistan de payaso... está prohibido que la procesión de entrada la hagan subidos en elefantes..." Se sobreentiende leyendo, en positivo, cómo se describen las cosas que hay que realizar.
Pd.: Lo de que si no está prohibido entonces es lícito, es un argumento súper extendido que se usa a conveniencia propia. Sería valiosísimo un artículo al respecto, pues la Iglesia siempre ha dicho con claridad que el que inventa comete un grave error.
1. Hay dos principios básicos jurídicos del derecho humano positivo que establecen, especialmente para el derecho penal, que lo que no está prohibido está permitido (principio de legalidad humana) y no es posible prohibir y permitir a la vez la misma conducta (principio de no contradicción). En la práctica de la ley penal se impone que una conducta no es ilícita si no está tipificada como tal antes del hecho.
2. Lo difícil es la aplicación de ambos principios en forma conjunta y coherente.
3. Hay que tener en cuenta que "dentro de lo permitido" está lo ordenado.
Por lo que si hay una regulación (Misal + OGMR + Sagrada Liturgia) debe cumplirse tal como está ordenado, ya que no hay motivo para dejar de lado la liturgia y agregarle a la celebración cosas ajenas.
4. Doy ejemplos, a quién se le ocurriría en el cine en medio de la película cuando todos están atentos al desarrollo, ponerse a lavar el piso del lugar (no está prohibido, pero.....)? A quién se le ocurriría en medio de un casamiento en la Iglesia ingresar a vender empanadas de vigilia ? (no está prohibido, pero......). Claro, ya sé me dirás que tienes ejemplos de mejores ocurrencias.
5. Las formas litúrgicas que "reingresaron" al Misal luego del CEVat. II que siempre existieron, el rito de la paz y la oración universal. El uso que se les ha dado es, en algunos casos, fuera de lugar y totalmente inadecuado (para decirlo con gentileza).
6. Conozco un lugar donde el Obispo llevó el rito de la paz al lugar de la despedida una vez terminada la misa para evitar trastornos y movimientos propios de una celebración cumpleañera. En otros lugares para que la gente vuelva a sus lugares se apuran a rezar Cordero de Dios. También recuerdo una oportunidad en una Parroquia en latino-américa donde el sacristán no había ido ese día y habían equivocado los libros, colocaron uno de origen español y la lectora de las súplicas en la Oración de los Fieles les pidió que rezaran por el Rey (con el estupor del celebrante). Esas cosas pasan por carencia total de formación (y por desidia ya que es más simple dejar hacer que bien hacer).
Mis respetos y recemos antes que se cumpla el Mensaje de Nuestra Señora de Akita.
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JAVIER:
Totalmente de acuerdo. Pero mejor ciñámonos al tema: la Oración de los fieles.
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JAVIER:
Muy buen consejo, sin duda.
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JAVIER:
¡Cuánto me alegran sus palabras! En general, los catequistas de las parroquias por las que he pasado, cuando les explicaba estas cosas, se rebelaban y me discutían tanto sobre lo de "participar" como "lo bonito" que queda que cada niño o cada joven suba y lea una petición en un papelito arrugado.
El lector, ¿desde dónde saluda al altar, desde abajo?
Y otra: cuando vamos a recibir la ccomunión ¿qué es lo propio, que el sacerdote espere a los fieles, al revés , o da lo mismo?
Muchas gracias
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JAVIER:
La primera pregunta es fácil de responder: Cuando el lector se acerca al altar desde su sitio, en la nave, saluda al altar al acercarse a él. Por tanto, desde abajo.
A la segunda... Cuando el sacerdote comienza a bajar del altar, que los fieles se acerquen. Porque estar ya esperando y que entonces empiecen a moverse es perder tiempo. Pero no hagamos problema de esto.
Soy de Venezuela, y desde cierto tiempo para acá, me siento interpelado por las cosas que hacemos en la Liturgia, tengo muchas inquietudes, pero comencemos por una.
En mi ciudad, en las parroquias que he visitado y en la que estoy incardinando, los sacerdotes celebrantes piden que varios feligreses, suban, por ejemplo al ambón y hagan las intenciones, en otras, el celebrante inicia la oración y hace, al menos dos intenciones, y luego la deja a la libre de la feligresía para que expresen "sus peticiones", por lo general las leen de la hojita que nos regalan editada por los Paulinos.
Tengo mas inquietudes, pero un paso a la vez.
Dios lo bendiga.
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JAVIER:
Evidentemente no. Lo he ido explicando ampliamente en esta serie sobre la Oración de los fieles. Es un formulario que debe tener un grupo de peticiones fijas para que sea oración universal, que abarque a toda la humanidad, y no solamente intenciones concretas de los fieles allí presentes. Además las intenciones la lee un diácono, o un lector. Sólo uno.
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