¿Y esto es un libro sobre sectas?
Reseña de: Jaime Rubio Rosales, Guía de las sectas en Canarias (Londres: Lulu Press 2009, 2ª ed.) 143 pp.
El autor de este libro, Jaime Rubio Rosales, se presenta en la contraportada como licenciado en Filosofía y Letras, historiador, especialista en cultura anglosajona, periodista de investigación y colaborador de varios medios. Y está publicado por una importante casa de autoedición basada en Internet, dato que en principio no nos dice nada sobre la calidad de la obra. Una primera ojeada muestra que el intento de acercamiento divulgativo al fenómeno de las sectas, encuadrado concretamente en las Islas Canarias, se queda a medio camino, siendo muy generosos con la obra, que sólo tiene el elemento divulgativo, y ninguno más, como podrá verse en esta recensión.
En la presentación se puede observar ya el planteamiento subjetivo y poco fundamentado del autor, que tras constatar que las Islas Afortunadas han sido refugio de las heterodoxias y lugar de pluralismo a lo largo de la Historia, escribe lo siguiente: “para los formados en el catolicismo tradicional el florecimiento de esa variedad de creencias es fruto de la ignorancia. Sin embargo, puede ser todo lo contrario ya que la tolerancia va asociada a la cultura. Sólo quien conoce diferentes filosofías de la vida puede ser tolerante. En cambio, quien se aferra al pensamiento único, a la fe verdadera, se vuelve intolerante y persigue a todos los demás, como ha ocurrido a lo largo de la historia. En este libro he incluido en la categoría de sectas también a las Iglesias: católica, protestante, de la Cienciología, etc… Para mí todos estos grupos y las otras sectas tienen unas características comunes que las definen” (pp. 7-8). Sólo con esta cita puede comprobarse el nivel intelectual y el rigor del escrito, que deja mucho que desear, o más bien todo. Basta con ver la última línea del prólogo para confirmar la sospecha que se tiene al comenzar al leer el libro, cuando Rubio se refiere a “los abusos de la Iglesia, ¿la madre de todas las sectas?” (p. 8).