Acompañar, discernir e integrar.

El buen pastorHace ya bastante tiempo, tuve la dicha de vivir, casi paso a paso, la consigna que encabeza este relato, tantas veces repetida en los últimos meses.

Una persona que estaba viviendo en una segunda unión pudo recibir a Jesús Eucaristía… No quise mirarla en ese momento, para no romper la intimidad de ese encuentro único. Pero mientras yo contemplaba fijamente el Sagrario de mi parroquia, sentía sus sollozos de emoción, y gratitud.

Hubo gran alegría en el Cielo, lo sé, y también en mi corazón de sacerdote. Porque no fue fácil el camino. Porque cada alma es un territorio sagrado. Porque a veces el cansancio provoca el desánimo, y las ganas de dejar todo a medias. Pero, por gracia de Dios, pude llegar hasta el final.

Y todo gracias a esta consigna: Acompañar, discernir e integrar.

Acompañar a esta persona, un alma generosa, mucho más que yo, en esta situación que está viviendo. Acompañarla y sonreírle siempre, escucharla cuando me relataba los dolores de su vida familiar, las situaciones difíciles que vive con sus hijos. Acompañarla también durante el tiempo en el cual no comulgaba…

E integrar. Porque es alguien valiosa, porque conoce a muchas personas, porque tiene espíritu de servicio. Y porque estando consciente de su situación, también lo estaba de lo que sí podía aportar a la comunidad, y así lo aportaba. Plenamente integrada, pero sin poder comulgar, hasta ese día.

El punto más difícil fue discernir. Pero el Señor fue obrando. Hace unos meses, me planteó esta situación. Me dijo cómo había llegado a convivir con un hombre casado. Me dijo cuánto deseaba recibir la absolución y la comunión.

Le dije que como ministro de Dios no podía hacer más que seguir las enseñanzas de Jesús. Y que él había dicho: “que el hombre no separe lo que Dios ha unido” y “el que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio”. Que no podía recibir la absolución estando en situación de pecado. Que todo acto sexual fuera del matrimonio era pecado mortal. Y que sólo había un camino: vivir como hermano y hermana. Que le pidiera a Dios la fuerza, que luego de rezar mucho se lo propusiera a su compañero actual. Y que no dejara de acercarse a charlar e incluso a confesar sus pecados, aún sin poder recibir la Comunión.

Traté de decirle todo con claridad y firmeza. Suaviter in modo, fortiter in re, como nos solía decir nuestro recordado profesor al hablarnos de la formación de los jóvenes. Con una sonrisa. Escuchando y mirando a los ojos.

Hasta que ese día llegó. A su compañero le resultaba difícil, no entendía, pero aceptó. Ella regresó al confesionario, consciente de la importancia del momento. En su conciencia –rectamente formada, según la Palabra de Cristo y el Magisterio de la Iglesia- estaba claro que el adulterio es un pecado grave. Pero también que ella estaba decidida a no tener ya intimidad.

Recibió la absolución –luego de años- con lágrimas abundantes, y una sonrisa sentida-. Le dije que le daría la comunión en privado, en un día y hora acordados. Que lo hacíamos así para evitar el escándalo, y para que nadie pensara que la Iglesia había cambiado su enseñanza, y que el Matrimonio ya no era para siempre.

Le dije también que si en el paso del tiempo y por fragilidad ocurría que volvían a tener intimidad –que ojalá nunca sucediera- si estaba arrepentida de corazón y se confesaba, podría regresar a confesarse. Que Dios veía su corazón y la veracidad de su propósito de enmienda.

Me agradeció, una vez más.

Luego de comulgar no me dijo nada, ni yo tampoco: regresé a mi casa, y la dejé sola con Jesús Eucaristía en su corazón. Pero en mi interior experimentaba, creciente y suave, la alegría del Buen Pastor: “Alégrense conmigo, esta oveja estaba perdida y ha sido hallada”

Recordando esta experiencia, puedo decir con toda convicción:

Que no es necesario mutilar la doctrina ni contradecir a Cristo para ser misericordiosos: La oposición “doctrina-misericordia” pasará a ser el vergonzante botón de muestra de la confusión eclesial actual.

Que la Verdad resplandece por sí misma, y que cuando la persona tiene buena voluntad y es humilde, las exigencias del Evangelio son completamente evidentes, y, a la vez, alcanzables.

Que es mentira que sólo cambiando la disciplina sobre los sacramentos seremos una Iglesia Samaritana, sino todo lo contrario.

Que los fieles laicos, si se les enseña bien, si se les predica con amor… no se alejan de Cristo, sino al revés: aumenta en ellos el deseo de unirse a Él.

 

Y todo gracias a que pude –sólo por gracia de Dios- acompañar, discernir e integrar.

