Un enigma llamado Benedicto XVI
El sábado 11 de febrero se cumplen 4 años de la renuncia de Benedicto XVI. Desde entonces el Papa emérito ha permanecido casi completamente en silencio, dedicado a la oración por la Iglesia.
De entre sus apariciones públicas y sus declaraciones o escritos –que no han sido demasiados- ocupa un lugar por demás importante lo escrito para una publicación sobre Juan Pablo II, con ocasión de su canonización.
Allí señala que, para él, los textos magisteriales más importantes fueron los siguientes:
- la “Redemptor hominis” de 1979, en la que el Papa “ofrece su síntesis personal de la fe cristiana", que hoy “puede ser de gran ayuda para todos lo que están buscando";
- la “Redemptoris missio” de 1987, que “resalta la importancia permanente de la tarea misionera de la Iglesia";
- la “Evangelium vitae” de 1995, que “desarrolla uno de los temas fundamentales de todo el pontificado de Juan Pablo II: la dignidad intangible de la vida humana, desde el primer instante de su concepción";
- la “Fides et ratio” de 1998, que “ofrece una nueva visión de la relación entre fe cristiana y razón filosófica".
No hay que ser muy perpicaz para darse cuenta de que estos documentos se ocupan de temas sumamente relevantes. Ni es necesario ser muy lúcido para descubrir que en varios aspectos cada una de estas temáticas ha sido minimizada, relativizada o al menos enormemente atenuada -vuelvo sobre ello más adelante-.
Luego de esas suscintas referencias a las encíclicas, Benedicto se extiende un poco más sobre otros dos documentos: Veritatis Splendor y Dominus Iesus.
Y los destaco, porque me parece muy notable como el 2017 parece haberse iniciado con el ataque frontal a aquellos dos textos.
La primera está siendo contestada de una forma tan frontal que asusta. Redactada sobre el entramado del diálogo de Jesús con el Joven Rico, en continuidad con el Catecismo, redime los “Diez Mandamientos” de una apreciación negativa injustísima, que hoy parece estar nuevamente de moda. Las fundamentaciones con que algunas conferencias episcopales u obispos de diócesis puntuales justifican la comunión de quienes viven en adulterio parecen sacadas textualmente de las doctrinas que aparecen en Veritatis Splendor… condenadas.
La relativización de la necesidad de la misión, la justificación de la apostasía en prestigiosos y cuasi oficiales medios católicos, los compromisos con el judaísmo en detrimento de la plena unidad católica, la lectura del Corán en reuniones “católicas” -no me atrevo a llamarlas celebraciones, la exaltación de Lutero como testigo del Evangelio, las propuestas y pedidos de intercomunión, el hecho de que con toda naturalidad se hable de iglesias refiriéndose a comunidades luteranas o protestantes –lo que implica una negación o distorsión del concepto de “Iglesia”, constituido enteramente sobre el sacramento del Orden y la Eucaristía como actualización de la Pascua- significan una negación y contestación de hecho a aspectos nucleares de la Dominus Iesus.
Y aunque sea menos perceptible, en las actitudes contrarias a ambos documentos hay en la base una negación de otro de los documentos señalados como más relevantes: Fides et Ratio. Porque, por un lado, hay un discurso irracional, por el cual se nos quiere convencer de que en sus propuestas todo sigue igual siendo enteramente distinto. Que no hay cambios cuando los cambios son evidentes. Que hay una continuidad completa cuando la ruptura es absolutamente clara. Se está negando uno de los fundamentos del ejercicio de la razón: el principio de no contradicción, sin el cual la realidad se vuelve ininteligible. Se niega, por otra parte, la capacidad metafísica de la inteligencia, de tal modo que van desapareciendo las referencias a la “naturaleza humana". como un vestigio de tiempos ya superados. La fe, en estos planteos, ya no aparece como la respuesta al Dios que se revela. Ya no es el acto de aquel que, oyendo, y movido por la gracia, da su asentimiento a la Palabra y al que la y se pronuncia. La fe es puro constructo humano, y la Revelación no es ya un hecho trascendente, irrupción de lo eterno e inmutable en la historia. Por lo tanto, la “doctrina” -nueva malapalabra- y la praxis eclesial son un modelo para armar, completamente ajustable y camaleonizable con el contexto vigente.
