Se extienden en Argentina la meditación, la gnosis y las terapias alternativas
Juntarse a respirar y meditar es la opción de muchos platenses. Cada vez son más los que eligen la meditación para escaparse del estrés, explicaba recientemente el diario argentino Quilmes Presente. Es jueves a la tarde y en esa casa de Villa Castells, justo en la esquina de 491 y 10, lo único que se oye es el silencio. En la habitación hay una luz tenue y cinco personas que se concentran para respirar mejor. “Es importante controlar la respiración -dice Jorge Sommariva, uno de ellos-, pero lo fundamental es alcanzar el grado de meditación. Si respiramos bien pero no meditamos, entonces cuando salgamos de acá vamos a volver a tener las contracturas de siempre y a sentir el mismo estrés que nos trajo hasta acá".
Lo que dice Jorge es la punta de un iceberg tan complejo como milenario, pero que aquí en esta región suma cada día más seguidores. El juntarse a meditar, un ejercicio centrado en la conciencia y en la revisión de emociones, se ha convertido en la técnica psicoterapéutica más popular de la última década. Y en nuestra región son muchos los profesionales, estudiantes o amas de casa que buscan nuevas experiencias a través de esta meditación consciente, una disciplina cuyos orígenes se remontan a las enseñanzas del propio Buda en siglo V a.C.
Durante mucho tiempo, los psicoterapeutas trabajaron aliviando el sufrimiento de las personas y reencuadrando el contenido de los pensamientos del paciente, alterando directamente su comportamiento o ayudándolo a entender los orígenes subconscientes de su desesperanza y su ansiedad. La meditación consciente, dicen muchos, puede ayudarlos en un nivel al que las palabras no pueden llegar.
“Lo que te rodea es un reflejo de lo que llevás adentro", resume Jorge, que comenzó hace 7 años a estudiar antropología gnóstica y ahora coordina un grupo de meditación en La Plata. Según explica, esta técnica milenaria “ayuda a reducir el estrés y, con tiempo, puede lograr una disminución de la presión sanguínea".
Para muchos, el auge de este tipo de disciplinas no es más que una clara señal de apertura cultural, una forma de acceder a un curación más profunda o a un estado capaz de aliviar las angustias y temores que rodean la vida cotidiana. Sin embargo, es bueno aclarar, la evidencia de que la meditación consciente ayuda a mejorar síntomas psiquiátricos es muy poca y, en algunos casos, hay estudios que sostienen que no mejora, sino que empeora.
“Son cosas distintas y no hay que mezclar", sostiene Laura Mariani, una psicóloga especializada en adolescencia y familia que practica meditación. En su caso, cuenta, el aprender a meditar le sirvió para encarar situaciones dolorosas que tal vez de otra manera no hubiese podido hacerlo. Aunque aclara: “una cosa es el abordaje que yo puedo hacer como analista en determinado tema, y otra muy distinta es el meditar y aprender a respirar para sentirme mejor. Tal vez en el fondo los objetivos se emparenten, que son precisamente querer estar bien, pero son disciplinas independientes y que no conviene mezclar".
Similar a lo que dice Mariani es lo que planteó en los últimos días Scott Lilienfeld, psicólogo y profesor de la Universidad de Emory: “Creo en la posibilidad de que esta meditación sirva y que debe ser estudiada. Lo que me preocupa es la publicidad que la rodea: eso de cambiar el mundo, la tendencia que se da en el campo de las psicoterapias a cultivar gurúes nunca es buena".
La meditación, hay que decir, llegó a la psicoterapia desde la medicina universitaria. En los años setenta fue un graduado en biología molecular, Jon Kabat-Zinn, quien adaptó una versión de las prácticas de meditación que podía aprenderse y estudiarse fácilmente. En la meditación trascendental, los practicantes intentan “perderse” a sí mismos. El objetivo de la meditación consciente es otro: impulsar la conciencia de cada sensación tal como se desarrolla en el instante.