 

16 comentarios

  
Ricardo de Argentina
¡Gracias padre por este hermoso, oportuno y catoliquísimo testimonio!
27/01/17 12:32 AM
  
Grego
Como dice un buen amigo. «no digas más nada que lo hechas a perder». Que traducido es: Magistral.
27/01/17 12:33 AM
  
Gilbeaux
Padre, un hermoso testimonio que me edifica en la fe y me anima a ser fiel a la Enseñanza perenne de la Iglesia. Yo también soy Sacerdote y, meditando en este texto: "La fe, sin verdad, no salva, no da seguridad a nuestros pasos. Se queda en una bella fábula, proyección de nuestros deseos de felicidad, algo que nos satisface únicamente en la medida en que queramos hacernos una ilusión" (Lumen Fidei 24), he encontrado que lo mismo podemos afirmar de la misericordia: LA MISERICORDIA, SIN VERDAD, NO SALVA. Y podemos aplicar a ella todo el texto anterior. O como dice también un Salmo: "LA MISERICORDIA y LA VERDAD se besan" (Sal 86,11).

Gracias por este bello ejemplo de verdadera caridad pastoral. Dios siga bendiciendo tu ministerio Sacerdotal.
27/01/17 2:50 AM
  
Marisa
Gracias Padre Leandro. Gracias en nombre de la mujer de su relato, y en nombre de quien convive con ella.
Gracias también por avivar la llama de mi fe en la gracia de Dios. Porque es muy cierto que a veces el cansancio provoca desánimo. Y porque el enemigo nos hace sentir estúpidos si pretendemos ser castos, nos hace creer ridículos y -perdón- "más papistas que el papa".
Personalmente, me atribula con pensamientos de esta índole: "¿ves que sos masoquista?, ¡vas a terminar sola!, ¡Ya pronto serás vieja...! ¿Qué estás esperando? ¿Que ya ningún hombre pueda interesarse en vos? En tu situación, ¿encima te das "el lujo" de rechazar candidatos porque están divorciados? ¿En qué mundo vivís?
De nuevo, Padre. Mucha gracias!! Que la Santísima Virgen lo proteja siempre.

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Padre Leandro
Marisa, adelante! Con total fidelidad al Señor. Una gran bendición!
27/01/17 8:09 AM
  
María de las Nieves
Un excelente testimonio y verdad de lo que puede hacer un sacerdote al acompañar, discernir e integrar. sintiendo la alegría del Señor ambos, el sacerdote y el penitente arrepentido.
Un camino que lleva su tiempo pero da frutos de transformacIón, verdad y respuesta agradecida al Amor generoso de Jesucristo.
Damos gracias al Señor por el Ministerio Sagrado siendo dóciles a la enseñanza de la Iglesia que como una Madre cuida a sus hijos y los alimenta con los sacramentos que se reciben como un Don y da felicidad a las personas .
27/01/17 12:12 PM
  
Jerónimo
Excelente testimonio.
Mi única duda es sobre la solidez del contexto que tiene una persona que convive con un divorciado, para seguir viviendo en forma célibe bajo el mismo techo con la persona de la cual se enamoró.
Evidentemente, la gracia opera en esa persona. Pero aún así es difícil comprender humanamente cómo puede continuar esa relación, teniendo en cuenta el fuerte factor unitivo presente en una pareja.
27/01/17 3:39 PM
  
Jerónimo
Una duda, padre: Lei su comentario en el post del p. Ravasi sobre los "tradismaticos" afirmando que ha conocido estas realidades. Conoce en la zona de Capital y GBA algún grupo, congregación o parroquia con estas características o similares? Estoy en la búsqueda. Si sabe de algo o tiene algún consejo, pr favor escríbame a mi mail que aparece en el comentario, se lo voy a agradecer mucho!

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Jerónimo:
No conozco realidades tal cual como las descritas en el artículo del padre. Yo me refería a la realidad de Paraná, donde me tocó acompañar a jóvenes y adultos de ambas realidades, y me asombró siempre la coincidencia de fondo.
27/01/17 3:42 PM
  
claudio
Bajo tu sombra me senté, Ct 2.3. Que Dios bendiga la obra de tus manos y la aplicación de la enseñanza clarísima del Señor. Dentro de todo este debate que se ha producido por impericia teológica y por "tener ideas", me pregunto cuando Cristo habló del adulterio tan directamente lo hizo por casualidad ?, no se daba cuenta del problema que le iba a generar al Papa y a la Iglesia ?, se le escapó ?. Obviamente no. Lo hizo porque sabía que la única forma de destruir a la Iglesia es destruir la familia, lo creyó necesario de enseñar porque sabía por dónde iba a entrar el enemigo. Lo hizo por amor a las creaturas. Igual que el Padre los dijo a Adán y Eva "no hagan eso", lo repitió el hijo y el Espíritu Santo lo ha sembrado en la Iglesia con la doctrina. Recemos.......
27/01/17 3:52 PM
  