Dicho esto, y volviendo al inicio, confieso que el enigma de la renuncia de Benedicto XVI se vuelve aún más grande, al menos para mí. ¿Qué pensará realmente, más allá de lo que pueda o decida decir o callar? ¿O habrá cambiado radicalmente su manera de pensar, en la cumbre de sus días?
No lo sé ni puedo saberlo, y quizá no lo sepa nunca. Lo que sí intuyo es que detrás de todo hay un misterioso designio divino, que incluye también los errores y prevaricaciones humanas.
Si bien pueden encontrar los textos en este artículo de Infocatólica de 2014, los transcribo nuevamente aquí para favorecer su lectura.
E imploro Domino Iesu que su Esposa, la Iglesia, no se deje encandilar por el anhelo del aplauso, por la necesidad de la aprobación del mundo, sino que continúe fiel a su misión de hacer resplandecer en el mundo Veritatis Splendor.
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Sobre Veritatis Splendor
La encíclica sobre los problemas morales, la “Veritatis splendor", ha necesitado muchos años de maduración y su actualidad sigue siendo inmutable.
La constitución del Vaticano II sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, frente a la orientación prevalentemente iusnaturalista de la teología moral de la época, quería que la doctrina moral católica sobre la figura de Jesús y su mensaje tuviera un fundamento bíblico.
Esto se intentó mediante alusiones solo durante un breve periodo. Después se fue afirmando la opinión de que la Biblia no tenía ninguna moral propia que anunciar, sino que reenviaba a los modelos morales periódicamente válidos. La moral es cuestión de razón, se decía, no de fe.
Desapareció así, por una parte, la moral entendida en sentido iusnaturalista, pero en su lugar no se afirmó ninguna concepción cristiana. Y puesto que no se podía reconocer ni un fundamento metafísico ni uno cristológico de la moral, se recurrió a soluciones pragmáticas: a una moral fundada sobre el principio del equilibrio de bienes, en el que ya no existía lo que es verdaderamente mal y lo que es verdaderamente bien, sino solo lo que, desde el punto de vista de la eficacia, es mejor o peor.
La gran tarea que Juan Pablo II hizo en esa encíclica fue la de encontrar nuevamente un fundamento metafísico en la antropología, como también una concreción cristiana en la nueva imagen de hombre de la Sagrada Escritura.
Estudiar y asimilar esta encíclica sigue siendo una obligación de grandísima importancia.
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Sobre Dominus Iesus
También aquí quisiera poner un ejemplo. Frente a la tormenta que se había creado entorno a la declaración Dominus Iesus me dijo que durante el ángelus pretendía defender sin equívoco el documento. Me invitó a escribir un texto que fuera, por así decir, hermético y no permitiera ninguna interpretación diversa. Debía emerger de forma del todo inequívoca que él aprobaba el documento incondicionalmente.
Por tanto, preparé un breve discurso; no pretendía, sin embargo, ser demasiado brusco y así intenté expresarme con claridad pero sin dureza. Después de haberlo leído, el Papa me pregunto otra vez: «¿Es realmente suficientemente claro?» Yo respondí que sí. Quien conoce los teólogos no se asombrará del hecho que, sin embargo, después hubo quien mantuvo que el Papa había prudentemente tomado distancia del texto.
51 comentarios
"Las fundamentaciones con que algunas conferencias episcopales u obispos de diócesis puntuales justifican la comunión de quienes viven en adulterio parecen sacadas textualmente de las doctrinas que aparecen en Veritatis Splendor… condenadas."
En efecto, empiezan a salir a la luz algunos falsos obreros del Evangelio, tal vez envalentonados por un supuesto apoyo del Papa Francisco a la comunión de los divorciados vueltos a casar, sin embargo, han cometido un error de cálculo, han soslayado el mensaje del cardenal Muller que ha hablado en calidad de Prefecto para la Congregación de la Fe, de lo que se infiere cuenta con el asentimiento del Papa Francisco, quien ha dejado más que claro que AL debe ser interpretada conforme al Magisterio y a Veritatis Splendor de San Juan Pablo II, lo que espero por el bien de la Iglesia sea aceptada la aclaración por los cuatro cardenales.