Kabat-Zinn les enseñó su práctica a personas que sufrían dolor crónico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. En los 80 publicó una serie de estudios que mostraban que un curso de dos horas por semana, durante ocho semanas, reducía el dolor crónico con más eficacia que el tratamiento convencional.
La meditación consciente es fácil de describir: hay que sentarse en una posición cómoda, con los ojos cerrados, preferentemente con la espalda derecha y sin respaldo. Relajarse y tomar nota de sus sensaciones, estados de ánimo y sonidos. Reparar en ellos, pero sin juzgarlos. Dejar que la mente se aquiete al ritmo de la respiración. Hay que pensar en la respiración, y tratar de mantenerse así por lo menos diez minutos.
Después de dominar el control de la atención, dicen algunos terapeutas, una persona puede enfrentar mentalmente ideas problemáticas o amenazantes, y aprender a soportar la ira o la tristeza, y dejarlas pasar, sin tratar de cambiar los sentimientos, algo que frecuentemente complica más las cosas. De cualquier manera, no son pocos los científicos que señalan que los estudios sobre la meditación consciente están aún en pañales. Y que todavía es prematuro sacar conclusiones determinantes.
La pregunta, según quienes estudian y analizan este fenómeno, es saber si esta clase de meditación se convertirá en una técnica terapéutica valiosa o si terminará siendo otro cliché de autoayuda. “Uno medita para cambiar cosas de adentro -sostiene Sommariva-. Se busca una revolución interior, entrar en contacto con el alma. No importa la etiqueta que se le ponga. Si uno lo hace porque necesita resolver angustias y lo logra, entonces vale la pena hacerlo".
Según el Centro Argentino de Etnografía Americana, en nuestro país casi el 90 por ciento de la población de sectores medios y altos combina la medicina científica con algún otro tipo de terapia, como reiki, yoga o flores de Bach.
6 comentarios
Está claro que cuando se deja de creer en Dios se cree en cualquier cosa.
En cualquiera.
Atentamente
P Nicolás
¿Eres alguno de los que practican estas nuevas meditaciones orientales para sentirte mejor? ¿practicas feng shui, yoga, imanes, reiki, silva? pues aquí te dejo este testimonio de una persona que practicaba estas cosas.
Esta experiencia puede ayudar ya que algunos cristianos, incluso ortodoxos, caen en estas prácticas idolátricas encubiertas o manifiestas. Muchos se acercan a oriente buscando una espirtualidad a su medida, que los haga sentirse bien. Se encuentra con el budismo tibetano que adora a los demonios a los que llama "protectores del dharma", con prácticas aparentementemente inofensivas como el yoga o el Reiki que dejan vacia nuestra alma para poder ser rellenada por cualquier entidad, con prácticas paganas como el uso de piedras curativas, o metodos de "decoración espiritual". Al final lo que busca el hombre es la propia complacencia y el maligno el que nos apartemos de Dios.
Con permiso del autor, nombre retenido por confidencialidad.
Les cuento rápidamente el camino que recorrí, cuesta abajo, hacia la perdida de Dios. Siendo católica no practicante y tratando de superarme por el camino equivocado hice de todo, siempre con apariencia de bueno. Entusiasmada por mis amigas fui a una señora que tira las cartas, solo por curiosidad. Después comencé a leer libros de auto ayuda, un poco de metafísica, lecturas de la nueva era, etc...Amante de los deportes y cansada de la rutina, empecé, también llevada por una amiga, a hacer yoga en una fraternidad muy conocida. A los pocos meses me fui de allí porque manipulaban la voluntad de las mujeres. Pase a otro grupo de yoga "más serio". Unos italianos recién llegados (rishis), con maestro y todo. Allí, aprendí otro tipo de vida austera. Leí mucho sobre budismo, taoismo, otros maestros, técnicas de yoga y nueva era en general, todo me parecía muy estimulante y nuevo.Conocí gente distinta y todos parecían muy agradables. Durante mas de 5 años, aprendí e hice diversas meditaciones, asanas, vegetarianismo, seminarios impartidos y cobrados por el maestro, ayunos, tai-chi... todo muy interesante para el que está buscando y no conoce a Jesús. Me alejé de mi familia y del mundo. El resultado. Un buen día me desperté levitando sobre la cama... con una criatura (espiritual), como un pulpo, agarrado a mi cabeza.