Luis Piqué Muñoz
En mi Opinión, Apreciado Padre Leandro, es preciso reparar el Mal hecho ¡no basta con la ¡muy difícil y casi inverosímil Castidad! No se puede aceptar el Divorcio, hay que anularlo o al menos oponerse por Escrito ¡Y sobretodo, no se puede convivir con un Divorciado ¡ni como Hermanos! es Cinismo y Escándalo, es aprobar la disolución del Matrimonio y buscar una nueva Relación amorosa! Y si hay Hijos, que queden a Cargo de la Madre o el Padre, y el otro vaya a Visitarlos ¡Eso para mí, es Reparar el Mal hecho, no basta con la ¡repito, Inverosímil! Castidad! Un hombre y una Mujer no pueden vivir bajo el mismo Techo amparando un Pecado Mortal como el Divorcio, y el riesgo ¡Real e inevitable! de seguir cayendo en la Fornicación. Sin embargo, admito Querido Amigo Padre Leandro, que el Deseo de la Mujer de recibir la Comunión y su Alegría y Gozo al hacerlo ¡poco frecuente en divorciados y fornicarios ¡Católicos! que pasan Olímpicamente de la Eucaristía y la misma Misa! es no sólo entrañable y enternecedor y Justifica su Decisión, Padre, sino un Milagro que debe Alegrar a la Iglesia, aunque repito no estoy de Acuerdo con todo ¡Y le pido humildemente Perdón si estoy equivocado, Amigo Leandro, pues no pretende decir la Verdad ni tener Razón, soy sólo un Pobre Bufón que dice Disparates para hacer reír, y por tanto Pensar! Nada más.

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Padre Leandro
Luis, en el acompañamiento de esta persona me he guiado por el Magisterio de la Iglesia, paso a paso.
La posibilidad de vivir "como hermanos" está expresamente prevista en FC y en todos los otros documentos.
27/01/17 4:18 PM
  
Ricardo de Argentina
Padre, me he quedado anonadado con las públicas gracias que le ha dado "la mujer de su relato". Pero mucho más aún "de quien convive con ella".
Impresionante.
El poder de la gracia es tremendo.
Cuando era chico me costaba entender lo de que "la fe mueve montañas". Ahora lo entiendo mucho mejor. Es Dios quien mueve las montañas. Es Dios quien mueve los corazones hacia conquistas naturalmente imposibles.
27/01/17 10:54 PM
  
Feri del Carpio Marek
Este mundo pasa, es un valle de lágrimas en el que hacer el bien causa una gratificación incomparablemente mayor que pasarla bien. ¿Un divorciado tiene que "rehacer su vida"? Únicamente en el sentido que todo cristiano tiene que rehacerla cuando día: convirtiéndonos más al Señor, deshaciendo las obras de la carne para rehacernos en Cristo. En él, manso y humilde de corazón, y en su madre, vida dulzura y esperanza nuestra, encontramos todo consuelo.
27/01/17 11:42 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Excelente testimonio, Padre. Muchísimas gracias. Que el Espíritu Santo lo siga iluminando.
28/01/17 12:02 PM
  
Marisa
Estimadísimo Ricardo de Argentina:
No tengo el honor de ser la mujer del relato del Padre Leandro, ni siquiera de conocerlo personalmente. Pero sentí la necesidad de agradecerle en nombre de ella y de su compañero, porque advierto el bien inmenso que, para ambos, ha significado el acompañamiento del Padre.
También tuve la necesidad de agradecerle en nombre mío, por todo lo que en mi comentario le transmito.
Y sí, es verdad, es Dios quien mueve los corazones hacia conquistas naturalmente imposibles.
Que el Señor tenga misericordia y no nos suelte de Su mano.
28/01/17 1:45 PM
  
Rexjhs
Ésta es la auténtica misericordia. Amén.
29/01/17 5:18 PM
  
Cary Samayoa
Estoy totalmente de acuerdo con Luis Pique Muñoz, eso de vivir como hermanos es un escándalo para los demás en una parroquia y ven a ella comulgando, es convertirse en piedra de tropiezo para otros que no saben de "su" trato y exponerlos a una recaída. Ud . También sería responsable de sus recaidas , al padre Pío le llegó un caso así y éste le dió a escoger y el padre Pío era un santo no anduvo con misericordias pues le interesaba la salvación de ambas almas.
02/02/17 2:19 AM
  
Marisa
Cary Samayoa:
¿No leyó que el Padre le dio la comunión en privado? ¿Usted cree en el poder de la gracia? Usted es piedra de tropiezo al decir que si el Padre sigue lo que manda la Iglesia no le interesa la salvación de las almas.
¿Sabe usted más que Pablo VI, Juan Pablo II o Benedicto XVI?
05/02/17 7:06 AM

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