En consecuencia, el Papa ha desactivado el conflicto con los cardenales de las dubia y aunque no se ha pronunciado directamente él, ya lo ha hecho el cardenal Muller, ahora el conflicto se centra en los rebeldes obispos de Malta, Argentina, Filipinas, Alemania y algunos de los E.U.A., a los que debe recaer una sanción formal.
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Padre Leandro
Panto Crator, yo no estaría tan seguro de lo que afirmas. Te dejo unos párrafos del artículo de hoy de Sandro Magister.
“Yo, en mi trabajo, os veo, os sigo, os acompaño con afecto. Vuestra revista está a menudo en mi escritorio. Y sé que vosotros, en vuestro trabajo, no me perdéis nunca de vista. Habéis acompañado fielmente todos los pasajes fundamentales de mi pontificado, la publicación de las encíclicas y de las exhortaciones apostólicas, dando de ellas una interpretación fiel”.
De esto se deduce, por ejemplo, que el vía libre a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, dado por hecho por “La Civiltà Cattolica” antes incluso de que saliera la exhortación post-sinodal “Amoris laetitia”, era y es “una interpretación fiel” del pensamiento del Papa"
" -¿Con qué propósito la Agencia de Seguridad Nacional supervisó el cónclave que eligió Papa a Francisco?
-¿Qué otras operaciones encubiertas fueron realizadas por agentes operativos del gobierno de los EE.UU. en relación a la renuncia del Papa Benedicto o al cónclave que eligió a Francisco?
- ¿Ha tenido el gobierno de los EE.UU. agentes en contacto con la “Mafia del Cardenal Danneels”?
-Las transacciones monetarias internacionales con el Vaticano fueron suspendidas durante pocos días previos a la renuncia del Papa Benedicto. ¿Hubo alguna agencia estadounidense involucrada en esto? [
-¿Por qué fueron reanudadas las transacciones monetarias internacionales el 12 de febrero de 2013, el día siguiente al anuncio de la renuncia de Benedicto XVI? ¿Es pura coincidencia?
-¿Qué acciones, si acaso hubo alguna, fueron de hecho realizadas por John Podesta, Hillary Clinton y otros individuos relacionados con la administración Obama que estuvieron involucrados en la discusión en la que se buscaba promover una “Primavera Católica”?
-¿Cuál fue el propósito y la naturaleza del encuentro secreto entre el vicepresidente Joseph Biden y el Papa Benedicto XVI en el Vaticano el 3 de junio de 2011 o en fecha cercana?
-¿Qué roles juegan George Soros y otros financistas internacionales que pueden estar actualmente residiendo en el territorio de los EE.UU.?"
El original en inglés en la web The Remnant. Está traducido al español en otras webs.
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Padre Leandro
He leído esa nota. Personalmente, le creo a BXVI cuando afirma que renunció de modo completamente libre. Por eso para mí es un imponente enigma.
Si lo que ud. trae a colación aquí fuera cierto, se solucionaría por un lado, pero aparecerían otros problemas, al menos para mí. ¿Qué credibilidad quedaría para el Papa emérito?
Saludos cordiales.
Por otro lado , si usted cree que hay total "libertad" en tal decisión , tampoco veo a qué "enigma" se refiere.
Teniendo en cuenta que el Señor vela porque su Vicario no exprese ni asiente como magisterio nada que sea contrario a la Fe y la moral, hay que reconocer que la situación actual es, cuando menos, oscura e ininteligible.
Da la sensación de que hay un proyecto truncado. Un rumbo traicionado.
Seguramente nos excedimos al ensalzar al emsalzar en su momento a Juan Pablo II y a Benedicto XVI. Me acuerdo que, al mencionar en vida a Juan Pablo II, había en nuestro grupo quien respondía con veneración "santo, santo". Si, santo, pero hoy la Iglesia está como está, y no será responsabilidad exclusiva del último Papa, que apenas lleva cuatro años en el cargo. Creo que debemos acudir más en busca de luz a los primeros Papas del siglo XX.
Cito de Wikipedia:
11: “Gloria olivae” (La gloria del olivo). Benedicto XVI (2005-2013), nació y fue bautizado en un Sábado de Gloria. También se atribuye al escudo de la Orden de los benedictinos que contiene un olivo.
