Ite, inflammate Omnia
Después de un largo tiempo como lector y difusor de Infocatólica, y de uno más breve como colaborador, me llega hoy la oportunidad de tener aquí un lugar más estable.
Con corazón agradecido
Y debo decir, en primer lugar, que considero a Infocatólica como una familia, ya que desde el principio sintonicé casi completamente con el enfoque de su línea editorial. He compartido y comparto todas las preocupaciones y esperanzas de quienes han fundado y llevado adelante este sitio. He compartido y comparto su amor, su gozo y su dolor por la vida de la Iglesia, y hoy recibo halagado la oportunidad de aportar mi “granito de arena". Gracias a Luis Fernando y a Juanjo Romero por la confianza.
El enfoque
En segundo lugar, quisiera explicar cuál intentará ser mi aporte en esta “familia” de blogueros, en la que se hace oír la voz tanto de los laicos como de los religiosos y sacerdotes.
Como pueden leer en la pequeña biografía que aparece en la derecha, soy un sacerdote diocesano con 11 años de ordenado. Siempre desempeñé mi ministerio en parroquias, casi 10 años como vicario y un año y medio como párroco en Chaco, Argentina. También fui profesor de liturgia y estuve vinculado a la Educación Católica, así como también a varias instancias pastorales diocesanas. En mi actual comunidad, reparto mi tiempo entre la atención pastoral de la pequeña cuidad y la atención de las familias que viven en zona rural, además de la atención espiritual de dos colegios en una vecina localidad.
Mi aporte a Infocatólica será, por lo tanto, el de un cura párroco. Que cada día tiene un contacto directo -sin intermediaciones- con la realidad eclesial, con sus luces y sombras, y que, a la vez, intenta vivir atento a la realidad de la Católica. Por eso alternaré algunas anécdotas de la vida pastoral, con textos de índole catequístico, meditaciones fruto de la oración ante el Sagrario, análisis de artículos… Un poco de todo, como un poco de todo tiene la vida del cura de pueblo. Siempre desde esta perspectiva sacerdotal, intentando ser didáctico y claro en el lenguaje, y tratando de iluminar cada situación con la Palabra y la Tradición.
El nombre del blog
En tercer lugar, quisiera explicar brevemente el por qué del nombre del blog. La frase “Ite, inflammate omnia” es atribuida a San Ignacio de Loyola. La pronunció, según la tradición jesuítica, como último consejo a Francisco Javier, antes de partir hacia la India.
“Ve, prende fuego todo", se podría traducir. Francisco llevó el fuego del amor de Cristo hasta los confines de la Tierra. La iconografía que lo presenta con su pecho en llamas no hace más que atisbarse levemente al misterio de ese alma completamente tomada por el Espíritu Santo.
Yo me permito imaginar también que el Padre, cuando en el seno de la Trinidad se “decidió” la Encarnación, le dijo estas mismas palabras al Hijo: “Ite, inflammate omnia". Eco de ese mandato es la conocida expresión del Señor: “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!” (Lc 12, 49). Ese deseo de Cristo se realizó de modo visible el día de Pentecostés, y desde entonces, la misión de la Iglesia consiste en propagar ese incendio.
El fuego simboliza, para mí, la fe y la caridad. Es luz y calor, calor que transforma.
Anhelo que cada publicación de este blog pueda acrecentar la luz de la fe e inflamar en algún corazón el fuego del amor divino. Si en una sola persona que me leyera se diera ese crecimiento, mi trabajo ya estaría justificado.
Que Nuestra Señora del Rosario, a quien he consagrado mi vida sacerdotal pidiéndole que mi corazón “arda en el fuego del Espíritu", me alcance y nos alcance esta gracia.
26 comentarios
Dicho esto, ¡bienvenido sea y el Señor le conceda una maravillosa Navidad Chaqueña!
Un fuerte abrazo, y como dice Palas (y calla Ricardo): ¡¡viva la invasión argentina!! ;-)
Lo primero que haremos será proscribir el "tú" por el "vos", y el "vosotros" por el "ustedes", vayan sabiéndolo.
Al P. Iraburu no le encontramos reemplazo, pero con él no tenemos problemas porque ha pasado por estas tierras y está bastante "acriollado".
¡¡Viva la invasión argentina!! , ¿sí?
Al terminar la adoración y bajar el cuerpo del Señor a la patena, todo volvió a la normalidad. Una vez que terminó la santa misa, se lo dije al sacerdote, y no le dio excesiva importancia. Me dijo que otras personas en otras ocasiones le habían contado ver otras cosas. Lo mejor de todo fue que en esa misa no fui el único que vio el fuego, sino que hubo algunos más que lo vieron y comentaron con asombro y emoción. Al comentárselo a un amigo me dijo que le recordó a las palabras de santa Faustina cuando dice el Señor que "“Me queman las llamas de la Misericordia, deseo derramarlas sobre las almas, y las almas no quieren creer en mi bondad. Oh, qué dolor me dan cuando no quieren aceptarlas (...) Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré de paz”.
Por este nuevo y prometedor blog le damos gracias a Dios y te damos gracias a ti.
Abrazo en Cristo.
El amor de Dios es fuego purificador para los justos, y Cristo es el Sol de justicia, la Estrella radiante de la mañana.
Abrazo grande.
Dicho esto, un gusto teneros por estos lares Padre Leandro y a todos los buenos amigos de las provincias españolas de ultramar (que nunca fueron colonias)
Aclaro que soy argentino pero no porteño, sino entrerriano y chaqueño por adopción.
Por lo mismo, pueden asomar en algunos relatos algunos gurises y gurisitos, y faltar algunas eses. También podría suceder que me argele con alguien... Trataré, de todos modos, de hacerme entender por todos.
Comentario aparte merece la bienvenida del padre Iraburu. Cuando ingresé en el Seminario Mayor, en la biblioteca del Propedeutico, había una docena de ejemplares de la Sintesis de Espiritualidad católica, de consulta frecuente. Me parece muy loco esto de ser vecinos de "habitacion" en este sitio.
Gracias!
Saludos cordiales.
Por gracia extraordinaria de Dios, puedo afirmar que NUNCA en mis comuniones así como celebraciones de la eucaristía, he visto, ni sentido NADA raro ni especial, fuera del pan y del vino consagrados.
Pues bien, por la misericordia divina, aunque PECADOR como todos, puedo afirmar que JAMÁS he dudado de la PRESENCIA REAL DE JESUCRISTO en el pan y en el vino consagrados.
Puede que alguien piense que esos "regalos" de Dios, como los referidos por D.Leandro, él no los merece y que algo le falta en su vida espiritual.
Por favor, que NADIE deje de mirar con fe al Señor sacramentado, de adorarlo y bendecirlo, aunque esté tan seco como un leño seco.Lo que importa no son los regalos de Dios que él da a quien quiere y cuando quiere, sino permanecer FIRME en la Palabra de Jesús. "Haced esto en memoria mía"."Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre..."
Gracias damos a Dios por la fidelidad de sacerdotes como "vos".
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