Con juegos de palabras había entregado mi alma. Para tratar de sacarme esa cosa que me consumía toda mi energía, hice lo que no había que hacer. Busqué entre señoras que curaban o liberaban. Todas estas personas tenían imágenes de la Virgen o iban a la iglesia, así que era difícil desconfiar. También me hicieron reiki, bioenergética, energía universal y lo que se ofrece en el mercado espiritual como "alternativo". Si había alguna mejora era sólo momentánea.
Por fin encontré la salvación al entrar en contacto con un auténtico padre espiritual que me ayudó a entrar en la Iglesia y a liberarme de los demonios.
Quiero compartir que vi lo que hay detrás del yoga y por quienes es utilizada. Que produce una gran confusión de valores, robo de energía y total perdida de la libertad. Que el yoga cristiano es un contrasentido. Que no se debe tener en las parroquias una práctica que utiliza la nueva era y que lleva a la soberbia y al orgullo espiritual. Las "asanas" son ejercicios espirituales con invocaciones a otros dioses... eso es idolatría.
No se puede poner la mente en blanco durante las meditaciones ni relajaciones porque es peligroso, ya que abrimos las puertas de nuestra alma.Hay un mundo espiritual que no vemos y que la Biblia lo menciona (ef.6-12)En fin, hace más de 5 años que estoy tratando de sanarme, entre persecuciones, ataques mentales y espirituales. He recibido ayuda de muchos sacerdotes ortodoxos y de un psiquiatra católico. Muchísima liberación y muchísima oración personal y compartida.
Confesiones, oraciones de renuncia de todas las prácticas pasadas, oraciones de renuncia en confesión, renuncia al demonio y todas las prácticas anteriores, oraciones pidiendo perdón por mi misma y hacia las personas que me dañaron durante tanto tiempo.
Con la tierra grande y mansa que Dios les ha dado. Y tánto cómo la menosprecian. Y todos juntos, al cambalache del de la Plata. Unas veces, según pilla: Unas veces francófilos después de la Primera Guerra Mundial; Otras germanófilos antes de la Segunda Guerra Mundial; Otras anglóficos después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, por de las Malvinas gallegos. Y siempre psicoanalistas. Pero nunca dando el callo como angentinos para Agentina.
No es de extrañar que ahora se hagan protectores del "curanderismo-psicoanalítico-científico-terapeútico".
El problema es que a un Europa saturada de comida: el bife de la vaquita y el trigo de la Pampa no se exporta con spsicoanálisis.
En la otra intervención sobre la Liturgía que usted tuvo a bien en intervenir. No dije nada porque otros lo hicieron por mi.
Esta vez su intervención, si señor. Si cabe me ha gustado más que la anterior. Porque estoy muy de acuerdo con todo lo que usted expone aquí. Espero poder oirle otra vez.
Mis oraciones para la persona en cuentión. Y que no desespere. Que de la misma manera que se cae; si se despiesta de la caída; con perseverancia se puede levantar.
Tengo un conocido que lleva muchos años meditando sobre la vecina y la forma de beneficiársela. La vecina en cuestión, está ya casada, y tengo la impresión que sus meditaciones sólo le dan dolores de cabeza. Y que la cosa quede en dolores de cabeza; pues la susodicha vecina tiene un marido muy grandote. Digamos.
En la religión cristiana, la meditación (comer) y la contemplación (beber), es el pan y el vino de cada día. Así, más o menos, lo enseña S. Francisco de Sales. En el Antiguo Testamento a meditar se le llama rumiar. Y los "animales" que no eran rumiantes no servían para el templo
Lo bueno en ésto, es tener un buen maestro: Sin duda ha habido muy buenos maestros españoles; pero claro: en otro tiempo, que no es este.
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