112: "Petrus Romanus" (Pedro Romano). Francisco (2013- ).
La profecía termina con una cita apocalíptica y una alusión a lo que podría ser el último papa: ”In extrema S.R.E. sedebit Petrus Romanus qui pascet oues in multis tribulationibus, quibus transactis ciuitas septicollis diruetur, & Judex tremendus iudicabit populum suum. Finis”. En latin la frase significa: En persecución extrema, en la Santa Iglesia Romana reinará Pedro el Romano quien cuidará a su rebaño entre muchas tribulaciones, tras lo cual la ciudad de las siete colinas [probable alusión a Roma, pero Jerusalén también tiene 7 colinas] será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo. Fin’.
Los fundamentos que esgrimen son una especie de síntesis de lo que usted, Padre, ha explicado tan claramente en este blog, yendo al foco de los cambios desde el punto de vista doctrinal.
Asimismo, el pedido realizado a Trump me parece de una inteligencia magistral.
Que la Virgen Santísima nos ampare, proteja, guíe y bendiga.
Que la Administración Obama, tan decidida a intervenir en todos los escenarios del mundo para imponer su agenda "progre", hubiese maniobrado para favorecer la sustitución de Benedicto XVI por otro Papa más "liberal" me parece muy verosímil. Que el Papa Ratzinger, tan cándido y confiado para todo, no se hubiera percatado, también resulta creíble. Ciertamente, nadie le obligó a abdicar a punta de pistola, pero le pusieron las cosas tan complicadas que tiró la toalla, aunque él no se diera cuenta del complot.
Pero resulta que hay dos hombres que de titulan papa. Que llevan y usan el sigilo pescatoris, quevisten de blanco, que usan el capelo papal blanco.
Pues, que no nos emgañen mas, Tofo esto es imposible, o uno u otro, pero no los dos. ¿Cuál? Aquí está la cuestión. Y yo lo tengo muy claro.
Yo creo que la renuncia fue completamente libre, pero que tal vez el Papa fue demasiado ingenuo y optimista. Él confió en la Providencia y en el Espíritu Santo, y creyó de buena fe que el Colegio de Cardenales estaba alineado con él, de modo que el Cónclave daría lugar a una sucesión tranquila, tal vez en la persona del cardenal Scola. No tuvo en cuenta las maniobras de los hombres (¡quién iba a pensar que había un grupo importante de cardenales conspirando en la sombra desde tiempo atrás!).
Él mismo lo reconoce en su último libro entrevista: cuando se enteró de que el elegido era el cardenal de Buenos Aires, se alarmó. Cierto que luego matiza el juicio diciendo que la primera bendición de Francisco desde la logia apostólica le conmovió mucho, etc., pero el hecho es que la noticia de su elección le alarmó, precisamente porque en el Vaticano a mons. Jorge Mario Bergoglio se le tenía por persona calculadora y autoritaria.
No sé en qué mundo vives, pero seguro no en el real.
El cardenal Danneels admite haber sido parte de una «mafia» para elegir Papa. En la presentación de su biografía autorizada, el arzobispo emérito de Bruselas, cardenal Godfried Dannels, reconoce que él y otros cardenales, unidos por el deseo de ‘modernizar' la Iglesia, formaron una «mafia» para impedir la elección de Benedicto XVI y oponerse a él una vez elegido. Los miembros de esa «mafia», conocida por el nombre de Grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen por la abadía suiza en que celebraba sus reuniones, eran, aparte de él, el cardenal arzobispo de Milán, Carlo Mario Martini (fallecido en 2012) y su compatriota Achille Silvestrini, los cardenales alemanes Walter Kasper y Karl Lehman, el británico Basil Hume (fallecido en 1999) y el obispo holandés Adriaan Van Luyn.
Cuando Ratzinger fue elegido papa en 2005, el grupo no se deshizo, sino que decidió oponerse a él y preparar la sucesión del pontífice alemán, comportamiento prohibido por el Derecho Canónico. Para ello, no dudaron en criticar en público a Benedicto XVI y reclamar que la Iglesia debía ser más ‘alegre’ y menos ‘antipática’.
