¿Quién es Osho? ¿Es válida su espiritualidad para los cristianos?
“No es lo mismo que todo sea Dios, que decir que Dios está presente en todos los seres”. Ésta es la respuesta, en resumen, que da el experto Roberto A. Federigo, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), a la pregunta: “¿Quién es Osho? ¿Es válida su espiritualidad para los cristianos?”, tal como ha publicado el portal Aleteia.
Tal como explica en su artículo, Osho (India, 1931) nació con el nombre Rajneesh Chandra Mohan y fue profesor de filosofía y sánscrito en la Universidad de Jabalpur. Pero en 1966 “abandona su puesto, recorre la India durante tres años y crea la Rajneesh Foundation. A partir de allí cambia su nombre por el de Bhagwan Shree Rajneesh (que traducido sería ‘Señor Dios’)”. Federigo señala que fue denunciado por fraude fiscal y se desplazó a los EE.UU., donde creó el ashram llamado Rajneeshpuram.
Desde entonces “su crecimiento fue vertiginoso”. En Europa inauguró una cadena de restaurantes y discotecas, sus adeptas comenzaron a practicar la prostitución para aumentar las arcas del gurú, poseía 92 Rolls Royce, seis aviones y una valiosísima colección de joyas. Además, la fiscalía del Estado de Oregon comenzó a recibir denuncias de padres sobre técnicas de lavado de cerebro en sus hijos y sobre la gran cantidad de armas que se ostentaban en dicho pueblo. Los miembros de la fiscalía encontraron en la comuna un arsenal con modernas armas (pistolas, ametralladoras Uzi-B, Magnum 44, fusiles de asalto m-16, etc. Fue condenado y volvió a la India, donde cambió su nombre por el de Osho y donde falleció en 1990.
¿En qué consiste su doctrina?
“El rajnesismo es una doctrina cargada de sincretismo, una suma de las distintas tradiciones de la India: hinduismo, budismo tántrico, con algo de sufismo y cristianismo”, explica Roberto A. Federigo. “De todo esto resulta un panteísmo que enseña que el universo estaría regido por una “bioenergía” o “energía vital”, es decir un “alma cósmica”. No da importancia a la razón, los sentidos ni a la fe como acceso al conocimiento, sino a la experiencia interior, de ahí su menosprecio a todas las religiones y a sus fundadores”.