Las maquinaciones y acuerdos entre los cardenales para elegir papa están prohibidos por la constitución apostólica ‘Universi Dominici Gregis’, promulgada en 1996, y cuyo artículo 79 reza así: «Confirmando también las prescripciones de mis Predecesores, prohíbo a quien sea, aunque tenga la dignidad de Cardenal, mientras viva el Pontífice, y sin haberlo consultado, hacer pactos sobre la elección de su Sucesor, prometer votos o tomar decisiones a este respecto en reuniones privadas».
En el artículo 81, esos compromisos se castigan con la excomunión.
Me parece que algo tan grave merece una explicación.
Bastante de eso debió haber, dado que en su entrevista al diario El País, el mismo Francisco pide que el cónclave sea "católico". ¡Diantres! ¿Es que hubo alguno que no lo fuera???? Y lo que es peor: Que espera verlo, PERO NO DESDE EL INFIERNO.
???????????????????
Y como Francisco -con lo que dice y no dice, con lo que hace y no hace- ha logrado que TODA LA PONZOÑA QUE ACECHA EN EL FANGO SALGA A LA SUPERFICIE, creánme que a veces pienso que lo último que vio en la televisión hace dos décadas fue la serie "Yo, Claudio".
www.youtube.com/watch?v=OVUsP5-Bhu0
Padre, ¿me pemitiría escribirle a su privado? Tengo una consulta que hacerle.
Sin embargo, esto no excluye la posibilidad (que sigo considerando poco probable) de que su renuncia pudiera estar viciada de nulidad.
Hay cuatro elementos que vician el consentimiento: violencia, intimidación, error y dolo.
- Hay violencia cuando se emplea la fuerza física
- Hay intimidación cuando se emplea violencia moral, mediante amenazas de daños.
- Hay error la causa determinante de nuestro consentimiento es una apreciación errónea en la que hemos caído espontáneamente
- Hay dolo cuando el error es inducido por otro con maniobras maliciosas.
Pues bien, yo excluyo las posibilidades de violencia o intimidación, porque considero a Benedicto XVI lo suficientemente valiente y sobre todo entregado a Dios para afrontar las violencias físicas y las amenzas.
Sin embargo, creo que "el dolo" no puede excluirse sin más. Benedicto XVI podría haber sido llevado a tomar esta decisión mediante un cúmulo de mentiras arteramente encadenadas... Lo problemático de esta posibilidad es que resulta muy difícil de probar; solo lo sabe Dios.
Ya se dijo bastante sobre lo referente a los sacramentos del matrimonio, reconciliación y Eucaristía.
Pero en cuanto a "Veritatis Splendor" y "Fides et Ratio", estamos frescos, si es que se aconseja a la "revista, que está siempre en el escritorio papal", que "no se encastille en certezas".
Porque, pienso yo y pido que se me corrija si ando errado: no hay que contentarse con las certezas ya obtenidas y se ha de ir siempre adelante: "Duc in altum" ( Lc 5, 4), pero no de cualquier modo: con una barca, salvavidas por si hubiere peligros, teniendo una meta, un norte. En fin, que la trigonometría no niega la aritmética, ni la física atómica destruye del todo las "certezas" rectamente adquiridas por la física anterior.
Así: hay que enfrentar a la "cultura líquida" (Baumann) de estos tiempos, pero...¿amoldándose a ella? ¿No se ha de discutir, criticar y luchar contra desvíos tales como el aborto, vientres de alquiler, lobbies- gay, terrorismo islámico? Así como seguir manteniendo la Unitrinidad de Dios, la perpetua virginidad de María, la "transsubstanciación", Nicea, Éfeso, Calcedonia...Trento, Vaticano II?
Esta bien que "Deus est semper maior", en estupenda frase de San Agustín. Sólo que no será mayor cambiando sus atributos conocidos o creídos "desde siempre", o sus acciones y revelaciones en la "historia salutis". Su superioridad se debe sólo a los cortos alcances del intelecto humano, por más que se crea, que puede "llegar a ser como dioses".
Con esfuerzo, entre oscuridades y luchas ha llegado la Iglesia a definir la "consustancialidad de Jesús con el Padre" (Nicea), que María es "Madre de Dios" (ëfeso), no sólo del galileo Jesús de Nazareth, etc. etc.
Ahora, porque Dios sea siempre más grande, ¿se podrá poner en tela de juicio estas verdades inconmovibles?
"Rezad por mí, para que no huya, por miedo, delante de los lobos" , dijo el Papa, Benedicto XVI cuando asumió el Pontificado, sabía todas las intrigas, corrupción e insidias dentro del Vaticano, mismas que torturaron a su antecesor y amigo, Juan Pablo II. Y ambos, plenamente conscientes del parteaguas de la Historia que nos ha tocado vivir, de los manejos y embustes de la masonería eclesiástica que permitirá - junto a la apostasía de los bautizados-, que antes de la Parusía, se de la abominación de la desolación y que el Anticristo tome su lugar, nos dejan ese imperdible punto 675 del Catecismo. Para los que se esfuerzan en salvarse, claro.
La última prueba de la Iglesia
675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
Eso no quita que evidentemente no conocemos el trasfondo de la misma, más allá de ciertos vislumbres aquí y allá. Y que sin duda, más allá de los detalles, ha habido de por medio una furiosa actividad de los representantes del Nuevo Orden Mundial, especialmente el "lobby gay" eclesiástico al que Benedicto XVI combatió prioritariamente con el tema de la "pedofilia".
Y es evidente que estos enemigos de la Iglesia, representados entre otros por los teólogos heterodoxos, tienen hoy día el campo mucho más libre que en tiempos de Benedicto XVI.
Saludos cordiales.
Pero dado el cariz de los acontecimientos que hoy predomina en la Iglesia con la impronta del Papa Francisco, un día no lejano ese silencio de Benedicto tendrá que llegar a su fin.
Todo indica que la actual crisis se encamina hacia un desenlace en el corto plazo y que seguramente llegará con el acta formal de corrección fraterna que los cuatro cardenales le harán llegar al Papa, como hace poco anticipó el Cardenal Burke.
Sobre esta controversia mucho se ha dicho y escrito hasta ahora pese al silencio de Francisco, pero es indudable que cuando Benedicto no tenga más remedio que fijar su posición, la Iglesia de Cristo entrará de lleno en la última etapa de su Pasión y Muerte antes de su gloriosa Resurrección. Está escrito.
Han pasado 4 años y Benedicto sigue vivo... y Jorge Mario Bergoglio ya ha cumplido 80 años.
De donde se deduce que, si Benedicto XVI hubiera demorado su renuncia hasta ahora, el cardenal Bergoglio ya no habría podido entrar en el cónclave...
Así que cuando halla un nuevo Cónclave (a menos que la supuesta profecía que dicen que este sera el ultimo papa y que la Iglesia seria destruida resulta cierta) hay nos vemos si es que la muerte no viene a mi primero. Que Dios tenga misericordia de todos nosotros y de mi alma.
Por ese motivo en AL no se menciona ni una vez a VS, el más importante documento eclesial sobre teología moral luego del Concilio de Trento.
Por ese motivo, los 4 Cardenales católicos utilizan fundamentalmente Veritatis Splendor en sus dubia sobre AL.
Saludos cordiales.
Jesús ama a la Iglesia. No porque cae embelesado de su belleza, sino "lavándola por medio del agua y de la palabra" (Ef. 5, 26).
Nunca olvidemos el "mysterium lunae", con el que los Padres comparaban a la Iglesia. Se dan épocas en que brilla llena y recibiendo totalmente la luz de Cristo, en otros decrece, pero nunca desaparece.
No se puede divorciar a Cristo de su esposa, la Iglesia.
Así como en el Israel de dura cerviz, quedaba siempre, no obstante, un "pequeño resto", lo mismo ha pasado en la Iglesia a lo largo de los siglos y también en el momento actual.
Es que tal levadura en la masa, no se pasea ante las cámaras ni llama la atención. Pero sí que Dios la conoce y aprecia.
El Padre Sixto Castellano S.J. (Q.E.P.D.) contaba una vez que un pastor anglicano de mucho prestigio, en un Congreso (no recuerdo bien si de filosofía o teología), se quejaba de la Iglesia Católica aduciendo que el Vaticano impedía el acceso de particulares a sus archivos secretos. Ante su reclamo fue autorizado para consultar todo lo que considerara necesario. Después de cierto tiempo hizo pública profesión de fe católica. ¿Qué razones adujo para su conversión? Que después de haber visto toda la maldad y pecados de los miembros de la Iglesia Católica durante el tiempo que había estado investigado no le quedaba la menor duda de que quien la dirige es el Espíritu Santo De no ser así no se hubiera podido mantener inconmovible durante tanto tiempo.
Y así se seguirá manteniendo, porque nuestro Señor Jesucristo nos lo ha prometido.
Hay otros sucesos que apoyan la necesidad de una investigación: 1. Hillary Clinton siendo secretaria de Estado, mostro su nada disimulable desprecio al no encontrarse con Benedicto XVI, incluso cuando visitó Italia.
2. Las filtraciones de wikileaks muestra el interés real de políticos demócratas de apoyar una “primavera católica”, usando a personas dentro de la Iglesia que representen su ideología. Lo cual es de manual en el modus operandi de las misiones de la C.I.A.
3. Sí mal no lo recuerdo, en enero del año 2012 o 2013 se filtró un documento secreto del gobierno de los Estados Unidos, el cual agregaba el catolicismo en la lista de los enemigos de los Estados Unidos, por oponerse a las “libertades y derechos” que defiende ese gobierno: aborto, anticoncepción, homosexualismo, etc.
Comentando el artículo ya en sí, he leído toda clase de posturas respecto a la renuncia y conservación del título de Papa emérito.
Hay quienes lo relacionan con el tercer secreto de Fátima, un obispo vestido de blanco, los pastorcitos tienen la intuición que es el santo padre, pero no están seguros, hay algo raro en él, que les impide tener la certeza, al final ellos mismos lo dicen, efectivamente, era el santo padre.
Otros dicen que el pensamiento de Ratzinger, esta empapado de sincretismo e inmanencia, influenciado en la filosofía idealista, así como de teólogos censurados por Pío XII.
Así pues, consideran que el que vista de blanco y pretenda ser papa emérito, es la muestra más evidente de la terrible crisis y confusión que atraviesa la Iglesia.
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Padre Leandro
Lobo, su ferocidad le quita lucidez, o al menos precisión al hablar.
Como es que dice que "desde el Papa hasta el último de los sacerdotes" y acusa a todos de cosas increíbles? Acaso conoce a todos los sacerdotes del mundo? A mí, al menos, no. Este tipo de exabruptos hacen que parezca más razonable a veces cerrar los comentarios, pero lo dejo para que quede como testimonio.
Creo que el Papa debería irse del Vaticano llevándose consigo a aquella parte de los Cardenales y del personal vaticano que permanecen aún fieles al íntegro Depósito de la Fe y dejar a las manzanas podridas de relativismo, modernismo y mundanismo.
Ya dijo Cristo que "cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. En verdad os digo que no se acabarán las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre."
Y esta fuga mundi vaticana aunque supusiese un detrimento económico para la Iglesia Católica, sin embargo redundaría en un gran bien espiritual y moral para la misma.
Una Sede Papal pobre, quizá instalada en precarias condiciones en algún convento de Polonia o Hungría, pero libre de las manzanas podridas que hoy en día dominan en el Vaticano.
Hay ocasiones en que lo más prudente es huir de lo mundano, en este caso de un Vaticano mundano, y erigir una nueva Sede Papal donde el aire no estuviese tan contaminado de mundanidad. Pero bueno, es sólo una opinión.
"Igualmente brillante y clarificadora es la exposición profunda y bien documentada de Don Regoli sobre las diversas fases del pontificado. Sobre todo la relativa al inicio, el cónclave de abril de 2005, del cual Joseph Ratzinger, después de una de las elecciones más breves de la historia de la Iglesia, salió elegido tras sólo cuatro votaciones, seguido de una dramática lucha entre el así llamado “Partido de la sal de la tierra” en torno a los cardenales, López Trujíllo, Ruini, Herranz, Rouco Varela y Medina y el denominado “Gruppo de San Gallo” en torno a los cardenales Danneels, Martini, Silvestrini y Murphy-O’Connor; grupo que recientemente, el mismo cardenal Danneels de Bruselas, de manera divertida ha definido como “una especie de mafia-club”. La elección fue ciertamente el resultado de un enfrentamiento, la clave la había proporcionado el mismo Ratzinger como cardenal decano, en la histórica homilía del 18 de abril de 2005 en San Pedro; precisamente allí, donde a “Una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida solo el propio yo y sus propias ansias” contrapuso otra medida: “El Hijo de Dios y verdadero hombre” como “la medida de verdadero humanismo”. Esta parte del inteligente análisis de Regoli, hoy se lee casi como una obra de suspense desde no hace mucho tiempo; mientras, en cambio, la “dictadura del relativismo” desde hace tiempo se expresa de modo abrumador a través de los muchos canales de nuevos medios de comunicación que, en el 2005, apenas podíamos imaginar."
"La renuncia trascendental del Papa teólogo ha representado un paso hacia adelante esencialmente por el hecho de que el 11 de febrero de 2013, hablando en latín ante los cardenales sorprendidos, introduce en la Iglesia católica la nueva institución del “Papa emérito”, declarando que sus fuerzas no eran las suficientes “para ejercitar de modo adecuado el ministerio petrino”. La palabra clave de aquella Declaración es munus petrinum, traducido como ocurre la mayoría de las veces - como “ministerio petrino”-. Sin embargo, munus, en latín, tiene una gran variedad de significados: puede querer decir servicio, encargo, guía o don, incluso prodigio. Antes y después de su dimisión, Benedicto ha entendido y entiende su tarea como la participación en tal “ministerio petrino”. Él ha dejado la cátedra pontificia y sin embargo, con el paso del 11 de febrero de 2013, no ha abandonado de hecho este ministerio. Él, en cambio, ha integrado el cargo personal en una dimensión colegial y sinodal, casi un ministerio en común...
"Desde la elección de su sucesor, Francisco, el 13 de marzo de 2013, no hay por tanto dos papas, pero de hecho el ministerio se expandió - con un miembro activo y un miembro contemplativo-. Por esto, Benedicto XVI no ha renunciado ni a su nombre, ni a la sotana blanca. Por esto, el apelativo correcto para dirigirse a él es todavía hoy el de “Santidad”; y por esto, tampoco se ha retirado a un monasterio aislado, sino dentro del Vaticano - como si solo hubiese hecho un paso a un lado para dar espacio a su sucesor y a una nueva etapa en la historia del papado que él, con ese paso, ha enriquecido con el “eje” de su oración y de su compasión puesta en los jardines vaticanos".
Un enigma llamado Benedicto XVI.
Nosotros creemos en Jesucristo, Hijo del Dios Vivo, muerto y resucitado por nuestros pecados. No creemos por el Papa ni por los sacerdotes, seglares o consagrados. Aguanta. No te vayas.
Respecto a la renuncia de Benedicto XVI, yo tuve la fuerte intuición que alguna conferencia episcopal o agrupación como el llamamiento a la disidencia (la cual desobedecía públicamente las enseñanzas y autoridad de la Iglesia) le exigía al Papa alterar la doctrina, o renunciar, de lo contrario habría cisma.
Benedicto XVI renunció, no para complacerlos, sino pensando que era por el bien de la Iglesia. El tiempo desgastó el control que ejercía sobre la Iglesia, y era necesario que un nuevo Papa, fuerte, se enfrentara a esos herejes.
Muy interesante el artículo, Juan Pablo II, si bien no escribió la Dominus Iesus, él fue quien pidió la creación del documento, además exigió que fuera claro.
Estamos hablando de uno de los documentos más fuertes en el último medio siglo, y pareciera que después de leerlo, por lo que le dijo a Ratzinger, no estaba totalmente satisfecho.
Quizás si Juan Pablo II hubiera podido ver la descomposición que padecemos, su pontificado hubiera sido radicalmente diferente.
Es casualidad o usted ha leído el articulo escrito en 1968 por Joseph Ratzinger; "Juan XXIII, el enigma" ?
Padre Leandro
No, no lo he leído ni conocía su existencia!
Lo encontré hace un rato en la web.
Bendiciones!
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